Capítulo 10

FBI: Feos y Babosos Inspectores.
Según el Inspector Gadget.(jajaja)

No, que va. En realidad es...

FBI: FEDERAL BUREAU OF INVESTIGATION (Oficina Federal de Investigación).

TODOS MIS RESPETOS A ELLOS.


Descendieron hasta el aparcamiento subterráneo del centro comercial y subieron a una amplia furgoneta negra con cristales tintados.

Sam ayudó a Tabita a subir y ella fue a tomar asiento en la segunda fila. Sam se sentó a su lado.

Tabita permanecía callada pero con una mirada que decía mucho, cargada de desazón y confusión.

Donny dejó a Karen en el primer asiento. Apoyó su espalda en la ventana posterior y colocó sus piernas envueltas con la sudadera a lo largo del asiento, luego fue a sentarse en el último asiento. Lejos de Karen.

-Luego tú la bajas. -Se relevó ante Sam.

-Ni hablar. Yo ya la aguanté demasiado. Me tendrían que dar una medalla al mérito por esto.

-Nos vamos. -Anunció Dennis al volante.

-¿Deberíamos dormirlos? -Inquirió Rogers a Dennis en voz baja. Dennis miró a Tabita a través del retrovisor antes de contestar.

-No hace falta.

-¿Y él otro Lambert?

-No supone una amenaza.

-Adelante entonces.

Dennis puso en marcha el vehículo y en cuanto salieron al atardecer resplandeciente del domingo, se cuadraron las gafas negras de sol.

Tabita miraba el cristal tintado, concentrada en su oscuridad, en su vacío. Sam a su lado no dejaba de mirarla, ella podía sentir el peso de su atención en la nuca.

<<...Sam, un agente del FBI... Sam es un agente del FBI...>>-Repetía en su mente. Era una idea muy extraña-. <<...Él no da el pego para ser un agente. Le gusta la literatura y es un chico muy sensible...
Aunque podría haber mentido sobre su personalidad también. Claro... Como en todo...>>

Entonces Tabita rememoró los momentos con Sam, esos en los que estaba relajado o simplemente distraído. Sus gustos y su comportamiento eran propios de un intelectual. Era una persona con ánimos relajados, de esos que aunque estuvieran en medio de un incendio se mantendrían fríos.

<<...¡Eso es!... Sam tiene un temple ideal para mantener la calma y sobre todo; es capaz de pensar en medio de situaciones descontroladas. Pocas veces lo vi perder los estribos. Siempre ha sido el que atraía la calma en toda discusión. Tiene una capacidad innata para tomar el mando... Pero... ¿Por qué ha dicho eso de aguantar a Karen?... ¿Por qué la han traído con ellos?... ¿Era Karen una delincuente?... De hecho tiene ese potencial la muy perra.
¿Y por cierto, dónde nos están llevando?...>>

Tabita sentía que sus pensamientos respecto a Sam no estaban equivocados, ya no lo reconocía.

Se sentía confusa y triste. Quería explicaciones pero no sabía si debía pedirlas. Y como si todo fuera poco, sus golpes empezaban a escocer y doler en todo el cuerpo.

Cerraba la noche y la zona donde transitaban no tenía farolas, una zona industrial que Tabita no conocía. La camioneta entonces ralentizó y enfiló entrada en algún garaje. Comenzó a descender una entrada empinada. Bajaban y bajaban y parecía que lo hacían muy rápido. Estaba muy oscuro, aquello era o un aparcamiento subterráneo o un túnel sin final.

En medio de las sombras se escuchó un sonido hueco, leve, como un golpe ahogado dentro de la furgoneta.

El vehículo recuperó estabilidad en terreno recto y siguió avanzando unos metros hasta detenerse. Una compuerta muy ruidosa fue dejando entrever luz delante. No hasta elevarse por completo que pudieron comprobar el origen del extraño sonido dentro de la furgoneta. Era Karen, había rodado y caído en el estrecho espacio entre los asientos.

Todos hicieron una mueca y lo ignoraron. La furgoneta siguió su camino adentrándose en el edificio iluminado. Ese si era un aparcamiento.

Dennis detuvo el vehículo.

-Abajo. -Ordenó.

Rogers fue a abrir la puerta deslizante de los pasajeros. En ese instante ante el golpe de luz en su cara, Karen empezó a moverse y gemir desde la posición descuajeringada en la que estaba.

Rogers buscó en su bolsillo rápidamente y con gesto profesional, sacó una especie de tubo metálico gris de unos diez centímetros, le quitó el capuchón y se pudo ver un círculo hueco. Se acercó a Karen y tomó su brazo. Sin preámbulo llevó él tubo con la punta circular hueca hasta la piel del antebrazo y apretó el otro extremo del tubo, una especie de botón.

