La mayor pesadilla
En la mansión Arcangelo, Nicolas y Wallace se encontraban en el despacho de estudio del último. Tenían muchas cartas en la mesa y llevaban unas cuantas partidas. Wallace miraba fijamente las dos cartas que sostenía Nicolas, como si pudiese ver a través de ellas, para no llevarse al joker. Las pequeñas manos vendadas y escayoladas de Nicolas le tendían las cartas a su amo mientras este elegía... efectivamente, el joker.
- ¡No me jodas, otra vez! – dijo estampando la carta contra la cara del twilight.
Era un juego tranquilo con el que pasaban el rato, no fue muy difícil enseñarle a jugar a Nicolas, y además, el pequeño koukon lo agradecía. Le hacía olvidarse de muchas cosas horribles.
*
La mente del pequeño koukon empezó a nublarse, y sentía un gran dolor que intentaba aliviar frotándose la tripa.
- Nicolas... ¿tienes hambre? – preguntó Wallace que iba caminando delante de él.
El koukon se derrumbó en el pasillo.
*
Abrió los ojos pesadamente, viendo el techo de la enfermería que tan bien conocía. Miró alrededor y vio a su amo hablando en el pasillo con el doctor. Se levantó un poco la camiseta para ver sus heridas curadas correctamente, bien cosidas. Su dolor disminuyó, pues sus infecciones desaparecieron. Un niño tan joven, curando sus heridas solo después de enfrentarse a ese infierno... y pidiendo perdón por haber roto el libro de lenguaje de signos de su amo.
Se levantó despacio, pues no era nada bueno que lo vieran acostado en una cómoda cama, su lugar era el frío suelo. Cogió el libro de su mesita y comenzó a ojearlo.
*
Caminó rápidamente por el jardín de la mansión Arcangelo hasta toparse con la valla, tras la cual estaban los militares de la puerta Oeste.
- CaAah... PhiitáN... CaAphitAn... - dijo agarrando los barrotes.
Un hombre de pelo claro con un parche se giró un poco a mirarlo.
- PaaA...D..re... PahdrE...
El capitán sonrió de lado girándose hacia él.
*
Los militares ya no estaban. Se encontraba solo bajo la lluvia. Una extraña sensación le inundaba. Se giró para ver a su amigo correr hacia él con una sonrisa.
- ¡Nic! ¡Nic! – dijo tomando su mano - ¡no tienes que preocuparte más! Todo está bien, ya no tienes que trabajar para ellos nunca más. Le ofrecí dinero por ti, y no se lo pensó dos veces... Mira, tengo tu medicación, puedo comprarla al doctor para ti y... ¿Nicolas?
El chico se giró despacio. Los militares se habían ido, lo habían abandonado. Ya no se lo llevaban a Ergastulum de vuelta, se quedaba con la única persona que le trataba bien. Sabía que no le gustaba que fuera un koukon, pero aun así, le dijo que estaba dispuesto a comprar su medicina para alargar su vida.
Sintió paz por primera vez, demostrándolo con una sonrisa de tranquilidad que sorprendió al rubio. Era la primera vez que veía a Nicolas sonreír.
- Nicolas... de verdad... me alegro por ti... a partir de ahora, te quedarás conmigo como siempre... ¿quieres?
Wallace escuchó un sonido ronco y entrecortado salir de la garganta de Nicolas y vio cómo ponía su brazo escayolado delante de sus ojos. Wallace sintió compasión, pues se sentía identificado con él. Si él pudiese huir de su padre, también lloraría de felicidad. Se acercó a su amigo y le ofreció los brazos que nadie le dio nunca para desahogarse.
Wallace si se encerraba en su cuarto algunas veces a llorar y desfogar su frustración, pero Nicolas nunca se quedaba solo. Él no iba a llorar delante de su amo, mucho menos delante de su padre y los demás militares. Años y años de llanto contenido se liberaban en los brazos de Wallace Arcangelo, bajo la lluvia. El día en que la mayor pesadilla del koukon terminó.
