La más bonita de Ergastulum

Después de haber captado el mensaje que Zoba quería transmitirle, desvió la mirada sin ninguna emoción presente en su rostro.


- ¿Y yo? ¿Acaso no he ayudado también? – Worick apareció detrás de ella mirándola.


Zoba se giró mirándole y dándole la espalda a Nicolas. Le dedicó unas dulces palabras de agradecimiento moviendo ligeramente su cola elevada, lo que Worick respondió con una sonrisa encantadora y cierto sonrojo arrascandose la cabeza.


- Ah... las chicas tan dulces me pueden...


Nicolas miraba la escena serio. No había manera de que pudiese saber que le habría dicho a Worick, pero había hecho que se sonroje. ¿Le habría mirado y dicho más que a él? Mejor dicho, ¿le habría puesto más sentimiento en Worick que en él? Cuando este se marchó a la mesa, Nicolas extendió la mano hacia el cabello de Zoba y agarró un mechón anudado. Ella giró la cabeza mirándole. Al ver que su pelo estaba sucio y feo, le dedicó una mueca triste y le quitó el mechón de sus manos escondiéndolo y mirando al suelo.


- ¡A comer dije! – gritó Alex desde la cocina.


Nicolas miró hacia allí y luego a Zoba de nuevo. Pasó por su lado sin tocarla. Zoba no se incluyó en la oferta de Alex para comer, pues ella no pertenecía a ese hogar, ni a esa extraña familia. Se subió al sofá y empezó a mullirlo para acomodarlo. Alex y Worick se miraron y llamaron a Nicolas para decirle lo que él ya estaba haciendo. Cogió a Zoba por los costados y la levantó en el aire sentándola en una de las sillas alrededor de la mesa, delante de un estofado de carne que hizo que sus felinas pupilas se dilatasen por el olor. Alex rió.


- ¡Su expresión vale como miles de cumplidos juntos! Pobrecita...


Le sirve en el plato a ella primero y le tiende una cuchara. Ella se queda mirando la comida y busca la aprobación a su alrededor para empezar a comer aquella delicia. Worick y Alex le sonríen. Nicolas se había ido a comer con un cuenco a un sillón apartado.


- No te preocupes, no le gusta que le vean comer. Tu come todo lo que quieras – Alex sonrió – Ten cuidado con esas heriditas – le señaló los cortes de la boca.


No le costó empezar a amar aquella sonrisa sincera de Alex. Se puso a comer como loca usando la cuchara para arrastrar la comida a su boca. Le dolían los cortes, pero el sabor era tan bueno que apenas lo notaba. Mientras, Worick ponía al tanto a Alex de lo que le había contado el doctor Theo de Zoba y cómo la habían encontrado. Nicolas comía en silencio y de vez en cuando giraba la cabeza para ver a nuestra pequeña híbrida devorar su plato. Después de ver su cara de felicidad al relamerse los labios y chuparse las manos para luego lavarse el rostro con ellas, sintió el irremediable deseo de no permitir que esa sonrisa le se borrara del rostro.


Después de comer, rápidamente Alex llevó a Zoba al baño para ayudarle a bañarse antes que empezara su digestión. Al principio se resistió como loca a meterse en el agua, pero al notar que estaba calentita, fue cediendo lentamente. Jugaba a soplar la espuma a su alrededor y ver cómo volaban las burbujas mientras Alex, con una sonrisa cariñosa y paciente, le peinaba y le cortaba algunos nudos del pelo. Worick se apoyó en el marco de la puerta del baño y miraba a Alex peinarla.


- Se le va a quedar una larga melena, suave como la mía – se echó un mechón de pelo hacia atrás.


- ¡Worick, intimidad! – le regañó Alex.


Zoba se giró para ver la escena. Estaba sentada y desnuda en la bañera, pero no se le veía nada. Antes de que Alex le lanzara un bote vacío a champú a ese pervertido, una gran mano morena apareció desde fuera agarrándole a Worick una oreja y obligándolo a salir del baño.


- ¡Nic! ¡Nic, joder! ¡Vale vale! ¡No he visto nada!


Las chicas rieron suavemente. La risa de Zoba era muy dulce. Ojalá Nicolas pudiese oírla. Una hora después salieron del baño.


- Bueno chicos, os quiero presentar a Zoba, la híbrida más bonita de todo Ergastulum – dijo dejándole paso a Zoba para salir.


Llevaba un conjunto que a Alex le había quedado pequeño hace mucho tiempo cuando estaba en el prostíbulo, su pelo ahora era largo y ondulado y le llegaba hasta detrás de las rodillas, estaba limpia, olía a sales minerales y se encontraba genial.


Se escuchó un silbido proveniente de Worick, que sentado en el sofá, dejó el periódico en la mesa para echarse hacia atrás y ver a Zoba detenidamente.


- No le queda nada mal. El gorro le disimula las orejas, pero no se las aplasta... y la cola la lleva enrollada en la cadera, ¿no? Sabía que no había que tirar ese conjunto – sonrió satisfactoriamente – le has arreglado el escote y le queda muy sexy.


