A dream is a wish your heart made. Part 1




Desde hace mucho tiempo, ChanMi había soñado una sola cosa. Tal vez no toda su vida habría dicho que eso fue lo que quería, en algún punto, por una extraña razón se interesó en el dibujo. ¿Fue porque estuvo un poco expuesta a caricaturas, manga, anime y otras cosas que le asemejaban–iba a culpar un poco a BaekHee por eso, ella llegó para decirle que viera cierto programa solo porque dos monitas juntas le parecían muy bonitas y necesitaba alguien con quien fangirlear sobre ellas? Tal vez fuera.

En cualquier caso, su fascinación por ver y dibujar sus propias figuras había escalado a otra cosa. Muchas personas habrían pasado lo que ella, en su intento por imitar los estilos de un dibujo y crear sus propios personajes en alguna historia. Había hecho eso, claro, incluso cuando BaekHee entró en su faceta de fanática del kpop que hasta leía fanfiction sobre algunas parejas, ella le había dibujado un par de cosas para alegrarla–como regalos, que no se notara lo mucho que estaba rendida por BaekHee desde su preadolescencia.

Sin embargo, en algún punto luego de crear sus propios personajes o escribir historias que ella solo no podía ponerles pies ni cabeza–porque no era ninguna escritora, BaekHee dijo que le hizo falta solo un poco de organización cuando le quiso regalar un cómic que solo no tenía el más mínimo sentido en su tema–, se vio más fascinada por dibujar la ropa. Había pensado mucho en eso incluso cuando dibujaba solo los personajes de otra serie en su estilo. Le encantaba darle a BaekHee un par de sus dibujos porque eso significaría tener una razón para imitar lo que otras personas vestían.

Para como era el kpop (y todavía lo es en estos días), ChanMi no encontró motivos de negarse a intentar todo tipo de vestuarios. La ilusionaba hacer los propios, tras poner algunos colores distintos, agregar quizá unas hombreras por acá, un cinturón que antes no iba, y unos moños en esos zapatos que podían combinar mejor, ella solo entendió lo que era apasionarse por hacer una cosa.

Consecuentemente el amor que BaekHee tuvo y le inculcó del anime, el kpop y los ships (por más que la música no le interesase mucho), la llevó a encontrar su propio deseo sobre lo que ella quería hacer con su habilidad descubierta, y la había llevado a estudiar el diseño de modas.

No había sido fácil, por supuesto. Tuvo un par de baches, porque cuando creía que en su primer semestre le iban a pedir un portafolio que con gusto ella ya tenía para comparar con otras personas sus ideas y darse críticas de manera constructiva, en realidad le habían roto las alas diciéndole que lo que hacía era una bazofia, que ahí no venían a mostrar sus dibujitos como si fuese una completa pasarela todos los días, y que ni se ilusionaran por llegar a alguna semana de la moda, porque eso solo la gente con dinero en las grandes ligas lo hacía.

En otras palabras, le habían golpeado con una cubeta de realidad, y a cierto modo fue adecuado. Después de todo, el mundo en el que estaba no era una fantasía, no porque tuviese un sueño iba a cumplirlo como en cualquier película donde tal vez la protagonista lloraba en un inicio, pero en cuestión de un mes y menos caídas tremendas de las que merecía llegaba a crear hasta su propia línea de la moda. Vamos, que ni en la película del 'Diablo viste a la moda' se lo dejaban tan sencillo.

Eso no había dicho que la tiraran por completo. Había aprendido mucho en la carrera, ChanMi había crecido. Hizo lo mejor que pudo, perfeccionó su técnica, logró muchísimo en la universidad y después de salir titulada hasta con menciones honoríficas y un par de certificados que podían valer un buen espacio para lucir su currículum un poco más de lo que cualquier persona podía recién salida de su carrera...

El mundo la había vuelto a jalar de las orejas y decirle cómo no todo era tan sencillo por más que lo quisiera. No bastaba con decir tengo un sueño para que este se volviese realidad. Desear algo con muchas ganas no era equivalente a que algún día algún ser divino la iba a escuchar y darle lo que ella quería. Tuvo una que otra oportunidad, logró también crear sus propios sueñitos, y pudo admitir que lo disfrutó. Pero cuando cayó en la realidad de que el campo en el que estaba era exageradamente peleado como para conseguir por esos sueñitos algún lugar reconocido, se quedó con lo que le fue entonces otorgado.

