Cap2 [Duelos]

Jason, un hábil gangster de Las Vegas, se encontraba en una misión en un mundo desconocido en busca del fragmento del alma de Frank. Sin embargo, su plan se vio interrumpido cuando presenció a una joven llamada Angelica en peligro. Sin dudarlo, desafió al príncipe local y a sus seguidores a un duelo de armaduras gigantes para salvarla.

Al día siguiente, Jason se preparaba para el desafiante duelo, notando que todos habían apostado en su contra, a excepción de él mismo. Además, descubrió que los estudiantes del lugar estaban saboteando su trabajo como conserje, sin sospechar que en realidad estaba encubierto por la reina de ese mundo.

Por la tarde, Angelica se acercó a Jason para pedirle que se retirara del duelo, preocupada por su seguridad. Sin embargo, Jason se negó rotundamente, asegurándole que ganaría para protegerla a toda costa. Con determinación en sus ojos, se preparó para la batalla que definiría el destino de Angelica y su papel en ese mundo desconocido.

El escenario estaba listo para un enfrentamiento épico entre la astucia de Jason, el gangster de Las Vegas, y el poder del príncipe y sus seguidores. Mientras tanto, la intriga y el peligro se intensificaban a su alrededor, desafiando su habilidad para cumplir su misión y proteger a aquellos que había jurado defender. . . . . .

En el coliseo, el ambiente estaba cargado de emoción y expectación mientras los cuatro seguidores del príncipe y el propio príncipe se preparaban para la batalla de armaduras contra Jason. Los seguidores del príncipe, cada uno con su armadura distintiva, rodeaban a su líder en señal de apoyo.

En la primera batalla, el primer desafiante fue un chico llamado Brad, quien se enfrentaría a Jason. Con un gesto dramático, Jason hizo aparecer su vehículo clase legendario: La Tarántula, un imponente Mecha de 8 patas equipado con armas de gran calibre. El público, sorprendido por la apariencia del vehículo, dejó escapar risas ante lo que parecía ser una elección poco convencional.

Ambos luchadores subieron a sus vehículos. El robot de Brad, diseñado a medida, destacaba por sus drones punzantes y una lanza como arma principal. Al dar inicio a la batalla, Brad desplegó sus drones, que se lanzaron hacia La Tarántula mientras él se preparaba para asestar un golpe decisivo con su lanza.

Sin embargo, para sorpresa de Brad y del público, Jason demostró una habilidad excepcional al maniobrar La Tarántula de forma ágil y precisa, evitando todos los ataques de los drones y la lanza de su oponente. En un movimiento experto, Jason logró desarmar al robot de Brad con un solo golpe certero, haciendo que la cabeza del robot saliera disparada al suelo y la armadura cayera, emitiendo chispas en su derrota.

Con un estruendoso aplauso, Jason fue declarado vencedor de la primera ronda, demostrando su destreza y determinación en el campo de batalla. El público observaba con asombro y respeto al gangster de Las Vegas, quien se perfilaba como un rival formidable en aquella competencia de armaduras gigantes. . .

En el segundo combate, el siguiente rival, Greg, se presentó con una imponente armadura que mostraba claros signos de experiencia en batalla. Con una actitud arrogante, Greg lanzaba ataques mientras fanfarroneaba sobre su inevitable victoria. Sin embargo, desconocido para él, Jason había estudiado detenidamente a todos sus rivales antes del encuentro, aprovechando su experiencia como artista marcial para identificar patrones y debilidades en su estilo de combate.

En un momento crucial de la batalla, Jason logró visualizar un movimiento predecible por parte de Greg y actuó con rapidez. Con un hábil agarre, rompió el brazo del robot de Greg, desarmándolo en un instante. Aprovechando su ventaja, Jason se movió con destreza y tomó la pierna de Greg, ejecutando un giro letal que causó que la armadura se desmoronara y la pierna del rival quedara inutilizada.

Greg fue derrotado de manera contundente por la astucia y habilidad de Jason, quien no perdió la oportunidad de burlarse de su oponente, señalando su actitud de bravucón que se aprovechaba de los débiles. Jason destacó el incidente previo con Angelica, donde un solo acto de valentía de la joven enfrentando a cinco hombres había revelado la verdadera naturaleza de Greg y sus seguidores.

La audiencia en el coliseo comenzó a cuestionar sus lealtades al presenciar la derrota humillante de Greg y la revelación de su comportamiento despreciable. Las dudas y la sospecha se apoderaron del público, quienes empezaron a cuestionar si estaban apoyando al bando correcto en aquella competencia de armaduras gigantes. La moralidad y la verdadera naturaleza de los contendientes se volvían temas de discusión en medio de la intensa competencia. . .

En el tercer combate, el rival conocido como Chris hizo su entrada triunfal portando una impresionante armadura equipada con una espada que empuñaba con maestría. Ante la expectante mirada de la audiencia, la batalla comenzó con ambos contendientes preparados para el enfrentamiento.