*Extra de la autora*
Todo hubiera sido infinitamente distinto para ambos... si el amor escondido de esos niños por sus padres hubiera sido correspondido.
*
Nicolas abrió los ojos lentamente mirando al techo de su cuarto. Notaba sus ojos algo adoloridos. Se frotó con un puño para ver que estaban húmedos y le escocían. Las pesadillas de su pasado le seguían atormentando. Se sentó en el borde de la cama. Aún era temprano, pero no se volvería a dormir. Imposible.
Había perdido la pista de su padre tras ese día. Nunca nadie lo mencionó ni salió citado en ningún lugar, Gaston Brown, líder de los mercenarios de la puerta Oeste, por lo que dedujo que moriría. Ojalá. Parece ser que acabó su peligroso oficio para dedicarse a robar híbridos y ganar mucho más que lo que un militar se podía permitir.
Pensar que su padre había estado espiando a su chica hasta el punto de saber más cosas de ella que él mismo... imperdonable. Inadmisible. Intolerable. Ese asqueroso bastardo... persiguiéndola desde que la conoce, sabiendo de su comportamiento, gustos, salidas, peleas... viendo cómo el hijo que tanto despreciaba se acercaba a otro monstruo para luego joderle la vida de esa manera... desear, esperar con paciencia, que su engendro preñase a una híbrida para arrebatársela de las manos como hizo con su madre cuando acabó el destete del niño... como haría con el hijo que espera Zoba de él...
La rabia le inundaba. Se vistió rápidamente, cogió su katana y salió del cuarto. Iba a salir a caminar para pensar en otras cosas. Cuando abrió la puerta del apartamento, se encontró con la pequeña Nina a punto de llamar. Ella se sobresaltó mirándolo. Nicolas parpadeó mirándola. Rápidamente puso cara de enfado y se dio golpecitos en una muñeca.
- "Lo sé, lo sé... sé qué hora es..." – dijo ella suspirando.
Nicolas se cruzó de brazos mirándola.
- "Las 5 de la mañana... pero no podía dormir..."
Nicolas giró los ojos dispuesto a darle un sermón de lo que supone que una niña como ella salga de casa en Ergastulum a esa hora de la madrugada sólo porque no puede dormir.
- "Yo sabía que Zoba estaba embarazada"
Antes de que Nicolas empezara su maratón de gestos de regañina, abrió los ojos enormemente poniendo su cara cerca de la de Nina, con incredulidad y sorpresa.
- "Yo se lo confirmé... no podía dormir porque no quería seguir escondiéndolo más..."
Nicolas la agarró del brazo para meterla en el departamento y que le siguiese contando, pero ella se negó.
- "Tenemos que ir a otro lugar... tengo que enseñarte algo"
Nicolas alzó una ceja molesto mirándola. Salió cerrando la puerta y la siguió hasta donde ella quiso.
Llegaron antes de que saliese el sol a la casa abandonada de Zoba, llena de gatos que esperaban su visita. La abrazó y saltó el muro para caer en el descuidado jardín, cerca de la tumba del pequeño Delico. Muchos gatos con la cola levantada se acercaron felices a verles y a pedirles comida. Nina dejó un paquete con desperdicios en el suelo para ellos y fue dentro de la casa seguida por Nicolas.
Todo estaba igual que el día que Nicolas fue empapado persiguiendo a su chica hasta su escondite. Nada había cambiado. Sólo la chimenea apagada. Vio la botella de ginebra empezada que ambos compartieron esa noche y la cogió para beber.
- "Los cazadores de híbridos han estado aquí" – le indicó Nina a Nicolas.
Él se acercó a su lado mirando alrededor. Ella estaba al lado de una papelera donde sólo había un cartón, un plástico y un aparato alargado.
