Jason había ascendido a la posición de Barón y maestro de combate en la prestigiosa Academia después de una épica batalla en la que derrotó al Príncipe y a sus seguidores, quienes fueron desheredados y desterrados. Su habilidad en combate y su compromiso con la justicia lo convirtieron en un líder respetado en la academia.

Un día, mientras se preparaba para el festival anual de la Academia, Jason decidió ayudar a Angélica y Olivia, dos jóvenes estudiantes con talento pero que necesitaban orientación. Juntos, idearon la idea de organizar un puesto de juegos de casino para el evento, con la esperanza de atraer a más personas y recaudar fondos para una causa benéfica.

Con la destreza y la astucia que lo caracterizaban, Jason enseñó a Angélica y Olivia los secretos de los juegos de casino y les brindó el apoyo necesario para hacer que su puesto fuera un éxito. La noticia del puesto de casino se extendió rápidamente por la Academia, y pronto se formaron largas colas de personas ansiosas por probar su suerte en los juegos de azar.

El puesto de casino se convirtió en el centro de atención del festival, atrayendo a una multitud entusiasta que disfrutaba de la emoción y la diversión de los juegos. Jason se mostraba orgulloso de ver a Angélica y Olivia manejando con habilidad el puesto, demostrando su valía y talento ante todos los presentes.

A medida que avanzaba el festival, el puesto de casino se convirtió en el lugar favorito de los asistentes, quienes elogiaban la creatividad y la originalidad de la idea. Jason, Angélica y Olivia se convirtieron en héroes entre sus compañeros, demostrando que con trabajo en equipo y determinación, se pueden lograr grandes cosas.

Así, entre risas, premios y la camaradería que se generó en torno al puesto de casino, Jason y sus pupilas disfrutaron de un día inolvidable en el festival de la Academia, demostrando una vez más que juntos podían superar cualquier desafío que se les presentara.

Después de un emocionante día en el festival de la Academia, Jason decidió relajarse un poco y se dirigió a la zona de carreras de motos aéreas. Allí, sintió la emoción de la competencia y decidió apostar un poco para aumentar su diversión y, quién sabe, tal vez ganar algo de dinero extra.

Mientras observaba las carreras, notó que su apuesta, Jilk, uno de los antiguos lacayos del Príncipe, sufrió una lesión y tuvo que retirarse de la competencia. Intrigado, Jason se acercó a Jilk para averiguar qué había sucedido y descubrió que los otros competidores, liderados por una misteriosa chica que resultó ser la ex prometida de Jilk, estaban involucrados en el incidente.

Jilk confesó a Jason que la chica estaba buscando venganza porque él la había dejado por Marie, la joven que había seducido tanto a Jilk como al Príncipe en el pasado. Jason comprendió la situación y decidió tomar cartas en el asunto para evitar que la reputación de Angélica, la organizadora del evento, se viera comprometida.

Sin dudarlo, Jason se ofreció a correr en lugar de Jilk en las carreras restantes, asumiendo el desafío para proteger el buen nombre de Angélica y demostrar su habilidad en las pistas. Con determinación y valentía, se preparó para competir contra los rivales de Jilk, decidido a superar los obstáculos y asegurarse de que el evento continuara sin contratiempos.

Con el rugido de los motores y la velocidad del viento en su rostro, Jason se lanzó a la pista, desafiando a sus oponentes con habilidad y destreza. A medida que la carrera avanzaba, demostró su valía como piloto, enfrentando cada curva y cada salto con maestría, decidido a cruzar la línea de meta en primer lugar y proteger el honor de Angélica y sus compañeros.

Al final, Jason logró cruzar la meta victorioso, ganando la carrera y asegurando el éxito del evento. Su valentía y determinación inspiraron a todos los presentes, demostrando una vez más que, con coraje y trabajo en equipo, se pueden superar cualquier desafío que se presente.

Después de la emocionante carrera de motos aéreas, Jason decidió usar parte de sus ganancias de la apuesta para ayudar a los alumnos de la Academia que habían quedado endeudados por las apuestas. Con su generosidad, logró aliviar la carga financiera de aquellos que estaban en apuros, demostrando una vez más su preocupación por el bienestar de sus compañeros.

Luego, Jason se dirigió hacia donde se encontraba Jilk y, con determinación, lo instó a disculparse con su ex prometida por la forma en la que la había dejado en el pasado. Con valentía, Jilk se disculpó sinceramente, reconociendo sus errores y mostrando un gesto de madurez que sorprendió a todos los presentes.

La ex prometida de Jilk, agradecida por la disculpa y el gesto de Jason, reconoció la valía del Barón como profesor y líder en la Academia. Le expresó su gratitud y admiración, destacando la influencia positiva que Jason tenía en sus alumnos y en la comunidad escolar en general.