Él aparato emitió un sonido electrónico durante una fracción de segundo, después Rogers lo retiró. La huella que dejó en la piel de Karen era un círculo de presión y en el medio un puntito oscuro. Karen dejó de moverse y emitir sonido alguno instantáneamente. Tabita observaba a Rogers intrigada y después muy sorprendida.

-¿Es lo que me habéis echado a mí? -Increpó al agente. Este la miró con seriedad y contestó.

-Sí. -Reconoció guiñando un ojo. Salió del vehículo y volvió a hablar sobre el hombro-. Tráiganla. -Ordenó nuevamente.

Sam salió el primero y esperó a Tabita. En cuanto ella bajó se marcharon.

-Mierda. -Masculló Donny desde su asiento. Le tocaba llevar a Karen otra vez.

Unos agentes lo alcanzaron y se llevaron a la chica liberando a Donny de su carga. Cuando le pasaron su sudadera la rechazó con aversión.

A los tres amigos los llevaron por un largo camino, entre pasillos y ascensores hasta llegar al salón de los escritorios, estancia que Tabita ya podía reconocer.

-Otra vez aquí... -Musitó ella enfurruñada.

Pero a la vez sorprendiéndose solo un poquito de que le hayan dejado ver como llegar hasta allí tras todo el secretismo del día anterior.

Volvió a encontrarse observando el escudo regio del FBI en la pared posterior flanqueada por las banderas. Al principio lo miró con cansancio y sin importarle en absoluto, pero unos instantes después empezó a ver algo más en aquel conjunto de símbolos y fue deteniendo su avance.

Observó algo nuevo e infinitamente esencial.

Vió los motivos y la lealtad, el amor y la valentía que inspiraban y representaba todo ese conjunto patriótico.

Fue como si una brisa fresca despejara su mente... Entonces allí, sin esperarlo; comprendió profundamente a todos a los que allí trabajaban y el por qué lo hacían.

<<...No importa si no das el pego, la intención de legar tu vida a la protección ciudadana y la preservación del país es todo lo que importa...>>

Entonces las mentiras de Sam le parecieron justificadas. Aunque con ello no conseguía sacarse de encima el mal cuerpo de haber sido blanco de un engaño.

Suspiró, se detuvo del todo y alcanzó una silla de uno de los tantos escritorios desocupados. Se dejó caer en ella con todo el peso de su cuerpo vapuleado.

Su mente divagó casi al instante. Se sentía muy cansada... Se fijó en el curioso vacío de la oficina.

<<...¿Donde se habrán metido todos los agentes?... Llevan dos días sin aparecer en el trabajo. Menudos rajados...>>-Una risa floja resonó en su mente al pensar aquello.

La comitiva se detuvo al ver a Tabita sentarse. Sam miró a sus superiores solicitando que le permitan quedarse allí con ella.

Tras recibir el visto bueno, Sam fue hasta el cuarto de baño y volvió a salir enseguida cargado con un maletín de primeros auxilios.

Alcanzó también una silla. Y medida que se acomodaba junto a Tabita iba preparándose mentalmente para hablar del asunto tan delicado que los atañe. Dejó el maletín con cuidado en la mesa del escritorio delante de ella, y tras dedicarle una mirada compasiva, abrió el maletín. Sacó algodón y suero fisiológico, empapó un trozo de algodón con el líquido.

-¿Me dejas? -Pidió con suavidad.

Ella lo observó un instante, luego se incorporó en la silla y se acercó a él. Sam comenzó a limpiar los raspones del brazo izquierdo con suaves toques. Luego los que tenía en el hombro debajo de la tela de su camiseta rasgada. Y finalmente las heridas inyectadas en sangre en los codos.

Ella no hizo mueca alguna de dolor. Miraba al vacío, inexpresiva.

Luego Sam fue a por las heridas de las manos. La izquierda tenía los mismos raspones en los nudillos, pero la mano derecha tenía una escoriación más severa. Karen se la había aplastado contra la esquina de piedra de una maceta. Tenía la piel de esa mano rota y amoratada. Limpió está herida con mucho cuidado acercando la mano de Tabita a sus ojos para hacerlo a conciencia.

Cuando acabó, elevó la mirada y encontró a Tabita observándolo con aquel mirar que lo sobrecogía, enmarcado por su brillante cabello cobrizo.

Seguía muda. Sam, al no encontrar atisbo alguno de interés para empezar a hablar por su parte, dejó su mano libre, extrajo otro buen trozo de algodón y lo empapó con más suero salino, todo bajo su atenta mirada.