Ustedes lo sabían. Bien habían visto el modo en el que ChanMi lo intentó, tras llegar a esa conclusión de que el modelaje era mejor que nada, y quedar una esperanza de que tal vez en un futuro algo pasaría, no había ocurrido nada más que tener su figura en un par de estandartes dentro y fuera de las tiendas.

Entonces, le llegó un rayito de magia. Sin saberlo, ChanMi había llamado la atención en su nueva área como modelo. Posiblemente como diseñadora no estaba ejerciendo desde hace mucho tiempo, mas, como modelo había conseguido reconocimiento nacional. Tenía bajo la manga a un par de marcas medio conocidas, y eso la catapultó a lo de ahora: ser parte de la marca de Privé y todo porque, bueno, había conocido a unas interesantes personitas.

La gente decía que las cosas llegaban con el tiempo. Ya saben, eso de todo a su tiempo que recitaban algunas abuelitas esperando sabría Dios qué milagritos que en realidad nunca sucedían. Pero a ChanMi le había llegado. O sea, a cierto modo. No se había querido ilusionar, bien sabía que no por estar bajo una nueva colaboración de ropa algo mágico e increíble iba a pasarle.

Tampoco iba a aprovecharse, por más que en algunas ocasiones se ilusionara porque la gente le decía girl, estás viviendo el sueño, tan solo lo tienes que notar, no iba a ir a decirle a su nuevo jefito hey, BaekHyun-ssi, había tenido unas ideas desde hace tiempo empolvándose en un viejo portafolio, no sé si le gustaría revisarlas..., porque... no, solo no. Ella no había sido contratada para eso. Era una modelo. Bueno, ahora era una modelo. Y solo para eso le habían dado el puesto, no para otra cosa.

Sin contar que el asunto con Privé y su agencia bajo la que estaba era como una alianza. Una colaboración, lo dijo. Como trabajar para Prada pudo serlo junto a Loey, o para Victoria's Secret y sus miles de posters que todavía se preguntaba dónde demonios guardaría BaekHee en su casa. Iba a terminar en algún momento, tenían un contrato de que participaría al menos en tres temporadas, y después de haber aparecido en la que salió luego de que BaekHyun hubiese entrado a su servicio militar, y tener otra en puerta ahora que se venía una nueva temporada, sabía que eso dejaba solo una más para que el encanto terminara.

Nada iba a quitar las amistades que por medio ya se había hecho. Conoció a dos increíbles artistas que eran más de lo que mostraban sus perfiles frente una pantalla, y obvio, hubo mucha gente que también le vino de por medio, en el mismo ámbito de la moda, con otros modelos, un par de estilistas y encargados en el maquillaje, ChanMi extendió un poco su número de contactos.

No había mucho más allá de eso. Hasta este día, ChanMi bien había ampliado en cantidad su reconocimiento, y con más trabajo vino más dinero (por algo que encontrase la facilidad de conseguir unos lujitos–lo de su casa no vino por cualquier cosa). Pero eso... ¿dónde había dejado lo que la llevó hasta este lugar?

"¿Qué haces, gordita? ¿Otra vez estás leyendo porno a plena luz del día? Te dije que si lo hacías, me avisaras, para ponernos a actuar juntas."

"¿Mm?" La sorpresa de encontrar a BaekHee rodeándola con ambos brazos por sus hombros, la trajo de vuelta a su realidad.

Había pensado en todo lo que dijo solo porque, justo en ese día, se animó (una vez más) a retocar uno de sus viejos bocetos. Con el dinero extra de sus antiguos trabajos, ChanMi tenía un poco más de horario disponible ahora. Se había despejado la agenda en unas vacaciones porque también estaba ya planeando su boda, pero por supuesto, planear su boda se traducía a un caos, estrés constante, desesperación y sentir que a cada ratito quería llorar jalándose los pelos (más cuando BaekHee no estaba para auxiliarla en su inseguridad sobre si era mejor escoger entre los moños rojos o azules para las mesas–¿cómo le dieron opciones a un alma tan indecisa para algo tan importante como su boda?), así que acabó distrayéndose mucho haciendo otras cosas. Nada que ver con lo de su boda.