- "Esto no estaba como nosotras lo dejamos. Alguien ha tocado la papelera. Es la única manera de que se hayan enterado porque ni ella ni yo dijimos nada a nadie"
Nicolas se agachó a coger la basura. Era un cartón donde venía un test de embarazo, el plástico que lo envolvía y el test usado que indicaba dos rayas rosas. La prueba definitiva de que su chica esperaba un hijo suyo.
Nina se sentó en el sofá y Nicolas fue detrás con ella.
- "Fue hace tres días. Vino a verme y me contó sus síntomas. Eran claros de un embarazo. Al principio se quedó blanca cuando se lo dije, pero poco a poco se fue poniendo rosa, y después roja. Era muy graciosa" – dijo con una sonrisa.
Nicolas la miraba seriamente con el test en la mano. Se lo iba a quedar, claro que sí.
- "Estaba ilusionada... no paraba de gritar que iba a ser madre de una criatura... nacida del amor que le tiene a su pareja..."
Nicolas apretó la tela de la rodilla de su pantalón y la mandíbula. Ojalá ella pudiese haber escuchado, al menos, que él también deseaba tenerlo.
- "Pero me dijo que guardase el secreto, ella quería sentirse preparada para decírtelo, ya que... por lo que parece, no lo buscabais..."
- "No es eso, es que veíamos imposible tener hijos. Además que... nunca hablamos del tema mucho. Sólo dijo una vez... que si ella tuviese un hijo, lo querría muchísimo" – explicó Nicolas acordándose de esa vez que ella preguntó por los padres de su chico y su hermano.
- "Al final ha sido un milagro. El estado del salvajismo resultó ser bueno para eso"
Nicolas levantó la mirada. Miró a Nina fijamente. ¡Claro, el libro que le dejó! ¡En ese libro ponía claramente que no afectaba el celo a tener descendencia! ¡Lo comprobó un científico!
- "¿Te acuerdas del libro que te dio ella que no debía saber que tú me lo diste a mí?"
- "Sí, a ella se lo dio el híbrido de león del cuartel militar donde estaban. Eso me dijo, que fue un regalo. También esa ropa que llevaba de chica mala"
- "Ponía que su celo no afectaba a disminuir su porcentaje de fertilidad. Es... mucha potra..." (como mucha casualidad)
Nina sonrió ampliamente.
- "Ese científico no tuvo en cuenta que cuando el híbrido accedía a tener relaciones con alguien a quien desease... el porcentaje cambiaba a favor. He investigado los porcentajes por mi cuenta, quiero especializarme en híbridos en el futuro... y las cuentas que me dan son..."
Nina le enseñó su libreta a Nicolas. Tenía cuentas y porcentajes aproximados de la fertilidad de Zoba en comparación a su situación sentimental. Abajo había rodeado un 100% en rojo. Nicolas escupió la ginebra que bebía. ¡Nina era increíble!
- "Lo único que no tuve en cuenta era tu nivel de fertilidad... pero era demasiado sospechoso y raro que te pidiese una muestra de esperma cuando en ningún análisis la hemos pedido, ¿no crees?" – ella rio nerviosa.
Nicolas agarró a Nina y salió corriendo de la casa. Los gatos se relamieron mirándolos mientras ellos saltaban de tejado en tejado. Iba a dejarla en la consulta y el volvería a casa. Sabía algo más de su chica, sabía cómo se enteró ese despreciable que ella estaba embarazada e irían con Worick a por ella a donde fuese.
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Yo aquí toda sad poniendo el pasado de Nicolas, ay mi chiquitín...
Bueno, ya no queda duda de quién se llevó a Zoba, ¿verdad?
Exacto, la pesadilla de Nicolas ha vuelto mas hijadeput* que nunca.
Sin embargo, seguimos sin noticias de Zoba, ¿podrán hacer Nicolas y Worick algo por recuperarla?
Nos leemos Gangstercitas! :3
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