Sin embargo, en un giro inesperado, Jason decidió cambiar de estrategia y optó por subirse a una pared cercana, sacando sus armas y disparando con precisión hacia Chris. Este enfoque sorprendió a todos, incluido Chris, quien se quejó de que esa no era la forma en que un caballero debía pelear, cuestionando la falta de honor en el estilo de combate de Jason.

Ante la crítica de Chris, Jason respondió con determinación que en una pelea real, no se podía esperar que el enemigo luchara limpiamente. "Si no estás dispuesto a emplear todos los medios a tu disposición, es como si no estuvieras peleando en absoluto", sentenció Jason, dejando claro su enfoque pragmático y decidido en la lucha.

Con sus armas desplegadas y su puntería implacable, Jason acribilló la armadura de Chris con una lluvia de proyectiles, haciendo que la resistencia de la armadura finalmente cediera ante el poder de sus disparos certeros. La armadura de Chris se desmoronó, revelando a un derrotado y sorprendido rival en su interior, mientras el público observaba con asombro la contundente victoria de Jason.

Con este enfrentamiento, Jason demostró una vez más su astucia y capacidad para adaptarse a las circunstancias, desafiando las convenciones y demostrando que en la batalla, la efectividad y la determinación son cualidades fundamentales, más allá de las formalidades y códigos de honor tradicionales. . .

En el penúltimo combate, el temible rival Jilk hizo su entrada con una armadura equipada con bombas de humo, un hacha de mano y un rifle, mostrando una combinación letal de armamento. Ante la mirada expectante de la multitud, la tensión en el coliseo era palpable mientras ambos contendientes se preparaban para el enfrentamiento.

Al dar inicio a la batalla, Jilk desplegó sus bombas de humo y comenzó a disparar su rifle contra La Tarántula, el imponente Mecha de Jason. A pesar de lograr impactar en el vehículo de Jason, el daño resultante fue mínimo debido a su resistente blindaje, lo que tomó a Jilk por sorpresa.

Ante la falta de efectividad de sus ataques, Jilk decidió recurrir a su plan de emergencia: la bomba estratégicamente colocada en La Tarántula antes del inicio de la batalla. Al activar el detonador, una violenta explosión sacudió el campo de batalla, causando graves daños en el robot de Jilk y dejándolo en un estado precario.

Confundido y desconcertado por lo sucedido, Jilk no lograba comprender cómo sus propios planes se habían vuelto en su contra. Fue entonces que Jason reveló su astucia, explicando que había detectado la bomba colocada en su vehículo y la había intercambiado con el robot de Jilk, desbaratando su estrategia y asegurando su propia ventaja en la batalla.

Ante la desesperación y la furia de Jilk, este amenazó a Jason con consecuencias graves para él y su familia si continuaba con la pelea. Sin embargo, Jason respondió con calma y determinación, advirtiéndole que cualquier amenaza en voz alta arruinaría la reputación de Jilk de manera irremediable.

En un giro impactante, Jilk se burló de la falta de pruebas de Jason, sin percatarse de que su propia voz había activado accidentalmente un dispositivo de grabación, reproduciendo sus amenazas en voz alta para que todos en el coliseo las escucharan con claridad, revelando su verdadera naturaleza ante el público incrédulo.

En un momento de sorpresa y revelación, la reputación y la integridad de Jilk quedaron en entredicho, mientras Jason emergía victorioso una vez más, no solo en el campo de batalla, sino también en el terreno moral y ético de la competencia. . .

El coliseo resonaba con abucheos mientras Jilk, el temido luchador, era descalificado de la competencia. La multitud estaba enardecida, sin comprender cómo unonde los favoritos del torneo había sido eliminado de esa manera. La verdad salió a la luz cuando Jason, el astuto protagonista, reveló la artimaña de Jilk. Utilizando su celular, grabó la amenaza que Jilk había proferido y la reprodujo a través de los parlantes del coliseo, exponiendo su conducta deshonesta y desleal.

El siguiente desafío de Jason era enfrentarse al Príncipe Julius, un guerrero formidable cuya presencia era imponente en el coliseo. Lo que nadie sabía era que el Príncipe Julius había sido vigilado de cerca por la Reina, quien lo había enviado a la academia bajo la apariencia de un humilde conserje.

La batalla comenzó con Julius proclamando que no sería derrotado por el amor de Marie, una joven por la que sentía profundos afectos. Jason, sin embargo, interrumpió con acusaciones sobre las verdaderas intenciones de Marie, señalando que ella manipulaba a Julius para cumplir sus propios deseos de convertirse en princesa.

Julius defendió a Marie, argumentando que ella lo trataba como a una persona y no solo como a un príncipe. Jason contraatacó, afirmando que Julius solo escuchaba lo que quería oír, en contraste con Angélica, quien demostraba un genuino interés en él.

