Mi nuevo hogar; la celda
Esa mañana, Nicolas y Worick fueron a reportar a Chad la desaparición de Zoba. Le dieron una foto de la híbrida, una descripción y demás datos, como la edad, tipo de sangre, raza, estado de salud, etc.
Nicolas se quedó mirando cómo la máquina hacía su trabajo y salía una hoja de "Desaparecida", con la foto de su chica, datos, etc. Cogió la hoja mirándola. Se dijo hace tiempo que el día que viese a su pequeña en una de esas hojas, perdería la cabeza. Si no fuera por el apoyo de su compañero y del consuelo que se daba al saber que su chica sabía defenderse, si, la perdería completamente.
Chad les proporcionó una lista de los últimos secuestros y algunas pistas que tenían especiales, como vehículos extranjeros, gente sospechosa, datos sobre las granadas de luz con sonido, etc. Para unos casos tan repetidos y comunes, apenas tenían datos. Era un fastidio, una pérdida de tiempo. Nicolas sabía bien que ese barrigón no les iba a ayudar en nada. Y Worick pensaba igual. Ambos empezarían su propia investigación... y no sabían por dónde.
*
El ruido de un motor y un meneo constante hizo que Zoba abriera los ojos. Estaba tumbada en lo que parecía la parte de atrás de un camión o similar, puede que más pequeño, con los brazos atados a la espalda y las piernas con la cola. Tenía una venda en la boca y algo tapando sus ojos. Se incorporó y movió sus orejas para intentar situarse y recordar que había pasado.
Se acordaba de Nicolas tambaleándose por los calmantes caminando por la calle, se acordaba de su vestido azul... se acordaba de su bebé... Recordó el incidente, y empezó a asumir que la habían atrapado y separado de su familia, antes de decirle a su novio que le había dado una bendición. Se puso nerviosa y empezó a frotar las cuerdas que la amarraban, demasiado fuerte. No, ella no podía... Nicolas estaba con ella, era imposible que se la hubiesen llevado... ¿por qué? ¿Por qué tuvo que ocurrir?
Notó y escuchó que el vehículo se detenía. Escuchó dos portazos delante y cómo abrían el portón de detrás. Alguien la agarró de una pierna y tiró de ella para sacarla. Ella emitió un grito con la garganta intentando negarse, pero no sirvió de nada. Un tipo alto y rudo se la echó al hombro poniendo intencionadamente la mano en su trasero para apretarlo mientras la sujetaba.
Sus intentos de moverse eran en vano y el tipo comenzó a caminar con ella en el hombro. Zoba escuchaba a más gente a su alrededor hablar, todos hombres. Un miedo reconocido se apoderó de ella. ¿Sería vendida otra vez? ¿Tendría un nuevo amo? No, ella no quería volver a pasar por eso. Ella estaba embarazada, debía cuidarse, estar con su familia, con su chico...
Notaba que detrás de ella caminaba alguien siguiéndolos. Le escuchó dar un par de órdenes, por lo que dedujo que sería un tipo importante. El tipo que la agarraba se detuvo cuando bajó unas escaleras.
- ¿Dónde la dejo, capitán? – se giró a preguntar.
- Ella es una invitada especial. Al fondo, la que es un poco más espaciosa. – contestó la voz que les seguía.
- Pero eso es para híbridos más grandes, señor...
- ¿Me vas a hacer caso o a hacer lo que te sale de los cojones? ¿¡Quién manda aquí, eh?!
- Usted, mi capitán, ahora mismo la llevo...
Zoba bajó las orejas. Se había asustado de oírle gritar tan cerca de ella. Notó ser llevada dentro de una celda y dejada en el suelo con brusquedad.
- ¡Más despacio, imbécil! ¡Está embarazada, joder! ¡Un puto movimiento brusco de tus jodidas manos de mierda, pierde el feto y te mato! ¡Te mato! ¡Pierde muchísimo valor, o no te das cuenta!