Sin embargo, la conversación dio un giro inesperado cuando la joven mencionó un incidente en el que Angélica y Olivia, las pupilas de Jason, se vieron envueltas mientras él competía en la carrera. Según relató la chica, una compañera había estado burlándose de Olivia por su origen plebeyo, lo que desencadenó la valiente intervención de Angélica en su defensa, desembocando en una confrontación física.

Alarmado por la noticia, Jason agradeció a la chica por informarle sobre el incidente y rápidamente se dirigió hacia donde se encontraban Angélica y Olivia. Con firmeza, les recordó la importancia de la tolerancia y el respeto mutuo, instándolas a resolver sus diferencias de manera pacífica y constructiva.

En ese momento, Jason se dio cuenta de la responsabilidad que tenía como mentor y guía de sus alumnos, y se comprometió a seguir velando por su bienestar y crecimiento personal. Con su sabiduría y liderazgo, esperaba poder guiar a Angélica, Olivia y a todos sus alumnos por el camino del respeto, la comprensión y la solidaridad en la Academia.

Después de enterarse del incidente en el que una chica se había estado burlando de Olivia repetidamente, Jason decidió investigar a fondo la situación para proteger a sus alumnos. Sospechando que algo más oscuro estaba en juego, comenzó a espiar a la chica en secreto y descubrió que ella y otra alumna estaban aliadas con un grupo de piratas que planeaban un ataque a la nave de los estudiantes al día siguiente.

Con la urgencia en su corazón, Jason se apresuró a recopilar pruebas incriminatorias contra los conspiradores y, sin perder tiempo, las envió en una carta detallada a la Reina, sabiendo que tardarían en llegar a su destino. Con la esperanza de que la monarquía pudiera intervenir a tiempo, Jason confiaba en que su mensaje sería recibido y que se tomarían medidas para proteger a los estudiantes y evitar el ataque planeado.

Mientras esperaba noticias de la Reina, Jason se preparó para repeler el inminente ataque de los piratas al día siguiente. Con determinación en su mirada y su espíritu lleno de coraje, se dispuso a proteger a sus alumnos y a la Academia de cualquier peligro que se avecinara.

La noche antes del ataque, Jason reunió a Angélica, Olivia y a un grupo selecto de estudiantes confiables para informarles sobre la situación y preparar un plan de defensa. Juntos, establecieron estrategias, revisaron los puntos vulnerables de la nave y se armaron con valentía y determinación para enfrentar a los piratas y proteger a su comunidad.

A medida que el sol se alzaba en el horizonte, los piratas comenzaron su ataque, desencadenando el caos y la confusión en la nave de los estudiantes. Con astucia y liderazgo, Jason dirigió a sus alumnos en la batalla, repeliendo los ataques enemigos con valentía y coordinación.

A pesar de la adversidad, Jason y su equipo demostraron su valía y su determinación, defendiendo con éxito la nave de los estudiantes y frustrando los planes de los piratas. Su valentía y liderazgo inspiraron a todos a bordo, demostrando una vez más que, con trabajo en equipo y determinación, podían superar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

En el punto álgido del ataque de los piratas a la nave de los estudiantes, Jason se encontraba en su helicóptero de guerra, listo para enfrentar a las naves enemigas y proteger a sus alumnos a toda costa. Con determinación en su corazón y habilidad en sus manos, se lanzó a la batalla, desafiando a los piratas con valentía y estrategia.

El rugido de los motores resonaba en el aire mientras Jason maniobraba ágilmente su helicóptero, disparando con precisión contra las naves enemigas que intentaban abordar la nave de los estudiantes. Su destreza en combate aéreo era impresionante, y su determinación por proteger a sus alumnos era evidente en cada movimiento que realizaba.

En medio de la intensa batalla, Jason demostró su valía como líder y protector, coordinando a sus alumnos en la defensa de la nave y enfrentando a los piratas con coraje y determinación. Con astucia y habilidad, logró desbaratar los planes de los atacantes y repeler sus embestidas con éxito.

Después de una feroz confrontación, Jason emergió como el vencedor de la batalla, asegurando la seguridad de la nave de los estudiantes y garantizando la protección de todos a bordo. Su valentía y liderazgo fueron aclamados por sus compañeros y alumnos, quienes lo miraban con admiración y respeto por su increíble actuación en combate.

Una vez que la batalla hubo terminado, las autoridades del palacio llegaron para arrestar a las dos alumnas traidoras que habían colaborado con los piratas en el ataque. Con las pruebas en su contra y la intervención de la Reina, las conspiradoras fueron llevadas ante la justicia para enfrentar las consecuencias de sus acciones.

Jason observó con seriedad y determinación cómo las responsables de poner en peligro a la comunidad estudiantil recibían su castigo, recordando la importancia de la integridad y la lealtad en tiempos de crisis. Con la paz restaurada y la seguridad garantizada, la Academia y sus alumnos pudieron seguir adelante, sabiendo que tenían a un valiente y dedicado Barón como protector y guía en sus momentos de mayor necesidad.

Fin del Cap3.