La cola de Zoba se balanceaba muy suavemente tras el vestido mientras miraba a Nicolas esperando alguna reacción. Este solo la miraba con los ojos muy abiertos, una expresión petrificada de incredulidad con una botella de cerveza en la mano y la boca entreabierta. Ella se acercó a mirarle de cerca y se apoyó en sus rodillas despacio inclinándose a verle más de cerca. Sonreía y esperaba gustarle. Ahora que se encontraba limpia, aseada, con el pelo limpio y bien vestida, deseaba que, por lo menos, le acariciase un mechón. Nicolas se echó hacia atrás en el sillón cuando la notó acercarse tanto y un fino hilo de bebida se salió de su boca por la comisura. Ni siquiera se había percatado de que tenía cerveza en la boca y ni que no la había tragado al verla. Ella sonrió y sacó la lengua dispuesta a acercarse, pero Nicolas rápidamente se secó la boca con el puño de la camisa. Zoba retrocedió un poco sin quitar su mirada de felicidad.


- Anda Nicolas... aunque sea asiente con la cabeza, ella de verdad quiere saber tu opinión... - Alex se acercó a ellos.


*Narra Nicolas*


Estaba tranquilamente bebiendo mi cerveza cuando Alex me llama la atención cuando presenta a "la híbrida más bonita de todo Ergastulum" mientras me echo un trago. Cuando la veo aparecer con el traje arreglado de Alex... se me olvidó cómo se respiraba. Mil cosas cruzaron mi mente. Que la ropa le quedaba mejor que ese trozo de tela roto que tenía, que tenía una mirada de felicidad, que su pelo era muy largo... que tenía unas piernas delicadas, pero fuertes y seguramente su trasero también lo fuese de tanto correr, que ese escote revelaba que no era tan plana y por último y no menos importante... que no quería que nadie salvo él la viera vestida de esa manera, que pensara lo que él estaba pensando ni que la mirara con los ojos con los que él la miraba. Cuando noto una leve presión en mis rodillas, mi mente deja de volar y me centro en ella, en su inocente y pura cara. Y vuelvo a pensar... ¿cómo puedo ver a esta chica y pensar... semejantes cosas? Debería darme igual siempre y cuando respetara mi espacio y mis cosas. Pero desde que la vi tirada en el suelo con ese dardo en el cuello, no me da igual. Vuelvo a la normalidad al notar que un líquido frío sale de mi boca y veo asomar su fina lengua áspera y acercarse a mí...


Fin de la narración de Nicolas.


Zoba se apartó de un salto al ver que Nicolas se limpió rápido con el puño y puso una pequeña mueca de decepción.


- Dejalo Zoba... no esperes mucho de él. ¿Te vienes conmigo a comprar algo para cenar? – Alex le sonrió.


Pero Zoba seguía mirando a Nicolas. Soltó un leve suspiro y le asintió a Alex. Antes de salir, Nicolas agarró a Alex del brazo haciendo que se detuviese.


- ¿Quieres que te compre algo en particular? – le preguntó, pero Nicolas estaba yendo hacia su cuarto.


Salió de él con su cartera, que la esconde a saber dónde y sacó una cantidad de dinero que le entregó a Alex.


- Pero si me da Worick para comprar, no te preocupes, llevo de sobra, gracias – sonrió.


Pero Nicolas habló en su lenguaje de signos algo que Zoba no pudo interpretar mientras le metía el dinero en el bolso.


- ¿Comprar... ropa... qué? Aún no te entiendo muy bien, Nicolas...


Alex miró hacia Worick buscando la ayuda que necesitaba para completar la frase y lo encontró sorprendido. Luego empezó a reír, y Nicolas lo miró fulminantemente.


- ¡Que quiere que le compres otra ropa a Zoba más normal! – reía con una sonrisa grande y empezó a dar palmadas.


Alex abrió la boca y los ojos y miró a Nicolas sorprendida. Él hizo un gesto de quitarle importancia y les dijo que se fueran ya, que anochecería pronto y las sacó empujándoles la espalda. Cerró fuerte la puerta. Todo era porque no quería que hablasen del tema, que ya se habían reído de él bastante. Fue a su habitación sin mirar a Worick y se encerró. Se apoyó en la puerta mirando al suelo, pensando en lo que había hecho. Si con eso puede evitar que use ese conjunto para salir a la calle y hacer los recados que le mandemos, estaría bien. Hay mucho depravado suelto. Entonces recordó algo y sus ojos se abrieron como platos. ¡Zoba ya estaba en la calle vestida con ese conjunto y acompañada por una mujer exprostituta! ¡Puede que la reconocieran y quieran hacerle algo en contra de su voluntad, por no mencionar que va acompañada por un caramelito para esos bastardos! Alex lleva siempre una pistola guardada, pero y si... y si fueran demasiados para ella... Zoba y ella... Zoba...


Agarró su katana y saltó por el balcón. Empezó a correr por los tejados como tan bien se le da buscando a las señoritas para vigilarlas. Le esperaba una tarde mirándolas elegir ropa y vigilar que nadie las mirase de mala manera.


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