Huye

Corría entre las grises calles empapadas de pobreza y mugrosidad intentando huir de una panda de hombres armados sin muchas neuronas en la cabeza, que pensaban más con la cabeza que tienen entre las piernas que la que está sobre su gordo cuello. Llovía a cántaros, pero ella era rápida, especialmente porque era capaz de correr a cuatro patas, trepar y saltar obstáculos con cierta facilidad. También escurridiza, pues era pequeña y muy delgada. Pequeña, gran resistencia, velocidad... características de un Twilight, ¿verdad? No, no. Ella no lo era. Ella sólo era un superviviente de las calles que intentaba no acabar con un hombre entre las piernas por un puñado de monedas.


- ¡COGEDLA, JODER! ¡COGED A ESA PEQUEÑA MIERDA! – gritaba uno con una pistola, que a veces disparaba al cielo para ver cómo la pequeña daba un respingo en la lejanía por miedo a que la hiriesen.


Ella corría metiéndose en los callejones más estrechos buscando un escondite para despistarles. El camisón negro de tirantes que llevaba le tapaba por encima de las rodillas y agradecía que fuera negro, para que no se le transparentase nada. Se escondió detrás unas cajas de madera e intentó regular su respiración mientras escuchaba a los hombres pasar. Una anciana asomó de una puerta trasera a tirar lo que parecían unos periódicos viejos y la miró.


- Ah... otra niña más... el mundo se va a la mierda...


Ella la miraba con las manos en la cabeza temblando. Pensaba que la voz de la vieja atraería a esas malas bestias. Estaba agotada, le dolían los pies y le rugían las tripas, por no decir que su pequeño cuerpo calado tiritaba como loco.


- Si por la mañana estás viva, acércate aquí.


Dicho esto se encerró en su casa. Ella usó sus últimas fuerzas para mover una caja hueca y echar los periódicos viejos dentro. Entró en la caja de madera y colocó los papeles como aislante contra la madera mojada. Dio un par de vueltas sobre ella misma y acabó acurrucándose dentro de la caja.


Al día siguiente lo primero que vio la pequeña al asomar la cabeza por la caja fue un bello arcoíris en el cielo. En Ergastulum pocas cosas son bellas, y un arcoíris merece la pena mirarlo hasta que se desvaneciese.


- Gracias, vuelva pronto – reconoció la voz de la vieja que despedía a un cliente de su tienda.


Salió de la caja y se sacudió. Su desaliñada y larga melena blanca le cayó por toda la cara y sus enormes ojos rosados asustados miraron a la vieja.


- Vaya, aquí sigues, niña, escapaste. Asco de tipos los de anoche, ¿verdad? Toma esto y sal de aquí.


Dicho esto le lanzó una pequeña lata de conserva que golpeó en el suelo antes de irse rodando cerca de ella. La observó al pararse. Ponía "atún en aceite". ¡¿Atún?! ¡Era comida! Rápidamente empezó a golpear la lata contra el suelo para ver cómo se abría aquella maldita cosa de metal.


- ¡Eh, no seas animal, tiene una tapadera arriba! – la vieja suspiró.


Ella vio la pequeña pestaña y abrió la lata. Metió la boca dentro y empezó a lamer y masticar aquella delicia grasienta pero nutritiva. Primero el sabor del aceite suave, luego el rico atún, y... un sabor salado final que reconocía muy bien. Apartó la boca de la lata vacía mirándola con algo de pena, mientras la sangre goteaba de su boca hacia la lata. Malditos bordes, le había rajado las encías, lengua y labios a la muchacha. La vieja mientras atendía a una niña.


- Si no supiera para quien es este tabaco, no te lo vendería, niña.


- Lo se, lo se... pero él está muy ocupado y estresado últimamente... - ella se arrascó la cabeza con una suave sonrisa.


Sus miradas se cruzados. La joven de la boca sangrienta y la mirada perdida con la de la dulce niña de los recados del médico de la zona.


- ¡O-oye! ¡Tu boca! – se acercó a ella.


Siguieron mirándose. Era la primera vez que una chica pequeña se acercaba a nuestra joven protagonista y le daba mucha curiosidad.


- Ven conmigo... cuidaré de ti. – mira la lata - ¿Te gusta el atún? Yo te daré más.


Sonríe tranquilamente tendiendo su mano. ¿Era posible que existiese una niña buena en la ciudad? Ella... no le entregaría a nadie malo... ¿no? Ella no la quiere para un burdel ni para hacerle daño... ¿no?

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