Levantó despacio la mano hacía el rostro de Tabita. Esa era la zona más delicada con diferencia. Se inclinó más hacia ella y con mucho cuidado apoyó una mano en su mejilla muy cerca de sus labios. Tenía que ahuecarlos puesto que la herida abarcaba la piel interior.

Los nervios empezaban a atosigarlo.

Apoyó el pulgar en su labio inferior.

La herida se abrió de forma instantánea y esto si la llevó a reaccionar. Construyó un gesto de dolor arrugando la nariz y cerrando los ojos pero no se movió de entre las manos de Sam.

-¡Lo siento! -Exclamó él exaltado manteniendo la mano en su barbilla.

-No importa. -Lo tranquilizó ella con rasposa.

Sam siguió con su tarea entonces. Apoyó el algodón en la herida labial hasta limpiar por completo la sangre reseca. Cambió de trozo de algodón y limpió las raspaduras de su pómulo y la sien.

Una vez acabada la cura, suspiró y decidió abordar...

-¿Alguna vez vas a perdonarme? -Preguntó recogiendo los algodones usados y los tiró a una papelera próxima.

Ella suspiró con cansancio y volvió a mirar hacia él escudo del FBI y las banderas que la flanqueaban. Tabita misma comprendía en parte la entrega de los protectores del país que en todos los ámbitos luchaban día a día. Los admiraba en la vida real y los imitaba en la pantalla con los videojuegos.

Desde luego no estaba enfadada con Sam. Más bien, lo admiraba.

-No tengo que perdonarte nada. Estabas trabajando y no podías hablar de ello. Eso es todo.

-Ojalá así fuera Tabita. Pero puedo sentir el resquemor emanando de ti. -Observó en su rostro.

-No es por ti. Es que estoy sobrecargada con todo lo que ha pasado. No soy "yo" ahora mismo... Pero estaré bien. -Declaró cabizbaja.

Sam volvió a acercarse a ella.

-No quiero perderte Tabita. -Declaró, ella levantó la mirada hacia él-. En este lapso de tiempo eres lo único real que he tenido. La única amiga fuera de este embrollo. Todo lo demás era mentira y fingir y fingir... Una pantomima que se acababa cuando tú aparecías. -Sonrió con dulzura-. No sabes la de veces que quise contártelo y que así pudieras entenderme y a la vez alivianarme la carga de los secretos. Quería compartirlo con alguien más y que me recordara cuán importante era cada día en este trabajo para darme el valor de continuar... Cada vez que me pedías respuestas y yo solo inventaba más mentiras me resulta insoportable. Pero no podía contarte nada sin comprometerte. -Hizo una pausa, bufando con frustración-. Al final tampoco ha servido de nada. Todo esto que te ha pasado ha sido por mi causa. No sabes cuánto lo lamento. -Agregó con voz queda-. Sé que debería pedirte perdón por esto también pero yo no lo siento así. Te utilicé Tabita... -declaró encarándola-... Te utilicé para sentirme una persona real. Porque solo contigo me sentía yo mismo.

Tabita encontró nuevamente al Sam que conocía en aquellas palabras. Solo él tenía la capacidad de hacerla entrar en razón o de tranquilizarla. Tal vez nunca acabara de comprender todo, pero no la impediría de brindarle su apoyo en momentos complicados, tal y como lo ha hecho desde que lo conoció.

<<...No voy a dejar que un estúpido sentimiento no correspondido estropee todos los demás...>>

A juzgar por su mirada, tal vez sí que su amistad fuera verdadera, y ella necesitaba desesperadamente un amigo ahora mismo.

Aunque a pesar de decidir poner a un lado su enfado y su fatalismo no le salía todavía lo de ser amable. Después de todo acababa de salir de una pelea a puño cerrado, eso estresa a cualquiera.

-Lo que ha ocurrido hoy no ha sido culpa tuya Sam. Fue cosa de Karen. Es ella quién no supo medir sus límites. -Empezó a voz monótona.

-Pero yo la traje a tu vida...

-Y con ella llegaste tú. -Declamó elevando el rostro hacia él-. Jamás cambiaría eso. -Susurró.

Sam sonrió inevitablemente, complacido de oír aquello. Elevó una de sus manos y acomodó un mechoncito del cabello totalmente emnarañado de Tabita.

-Has sido un regalo en medio de este mar de mentiras sabes... Conocerte no estaba en mis planes, pero ha sido lo mejor de esta experiencia. -Tabita suavizó un poco su semblante dolorido. Sam la observó con expectación esperando que dijera algo pero no lo hizo. Bajó su mano entonces y acercó su silla a la de ella para tenerla aún más cerca-. Tabita sé que tienes preguntas. Por favor hazlas, ya estoy autorizado para dar respuestas y deseando dartelas. -Rogó.

