Boquerones fritos

(Soy la mejor poniendo títulos a los capítulos XD)


- ¡COGED A ESE GATITO! ¡ME HA ROBADO UN BOQUERÓN! – gritaba Alexy desde la cocina.

Con tan sólo un mes, el pequeño Teru era de lo más espabilado. Sabía corretear rápidamente a cuatro patas, con su cola negra recta, y se dedicaba principalmente a robar cositas que pudiese llevar en su boca. Luego correteaba todo lo que podía metiéndose por debajo de las mesas y entre las sillas para que la cabra loca que lo perseguía no le diese alcance. Warning se asomó desde su despacho con un cigarrillo en la boca y suspiró.

- ¿Pero cómo puede jugar contigo de esa manera? ¿No puedes coger a un bebé de un mes?

- ¡No es un bebé normal! >o< ¡Este corre y me roba! – dijo subiéndose a la silla para vigilarlo desde las alturas.

Pero Teru era más que inteligente y se fue correteando detrás de él a esconderse detrás de los sofás, cuando de repente lo agarraron de su pequeño monito y levantaron en el aire. Zoba lo miró a la cara mientras lo sostenía delante de él y puso su mano libre en su cadera, mirándolo con regañina. Teru encogió piernas y manos al encontrarse en suspensión y miró a su madre con el boquerón frito en la boca.

- Teru, no se quitan las cosas. Y tú no puedes comer eso todavía, por muy bien que huela.

Teru bajó la vista al boquerón y luego a su madre. Se lo quitó de la boca con una mano y se lo ofreció a ella con un lindo maullidito :3.

- Vale, te perdono... - le cogió el boquerón y le besó la mejilla, cargándolo en su pecho.

- ¿Y a mí no me pide perdón? – dijo Alexy acercándose a recoger el boquerón robado.

- Teru, pídele perdón al tío Alexy y dile que no le vas a quitar nada más – ella lo puso delante de la cara de la cabra fingiendo enfado, ya que no podía enfadarse realmente con esa cosita.

Teru lo observó callado con una sonrisita, y luego le tendió las manitas. Alexy acercó la cara para recibir un cabezacito cariñoso de Teru con potente maullidito.

- ¡Si es que eres muy bueno, y muy cariñoso! – Alexy revolvió el pelo del pequeño con una enorme sonrisa.

- Si... pero un poco travieso. No se a quién le ha salido en ese aspecto... - ella volvió al cuarto con su pequeño en brazos.

Lo dejó sobre la cama, y el pequeño no tardó en ponerse a cuatro patitas con la colita recta y ponerse a caminar por la cama de Nikita. Zoba se sentó a su lado y suspiró feliz viendo lo enérgico y feliz que estaba su pequeño. Miró hacia el balcón donde Nikita estaba limpiando su enorme katana, y al volver a mirar a Teru, sólo vio la punta de su cola salir por la puerta del cuarto. Era muy travieso.

- ¡Alexy, cuidado que va el pequeño!

- ¡Hay que ponerle un cascabel! ¡No lo oigo cuando viene! ¡TERU, EL BOQUERÓN!

Zoba giró los ojos suspirando y salió al balcón con Nikita. Ella estaba dándole la espalda limpiando la katana fuera con la puerta de cristal cerrada, para que Teru no fuera con ella. Zoba se asomó a su lado a ver el paisaje nevado y dejó que su mente vagase.

Todas las noches en las que ella había estado ahí, Warning había ido al cuarto de Nikita y le había hecho prometerle que al día siguiente, ellas se iban a ver. Siempre le dio curiosidad, pero nunca preguntó. Salió rápidamente de sus pensamientos cuando Nikita acarició su cola. La miraba con una sonrisita sentada en el suelo del balcón.

- "¿En qué piensas?" – le preguntó la morena.

- "En lo travieso que me ha salido el gatito" – mintió ella.

- "Teru es la alegría de la casa" – dijo antes de levantarse – "Debería echarse una siesta mientras comemos, después de todo, es un bebé"

- "Sí, tienes razón, vamos dentro"

Zoba la ayudó a levantarse del suelo con una mano y fueron dentro del cuarto. Zoba empezó a dar pequeños maullidos largos y algo graves llamando a Teru, y escuchó venir del salón unos pequeños saltitos. Luego lo vio asomarse al cuarto con la cola y las orejas alertas y otro boquerón en la boca mirando a su madre, que sonrió mirándolo mientras se bajaba una manga de su vestido.

Soltó el boquerón y se acercó felizmente. Ese pequeño travieso sabía que cuando su mami lo llamaba de esa manera, es que es hora de tomar su leche.

Zoba lo tomó con una sonrisa dándole un beso en su nariz y se acostó en la cama poniendo a Teru en su pecho, que empezó a mamar mullendo suavemente el seno de su madre. Cuando tenía mucha hambre, movía las orejas al compás de sus tragos. A Nikita le gustaba tumbarse en la cama a su lado y mirar al pequeño comer sin molestar. Les había tomado un cariño enorme a ambos, haciendo que en su pecho naciese un agradable calor cada vez que los veía felices.