Ya había hecho para esos días un poco de todo, y como que hoy al abrir su computadora y darse cuenta de que su disco duro estaba casi lleno (si quería espacio para nuevas fotos en su ceremonia, mejor que lo limpiara), dijo bueno, por qué no revisar lo que había en sus antiguas carpetas. Ahí había estado una carpeta llena de más carpetas organizadas hasta por años, estilos y colores con los distintos diseños que hizo a lo largo de su carrera y por los cuales... se podría decir que había tenido un portafolio hace tiempo.

Tenía uno físico, por supuesto, por el que se tituló, pero había también en formato digital muchos otros de trabajos anteriores y de los cuales también envió a grandes empresas con la esperanza de que les llegase junto a su currículum y la quisieran contratar–que obviamente no pasó, ni siquiera para decirle un no, gracias. Pensó que había algunos que podía borrar, sobre todo aquellos de sus primeros años en la carrera donde ya encontraba muchas faltas sobre las que entendía por completo por qué razones las grandes ligas nunca la querrían, si eran un desastre entero.

Lo dudó por un tiempo recordándose todo lo que la había traído hasta esto, y al creer que tal vez ella le podía dar otra oportunidad si tan solo lo arreglaba con lo que sabía ahora..., se distrajo más de lo que esperaba. Ahí quedó luego.

Sentada en la isla de su cocina-comedor de su ya-no-tan-nueva-casa, entretenida en modificar desde Photoshop sus viejos trabajos hasta que BaekHee llegó y le dijo esas cosas. La verdad, tardó en entender lo que decía, tal vez por algo contestó con un:

"¿Eh? Oh, no, estaba haciendo algo, pero no es que no te quisiera llamar para que vieras, solo..." que evidentemente BaekHee contestó sobre un ceño fruncido. De a poco, se soltó de ella, y al verla ya en su lateral con su dobok puesto, ChanMi tuvo que explicarse de alguna forma aun sin contar la burla que le habían dicho distraída. "No tiene importancia."

"¿De verdad crees que no la tiene? Te veías muy entretenida, y si bien me asomo, ¿acaso estás haciendo algún dibujo? ¿En Photoshop? ¿Desde hace cuánto no tocabas esa herramienta, linda?"

Otra vez, le redujo toda importancia. Con un deje de muñeca, ChanMi se lo dijo. BaekHee aún junto a ella no le dio tan fácil la escapada. Al poco rato, hasta se cruzó de brazos, y si alguna vez habían visto a una mujer con un dobok bien amarrado a su cinta negra junto al gesto serio que BaekHee se podía cargar, ya se imaginaban cómo eso ponía a ChanMi en cambio.

No era como si BaekHee quisiera darle algún temor usando esa ropa, en realidad, debía estar casi lista para irse a su trabajo, ya que se había graduado hacía poco más de medio año, no había encontrado algo en donde ejercer propio de su carrera (al menos que le interesara, y pues, tampoco era que en Turismo existiesen rebozando las ofertas–otro golpe de realidad recién salida), pero eso no le había quitado alguna oportunidad; BaekHee ahora se dedicaba casi al cien por ciento al instituto de taekwondo, con tres a cuatro clases por día, de lunes a sábado en las mañanas. No era mucho dinero, como todo maestro, siempre estaban medio mal pagados y peor si no eran parte de organizaciones afiliadas al gobierno–el meme del enanito en Shrek que decía ni siquiera tengo seguro se hacía cada vez real–, mas, era algo. BaekHee se veía feliz dentro de lo suyo, como siempre que el deporte había sido una pasión en su vida, y para ChanMi eso lo era todo. La apoyaba...

Tanto como BaekHee podría, por más que ella a veces no quisiese que lo hiciera.

"No es la gran cosa, solo encontré un par de documentos que creí perdidos hace mucho, y como que una cosa llevó a la otra. Me entretuve dándole unos retoques a esas espantosidades que tenía en mi viejo portafolio, pero," se encogió, por más que BaekHee ya arqueaba sus cejas en completo interés de lo que a ella le desinteresaba. "De verdad, no tiene importancia."

"¿Por qué estarías haciéndolo en primer lugar si no lo tuviera? Hasta donde yo sabía, mi prometida no gastaba su tiempo haciendo cosas innecesarias, si siempre quiere ocuparse en hacer algo que impacte en su vida."