<<...Claro que quiero preguntar. ¿Pero con qué propiedad lo haría?...>>-Se cuestionaba ella en su interior-<<...¡¡Vamos, déjate de mamonadas Tabita y pregunta de una puñetera vez!!...>>

Tras una lucha interna, muy breve, Tabita carraspeó y decidió hacer la primera pregunta.

-Vale... -Empezó un tanto vacilante-. ¿Tú sabias que me habían arrestado?

-No. Pero en cuanto me lo has dicho los llamé para informarme.

-Aha... -Asintió despacio-. ¿Donny también es agente?

-No. Aún no, intenta ingresar a la academia. Le está costando un poquitin. -Sonrió divertido.

-¿Pero sabe algo de esto?

-Sabe algo sí. A veces me cubre las espaldas.

-¿Cómo has acabado convertido en agente del FBI?

-Quería ser uno de ellos. -Contó encogiéndose de hombros-. Después de estudiar criminología ingresé en la academia. En veinte semanas ya estaba dentro. Después vino la instrucción de campo y este trabajo.

-¿Tan pronto?...

-Necesitaban a alguien con mi perfil, joven y desconocido para el trabajo. La verdad es que ni siquiera acabé la instrucción para empezar a trabajar de incógnito. Fue todo un reto...

Tabita estaba asombrada.

-Vaya... ¿Entonces ya tienes una carrera terminada?

-Si, fui a la universidad a los 19. A los 24 ya estaba en la academia.

-Joder... Me siento una holgazana. Y ahora estás haciendo otra carrera...

-No, en realidad eso es solo una tapadera. -Confesó. Tabita asentía buscando más preguntas.

-¿Alguien más sabe a lo que te dedicas?

-No, aún no puedo contarlo. Por lo de que estoy trabajando como agente de infiltración, no puedo hacérselo saber a nadie hasta cerrarse el caso.

Sam la miró con atención. Tabita sostuvo su mirada en silencio. Ella le estaba trasmitiendo su comprensión y él lo entendió.

-Debo contarte algo más Tabita...

-Qué... ¿Es que es algo malo?...

-Es sobre Alicia.

<<...Prefiero que me pegues un tiro...>>

-Ella es la sobrina de Rogers, y...

-¡¿Qué?!... ¿De este Rogers? -Exclamó demasiado alto.

-Sí. Quiero que sepas que la noche que me viste con ella en realidad estaba cumpliendo ordenes de Rogers. -Tabita enarcó una ceja al oír eso-. También me mandó ir a por ella aquel sábado al que se refirió Donny.

-El sábado que lisgaste. -Combinó ella asintiendo.

-Sí. Ella no debía saber que su tío me mandó a por ella.

-¿Por qué?...

-Al parecer Alicia es algo inestable emocionalmente, y debía ser vigilada. O eso me han dicho. -Sam elevó ambas cejas dudoso-. Rogers me mandó custodiarla esa semana.

-No te quejarás de trabajo James Bond. Te mandan enrollarte con las chicas como misión. -Comentó ell con un tono celoso que no pudo reprimir

Sam lo notó y reprimió una sonrisa, recordando lo de la susceptibilidad del orgullo de Tabita de ser herido.

-Pero luego, cuando me llamó tu madre, salí de allí pitando. Comuniqué a Rogers que completé mi misión y se acabó allí mismo. -Justificó.

Tabita se sintió emocionada al notar esa necesidad de Sam se hacerle saber que entre él y Alicia no había nada. Pero debía asegurarse primero antes de dejarse llevar por sus ideas bobas.

<<...Tal vez solo quiera demostrar que me mintió por trabajo y no por que no podía confiar en mí...>>-Calculó ella.

-Así que Rogers te ha mandado a hacer de canguro. ¿Eso es legal?

-Todo vale para sumar puntos. Hasta acertar con el café.

-A eso llamabas horas extra eh... -Comentó ella con disernimiento. Sam asintió reconociendo.

-Lamento haber actuado así aquel día. -Reconoció él-. Y que te hayas puesto tan acelerada...

-Me molestó mucho que me negaras. Nada más. -Agachó la mirada ella.

-Es que yo estaba obnubilado fingiendo ser quién no era y de repente apareciste tú; echándome encima la realidad como un balde de agua fría y no supe como reaccionar, me debatí entre decírtelo todo y seguir fingiendo y salió lo que salió... -Dijo atropelladamente. Tras tomar aire y exhalar con desazón continuó-. Ojalá no me hubieras visto allí, de aquel modo. Yo quería explicártelo primero, contártelo despacio... Pero ahora de todos modos ya me siento muy aliviado porque lo sabes.