Luego que Teru terminaba de comer, le entraba rápidamente sueño, y buscaba un sitio cómodo donde echarse la siesta, que solía ser acurrucado en el brazo de su madre, pero esta vez se aventuró a meter la cabeza por debajo de la camiseta de Nikita y trepar por su vientre hasta su pecho. Sacó la cabeza por el escote, bostezó ampliamente enseñando sus cuatro pequeños colmillos y se acurrucó sobre su tía.

- "Eres la elegida" – rió Zoba.

- "Ahora no me va a dejar ir a comer" – contestó ella sonriendo.

- "Yo te traeré tu plato y te daré yo aquí, a cambio de que Teru no se despierte"

Nikita sonrió con esa característica sonrisa suya levantando sólo las comisuras y Zoba rio levantándose y poniéndose bien el vestido. Luego fue a coger sus platos de la comida. Nikita besó varias veces la cabeza de Teru. Amaba a ese híbrido, y que Zoba le diese la libertad de ser su segunda mamá, o incluso de tener el papel de "padre" en el cuidado de Teru la hacía sentir muy bien. Realmente, a ella le gustaría encajar con ellos, pero ya no había tiempo. Luego bajó su camiseta tapando la cara de Teru, que no le diese mucho olor a pescado y se despertase.

Esa misma tarde, mientras Zoba dormía con su hijo un poco, Alexy y Nikita se reunieron con Warning en su despacho. Tenían que tratar un tema importante. Warning estaba sentada en su sillón con un cigarrillo y los dedos de las manos entrelazados delante de su cara.

- Bueno... como ya dijimos, ha pasado un mes desde que nació Teru. Zoba se encuentra genial, no hay indicios de una posible depresión post parto y ambos están sanos. Es hora... de avisar a Benriya – sentenció.

Alexy dio un profundo suspiro desanimado mirando a otra parte. Nikita miraba al suelo apretando los puños. No quería que esos se enterasen de dónde estaba Zoba. Cierto es, que los primeros días que la híbrida los pasó con ellos enferma, los tres habían llegado a un acuerdo. Ella les habló de su familia, y si conseguía sobrevivir adelante con el embarazo y sacar adelante a su bebé perfectamente, Zoba volvería a su hogar. Si algo le pasaba al bebé o a ella, ocurriendo así el fallecimiento de alguno de los dos, el secreto se quedaría con Timeiya, como así se hacían llamar ellas en grupo.

Warning observó a Nikita apretar los puños enfadada.

- Nik... no te pongas así... más cuando fuiste tú la que propuso este pacto conmigo – dijo seriamente Warning.

Tragó saliva poniendo las manos en sus caderas. Sí, era cierto, lo hizo Nikita. ¿Con qué propósito? Permitir que Zoba pudiera quedarse con ellas un tiempo, darle hogar cuando más necesitaba y cariño y cuidados. Warning al principio se oponía firmemente a otro híbrido en la casa, pero Nikita le dijo eso: si la híbrida conseguía resistir el invierno y salir adelante con el embarazo y el bebé, cuando este cumpliese un mes, avisarían a su familia. Todo esto lo hizo Nikita por Zoba, porque se había enamorado de ella desde el primer momento en que la vio tirada en el vagón del tren.

- Nik, no te vengas abajo ahora. Sabías que pasara lo que pasara, ibas a salir perdiendo... pero gracias a ti, ella y su hijo están vivos, piensa en eso y deja de lastimarte – Warning aplastó el cigarrillo en el mechero.

Nikita suspiró relajando los hombros un poco. Sí, era cierto, pasara lo que pasara, ella iba a salir perdiendo. Si Zoba o Teru morían, ella sufriría, pues los amaba. Si Zoba y Teru vivían y volvían a casa, ella sufriría, por la misma razón. Los amaba, y no podía estar con ellos, y tendría que aguantar sabiendo que hay otra familia que los cuida y quiere... y que hay alguien por quien Zoba tiene un amor recíproco. Pero al menos, con esta última, ellos seguirían vivos. Por eso Nikita se esforzó en cuidarlos tanto, aun sabiendo que iba a perder de todas formas. Porque los quería.

Warning sacó un sobre de una carta y un papel.

- Vamos a ver... me he informado de dónde viven, en Ergastulum, así que vamos a enviar una carta diciéndole que tenemos a la gata, sólo a la gata, no diremos nada de Teru, y daremos una dirección y un día. Ah, y que la entregamos por las buenas, no queremos peleas. ¿Alguna idea para comenzar la carta? – dijo mirando a Alexy.

- Mmm... Querido Benriya, dos puntos, ¿Qué tal todo? A nosotros nos va muy bien :3

- No. ¿Nik?

