Sonrisa de medio lado
La risa juguetona llena de maldad de la híbrida resonaba en el prostíbulo.
- ¿No querías jugar, Mi-ha-il? – dijo su nombre con erotismo.
En ese momento, él sintió una ráfaga de aire a su lado y retrocedió un poco, lo justo para tropezar con uno de los hilos y mover las manos en el aire. Se rajó la palma de la mano con uno de ellos. Unos ojos color pistacho a su lado se alejaron sonrientes y brillantes ante el olor de la sangre del pequeño.
Erica sacó su espada y cortó hacia delante. Notó que se rompían dos hilos, pero al estar tan tensos, al cortarlos salían disparados y uno le rajó la mejilla.
- ¿Quieres romper mis hilos? Venga ya, no te preocupes... mientras estás distraída cortando sin ver nada puedo ir colocando más a tu alrededor... - los ojos rosados se paseaban a su alrededor, salteando las cuerdas - ... o puedo atarte alguno al cuello y colgarte, mientras veo como el hilo se come tu piel hasta cortar el hueso y tu linda cabeza rueda hacia mis pies... - sonrió - ...que después aplastaré de un pisotón.
Erica apretó los dientes. Sabía dónde estaban los híbridos por el brillo de sus ojos, pero ellos podían "apagarlos" por así decirlos, si querían. Era más bien para ponerlos nerviosos. Los Twilights esperaban ansiosos un relámpago que les indicase un camino fácil para salir del mar de hilos.
*
Nicolas estaba sentado jadeando en un portal. Worick había conseguido que vomitase gran cantidad de pastillas, y había sido más fácil, ya que no había desayunado ni comido. Sólo estaban sus pastillas en el estómago. Esa dosis pudo haber sido letal. Había comenzado a llover de nuevo. Aprovechó para lavarse la cara y la boca.
Worick y Alex miraban el viejo prostíbulo de lejos. No se oía nada, pero se veía la sombra del híbrido rinoceronte en el agujero de la pared.
- Me voy a acercar, voy a ver si puedo hacer algo, que parezco un inútil... (en este capítulo y en muchos más atrás, si, has sido un inútil, ni en el opening haces nada aparte de levantarte, vestirte, caminar, tirar el cigarrillo y mirar a Nicolas como un campeón, ole tú)
Cogió su pistola y se acercó. Alex fue con Nicolas, que estaba sentado en el escalón.
- "¿Te encuentras mejor?" – le dijo agachándose a su altura.
- "Estaré mejor cuando vea a Zoba sana y salva"
Hizo el amago de levantarse, pero sus heridas le dolían. Se estaban mojando, y estaban con la ropa de dormir.
- No, Worick ha ido a ver qué pasaba dentro, ahora viene... - le ayudó a sentarse de nuevo.
Worick volvió en un minuto. Ambos le miraros.
- Bueno... el rinoceronte no me dejaba entrar... así que he dado dos pasos por mi cuenta, he visto que todo estaba oscuro, un hilo fino como los de un piano me ha cortado el cigarrillo de la boca, un relámpago ha iluminado el lugar, he visto lo que hay... y aquí estoy. Ahí no hay quien entre. Pero se la están apañando bien.
Worick se sentó con Nicolas y Alex refugiándose de la lluvia.
- Alex-chan... te daría algo para taparte, ya que se te marca un poco... ya sabes, con el agua... pero no tengo, sólo llevo pantalones... - dijo mirando el suelo.
- Oh, no importa, puedo aguantar...
Alex miró a Worick de cerca. Él no tenía el parche. No estaba acostumbrada a verle así. Ella miró la herida de Worick. Sangraba, y seguro que le dolía, pero él no se quejaba. Justo cuando pensó en rajar una parte de su camisón para vendarle, se escuchó una voz que conocían muy bien.
- ¡Por fin os encuentro!
Ellos miraron a su lado. Nina estaba con un paraguas, un chubasquero y un botiquín en la mano. Sonrió feliz de verles.