-Yo no sé todavía cómo me siento. -Musitó ella consternada.

-Tabita... La verdad es que, necesito decirte algo más...

-¡¡Lambert, Verón!! -Exclamó Dennis caminando apresurado por el salón de los escritorios. Ambos chicos se volvieron-. Nos vamos, ahora.

A Dennis lo seguían Donny y Rogers quien hablaba frenéticamente por teléfono.

Sam se levantó de la silla como un resorte al recibir la orden. Tabita era presa de.la confusión.

-¿Dónde vamos? -Inquirió por lo bajo.

-No tengo idea. -Contestó Sam tomando su mano y tirando de ella.

Subieron esta vez en un Mercedes oscuro y con cristales tintados. Dennis salió del aparcamiento con suma rapidez y pericia.

-¿Puedo preguntar qué está pasando? -Tanteó Tabita.

-Los tipos a los que buscamos han aparecido en tu edificio. Dejaron un recado. Vamos a ver a qué se refieren. -Informó Dennis.

-Nos ha llamado Thompson. Están con los bomberos. -Habló Rogers.

-¡¿Bomberos?! -Exclamó Sam.

-¿Quiénes son esos tipos a quienes buscáis y qué hacen en mi edificio? -Preguntó Tabita descolocada.

-Uno es el hermano y el otro el primo de Karen. Son narcotraficantes, asesinos. Tienen a mucha gente trabajando para ellos. Un ejército. -Aclaró Sam.

<<...¿Entonces es por eso que Sam andaba detrás de Karen?... Eso explica mucho...>>

-¿También han hecho lo del centro comercial? -Consultó ella.

-Eso lo habrá ordenado ella. La obedecen en todo al igual que a los otros dos, aunque sean los más estúpidos caprichos.

Tardaron unos inquietantes veinte minutos en llegar delante del edificio. La escena confusa se dibujaba a su llegada en medio de la noche.

Un montón de curiosos llenaba la calle con sus móviles grabando algo que debía de ser muy interesante. Dos coches de bomberos estaban apostados delante del portal. El elevador los ayudaba a alcanzar algo allá arriba. Los coches patrulla se encontraban por todas partes y agentes de policía acordonando la zona.

Dennis buscó y encontró un hueco para detenerse. En cuanto frenó las cuatro puertas del coche se abrieron en simultáneo.

La última en salir fue Tabita quien iba en medio del asiento trasero. Por tanto fue la última en ver y entender lo que ocurría... La imagen que se extendía ante ella era desoladora.

Los bomberos intentaban aplacar un incendio voraz en la primera planta. Su planta del edificio. Miró a su alrededor y reconoció a varias personas que vivían allí, todas mirando la labor de los bomberos con gesto suplicante ante la barbarie que allí se desató.

Dennis y Rogers requirieron respuestas a los policías que los habían llamado. Tabita miraba sin aliento la ventana donde los bomberos trabajaban.

Era la de su salón... Se llevó las manos al rostro horrorizada.

Sam vino a por ella al verla desorientada caminando en medio de la gente sin dejar de mirar hacia arriba.

-¿Qué ha pasado? -Consiguió preguntar con la voz estrangulada.

-Ese era el recado. -Mencionó Sam. Tabita apenas se mantenía en pie por lo nervios desaforados que la dominaban-. Necesitas salir de aquí Tabita antes de que sufras un colapso nervioso si no.

Sam la llevó lejos del gentío y la hizo sentar en la acera abrazándola constanteme.


El incendio fue completamente controlado a la de una hora. Los bomberos accedieron al edificio para comprobar los daños. Al salir anunciaron que el mayor daño lo sufrió el apartamento A de la primera planta.

La casa de Tabita.

Al ser su puerta una pieza blindada, el fuego no causó graves problemas al rellano, pero por seguridad los inquilinos debían esperar para volver a sus casas hasta que los peritos den el visto bueno tras avaluar la estructura.

Los vecinos del edificio miraban a Tabita con cierto desprecio y aprensión a sabiendas de que ella allí vivía sola y si su casa fue engullida por el fuego ella debía de tener algo que ver.

Los agentes Rogers y Dennis se acercaron al jefe de bomberos para preguntar por los detalles que por su misma orden no desveló a la multitud amedrentada para evitar el caos. Tabita se incorporó como un resorte para ir a oír lo que decían.