Zoba escuchó al hombre disculparse repetidas veces mientras se apoyaba en una pared temblando. Si, secuestrada por estar embarazada... Uno de los hombres sacó algo de su cinturón y el otro se acercó a ella. Le quitó la venda de los ojos y la de la boca. Tenía las pupilas muy dilatadas del miedo y jadeaba. Parpadeó un poco, y pudo ver a un hombre entrado en años, entre 50 y 60, pero su cuerpo y su rostro se conservaban bien, de pelo castaño claro y un parche en el ojo derecho muy grande. El otro, el tipo grande que la había llevado, la apuntaba con una pistola.
- Bueno, bueno... - dijo el tuerto sonriendo de lado, mientras se agachaba a verla de cerca - ...pero que cosa más bonita tenemos aquí... - dijo levantando su mentón – Si, cosa, has oído bien. Después de todo es lo que sois. Cosas, objetos, engendros nacidos de antepasados zoofílicos enfermos. Aquí no pienses que te vamos a tratar tan bien como te trataba tu querida familia, pero sí un poco mejor que al resto porque vales mucho, querida. Así que tú pórtate bien y obedece, y verás cómo seremos buenos contigo...
Zoba emitió un gruñido de desaprobación y desafío, callado rápidamente por un golpe en la cara del capitán.
- Tenle respeto a tu superior, gatita. Tengo muchas ganas de hablar contigo, de contarte cosas sobre cómo hemos hecho tu laaaargo secuestro, sobre esa cosa que llamas... "novio", y sobre mí... - dijo sonriendo y señalándose con ambas manos – Ah... y por cierto, una cosita que tienes que hacer desde ya... - su mirada cambió de una vacilona a una muy seria y peligrosa - ... más te vale que ahí – señaló lo vientre – estés engendrando un híbrido de gato como tú, hembra, preferiblemente, que se venden a más precio y más rápido... pero como tengas el valor de dar a luz a un asqueroso koukon igual que el monstruo de su padre... - Zoba notó su voz cargada de ira contenida, cosa que la aterraba - ... me pensaré que es lo que haré con él... porque si parieses ahora mismo, ¡te juro que lo desmembraba aquí delante de ti!
El capitán se alejó un poco admirando la cara de terror que había provocado en la pequeña Zoba.
- Esta noche vendré a traerte algo de comer y a verte... que tenemos mucho de qué hablar... - sonrió levantándose y salió de la celda con el otro militar, cerrándola a cal y canto.
Zoba se había quedado en shock. No dejaba de temblar y sus ojos lagrimeaban fuertemente. Ni siquiera habían soltado sus amarres, y de su boca no salía ningún sonido por el miedo. Si algo su cuerpo había aprendido cuando tenía miedo, era a estar acurrucada y escondida sin hacer ruido, pasando desapercibida.
La voz ronca de ese militar resonaba en sus orejas. Ya no era que no la fueran a tratar bien, eso ya lo sabía de sobra, era la forma en la que había hablado de su futuro bebé. Era una criatura inocente, ¿por qué tenía que sufrir de esta manera? No quería llegar a imaginarse lo que supondría que ese tipo... le hiciese algo tan cruel a su bebé recién nacido, delante de ella.
Aún no sabía bien lo que era un koukon. Recordó haber oído esa palabra varias veces, y la asociaba con Twilight. Pero en verdad, ni siquiera sabía a ciencia cierta lo que era un Twilight. Si, personas con colgantes como los de Nicolas en el cuello y que es como una "subespecie humana" que debe obedecer a los humanos puros. Ya está. No sabía de dónde veían, por qué se caracterizaban, por qué nacían siendo así...
Y si ese hombre ha hablado de esa manera... refiriéndose a su futuro bebé... ¿será que ser koukon iba con la genética? Ser híbrido sí que venía de genética, no eran descendientes de zoofílicos como dijo ese hombre. Por eso ella estaba convencida de que tenía un híbrido... pero ahora le dicen que puede ser un Twilight como Nicolas, y si eso llega a suceder...
Le entró un mareo que le hizo caer hacia un lado, quedándose tumbada y sin dejar de temblar en aquella fría celda del fondo.