- Me alegro mucho de que estéis bien... me temí lo peor, estaba desesperada... - entró con ellos a ese pórtico y dejó el botiquín – Al final ella me hizo caso...
- ¿Tú... avisaste a Zoba para... porque tú sabías que... que esos de ahí nos...? – Worick no sabía ni que preguntarle.
- ¡Cállate ya, déjame que os cure un poco, ahora os lo cuento! – le dio un coscorrón y abrió su botiquín.
*
Las risas de los felinos híbridos estaban llegando a más. Se dedicaban a empujarlos velozmente contra las cuerdas para provocar cortes en ellos. La mayoría eran superficiales, pero ellos ya se estaban cansando.
- Seijuro, ¿vamos acabando? Me está aburriendo este juego... al final este niño no sabe divertirnos...
- Acabemos pues, jefa – dijo la ronca y sexy voz del león.
La felina se quitó uno de los guantes y sacó unas enormes y fuertes uñas, muy duras. Cortó despacio uno de los hilos apartándose, pues salió disparado y cortó parte de la melena y oreja izquierda de Erica. Ella reprimió un gemido de dolor. Ella siguió cortando cuerdas, que llegaron al cuerpo del pequeño que se defendía con los brazos, cortando su carne de un fino latigazo. Dos dedos de una mano de Erica volaron. El león rugió fuertemente mientras ella cortaba uno de ellos apuntando al niño. Un latigazo salió disparado y cortó un poco de su fino cuello, del que rápidamente empezó a brotar sangre.
Mikhail se arrodilló tapando la herida de su cuello en el momento en que un relámpago iluminó la estancia. La felina contemplaba cómo esas pequeñas manos blancas se llenaban de sangre que olía tan bien y cómo su infantil rostro expresaba el miedo a morir.
Erica miró hacia el techo y vio una salida. Ante la peligrosidad de los hilos, el ir cortándolos les abría un camino, una escapatoria. Agarró a Mikhail con su mano sangrando y se lo echó al hombro. Agarró uno de los hilos y lo cortó. Ella salió disparada hacia arriba mientras llovían gotas de sangre del cuello de Mikhail y de la mano rajada de Erica al subir. Se lanzó contra una ventana con el chico en su hombro y desaparecieron en la noche.
- Joder, que puto fastidio... - la híbrida escupió al suelo – Quería más sangre...
- No se preocupe, jefa, el niño no sobrevivirá, y la mujer no podrá usar un arma en mucho tiempo.
- Nuestra misión aquí era salvar a esos... pero quería divertirme, probar mis juguetes nuevos, la ropa que me diste del cuartel... - sonrió mirándole.
Seijuro también le sonrió.
- Sigue haciéndolo como hasta ahora, Seijuro, noto la mirada llena de celos de mi expareja en la nuca y me encanta... - sonrió de lado, con algo de locura, lamiéndose los labios.
- Mientras les escoltaba hacia afuera como usted me ordenó, jefa, él me dijo claramente que no me acercara más a usted – dijo con los brazos en la espalda, poniéndose muy recto.
La híbrida reprimió un chillido.
- ¡Está muy celoso! ¡Me encanta, me encanta! – dio un par de saltitos poniéndose las manos en la cara – Qué fácil es enfadarlo...
*
Mientras Nina vendaba el hombro de Worick y curaba las heridas superficiales de Nicolas, les contó cómo dedujo que ellos fueron secuestrados.
- Eres una chica muy lista, Nina-chan... ¿seguro que no quieres unirte a Benriya cuando crezcas en vez de dedicarte a la medicina? – le preguntó Worick.
- Seguro que no – respondió ella feliz – Lo siento, traje el botiquín, pero no caí en traeros algo de comida...
- No pasa nada – dijo Alex con una sonrisa – Al menos estamos vivos... por Zoba.
- Ah sí, Zoba – ella hinchó el pecho orgullosa – Yo la convencí para que viniese a intentar ayudaros.
- "¿Sabes dónde vive ahora?" – le indicó Nicolas – "¿Vive con alguien?"
