Cap 27. El Cisne y El Tigre
Tsume había salido del orfanato, después de visitar a Miho y jugar con los niños y Seiya, ella quería dar un paseo y en eso se encontró con un rubio en especial.
— ¡Tsume! — La pelirroja se detuvo al ser llamada por él.
— Hola Hyoga — Saludó amablemente.
— ¿Que haces? — Le preguntó una vez que estuvo cerca de ella.
— Venia de ver a una amiga y a Seiya en el orfanato, ahora voy a pasear por la cuidad un rato antes del torneo.
— Te acompaño — Se ofreció.
— Bueno si quieres — Dijo Tsume de forma neutral.
Ambos fueron caminado viendo la cuidad, fueron a un puesto de helado para comprar dos y siguieron caminando hacia llegar a un parque.
— Cuéntame como estuvo tu estancia en la Isla — Dijo Hyoga.
— Bien, aprendí mucho con mi maestro y me encanto estar en la isla hay una hermosa vista del océano, pero bueno aunque hay un volcán y esta lleno de escorpiones pero el lugar en si me encanto — Ella bajo su máscara sonreía al recordar su entrenamiento.
— Jejeje y por lo que vi en tu combate con Ibiki se ve aprendiste demasiado.
— No tanto ya que no mostré todas mis técnicas.
— Jejeje oye vamos a sentarnos en una banca — Sugirió Hyoga al señalar un lugar.
— Ok.
Ambos se sentaron mientras se comían sus helados, cuando se acabaron sus helados aun había un silencio ya que ambos no sabían que decir hasta que Tsume rompió ese silencio.
— Hyoga — Lo llamó.
— ¿Si?
— ¿Y como está Isaak? — Tsume no sabía por qué preguntó por aquél peliverde pero le había agradado cuando fue de visita a siberia.
— ¿Isaak? Él esta bien — Mintió — Dijo que vendría a Japón cuando pudiera ya que el aún esta entrenado — El rubio no le gustaba decir mentiras pero no tenía el valor para decir lo que en realidad pasó con Isaak.
— Y cuentame de ti — Cambio de tema Tsume.
— ¿De mi? ¿Y como que quieres que te cuente?
— Mmm pues sobre lo que haz hecho en Siberia no se solo quiero buscar un tema de conversación pero si no quieres hablar.
— No es que no hay mucho que contar solo, entrenar, soportar el frío y...ver a mi mama.
— Creo que...no debí preguntar — Dijo un poco incomoda.
— Tranquila, además gracias a ti pude ver donde estaba el barco donde estaba ella — Sonrió triste.
— ¿Por que? — Preguntó confundida la pelirroja.
— Cuando fuiste a Siberia y destruiste esa pared de hielo abajo de ella estaba el barco y mi madre estaba ahí por lo menos pude verla una vez más gracias a ti.
— Hyoga yo...
— Esta bien, pensé que no la volvería a ver después de tanto tiempo.
— ¿Hyoga estás bien?
— Si Tsume...
— Perdona por recordarte eso, mejor hablemos de otra cosa... — Tsume se sorprendió ya que el caballero de cisne la estaba abrazando un abrazo que corresponde dudosa ya que según la personalidad de Hyoga es fría de cierto modo.
El rubio necesitaba un abrazo sincero y Tsume transmite cierta paz en él cuando ella está cerca, así le pasaba cuando se conocieron cuando Mitsumasa los adoptó a todos, recordó el día en que le empezó a tomar aprecio.
FlashBack
Cuando Mitsumasa adoptó a Hyoga para que entrenara en la mansión Kido, días después estaba solo sentado alejado de los demás, estaba triste por que extrañaba a su mamá y no quería que nadie lo viera llorar no quería que le tuvieran lastima y se burlaran por ser débil, cuando de pronto sintió que alguien estaba cerca, era una niña de cabello rojo y corto pero siempre su flequillo cubría su ojo derecho y se acercó a él.
— Oye...¿Estás bien? — Preguntó una pequeña Tsume.
— Vete déjame solo — Respondió triste sin verle a la cara.
Ella no dijo nada él seguía triste y llorando pero cuando se di cuenta sintió unos pequeños brazos que le estaban abrazando, estaba sorprendido.
— Anda...desahogáte, no te juzgaré ¿Tienes por que estar triste, no?
— Si — Unas lágrimas salieron de sus ojos — No quería que nadie me vea llorar y no quiero que me tengas lastima.
— Yo no te tengo lastima al contrario, quiero que dejes de estar triste — Respondió de manera neutral que sorprendió a Hyoga.
— ¿Por que? — Preguntó confundido.
— No se, no me gusta verte así, desahógate si quieres — Ella lo observo tranquilamente Hyoga se tranquilizó y le contó lo que paso con su mama mientras aún estaba en sus brazos.
— Ya veo la razón por la que lloras, yo también haría lo mismo — Dijo Tsume después de escuchar todo lo que le dijo Hyoga.
— ¿Y tu por que no lloras? — Desde que llegó a la mansión algunos de los que habían llegado lloraron al estar en el lugar pero Tsume siempre se mantenía tranquila como si ya supera lo que tenía que hacer desde un principio, sin desconocer los riesgos. Tsume era alguien muy serena y tranquila ante los ojos de los demás niños al ser ella la única niña.
— Por que aun no encontró el motivo por el cual llorar — Respondió seriamente, no lloró cuando supo que Tsubasa ya no la recordaría, no lloró cuando fue traída a la mansión y mucho menos lloraría en los entrenamientos — Tu si pero no creo que a tu mamá le guste que estés así, ella dejo que siguieras vivo por una razón — Intentó animar al rubio a que dejará de sentirse triste.
— Tienes razón, debo ser fuerte y lo haré por ella — Las palabras de Tsume si le habían servido.
— Ella estará muy feliz de ver que seguirás tu camino — Ella le sonrió al ver que Hyoga dejó de llorar, su abrazo se sentía cálido como los que su mamá le daba a él, le hizo sentir más tranquilo y después de un tiempo le tomó aprecio a Tsume.
Fin del FlashBack
Ambos caballeros seguían abrazados, el caballero de cisne tenía los sus ojos cerrados y una leve sonrisa mientras que Tsume estaba confundida pero aun así siguió con el abrazo.
— ¿Necesitabas una abrazo, verdad? — Dijo ella mientras bajo su máscara sonrió un poco.
— ¿Eh?...— Se separó de ella — Yo...disculpa si te incomode Tsume.
— No hay problema, si necesitabas un abrazo solo tenías que pedirlo — Respondió de una manera tierna como pocas veces lo hacía.
— De acuerdo — Sonrió el rubio.
— Será mejor regresar ya que quiero estar lista para el combate de esta noche.
— Yo también.
— Debo ir a la mansión Kido — Dijo Tsume.
— ¿Tú te estás quedando con Saori?
— Si ya que me ofreció que me quedara ahí, me trae recuerdos estar ahí.
— Te acompaño.
— Jeje ok vamos.
Ambos se fueron para ir a alistarse para el torneo que seria en unas cuantas horas. Pero Hyoga desde hace mucho tiempo había querido ver a la pelirroja aunque fuese por escasos minutos pero valió la pena por ese reconfortante abrazo.
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