-Los culpables han usado un acelerante, probablemente gasolina. Regaron cada habitación a conciencia. Todo fue abrazado en cuestión de segundos. -Contó el jefe mecánicamente.

Tabita lo oía anonadada, absolutamente turbada, estaba visualizando la imagen de su casa hecha carbón.

<<...No podía ser cierto, no podía estar pasando...>>

Desprovista de todo control echó a correr hacía el portal, se escabulló por entre los bomberos de la puerta y entró cual rayo alcanzando las escaleras.

Sam la vió cuando ya estaba cruzando el umbral del portal.

-¡Tabita! -La llamó y esto alertó a todos.

Sam fue tras ella seguido de Donny y luego por los agentes y el jefe de bomberos.

Cuanto más subía las escaleras; más notaba Tabita el espesor del aire en sus pulmones. Siguió subiendo hasta alcanzar su planta ingnorando el sonoro llamado a sus espaldas.

Alcanzó la puerta abierta de su piso y allí se detuvo, petrificada.

Jamás había visto tanto estrago junto. Estaba todo negro. Cada centímetro de su casa y cada objeto que soportó la fuerza del fuego lo suficiente para ser identificado, estaba igual que el ébano.

Su corazón latía desbocado hasta encontrarse con aquello... En ese momento se paró.

Dió un paso hacia adelante y entró en lo que quedó de su casa. Bajo sus pies crujía la madera requemada del parquet. Miró hacía donde tenía sus aparatos electrónicos, estos estaban presentes pero solo la mitad inferior. La parte superior estaba derretida.

Una pregunta desoladora invadió toda su conciencia... ¿Y ahora qué hago?...

Los demás llegaron tras ella y quedaron igual de atónitos. Sam se adelantó hasta Tabita y apoyó las manos en sus hombros mientras miraba a su alrededor intentando reconocer algo de allí cuando una pregunta asoló su pecho...

<<...¿Habrían hecho lo mismo si ella estuviera allí dentro?... ¿Pretendían atentar contra su vida?...>>-Sam no podía siquiera imaginarlo.

-Esto es un desastre. Será una odisea trabajar aquí. -Apuntó Rogers.

Dennis miraba a Tabita con culpabilidad. Ella era un daño colateral en todo aquello y salió perdiendo más que todos.

-¿Por qué han quemado la casa de Tabita? -Preguntó Donny en alto a la vez que recogía de la mesa unos trozos de plástico parte de la consola.

Sam y Dennis se miraron al oír aquella pregunta, pero antes de decidir cómo abordar el tema, Rogers se adelantó con su típica falta de tacto.

-Es en represalia, además de un mensaje de aviso de hasta donde son capaces de llegar. -Comentó desdeñoso

-¿Y eso que tiene que ver con
Tabita? -Inquirió Donny haciendo de voz de su amiga que lo único que era capaz de hacer era mirar interrogante al agente.

-Pues dado que nuestras comunicaciones partían de aquí... Es normal que quisieran demostrar a bombo y platillo que ya lo saben, y de paso vengarse con saña. -Aclaró sin mostrarse apenado.

Dennis agachó la cabeza. Tabita miró a los dos agentes de hito en hito.

-¿Qué quiere decir con que las comunicaciones partían de aquí?... -Musitó Tabita con la furia asomando, intentando comprender.

-Hemos clonado el terminal de esta vivienda. -Habló Dennis esta vez-. Lo hemos estado utilizando para comunicarnos. Ellos lo han rastreado y descubierto. -Explicó sin poder mantener la mirada de la joven.

-¡¿Que habéis hecho qué?! -Reaccionó ella.

-Es una medida de seguridad protocolar contra hackers señorita Verón. -Aclaró Rogers.

-El piso franco que está en este edificio no debía tener ningún dispositivo rastreable. Por eso tomamos esta medida de seguridad. Es habitual en todos los procesos de investigación. -Dennis parecía querer disculparse constantemente.

-Incluso las unidades móviles utilizan terminales fantasma. -Añadió Rogers-. Clonamos varios terminales en un radio cercano y las utilizamos en simultáneo para esconder nuestra fuente. Los hackers buscan interceptar nuestras comunicaciones constantemente. -Habla Rogers con voz cansada.

-¡¿Y qué pasa con aquellos a los que clonan el terminal?! ¡¿A nosotros sí se nos puede rastrear y descubrir toda nuestra privacidad?! -Espetó Tabita con indignación.

-Las terminales clonadas están protegidas por cortafuegos. Están fuertemente encriptados a prueba de hackers. -Continuó Dennis.

-¡¿Y cómo han llegado a descifrar esta?! -Reclamó Tabita.

