Capítulo 5: Pruebas e infancia
Pocos días después del combate entre León y el horror blanco, este regresó a la guarida de la guardiana del reino de Valente.
- Bienvenido devuelta, León. - dijo la guardiana con tono aburrido. - ¿Por cierto, cómo ha ido la misión?
- Lara ha muerto. - dijo León con un nudo en la garganta y aguantándose las lágrimas. - El horror que había allí la poseyó y no tuve más remedio que acabar con su vida.
- Lo lamento, joven Garo. - dijo la guardiana con el mismo tono aburrido de siempre. - No llegué a conocer mucho a Lara, pero siempre me pareció una buena persona. Si lo necesitas, puedes retirarte a descansar durante un tiempo, llora a tu mujer y dale un entierro digno, vuelve cuando creas que te hayas recuperado.
- En realidad guardiana. - dijo Zaruba. - Me temo que la situación no es tan sencilla como cree.
León se quitó la tela con la que había envuelto su brazo izquierdo, la guardiana vio que León llevaba a un bebé que dormía plácidamente en el brazo del caballero.
- ¿Y ese niño? - dijo la guardiana. - ¿Lo has robado, León?
- No, guardiana. - dijo León caminando hacia la mujer. - Este es mi hijo. - La guardiana dio un salto de sorpresa por las palabras de León, sabía perfectamente que Lara y él habían estado menos de un año casados, tampoco vio señales de que la misma Lara estuviese embarazada ya que si lo hubiese sabido jamás habría enviado a la chica en una misión.
- ¿Cómo que este niño es tu hijo, León?
León le contó todo lo que ocurrió en la misión, sobre los horrores en el pueblo, la roca en el interior de la iglesia, el horror que salió, como poseyó a Lara, como murió la chica y sobre el niño que tenía cargando en su brazo. Lo último hizo que la guardiana pusiera una cara de seriedad como no había visto antes.
- ¿Y dices que este bebé parecía un horror al poco de nacer? - dijo la guardiana con la mano en la barbilla.
- Sí, pensaba que lo que tenía delante era un horror y justo cuando iba a matarlo, el mismo dio paso al bebé que tengo ahora mismo conmigo.
- León... - dijo la guardiana. - Me parece que el horror contra el que os enfrentasteis en aquel lugar no era nada más que un fragmento de la madre de todos los horrores, Messiah. Por como me la describiste me recuerda mucho a la propia Messiah contra la que llevamos enfrentándonos desde el principio. Has tenido mucha suerte teniendo en cuenta las circunstancias, si esa cosa hubiese tenido todo su poder habrías muerto.
- Tiene razón, chico. - dijo Zaruba. - Messiah es mucho más poderosa de lo que te puedes imaginar, un caballero solo no podría vencerla ni en mil años.
- Entonces. - dijo León mirando asustado a la vez que preocupado al bebé. - ¿Este de aquí es el hijo de Messiah y no el que habríamos tenido Lara y yo?
- Voy a llamar a varios hechiceros Makai y a otra guardiana para que lo examinemos. - dijo la guardiana pidiendo cargar al niño. - Te diría que no te hicieses muchas esperanzas, si este niño es un horror sabes que no tendremos más remedio que matarlo, pero en esto quiero que todo salga bien. Llama a Alfonso y a tu hermano Roberto para que vengan a apoyarte, lo vas a necesitar.
- Si, guardiana. - dijo León bajando la cabeza.
Una semana después, varias personas se reunieron en el interior de la guarida de la guardiana de Valente, fueron la guardiana dividida en 3 niñas procedente de Japón, Salvatore da Roma (el caballero Makai de la armadura blanca, Ouga) 2 hechiceros procedentes del consejo y de los caballeros sombra, Crow. Los presentes pusieron al niño en una mesa que contenía una gran cantidad de sellos al igual que hechizos de protección y revelación.
- Tranquilo, hermano. - dijo Roberto, el caballero Makai que heredó la armadura plateada de su padre, Zoro. - Verás como todo sale bien.