*
En Ergastulum, en el apartamento de Benriya, Nicolas señala en un mapa gigante de la ciudad las zonas donde han desaparecido híbridos los últimos dos años, mientras que Worick lee papeles y fichas que memoriza rápidamente. Alex les lleva café y se queda sentada mirándolos. Se siente poco útil, pero sabe que no puede hacer mucho más que apoyarles y rezar para que todo salga bien.
Worick miraba a Nicolas de reojo. Estaba serio mirando papeles y poniendo cruces en el mapa poniendo al lado el día de la desaparición y la raza de híbrido con el sexo. Le vino el pensamiento de si hace dos años le dijeran que todas estas cosas iban a pasar, él no se las creería en absoluto. Pero sí, todo era cierto. Una híbrida de gato era su hermana, y estaba embarazada de su mejor amigo, y en paradero desconocido.
*
La híbrida pasó horas intentando calmarse, respirando profundamente, cerrando los ojos, intentando no recordar nada de lo que le dijo el tipo horrible. Se había dado cuenta que no estaba sola, bueno, en su celda sí, solo que alrededor había más híbridos. Sólo que ninguno hacía ruido. Sólo se escondían como ella. Seguramente todos habían oído su conversación con el capitán y tenían miedo.
Escuchó un portón abrirse y levantó las orejas. Dos hombres caminaron. Se pararon delante de su celda con rejas, era el capitán y otro soldado, diferente al anterior. Abrió la celda dejando pasar al capitán y la cerró quedándose a montar guardia. Zoba se apegó a la pared viendo ese tipo que tanto miedo le daba se acercaba a ella. Se encendió un cigarrillo y puso un pañuelo en el suelo, sentándose encima.
- Empecemos por el principio... - dijo expulsando el humo – Me llamo Gaston Brown, y soy el capitán de la división de caza y captura de híbridos de esta provincia. ¿Te suena Brown?
Zoba no cambiaba la expresión de desconfianza que tenía hacia él. Y bien que hacía. Por supuesto que le sonaba Brown, ella no es tonta, es el apellido de su novio.
- Compré hace 35 años una prostituta koukon, pelinegra, ojinegra, siempre con la mirada perdida y algunas expresiones asquerosas en la cara, pero tenía unas caderas buenísimas. Que guarra era... No tardé en preñarla, muy a mi pesar... - dio otra calada al cigarrillo – Luego nació ese engendro. Igual que ella, raro, feo... un monstruo. Ni lo miraba, me daban arcadas, parecía un mono.
Zoba no entendía muy bien que le estaba contando el tío este, pero no estaba teniendo mucho respeto a la familia que había formado.
- Pero oye, podía servirme. Con un buen adiestramiento, cualquier perro se hace fiero y obediente. Oh, sobretodo obediente... Cuando su madre perdió la leche de sus tetas la quité de en medio y me quedé al bicho. Le enseñé a hacerse su... biberón solo, a que se lo tomara, e hiciera sus propias cosas lejos de mi cuidado. Que le iba a cambiar yo a eso los pañales, los cojones – tiró su cigarrillo y encendió un puro.
Zoba miró al suelo. ¿De verdad... un niño tan pequeño? ¿Eso es así? ¡Amaestrado como un perro por su propio padre!
- Ni siquiera le di un nombre, total, no me escuchaba cuando lo llamaba – sonrió fumando - ...tardé cuatro años en darme cuenta que era sordo, pensé que había salido retrasado.
Zoba abrió los ojos comprendiendo la situación. Ese tipo estaba hablando de su novio... era su padre. Su pulso se aceleró pensando en lo que su chico debió pasar desde muy, muy pequeño. Ni siquiera le dio nombre, no le dio identidad. No tuvo la comprensión que necesitaba por su minusvalía.
- ¿Lo vas pillando? Estoy hablando del monstruo que te follaste para preñarte. – sonrió victorioso – Si, cariño, si... lo sé todo... tú llevabas la voz cantante aquella noche. ¿Te gustó? – soltó una carcajada.
Sus pupilas empezaron a titilar incrédulas. Lo sabía todo. TODO. ¿Cómo es posible? ¿Nunca tuvieron intimidad? ¿Qué significaba eso? Apretó los dientes con mucha rabia.