-Venciendo los cortafuegos. Hay hackers muy buenos. -Explicó Sam a su espalda-. Lo hacen por diversión o por encargo, la información se vende por precios desorbitados a las mafias.

-Hace dos días traspasaron varios muros de este terminal. Una tarea prácticamente imposible. Reestablecimos la protección y creímos que estaba todo en orden ya que no llegaron a la fuente. -Explicó Dennis.

-Nos equivocamos claramente. -Terció Rogers.

-Desde hace tiempo los rusos estaban pagando mucho dinero para que los hackers rastrearan las comunicaciones, era como una casa a las brujas. Había mucha gente detrás ya que el primero que llegase con la información se llevaba la pasta. -Contó Sam a su espalda nuevamente.

<<...Entraron a mi ordenador y desbarataron toda mi vida privada guardada en ese dispositivo... ¡Por eso Karen fue a por mí! Por eso dijo que yo me interpuse en su camino con Sam. Todo lo que guardaba en esos archivos ella lo ha visto; todos lo han visto...>>

No obstante a pesar del hecho de haber sido clonada, hackeada y quemada, Tabita no podía evitar ser consciente de la magnitud y la repercusión de todo aquello. No sólo ella perdió en medio de todo ese desbarajuste. Mas no se veía en condiciones de mostrarse indulgente. Aún no.

-Lamentamos el incidente señorita Verón. -Promulgó Rogers.

-Incidente... -Masculló ella con una risa estertórea y las lágrimas anegando sus ojos.

-¿El FBI pone en peligro la integridad de los civiles sin siquiera pedir su autorización? -Inquirió Donny. Tenía una forma muy peculiar de crear alarma.

Todos callaron un instante para asimilar el comentario. Efectivamente era lo que parecía.

-Lo tenemos todo controlado. -Contestó Dennis.

-¡¿Te parece que esto es tenerlo controlado?! -Espetó Tabita de repente arrebatada señalando el estrago del fuego.

Dennis no pudo más que callar y apartar la mirada.

-Si nos disculpan debemos ir a ocuparnos de nuestros agentes infiltrados, sus vidas corren peligro. Incluyendo a Lambert.

Tabita sintió un repentino golpe en el pecho al oír esta afirmación.

-A estas alturas los rusos ya han de saber que tenemos a su hermana. Hay que detenerlos antes de que intenten nada para liberarla. -Habló Dennis a sus compañeros.

-Tenemos que irnos. -Rogers caminó hacía a la puerta.

-¿Y qué pasa con todo esto? -Habló Tabita en alto.

Rogers se detuvo y habló sobre el hombro.

-Los daños materiales se pueden reparar señorita Verón.

Dicho esto simplemente se marchó.

-Lamento todo esto Tabita. -Se disculpó Dennis-. Lambert, enfúndate un chaleco desde ya. Luego preséntate en la base. -Ordenó dirigiéndole una mirada piadosa. Sabía que debía resolver el tema con Tabita antes.

-Sí señor. -Sam lo captó.

Allí quedaron los tres amigos. Totalmente desconcertados. Mirando el siniestro a su alrededor.

-Todo por un estúpido cortafuegos de mierda. -Musitó Tabita mirando hacia la puerta-. ¿Qué sistema estaban usando, THOR? Todo el mundo usa THOR ahora, hay que renovarse. Sus encriptados deberían haber sido más complejos. ¿Cómo es que hay gente más lista que los del FBI por ahí?... -Divagaba ella sola.

Donny y Sam se miraron con desaliento. Nadie empezó aquel día preparado para todo lo ocurrido. Un cúmulo de acontecimientos; uno más descabellado que el otro y Tabita se lo ha tragado todo de una. Digerirlo le costaría mucho tiempo y fortaleza.

-Debes descansar Tabita -Aconsejó Sam tras ella-. Estás sobrepasada, ha sido mucha carga emocional para un día. Te llevaré a casa de tus padres.

Ella no contestó. Simplemente giró el rostro levemente hacia él.

-¿Tu venías a usar mi ordenador para pasar informes y no te diste cuenta de lo que podía ocurrir? -Increpó ella-. ¿No has visto a lo que me exponías?... ¿O es que te daba igual?... -Reclamó ella volviéndose hacia él.

-Jamás fue mi intención que te sucediera esto Tabita. No estaba de acuerdo con lo que planearon pero prometieron custodiarte siempre.

-¿Desde cuándo utilizan mi terminal? -Sam se tomó unos segundos para contestar.

-Desde que te instalaste aquí.

-¿Y el piso de arriba?... ¿Ese es el piso del FBI? -Sam solo asintió.