"Eso no es verdad, también puedo ser a veces una vaga," discutió, por más que la ceja izquierda ahora enarcada en BaekHee le dijese otra cosa. "Olvídalo, de todas maneras, no es como si esto fuera a volverse algo más. Después de todo, aunque me entretenga y le ponga mucho empeño a modificar o hacer algo mejor de estos viejos diseños, no es como si fuera a traer nada con ellos."

"¿Por qué lo piensas?"

"Pues, porque así es la vida. Ya sabes que no estoy dentro del diseño de modas. No estoy trabajando para eso, Hee, solo soy..." sacudió la cabeza, para qué demonios explicaba lo obvio. "¿Sabes qué? Tienes razón en lo que has dicho. No soy alguien que se ponga a hacer cosas cuando no van a impactar en mi vida, así que..." regresó a su computadora, y al cerrar el programa, mostró sus manos defensivas con una sonrisa que no le llegó ni a las mejillas en el impacto de su prometida. "Listo. ¿Contenta? ¿Podríamos dejar ahora ese tema?"

"ChanMi, pero..."

"En realidad, se nota que ya tienes un poco tu tiempo encima. ¿No te toca en otra media hora tu clase, BaekHee? Si no quieres llegar tarde, tal vez deberías irte a la parada. Yo no te entretengo más, ya pasan de las doce y no me he cambiado siquiera," se rio, de nuevo, sin chiste alguno. Al pararse y seguir justo en lo que decía, dejó sin importancia su computadora. Ya no iba a utilizarla, ahí se podía quedar cargándose aún en el interruptor junto a su isla. "Voy a darme un baño, y tú será mejor que te apresures a conseguir ese autobús antes de que se te vaya. Que tengas un bonito día, nos vemos en unas horas."

La besó, más por costumbre que otra cosa. Claro lo hizo porque lo sentía, pero también fue su movimiento excusa para salir de volada, sin más quejas o gritos que la detuvieran. Mientras se preguntaba una vez más cómo había llegado hasta eso y qué significado le daba en su vida, ChanMi ignoró la incredulidad de BaekHee que igual quedó detrás.

Y aunque su prometida bien pudo detenerla, al entender que ChanMi solo no quería hablar de ello, porque, bueno, conocía lo peliagudo que era este tema para ella–desde hace años, Dios, cuánto no lo había visto para saberlo–, la dejó irse sin nada más que el suspiro.  

Pudo haberse molestado, mas, lo cierto fue que ni eso le servía ahora. BaekHee quería tanto ayudar a ChanMi, era justo como lo decía: había un impulso de desear darle ese apoyo y ánimo que ChanMi merecía como ella bien lo habría hecho por sí en su momento; sin embargo, la situación desde su punto de vista era un poco más complicado.

BaekHee no sabía muy bien qué hacer para animarla en ese único punto que todavía le alcanzaba a fastidiar. Después de tanto tiempo...

Por curioso que fuera, cuando BaekHee miró la pantalla aún sin bloquearse de la computadora que ChanMi había dejado, bien pensó en hacer entonces lo que ChanMi le había dicho. Era cierto que se le hacía un poco tarde para alcanzar su camión para la escuela, el reloj en la esquina de esa pantalla se lo recordaba. Debía irse ya, pues, si no había otra cosa que hacer, ¿para qué perdía su tiempo? No obstante, a ChanMi le llegó una notificación antes de que ella pudiese ignorarlo. Ahí estuvo lo curioso dicho en un principio, algo que tal vez no mucha gente pensaría de ese mismo modo, porque qué demonios tendría de curioso una simple notificación de YouTube que le decía cómo cierto discharged live estaba por empezar en unas horas, a ella ese nombre hasta le hacía fruncir su naricita. Al menos por un tiempo, porque luego algo se prendió en su cabeza.

Y aunque tal vez no sonase como la mejor idea, agarró lo curioso que tenía esa cosa, y decidió dar algunos movimientos que esperaba beneficiarla. No lo iba a atender de primera mano, ciertamente ya era hora de que se fuera para llegar a su trabajo–y con los minutos extra que se quedó por ahí para hacer otros asuntos se podría haber tardado más de lo posible en su tiempo–, sin embargo, eso no quitó que lo dejase en su siguiente prioridad por ser atendida.