- No te preocupes, León. - dijo Alfonso, el caballero Makai que heredo la armadura roja-violeta de su maestro, Gaia. - Estoy seguro de que ese niño de allí es tu hijo, mírale, se parece a ti, excepto que el pelo es el de Lara.
- No puedo evitarlo. - dijo León moviendo las piernas nervioso. - Ese niño es todo lo que me queda de ella, no sé que es lo que haría si llego a perderlo.
Ouga se dirigió hacia el pequeño acompañado por la guardiana dividida en 3, Inari.
- Comenzaré con la prueba. - dijo Ouga quien iba con la espada desenvainada. - Primero tocaré al niño con la espada. - El caballero dirigió la espada al niño con la intención de que la misma tocase su piel, si el metal reaccionaba con el niño este tendría su piel quemada dando a entender que era un horror. Sin embargo, lo que nadie esperaba era que el pequeño estuviese despierto y tocase la espada con sus pequeñas manos mientras se reía. - No hay reacción.
- Ahora nosotras. - dijeron Inari, esta se acercó con unos sellos previamente preparados por los dos hechiceros con la intención de que si el niño ocultaba su naturaleza esta se hiciese visible a la fuerza. Una de las guardianas cogió al niño quien quería tocar el tocado en forma de perro de la mujer, mientras que las otras tocaban al niño con los sellos. - No hay reacción. - dijo la que sujetaba al niño para después ponerle devuelta en la mesa. - Te toca, Crow.
El último de aquellos que fueron a investigar al niño sacó una campana de color bronce y rodeada de calaveras extrañas. Crow puso al niño en posición de sentarse para después hacer sonar la campana en 3 ocasiones, sin embargo, la reacción del niño no fue diferente a la de intentar aplaudir siguiendo el sonido de la campana.
- No hay reacción. - dijo Crow para después irse devuelta con el grupo.
- Al parecer este niño es humano. - dijo Salvatore para después sonreír. - Enhorabuena, Garo, al parecer este pequeño que tienes aquí es tu hijo.
- Menos mal - dijo León cayendo al suelo y sintiendo que se le quitaba un peso de encima, su familia le felicitaba mientras que deseaban ir hacia el pequeño y darle la bienvenida en la familia. Sin embargo, la prueba para los dos hechiceros no terminaría ahí.
- Esperad un momento. - dijo uno de los hechiceros con un aspecto de que lo único que hacia en la vida era comer. - ¿Cómo podemos terminar la prueba aquí, hermanas y hermanos?
- El niño ha pasado todas las pruebas. - dijo Inari. - No es un horror, es tan humano como lo eres tú, Xavier.
- Perdonadme, guardiana Inari. - dijo Xavier. - Pero según el informe, este niño podría ser el hijo de Messiah con forma humana. Lamento que esto dañe a Garo, pero no podemos permitirnos correr riesgos. - entonces sacó un pincel para comenzar a lanzar hechizos al niño.
- ¡MALDITO! - gritó León mientras empuñaba su espada. - ¡¿CÓMO TE ATREVES A HACERLE DAÑO A MI HIJO?! - La rabia de León fue contrastada con los llantos de dolor del bebé, este lloraba y lloraba, el ataque duró unos segundos hasta que uno de los hechizos hizo sangrar al niño.
- ¡Ahhhh! - gritó el bebé, pero este había cambiado de aspecto, se hizo un poco más grande, su piel se tornó negra, le salieron cuernos en la cabeza, los ojos se volvieron dorados, le salió una cola y la tela que le envolvía se escamó. - Buahh, buahh. - los llantos en aquel instante dejaron de sonar humanos, más bien eran llantos de otro mundo.
- ¡¿LO VEÍS?! - dijo Xavier triunfante. - ¡ES UN MONSTRUO! ¡MATEMOSLO AHORA MIS...! - un puño visitó el rostro de Xavier, este dio un giro bastante brutal para después estrellarse contra la pared.