Tabita lo destrozaba con su mirada reprensiva y su postura de brazos cruzados. Sam sabía que aquello era pasarse definitivamente de la raya.

-¿Por eso te has acercado a mí?... -Recriminó con voz queda.

-¡No!... Conocerte fue algo fortuito ya te lo dije.

-Has dicho muchas cosas Sam, cómo sé ahora lo que es cierto y lo que no.

-Me conoces. ¡Nunca he fingido delante de ti!...

-¿Y no creerán que ella trabaja para el FBI no?... -Intervino Donny de repente para que dejaran de gritarse.

Tabita y Sam se miraban con tanta pasión contenida mezclada con mucho dolor... Era tortuoso para él ver así a sus mejores amigos.

-No, todos los hackers saben que las terminales clonadas son de civiles. -Informó Sam sin dejar de mirar a Tabita-. Los rusos han quemado esto porque querían que supiera que ya lo saben todo de mí.

Tabita se volvió de espaldas a él. No soportaba sentirse tan llena de rabia hacia Sam. Recorrió su piso hecho cenizas intentando paliar la sensación que la asolaba. Decidió que debía pensar con objetividad.

-No pienso guiar a esos criminales a casa de mis padres. -Determinó al cabo de unos cuantos suspiros-. Bastante ya me han quitado.

-Ellos no te seguirán. Me buscan a mí.

Tabita se volvió y lo encaró.

-No pienso arriesgarme Sam. La loca de Karen pudo haberles dicho cualquier cosa para que fueran a por mí también.

Sam meditó sus palabras un instante y decidió que llevarle la contraria no sería buena idea en ese momento.

-¿Y dónde quieres ir?

-Me da igual mientras sea lejos de casa de mis padres. -Tabita dejó escapar un sonoro bufido cargado de nervios y llevó sus manos a la cabeza vencida por el estrés- ¡Yo no quería estar en medio de esto! -Prorrumpió-. No sé cómo cojones debo sentirme. Esto es superior a mí...

-Cálmate, eso es lo más importante...

-¡Nunca he practicado a perderlo toso Sam!... ¿Puedes concederme el derecho de perder los estribos solo por un momento?...

-Sé que estás disgustada conmigo y créeme, te otorgo todo el derecho. Pero ahora necesito que colabores obedeciendo por tu seguridad. -Manifestó aproximándose a ella.

Ella inclinó la cabeza para seguir mirándolo. Él sabía que ella estaba furiosa. Saltaba a la vista. Pero también sentía miedo. Sostuvo su mirada para procurarle un poco de serenidad.

-No voy a permitir que te suceda nada. ¡¿Está claro?!

La expresión endurecida en las delicadas facciones de Tabita y su mirada encendida fueron perdiendo intensidad. Ella era una chica demasiado sensata como para negarse a aceptar la razón de Sam. Ante esa mirada penetrante sintió suavizarse la aspereza de su estado emocional.

Observó que Sam también debía soportar mucha presión por todo aquel embrollo y ella no debía ser en un problema más en ese momento. Entonces agachó la mirada y dejó su tragedia personal a un lado.

-Yo cuidaré de ella Sam, tú vete a la base. Es mejor que no estés a su lado, de momento. -Habló Donny desde el otro extremo del salón.

Sam sabía que su primo tenía razón, peros era difícil aceptar semejante verdad.

-¿Donde iréis? -Preguntó sin apartar la vista de Tabita.

-La llevaré a Freemont. Te llamaré cuando estemos allí.

Sam era reacio a aceptar el plan. Pero era lo más seguro para todos, por lo tanto suspiró y asintió.

-Estad atentos a mi llamada por favor.

-Estaremos bien Sam. -Desdeñó Donny -. A nosotros no nos buscan. No te preocupes...

-Eso es imposible. -Masculló Sam.

Hizo amago de marcharse pero Tabita lo detuvo sujetándolo de la mano.

-Ten mucho cuidado por favor... -Musitó sin mirarlo.

-Lo mismo te digo... -Musitó a su vez.

Sam apretó su mano en torno a la de ella. No quería dejarla y ella no quería que se fuera. Querían seguir juntos y seguir unidos de la mano. Más la circunstancias se lo impedían en ese momento.

Ella casi lo estiraba para darle un abrazo, pero no fue capaz, darse un abrazo en ese momento significaría una despedida y se negaba a despedirse de él.

Sam la soltó con cierta brusquedad, porque si seguía allí más tiempo no conseguiría irse nunca. Se dirigió a la puerta, marchándose sin mirar atrás.

La próxima semana, empieza la acción. Gracias por seguirme.

Agradezco esta hermosa imagen creada por DanielaRojasRdguez 😘

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