- ¡Nicolas no es un monstruo! ¡Nicolas es un hombre bueno, amable y cariñoso! – le gritó.
- Si, si, ya, lo que tú digas, el amor os ha puesto loquitos a los dos – dijo arrascándose una oreja – Pero el que nace siendo un monstruo, muere siendo un monstruo. Como tú – sonrió mirándola - ¡Cierto es el dicho, Dios los crea y ellos se juntan! – soltó una carcajada que a Zoba le sonó a risa de mil demonios.
El capitán se acercó a ella mucho mirándola de cerca.
- Y debo añadir... que sabe juntarse muy bien... eres una de las híbridas que más me gusta mirar... - estiró una mano hacia ella agarrando uno de sus senos fuertemente, haciendo que ella soltara un chillido - ...y tocar... tocar también me gusta...
Clavó su único ojo en los rosados de Zoba sin moverse. Le encantaba ver cómo temblaban esos animales bajo él.
- No pienses que te considero mi nuera... no se te ocurra considerarme ni por un instante tu suegro, pues no quiero monstruos cerca de mí... para mí, técnicamente mi hijo, quien nos une, está muerto. No existe para mí desde el día en que se lo vendí a ese niño rico, y seguro que yo no existo para él desde ese día. Pero esa es una historia que te contaré mañana... si, Zoba... vendré muchas noches a contarte cosas de la persona que amas, demostrándote el monstruo que es y hundiéndote la moral preguntándote cómo te has podido enamorar de un ser tan asqueroso. Te quitaré las ganas de ser rescatada, te quitaré el amor y el cariño que le tienes a ese feto, así hasta que no te importe una mierda la vida, y vuelvas a ser una linda gatita sumisa, sola e indefensa, cuyo solo propósito en la vida... - se levantó con una sonrisa maliciosa dándole la espalda - ... es cabalgarle encima a un viejo baboso.
Salió de la celda riéndose y el otro soldado entró. Rápidamente cortó sus cuerdas de brazos y piernas y dejó un paquete a su lado. Salió, cerró y desapareció con su capitán. Después de irse, todo volvió a quedarse en silencio. Zoba ni siquiera se había dado cuenta ni de que estaba libre de ataduras ni del paquete a su lado. Seguía temblando. Quería llorar. Su hombre, su amor, su Nicolas... cómo lo echaba de menos.
Empezó a sollozar en silencio y pudo llevarse las manos a la cara, con las muñecas enrojecidas. Como desearía tenerlo para abrazarlo y llorar en su pecho, decirle que le amaba y le echaba de menos. Como echaba en falta sus grandes manos cálidas frotar su espalda para consolarla y su olor a café que lograba tranquilizarla. Deseaba escuchar esa voz ronca llamándola desde su cuarto para que dejase de comer dulces con Alex y fuera a la cama con él, a meterse bajo su camiseta de dormir cuando hacía frío y dormir ambos juntos, muy juntos, compartiendo la misma camiseta.
¿Y qué es lo peor de todo? Que su estancia en la celda echando de menos a su amor sólo había comenzado.
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Momento de reflexión de la autora:
Siempre releo el capítulo antes de publicarlo, por si quiero añadir algo, o tengo algo mal puesto, lo normal, vamos.
Y cuando leo lo que yo he escrito cuando me he metido en el personaje de Gaston, me doy asco. Cómo esas cosas pueden salir de mi mente, soy horrible... A veces me pregunto si de verdad estaba en mi sano juicio escribiendo.
Se que a muchas os sientan mal las palabrotas, leer cosas de este tipo, que hable de abusos, asesinatos de esta forma, pero chicas, es Gangsta, y Gangsta no es un anime moe con idols.
Bueno, era desahogarme un poco, ya está.
Y por último decir que NO ENTIENDO CÓMO ALGUIEN NO PUEDE QUERER A UNA COSA TAN BONITA, CUQUI, LINDA Y TIERNA COMO ES NICOLAS DE NIÑO
Nos leemos, Gangstercitas! :3
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