- Lo siento... ella me hizo prometer que no os diría nada... si yo os lo dijera, la traicionaría, entendedme... Zoba estuvo todo este tiempo manteniendo el contacto conmigo en secreto. Nos hicimos amigas. Ella... ella me dijo que yo era la única persona que no le había traicionado ni mentido. Por eso quiso seguir siendo mi amiga. Así que si yo ahora os hablo de sus secretos, me odiará. Así que no puedo.
- "Zoba ha cambiado mucho..., ¿pero sigue siendo la misma de antes?"
- Me temo que no... ya has visto, ella fue la que liberó a esos híbridos. El sentirse traicionada ha hecho que se endurezca y sea independiente... - dijo colocándole a Nicolas la última venda.
- "¿Si tanto nos odia... por qué ha venido?"
- ¿Recuerdas hace tiempo, cuando la perseguían, que cayó delante de la clínica del doctor? Ese día yo le dije que cuidaría de ella, de sus heridas. Para ella, yo le salvé la vida porque la saqué de las calles... - ella sonrió con nostalgia - ...pero ella... tiene un corazón muy grande... pero yo sé que algo va mal con ella...
- "Nina... Zoba y yo fuimos..."
- Lo sé. No hay que estar muy ciega para saber que vosotros erais pareja... - suspiró sentándose – No preguntaré que os hizo dejarlo, pero... Nicolas... yo creo que Zoba aún no te ha olvid...
- Nina – la interrumpió esa suave voz femenina.
Todos miraron a la calle. La lluvia había aflojado un poco. Los cuatro híbridos estaban ahí de pie mirándoles. Yiyi se refugiaba de la lluvia bajo el brazo del enorme Tornero, que no le importaba mojarse. Seijuro le sostenía un paraguas a la felina y se refugiaban ambos en el mismo.
- ¿Qué le estás contando a estos caballeros y a la señorita? – dijo sonriendo, mirándola intrigante.
- ¡Nada! ¡Nada! No he contado nada de ti, sólo hablábamos de... de que fui yo la que te llamó. Lo prometo... - dijo juntando las manos.
- No me importa que te quedes el mérito, puesto que mis juguetes se han escapado... - dijo poniendo una mueca hacia un lado.
Nicolas no podía entender lo que la híbrida decía, puesto que no vocalizaba. La miraba fijamente. Sus ojos brillantes, su lindo cuerpo, su cintura descubierta, su postura recta y algo vacilona... su querida estaba preciosa, hecha toda una mujer. Seijuro le sujetaba la chaqueta en el brazo y una gorra.
- Gracias, Zoba... por venir a por nosotros... - dijo Worick.
Ella hizo como que no escuchó nada. Y movió los labios diciendo...
- No respondo a ese nombre. No es el mío. No me llames así.
Nicolas la miraba. No podía dejar de hacerlo. Seijuro le puso la gorra bien y la ató dejando su larga coleta por fuera. También le ayudó a ponerse la chaqueta, que le quedaba grande, a juego con el pantalón. Luego la abrazó por la cintura por debajo de la chaqueta, pasando sus manos mullidas con garras por la pequeña cintura desnuda de su jefa, y dejando su cara en el hueco de su cuello, oliendo su nuevo aroma. Su cola buscaba la larga y peluda de ella, para entrelazarlas con cariño mientras ella sonreía acariciando su melena oscura.
Esta vez, pudo ver la mirada que les lanzaba Nicolas desde el escalón del pórtico escondiendo sus ojos tras la visera de la gorra. Le encantaba, le encantaba. Verle pasar ese mal rato en los brazos de un híbrido más alto, más guapo, más joven, y que por supuesto, estaba más cerca de ella, le hizo dar una gran sonrisa de lado. Sabía bien por Nina que el Twilight no dejó de quererla.
- Bueno camaradas, un placer tenerles a mi lado – dijo girándose a los híbridos – Vámonos a descansar...
El león soltó su agarre, pero no soltó su cola unida con la suya, y pasó un brazo por los hombros de la albina mientras se alejaban en la lluvia y en la niebla. Sonrió todavía más cuando escuchó a Nicolas levantarse herido del escalón y a Worick sujetarlo para que no la persiguiese. Ellos pronto se perdieron de vista.