- ¡El primero que se atreva a tocar a mi hijo, será el primero que morirá! - dijo León con la armadura a la vez que se ponía entre el bebé y el resto de los presentes.
- Creo que eso no será necesario, joven Garo. - dijo Salvatore mientras caminaba hacia León. - Mira bien. - León se dio la vuelta para observar como el horror le sonreía para después volver a su forma de bebé, era como si el niño se hubiese tranquilizado al tener a su padre con él.
- No le haremos ningún daño a tu hijo, León. - dijo Roberto quien iba con su hermano. - Te ayudaré a proteger al pequeño, pero tenemos que saber que es lo que es exactamente.
- Roberto tiene razón. - dijo Alfonso. - Será mejor que lo investiguemos con más detenimiento antes de hacer un juicio. ¿Están de acuerdo?
Los presentes menos Xavier asintieron con la cabeza, León permitió que se le realizasen más pruebas al niño siempre que este estuviese a su lado en todo momento, volvieron a realizar las pruebas de antes y dieron el mismo resultado, parecía que el bebé era humano. A Inari se le ocurrió una idea, tomaron un poco de sangre del niño y la pusieron dentro de una botella.
- Creo que con esto podremos resolver que es lo que es este niño. - dijo Inari mientras que la guardiana de Valente iba a por otro frasco con sangre.
- Esta sangre era de Lara. - dijo la guardiana. - La guardaba para poder rastrearla en caso de que la misma desapareciera y creo que podemos usarla para este asunto.
Inari y la guardiana juntaron las manos para después lanzar un hechizo a ambas botellas las cuales brillaron al mismo tiempo, después cogieron la botella que contenía la sangre del niño y la derramaron sobre un sello el cual fue hecho por Seimei con la intención de poder separar a un horror de un humano, pero nunca había funcionado. El sello fue activado provocando que la sangre se elevase para después parecer dividirse entre una parte roja y otra negra.
- Ya hemos terminado. - dijo la guardiana. - León, este niño es hijo tuyo y de Lara, al parecer ni la misma sabía que estaba embarazada cuando os envié a la misión. Pero que la parte de Messiah entrase dentro de ella provocó un cambio en el niño.
- Es la primera vez que existe alguien así. - dijo Inari. - Este niño es un híbrido perfecto entre horror y humano, además, creo que tiene parte de los poderes de Messiah dentro de él, es posible que llegue a ser muy poderoso, pero también una amenaza si no tenemos cuidado.
- Entiendo. - dijo Salvatore. - León Luis, como representante del consejo en este asunto, se te concede la custodia de este niño para que lo críes en nuestros caminos, sin embargo, estaréis vigilados en todo momento, no habrá ni un solo día en el que vuestras actividades lleguen a nuestros oídos. Te doy este último consejo: enséñale a ser un caballero, porque en caso contrario no me dejarás más remedio que acabar con su vida.
León sintió una inmensa alegría saber que el niño era en verdad su hijo, suyo y de Lara, después de coger al niño en brazos se derrumbó en el suelo mientras lo abrazaba con cariño. Alfonso y Roberto felicitaron a León mientras que este daba las gracias. Él único que no estuvo de acuerdo con el resultado fue Xavier, pensaba que era un terrible error dejar vivir al bebé, este debería morir y ser eliminado hasta que no quedase ningún rastro de su existencia.
Unos años después en una casa de la campiña.
- Vamos, Alexander. - dijo León. - Sé que puedes hacerlo mejor.
- ¡Sí, padre! - dijo el niño, este había crecido hasta los 6 años de edad y había comenzado su entrenamiento como caballero Makai al cumplir los 5. El niño era animado y lleno de energía, peleaba con su padre teniendo un gran talento con la espada.
- Relájate. - dijo León esquivando a su hijo y finalmente golpearle en la cabeza. - No dejes que la emoción te haga cometer errores, un fallo puede ser la única diferencia entre la vida y la muerte.
- Si, padre. - dijo el niño tocándose la cabeza. - ¡Cómo duele!