- "Tenemos a Zoba, si la quieres todavía ven a esta dirección. Si no me la quedo"

- Parece un poco a... secuestro de admirador loco – susurró Alexy procurando que no le vieran.

- Joder, venga, un término medio – Warning bufó.

Al poco, acabaron de escribir una carta sin muchas ganas, echó cera y puso un sello y se la dio a Alexy para que la mandase. Todo esto lo estaban haciendo a espaldas de Zoba, pues querían darle una pequeña sorpresa a ella, como último regalo.

Alexy se marchó a echar la carta y Nikita se acercó a su cuarto a verlos. Ambos dormían en la cama, Zoba de lado encogida y su bebé acurrucado en su pecho, dormido profundamente. Se sentó despacio en la cama a verlos. Le quedaba poco tiempo para disfrutar de esa imagen.

*

Tres días después, Nicolas se encontraba en su habitación haciendo pesas sentado en la cama, dándole la espalda a la puerta y con la vista al frente, como siempre. Estaba sin camiseta, y se marcaban las venas por sus brazos al hacer esfuerzo. La piel estaba muy pegada a los músculos y algo sudada, y su mandíbula apretada. Luego de terminar su ronda, dejó la pesa en el suelo y se masajeó un poco los hombros. El entrenamiento era lo que le permitía tener la mente ocupada por un tiempo. Acabó de un trago el botellín de cerveza que tenía en la mesita y se levantó para ir a tirarlo.

Worick estaba como de costumbre en el sofá, sentado, con otro botellín medio lleno, leyendo. No se dijeron nada al encontrarse, Nicolas fue directamente a la cocina a tirarlo. Worick se levantó cuando escuchó llamar a la puerta, y antes de abrir, una carta se coló por debajo de la puerta enseñando un sobre con un sello en cera azul clara. Lo cogió y miró por detrás. No había nada. Nicolas se detuvo mirándolo desde la puerta.

- Mira, un sobre anónimo... - dijo volviendo al sofá.

- "Alguna de tus chicas" – dijo Nicolas con desgana.

- No creas que ellas me mandan cartas de amor – dijo mientras la abría.

Miró el papel por encima y empezó a leerlo. Por la expresión de su mirada y su cara, Nicolas dedujo que era algo importante y se acercó a su lado. Se sentó en el sofá de al lado mirándolo a esperar. Worick la leyó dos veces más para luego desviar la mirada despacio.

- "¿Y bien?" – preguntó Nicolas.

- Es... es Zoba... - dijo Worick sin mirarlo.

Nicolas no tardó un segundo en arrebatarle el papel de las manos y empezar a leerlo.

"Benriya, somos Timeiya, un pequeño grupo de rescate de híbridos. Desde hace tres meses tenemos una híbrida de gato llamada Zoba con nosotros y sabemos desde entonces el paradero de su última familia, osea, vosotros. Estamos dispuestos a devolverosla, si es que aún la queréis, después de haber sido secuestrada por los cazadores de híbridos liderados por Gaston Brown y recatada por nosotros. Si la queréis de vuelta y queréis saber las causas por las que hemos tardado tres meses en contactar con vosotros, venid a esta dirección. No queremos un rescate, la entregamos libremente y sin disputas por lo que pedimos que vengáis sin malas intenciones. Timeiya."

Nicolas no se podía creer lo que estaba leyendo. Zoba, le devolvían a Zoba... ella no estaba con los cazadores, estaba a salvo con un grupo que se dedicaba a salvarlos de ellos.

Worick empezó a reírse solo después de asimilar lo leído. Nicolas lo miró sin poder quitar aún su cara de sorpresa.

- Mi hermana... ¡joder, mi hermana! – exclamó con alegría – ¡Nicolas, Zoba está viva y va a volver con nosotros!

Nicolas seguía con los ojos muy abiertos mirando el papel. Justo cuando él empezaba a venirse abajo definitivamente... aparece esa carta. Worick le dio un abrazo al cuerpo sudoroso de su amigo.

- ¡Alegra esa cara, es la mejor de las noticias! ¡Llevamos sin saber de ella casi un año! ¡Alex-chan, noticias de Zoba! – la llamó a su cuarto.

Nicolas miraba al suelo, hasta que finalmente dejó escapar una sonrisa contenida. ¿Zoba... realmente vas a volver?

- Venga tío, dúchate, que mañana salimos a primera hora – Worick entró al cuarto de Alex a contarle lo de la carta.

Nicolas sonrió relajando un poco sus tensos músculos. La primera vez desde hace casi un año. Miró a la carta de nuevo. Su amada, su chica, el amor de su vida, mañana la volvería a ver, y desde ese momento, nadie los volvería a separar.

FIN

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Es bromaaaaa (por favor no me peguéis)

Ya sé que no puedo dejarlo así, aún hay algunos cabos sueltos.

Y supongo... que querréis ver la reacción de Nicolas cuando vea a su chica... y a su hijo.

Nos leemos, Gangstercitas! :3


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