Cuando saliera del trabajo, antes de volver a casa, BaekHee iba a tener una importante cita. Más le valía a la persona del otro lado contestar, porque después de tanto tiempo, era necesario que esa espina se sacara de su sistema.

El lugar donde se fueron a reunir no fue precisamente donde BaekHee esperaba. Había tenido cantidad de espacios donde se podría haber encontrado con una persona como tal, tan solo la vez anterior cuando tuvo esa reunión en un restaurante de sala privada que le había traído su escandalosa noticia le decía fuerte y claro cómo el estacionamiento de una renombrada empresa de música no era el mejor lugar para verse juntos, pero...

BaekHee igual lo había tomado. Con la única intención sobre la que venía, desinteresada se metió al carro que le echó las luces tal como en el mensaje le habían dicho que esa iba a ser su señal, y entre un suspiro y rodar de ojos, cerró su puerta del copiloto, tranquila de menos porque los cristales parecían estar polarizados. No iban a ubicarla bien en ese espacio oscuro, y tampoco era posible que algún loco reportero entrase al interior del edificio sin reconocerse, ¿cierto? La empresa debería al menos tener algo de cuidado.

"Hey, BaekHee, ¿a qué razón tengo el honor de tu presencia?" Nada quitó que escuchar esa voz empalagosa no trajese su hastío en su interior. Otra vez se dijo que hacía eso por una razón, una persona. ChanMi lo valía más que nada, y por ella, hacía un par de sacrificios.

Cuando se giró a ver esa sonrisa blanca del baboso de Byun BaekHyun junto a sí, no hizo más que una cosa. Le puso en el regazo sus hojas. En la completa intriga que a BaekHyun dejó aquello, sin saber cómo contestar de menos antes de que decidiese tomarlas.

"Necesito que me ayudes con esto. Es algo que realmente me importa, y aunque sé que tal vez tú no seas un todopoderoso para lograr cualquier cosa, quiero pensar que quizá podrías... tener unos recursos," declaró, mientras el idol junto a ella ya veía ceñudo las hojas. Estaba repasando una a una, con mirada analítica, seguro con muchas preguntas que ella podía contestar, pero en lo que no lo hiciera, iba a irse con todo de una. "Ya sé que quizá pueda parecer que me aprovecho, que a ti te podría molestar creyendo que solo me estoy beneficiando de lo que tienes o no, pero en verdad no te pediría algo como esto si no me fuera realmente valioso. Y que espero entiendas, aunque no quiera deberte, toma esto como un favor para que me ayudes."

"¿Un favor? BaekHee, tú no necesitas pedirme nada de eso, después de la forma en la que ayudaste a ChanYeol y el malentendido que surgió de aquello en una noticia, en realidad, yo te estoy en deuda," frunció levemente el ceño con esa respuesta. No esperaba que así fuera cómo BaekHyun respondiese, pero quién era ella para dar quejas. Si él lo quería tomar... "¿Qué quieres que haga por ti con esto?"

"¿Crees que sea posible que tu marca de ropa quiera revisar estos bocetos y quizá contratar a una nueva diseñadora?"

BaekHyun sí que se mostró impresionado con eso, aunque debió imaginárselo tras ver de nuevo los dibujos impresos que BaekHee le había plantado, una sonrisa se mostró en cambio. Quizá un poco apretada, pero eso era por las cosas que debían discutir al respecto.

Estaban en ello.

"Lo primero que tienes que saber es que la marca de Privé no es mía," BaekHyun le había dicho en su plática, y aunque ella había asentido, en la claridad de aquella idea, el temor de suponer que no habría un buen resultado de esto la hacía temblar ahora. Mientras se arreglaba ese domingo por el mediodía–porque floja era para despertarse más temprano en su único día libre–, no podía dejar de pensar en su conversación sabiendo que ya habían pasado al menos dos días y aún no escuchaba un resultado que pudiera calmarla. "El verdadero dueño y creador de Privé vive en Filipinas. Yo solo soy un colaborador, y aunque muchas de mis opiniones se toman en cuenta, ahora que estuve en el servicio fui dejado aparte en su proceso creativo. No soy quién para decirles a qué personas contratar, por más que a ChanMi la recomendara como modelo, en el aspecto de diseño puede haber dificultades y más parámetros."

