The same coin, different side

-Ven,Frisk, vamos a casa- la mano extendida de la diosa fue tomada por la mano humana, comenzando las dos a caminar por un prado de flores doradas hasta llegar a un castillo enorme, bueno realmente no era un castillo, sino más bien una casa grande muy iluminada, lo que para los inexpertos ojos humanos se trataba sin dudas de un palacio
La chica no tenía habla, jamás había visto tanta luz junta en un lugar... Era como en un cuento de hadas, era hermoso
-Te gusta nuestra casa, mi niña?- Dice la diosa Toriel sacando a la pequeña humana de su asombro
-Nuestra? Quiere decir que viviré con usted...?- preguntaba curiosa y apenada Frisk por el comentario de la mujer cabra
-Si, mi niña- Dice sonriendo y contagiando su sonrisa a la joven humana que aún sostenía su mano- Ven, te mostraré tu habitación mi niña-

La diosa se encamina a la casa con Frisk siguiéndola, se adentran ambas en la vivienda y Toriel procede a darle un recorrido por la majestuosa edificación hasta llegar a lo que sería ahora la habitación de la hija adoptiva de la diosa

-Que es esto?- pregunta tímida Frisk alzando un poco su vista a Toriel
-Tu habitación- dice la diosa sonriendo mientras acariciaba la cabeza de la castaña luego de esto desaparece por el largo corredor dejando sola a la pequeña humana

La chica entró a su ahora habitación y miró hacia todas partes, su vista estaba maravillada, nunca había visto tanto color... Rosa, salmón, naranja claro, de todos esos tonos estaba decorado el cuarto, una cama simple pero llena de adornos, peluches por todas partes, ositos, cabritos, peces, perros...Era todo lo que una chica desearía en su infancia, lástima que ella la había perdido...
Realmente estaba cansada...habían sucedido muchas cosas, como el hecho de haber conocido a dos dioses, vida y muerte...eran realmente lo contrario... Pero parecían llevarse bien...notó eso en la mirada de ambos...
La joven se dispone a descansar adecuadamente en su cama pero nota que encima de esta se encontraba una prenda de vestir muy hermosa, se trataba de un vestido blanco, abierto por un costado, también llevaba un cinturón dorado y otros detalles del mismo color al estilo grecorromano, junto a la ropa había una nota de parte de Toriel donde explicaba que era un regalo de bienvenida para ella, además de decirle que descansara un poco.
Haciendo caso al papel, la joven se recuesta en la cama quedando automáticamente dormida junto al conjunto
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Ya hacían dos semanas desde que vivía con la diosa, que cada vez la trataba más como si fuese su propia hija, todos los días tenían color, diversión, amor, pero había algo que no le dejaba en paz durante todo ese tiempo, alguien a quien no veía desde ese día que la dejó con la palabra en la boca, a pesar de que ella no lo aceptaba quería inconscientemente ver al esqueleto, realmente no sabía por qué Pero quería verlo, por lo menos agradecerle de que le hubiese traído con Toriel

-Mi niña, que te ocurre?- decía la diosa al notar a su hija muy distraída y pensativa

-Nada...iré a tomar un poco de aire fresco...y explorar un poco- la chica espera la confirmación de su ahora madre y usando el vestido que le regaló la diosa sale del hogar a conocer un poco más la zona

Mientras caminaba por el blanco mundo resplandeciente se percata de que había una persona o eso parecía por su silueta sentada a las orillas de un gran lago brillante cual espejo cuando recibe luz del sol
La silueta de aquel individuo le resultaba muy familiar a la chica, una guadaña, túnica negra y un esqueleto, si no cabía duda, debía ser él, sin saber el motivo sus pies comienzan a acelerar el paso  hasta el punto de correr hasta aquella persona y llegar agitada a su lado
Las gotas de sudor bajaban por la frente humana y su respiración la delataba de haber corrido kilómetros, la figura de espaldas a ella comienza a darse la vuelta al notar la presencia de alguien más a su lado
-Disculpa... Quien eres?- decía el hombre ya frente a ella, quien al alzar la vista toda ilusión de que fuese el esqueleto se había vuelto nula, mas otro esqueleto era quien estaba frente a ella
Alto, delgado, pero básicamente la misma vestimenta del otro, eso la hizo entender de que estaban relacionados de alguna forma....hermanos...tal vez?
-Eres una humana?! Que haces en este lugar?!- decía un tanto apurado y sorprendido el hombre al parecer dios
-La diosa Toriel...me cuida...-Susurra la joven humana intimidada un poco por la anterior actitud alarmada del sujeto
-Oh, siento haberte asustado entonces humana- se inclina hacia adelante en señal de Disculpa a lo que la chica se sonroja, bueno es natural, a nadie un dios se le inclina delante e incluso pidiendo disculpas, por lo que rápidamente ella trata de responder mas de su boca sólo salían incoherencias
-Eres divertida humana!- decía el chico con una sonrisa sincera mientras extendía su mano en forma de saludo- Soy Papyrus, el dios de la muerte-
-Frisk...-Responde el saludo educadamente aunque queriendo sostener más el agarre de su mano, ya que le resultaba realmente interesante el estrechar la mano con un esqueleto
-Bueno, humana, ha sido un placer pero debo irme- se separan del agarre y el esqueleto toma su arma dispuesto a marcharse pero unas palabras extrañas le detienen
-Es usted el único dios de la muerte...?- salió de los labios humanos inconscientemente e incluso llegó a decir un susurro que llegó a oídos del dios- Sans...es...-
-Conoce a mi hermano?- Fueron las únicas palabras que obtuvo de la boca del esqueleto alto mientras con asombro ambos se miraban mutuamente, la primera porque inconscientemente quería saber del esqueleto bajo y el segundo preguntándose cual era la verdadera identidad de aquella mujer de cabellos castaños y vestido blanco...

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