- ¡Nicolas, quieto, es una orden! – Worick lo agarraba de los hombros e intentaba sentarlo.
Le costaba por la herida de su hombro, además que Nicolas no estaba mirando sus labios. Hizo un esfuerzo, y metió al Twilight dentro del pórtico, poniéndose encima suya.
- ¡Quieto, es una orden! – le gritó agarrando sus brazos.
Nicolas lo miraba apretando los dientes con los ojos vivos. Desvió la mirada con rabia, pero Worick le agarró la cara y le obligó a mirarle.
- ¡No te dejes llevar por los impulsos! ¡No puedes ir ahora detrás de ella!
- ¿¡Por qué no?! – le gritó el Twilight.
- ¿Crees que yo no tengo ganas de hablar con ella? ¿Con mi hermana? Ella ha renunciado al nombre que le dimos, no quiere saber nada de nosotros, pero, escúchame... yo he visto algo que tú no.
Nicolas seguía mirándolo enfadado mientras Worick se sentaba con cuidado sobre la tripa de este para que no se moviese.
- Estabas tan cegado viendo como ese híbrido acariciaba a la persona que amas que no la has mirado a ella a la cara. ¡Sonreía, joder! ¡Y no es una sonrisa de "ay, cariño, cómo te quiero y cómo me gusta que me manosees delante de otros"! ¡No! ¡Sonreía de lado! ¡Pero no de lado como diciendo... mmm "esta noche te voy a dar lo tuyo porque has estado genial ahí adento" ¡No! - Worick se estaba alterando más de lo que estaba porque quería aclarar las cosas.
Alex fue a su lado a respaldarle, ya que estaba haciendo que Nicolas se enfadara todavía más.
- Sonreía mirándote, Nicolas... pero sonreía de lado sabiendo que sus acciones tenían la respuesta que quería de ti... te estaba poniendo celoso a propósito y lo ha conseguido pero bien...
- Zoba... - dijo Nicolas mirándolos a los ojos - ...no es así...
- Zoba ya no es como la recordamos, Nicolas... - Worick se quitó de encima suya - ...
Nicolas se quedó tirado en el suelo un momento asumiéndolo todo. ¿Su chica... quería ponerle celoso? ¿Para qué? ¿Para hacerle daño o para comprobar si él la seguía queriendo?
- Necesito hablar con ella. Si o si – dijo levantándose.
- Otra cosa es que ella quiera hablar contigo – le contestó Worick encendiéndose otro cigarrillo.
- ¡Voy contigo! – dijo Nina recogiendo sus cosas - ¡Yo te puedo ayudar, ya que ella no vocaliza hablando! Sólo dijo eso para que tú te enteraras bien. Ella se encuentra ahora mismo en la fase del salvajismo, lo leí en este libro – ella sacó un libro del fondo de su botiquín.
Era pequeño y viejo, bastante delicado. Nicolas lo cogió mirándolo. "Fases de la vida de un híbrido de raza felina"
- Estaría bien que lo miraras, entenderías qué le ha pasado. Además... escóndelo bien, el libro me lo dio ella... que no se entere que lo tienes.
Nicolas asintió mientras le tiraba con cariño de la mejilla.
- Alex-chan y yo nos vamos a casa, que nos vamos a resfriar...
Worick le cogió el libro a Nicolas y lo guardó en su pantalón.
- Te lo dejaré en la mesa, nos vemos, ten cuidado...
Ellos se fueron caminando hacia casa. Nicolas y Nina se fueron por la calle donde los híbridos se habían marchado. Estaba deseoso de hablar con Zoba, porque si le estaba poniendo celoso... ¿sería que aún habría algo entre ellos?
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¿Creéis que de verdad Zoba sigue queriendo a Nicolas? ¿O sólo juega con él?
¿Puede ser que realmente ella esté en uns relación con Seijuro, el híbrido de león?
¿Que opináis?
Nos leemos, Gangstercitas! :3
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