- Veo que el hijo no es tan diferente del padre a su edad. - dijo una mujer con el pelo verde y largo, hermosa, vestida como una aventurera y como arma una pistola con un ovillo de hilo.
- ¡Tía Emma! - dijo el niño para después correr a abrazar a la mujer.
- Hola, pequeño Alex. - dijo la mujer acariciando la cabeza del niño para después levantarlo encima de ella. - ¿Cómo has estado?
- ¡Bien! ¡Padre me enseña a ser un caballero Makai como él!
- Hola Emma. - dijo León sonriendo a su vieja amiga, después prestó la espada a su hijo. - Ve a practicar a ese árbol, pero que yo te vea.
El niño cogió la espada sin mostrar ningún esfuerzo para después salir corriendo en dirección al árbol, en cuanto llegó comenzó a dar estocadas contra el mismo mientras que Zaruba sujeto con un cordel en su cuello le animaba a que cada vez fuese más fuerte y más rápido.
- ¿Te ha enviado el consejo, Emma? - dijo León.
- Ahora es mi turno de vigilaros a los dos. - dijo Emma sentándose en uno de los bancos del jardín. - ¿Sabes? No me termino de creer que pueda sujetar Soul Metal como si nada siendo tan joven.
- A mí también me sorprendió. - dijo León sentándose a su lado. - Cuando tenía 4 años le vi jugando con mi espada diciendo que estaba luchando contra horrores, era como si el peso que tiene el Soul Metal no le afectase para nada.
- ¿Ha habido algún incidente? - dijo Emma con semblante serio.
- Ninguno. - dijo León sonriendo. - Desde que el consejo le examinó no ha habido ninguna transformación, ha sido un niño normal y corriente. Si no prestas atención a su fuerza, claro.
- Me alegro. - dijo Emma aliviada. - No querría ser la que informe al consejo sobre que ha ocurrido algo y envíen a un destacamento a investigar más a fondo.
León miraba a Emma con un sentimiento que no había tenido hacía años, ambos habían sido amantes de forma muy breve desde que Emma y León eliminasen al horror en el que se había convertido el anterior novio de Emma, sin embargo, el amor que podrían haber tenido fue parado debido a que León escogió a Lara en vez de ella.
- Emma. - dijo León cogiendo la mano a la mujer. - Te he echado de menos.
- León, no por favor. - dijo Emma. - Ya soy algo mayor para lo que vas a pedirme, no tengo ningún derecho a atarte siendo todavía joven.
- No me importa tu edad, Emma. - dijo León. - Lo que sentía por ti sigue siendo igual de fuerte que en aquella época, también sé que querías a Lara como una hermana y quieres a Alexander como un hijo. Por favor, démonos una oportunidad.
Antes de que Emma pudiese contestar un grito ensordecedor vino desde el árbol donde entrenaba el pequeño, cuando los adultos alzaron la vista vieron que el niño estaba rodeado por 5 horrores. Emma se levantó armándose con su pistola mientras que León iba corriendo para cubrir al niño, pero este no mostró nada de miedo.
- Ahora veréis. - dijo el niño saltando y cortando a uno de los horrores que tenía enfrente, después se dirigió a por los dos de la derecha mientras que el resto estaban siendo sujetados por Emma. León estaba mirando como su hijo luchaba contra los horrores con una gran facilidad, como si los mismos no fueran si no unos insectos a su lado, Alexander se movía con rapidez esquivando los ataques de los monstruos quienes no duraron más de tres minutos contra el niño. Después el pequeño iba con la espada en alto en dirección a su padre. - ¡Lo logré! ¡Papá, he vencido a los horrores!
Notas: gracias por leer el quinto capítulo de esta serie, en este he querido poner un principio de discriminación que sufrirá Alexander en un futuro debido a su estatus de ser mitad horror, también he decidido incluir de nuevo a Emma en la vida de León para darle una segunda oportunidad de encontrar la felicidad. El sexto capítulo será el último sobre los orígenes de Alexander y después volveremos a la actualidad.
¡Hasta la próxima!
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