Confesiones

No era extraño ver a Amethyst recostada en el sillón solamente mirando el techo, existiendo. Si bien parecía tranquila en su mente había algo que la molestaba. Desde hacía varias semanas solamente podía pensar en esa fusión. Garnet era inteligente, hermosa, divertida, fuerte, era fantástica en todo el sentido de la palabra. Lo que pensó que era simplemente admiración termino llenandola de pensamientos intrusivos dónde imaginaba besandola e incluso formando una relación con ella ¿Realmente le gustaba?

- ¿Galletas? - La voz de Garnet la saco de sus pensamientos haciéndola sonreír.

- Claro, G. - Dijo mientras tomaba una galleta y se la llevaba a la boca. Sus ojos parecieron brillar de tan solo probarla. - ESTAN DELICIOSAS - Fue comiendo de a una, después de a dos. - ¿Cuál es tu secreto?

- Amor. - La voz de Garnet se escuchaba dulce lo cual siempre hacia que el corazón de la morada palpitase con un poco más de fuerza.

- Cuando muera quiero que me entierren con tus galletas

Reia Amethyst mientras terminaba de comer y estiraba sus brazos soltando un largo bostezo. La fusión se había ido a lavar aquella fuente así que ella aprovecho para poder dormir un rato luego del banquete que había tenido.

Tras varios minutos Garnet volvió hacia donde estaba Amy, encontrandola profundamente dormida. Era difícil para la fusión no sonreír mientras la miraba tan pacífica, parecía que no era esa clase de gema capaz de comerse un motor de un bocado. Se sentó a su lado y quitó el cabello del rostro de la morada, todo a su alrededor era tan solo paz, se sentía calmada y segura a su lado. Curiosamente, ella la hacía sentir segura ¿La amaba?

Cerro sus ojos un momento mientras su mano acariciaba el cabello de la gema morada. Buscaba algun monstruo, alguna misión. Pero solamente podía pensar en eso y en los dos posibles finales que tendría aquella conversación.

Si Amethyst la amaba podría darle la oportunidad de intentarlo, de mantenerse juntas al menos por un tiempo. Si terminaba al menos lo habrian intentado.

Pero, si Amethyst no la amaba existían cientos de escenarios posibles. En uno que otro ambas salían heridas, las batallas se volvían extrañas y por algún motivo el aquipo terminaba separándose ¿Quería correr este riesgo? No, no quería. Intento concentrarse hasta que al fin encontró una misión.

Cuando Amethyst despertó lo único que podía ver era a Pearl limpiando como usualmente lo hacía.

- Ya era hora, Amethyst ¿Sabes hace cuánto estás durmiendo?

Amethyst soltó un fuerte suspiro, Pearl estaba de mal humor y ella realmente no quería lidiar con eso.

- Si, si ¿Dónde están Garnet o Steven?

- Steven fue a jugar videojuegos con Connie y Garnet está en una misión en el campo de batalla

Se levantó del sofá estirando sus brazos y soltando un fuerte bostezo mientras caminaba hacia el portal, escucho a Pearl decirle una última cosa pero no le prestó tanta atención. Cuando llegó al campo de batalla no fue difícil encontrar a Garnet entre todas aquellas fresas.

- ¿Qué haces aquí?

La voz de Garnet sonaba autoritaria y firme. Ni siquiera volteo a ver a Amethyst, parecía muy concentrada

- Vine a ayudarte

- Entonces guarda silencio, ella está por aquí

Fue entonces cuando tras varios segundos un gran monstruo apareció frente a ella similar a un gusano, pero con grandes espinas. Amethyst iba a sacar su látigo pero ni siquiera llegó a hacer eso cuando la fusión había invocado uno de sus guantes, saltando y dándole un fuerte golpe al gusano directo en su rostro el cual era el único sitio sin espinas.

- Wow. - Amethyst parecía asombrada, sus ojos brillaban mientras miraba como la fusión con un par de golpes más poffeaba al monstruo haciendo que solo quedaste la gema de este. - Si que eres genial

- Le dije a Pearl que podía sola - Una pequeña sonrisa se dibujo en el rostro de Garnet mientras encerraba a la gema en una burbuja mandándola directamente al templo.

- ¿Y ahora que?

- Debemos ver si hay más

Ambas continuaron caminando por aquel campo de fresas charlando de un poco de todo mientras se concentraban en buscar a aquellas criaturas.

- ¿Sabes, G? - Se escuchó la voz de Amy, era más calmada y risueña de lo usual.

- ¿Si? - Garnet se detuvo un momento para que ambas quedasen frente a frente, como si supiera lo que estaba a punto de pasar.

- Somos buenas amigas ¿Verdad?

- ¿Lo dudas después de cinco mil años?

Una risa nerviosa escapó de la boca de Amethyst mientras intentaba formular sus palabras.

- Si, es solo que- Bueno- Yo- -

La voz de la gema se escuchaba nerviosa mientras intentaba expresarse, sus mejillas estaban más moradas de lo usual. Fue entonces cuando la mano de la fusión se poso en su mejilla con una pequeña sonrisa.

- Entiendo - Susurro Garnet con una ligera sonrisa. La respiración de la morada se entrecorto ante ese tacto. - Cuando estoy contigo siento que puedo ser yo misma, que no soy algo, que soy alguien

Amethyst no supo que decir, solamente una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro mientras notaba como Garnet se ponía de cuclillas frente a ella para estar a la misma altura.

- Gracias

Susurró Amethys mientras lentamente acercaba su rostro al de la fusión dejando un pequeño y dulce beso en sus labios el cual Garnet correspondió. Pero ese era solamente el principio de todo.

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