Sabía que esto tomaba tiempo. Aun cuando BaekHyun le quisiese dar un poco de esperanza, tenía que estar de acuerdo en que no lo iba a ver de un día para otro con las mejores respuestas. Por algún motivo, a pesar de entenderlo, sentía mucha ansiedad, y a cada dos por tres ahí la hallaban: con la pierna temblorina (si acaso estaba sentada), y estresada por pensar en qué momento iba a recibir ese mensaje, esa llamada que le daría paz a su mente antes de explotar por ver otra ocasión su teléfono en la mano.

"En cuanto sepa lo que mi jefe opina, te llamo. Solo espera."

"Espera," se dijo frente al espejo, luego de echarse agua al rostro. Se había lavado su carita porque hoy era día de pereza y no estaba para bañarse de inmediato. Al secarse con la toalla, al menos de eso se convenció, pero lo cierto fue que también sabía que si estaba su ansiedad era porque una parte de sí sentía un poco de culpa en lo que había hecho.

BaekHee había sacado algunos de los bocetos viejos de ChanMi en una memoria desde su computadora que dejó el viernes abierta, y tras habérselos dado a BaekHyun impresos hasta para mandar otros por correo que ya no sacó–porque a su estúpida impresora se le decidió acabar la tinta–, el pavor de que esto pudiese haber sido una mala idea que enojaría a ChanMi estaba pesando en su pecho como nunca.

No podía ver a los ojos a ChanMi desde ese día. No creyó haber hecho nada malo, solo había dado un empujoncito donde no sabía si ChanMi lo necesitaba, pero si bien recordaban algunas partes de su historia, sabían que cuando BaekHee hacía algo parecido no siempre daba los mejores resultados. La latente experiencia aun hace casi diez años cuando BaekHee trajo el mural de ChanMi a su exposición casi en su último año de la secundaria, le había dejado algunos traumas sobre hacer este tipo de cosas.

Se suponía que BaekHee habría aprendido algo de eso, o sea, que ya no lo iba a realizar, si ChanMi no estaba cómoda o no tenía intenciones de mostrarse con otras personas, ella no debía insistir para que lo hiciera. Era un acuerdo mutuo, como pareja responsable y nada tóxica, se habían dicho desde ese día–aun cuando en ese entonces aún no fuesen una pareja– que no iban a afectar a la otra con ese tipo de decisiones tomadas a la ligera. Podrían ser hechas con las mejores intenciones, pero quién decía cuando eso no iba a crear un conflicto para la otra.

BaekHee bien sabía que el sueño de ChanMi siempre había estado en crear sus propias prendas en el mundo de la moda, ser esa diseñadora exitosa como ella veía desde hace tanto su talento. Sin embargo, ese asunto había sido enterrado luego de que ChanMi misma se viera en la decepción de la sociedad tan espantosa que había afuera. Era un tema delicado desde hace un par de años, y sobre lo mismo, bueno...

BaekHee se sentía con la presión de que tal vez podría haber hecho algo muy malo.

No supo si pensarlo de la misma forma cuando recibió ansiada notificación a su celular, y aunque ya estuviese acostumbrada desde el viernes por la noche a entender que podía no ser su respuesta que tanto esperaba como para que se fuera a emocionar de nuevo, esta vez fue distinta.

Un mensaje un poco extenso le había llegado de ese número en particular, y BaekHee aún en su medio baño del piso de abajo, con todo su estrés y ansiedad de aquella situación, no evitó sacar una sonrisa.

"BaekHee, ¿vas a querer café o prefieres servirte tú algo para tomar de desayuno?" ChanMi preguntó a pocos pasos desde la cocina. Como ya era usual, ella estaba haciéndoles el desayuno. BaekHee solo ahí reaccionó, fuera de su pantalla para ver arriba y gritar desde su espacio cerrado.

"Oh, ah, ¡sí! Quiero eso, linda."

"¿Qué cosa? Te di dos opciones, BaekHee, tienes que ser más clara."

"E-El café está bien, solo..." comentó ya al haber salido del baño. En su pasillo entre el recibidor, su sala y la cocina-comedor, BaekHee se paró aún con su celular en mano sobre una gran sonrisa que se encontró con la ceja arqueada de su prometida aún en su misma pijama. "Lo que sea, mientras no tenga mucha azúcar."