Finalmente, Julius se dirigió a Angélica, negando sus sentimientos y declarando que lo que ella sentía por él no era amor. En un estallido de emoción, Jason desafió esta afirmación, proclamando que el amor no es una cuestión de blanco o negro, sino que depende del punto de vista de cada persona.

Jason elogió a Angélica por su dedicación y esfuerzo en convertirse en una dama digna del Príncipe Julius, mientras cuestionaba las acciones de Marie, preguntando retóricamente si sus gestos superficiales como abofetearlo, curarle un rasguño o darle de comer churros eran verdaderos actos de amor en comparación. La batalla no solo era física, sino también un enfrentamiento de emociones y lealtades en medio de un coliseo vibrante con la tensión del conflicto entre el amor verdadero y las apariencias engañosas.


A pesar de las revelaciones de Jason, el Príncipe Julius seguía convencido de que Marie lo amaba sinceramente y estaba dispuesto a romper su compromiso con Angélica. En un acto de desafío, Jason tomó el control del robot donde estaba Julius y lo llevó al campo, mientras él se preparaba para la confrontación final.

"¡Pongamos fin a esto, Príncipe! Sin armaduras, sin armas, solo nuestros puños. Veamos de qué estás hecho para decir todo eso", desafió Jason. El Príncipe aceptó el reto y se lanzó al ataque, pero se encontró con la destreza imparable de Jason en artes marciales, quien lo derrotó con contundencia, dejándolo en el suelo en un estado lamentable.

Ante la escena, Jason proclamó: "Este es el heredero al trono, un individuo que traiciona a los suyos y prioriza su interés personal sobre el bienestar de su nación". Las palabras de Jason encendieron una llama de motivación en el público, que lo aclamó como el ganador indiscutible del enfrentamiento. . .

En el tiempo posterior, la Reina Mylena y el Duque Redgrave se reunieron con Jason para discutir los eventos recientes. Revelaron que Jason había sido enviado por la Reina para espiar al Príncipe y que tenía pruebas de la infidelidad de Julius hacia Angélica. Agradecido, el Duque reconoció la valiosa ayuda de Jason para proteger a su hija.

Jason, humilde, rechazó cualquier recompensa, mencionando que ya contaba con una gran cantidad de dinero en Dhiás gracias a la apuesta que había realizado. La Reina expresó su gratitud por la intervención de Jason y anunció que Julius había perdido su derecho al trono debido a su conducta deshonesta.

Finalmente, el Duque Redgrave solicitó a Jason que acompañara a su hija Angélica al campo, a lo que Jason accedió con amabilidad. Así, la historia culminó con la victoria moral de Jason, quien no solo había triunfado en el coliseo, sino que también había contribuido a salvaguardar el honor y el futuro de Angélica, demostrando su valentía y nobleza en cada paso que daba.


Después de su triunfo en la apuesta, los 10,000 Dhiás que Jason apostó se transformaron en una impresionante suma de 10 millones. Decidió destinar 1 millón para adquirir una isla flotante cerca de la academia, otro millón como su capital personal y el resto para saldar las deudas de los alumnos endeudados tras la batalla, ganándose así el estatus de héroe en la academia.

Jason disfrutaba de su nueva vida rodeado de Angelica y su amiga Olivia, divirtiéndose con pasatiempos poco convencionales como disparar a ratas y participar en carreras de carros. Las chicas quedaban asombradas por la magia de Jason para invocar extraños vehículos que aparecían misteriosamente cerca de él.

A medida que pasaba el tiempo, Angelica comenzó a olvidar al Príncipe Julius gracias a los sabios consejos de Jason, mientras Olivia la apoyaba como mejor amiga y veía a Jason como un verdadero héroe. Con la mente y el corazón sanados, Angelica y Olivia regresaron a la Academia, renovadas y con una nueva perspectiva sobre sus vidas.

Jason decidió escribir a la Reina para consultar sobre su próximo paso. En pocos días, una escolta de caballeros y un representante llegaron para informarle que había sido nombrado maestro de combate en la academia, además de recibir un título nobiliario de Barón en reconocimiento a sus servicios y valentía.

Se celebró una ceremonia de ascenso con la presencia de la Reina, quien condecoró a Jason ante todos los estudiantes, quienes lo reconocieron como un verdadero héroe y maestro. La academia vibraba de emoción y gratitud hacia Jason, quien había demostrado no solo su destreza en el combate, sino también su nobleza de espíritu al ayudar a sus compañeros y transformar la vida de Angelica y Olivia para mejor.

Así, Jason se convirtió en una figura destacada en la academia, no solo como un maestro de combate excepcional, sino también como un símbolo de coraje, generosidad y amistad. Su legado perduraría en las mentes y corazones de todos aquellos que lo conocieron, inspirando a las generaciones futuras con su ejemplo de valentía y bondad.

Fin del cap2

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