"Claro, ya sé que tú lo prefieres negro. ¿Qué pasa? ¿Descubriste la octava maravilla mientras cagabas o por qué traes esa sonrisota?" Se burló en el desconocimiento de sus propias ideas en su cabeza. Estaba de vuelta en esto. Debía recordarse que las cosas no saldrían muy bien si acaso había hecho algo que a ChanMi no le gustara, pero iba a ir con la mejor de las esperanzas.

Después de todo, no quedaba más que darle una oportunidad, ¿cierto?

"No es eso, aunque ya sé que para ti mis pedos huelen a rosas, en realidad..." se acercó en pocos pasos hasta la chica. ChanMi bufó en medio de su respuesta, y con una sacudida de cabeza, le siguió dando la espalda en lo que ella preparaba algo en su estufa y ella acabó sentada en la isla de su cocina frente a su comedor que apenas les había entrado en el pequeño espacio de su nueva casa. "Vi algo que me llamó mucho la atención en lo que estaba adentro, y no sabía si comentártelo ahorita."

"¿Tiene que ver con pedos o la caca? Porque, BaekHee, si me piensas mencionar de nuevo el tamaño de lo que has hecho..."

"De verdad soy tan asquerosa a veces, ¿no?" Se rio de sí misma, ChanMi solo sacudió otra vez su cabeza, desaprobatoria. "No, no es eso, es algo completamente distinto. Solo no sé si a ti te va a gustar como a mí podría."

"¿Qué ocurrió, Hee? Ya deja el suspenso, sé clara, que sabes cómo eso me mata."

"Bueno... promete que no te vas a molestar. Es que hice algo a tus espaldas, y sé que en realidad no debería, porque comprendo cómo eso no te gusta, pero no lo pude evitar. Vi mi oportunidad y creí que tal vez sería bueno, algo mejor en estos casos..."

"BaekHee... ¿ahora qué has hecho?" Su prometida se giró con espátula en la mano, el siseo de los huevos calentándose aún por detrás, y un claro ceño de que ya no estaba para andar sobre puntitas.

Tenía que ser clara.

"Te conseguí una entrevista de trabajo," ChanMi amplió grande su boca en una O, y como si ya estuviese a punto de reclamar o decir todas sus preguntas que generaba esa declaración, se le adelantó a contar lo más rápido que podría: "No es una entrevista de trabajo muy formal, es más como una conferencia donde ciertas personas en Filipinas quieren conocerte, y hay algunos colaboradores extra que se reunirán contigo por videollamada mañana a las 9:30. Ellos quieren conocerte porque han visto un poco de tu trabajo y están interesadas en qué otras cosas has hecho, tu experiencia, pero no es con exactitud una entrevista de trabajo porque en realidad se han saltado ese paso y ahora estás como eh, tipo una finalista para un puesto que tenían vacante."

"¿De qué trabajo estás hablando? Hee, ¿qué...? ¿Qué rayos...?"

"Es que yo le mandé a algunas personas tus bocetos de antiguos trabajos, ya sabes, de ropa y algo de moda que tenías," desde ahí ChanMi ya comenzó a fruncir el ceño. No parecía muy complacida, y eso le daba miedo a BaekHee, sabía que el lado negativo de hacer cosas sin preguntar se mostraría. "Ya sé que estuvo mal, debí preguntarte antes de husmear o hacer algo con tus cosas, sobre todo porque es algo delicado e importante para ti, como podría ser todo lo de tu carrera. Pero, nena, no lo podía desaprovechar. He estado tan cansada de verte desechar tus sueños como si fueran solo basura. Y entiendo que no lo has tenido fácil todo este tiempo, de verdad, lo hago, porque he estado para ti en los días malos, incluso en aquellos donde finges que no te pasa nada cuando te terminaste encerrando en el baño a llorar por otra respuesta negativa de alguna de esas tontas empresas que se creen la gran cagada como para no admitir que puede haber más talento de lo que tienen en sus cabezotas," con varias sacudidas de cabeza entremedio, BaekHee vio cómo ChanMi apretaba sus labios. Hubo de eso al menos una ligera comprensión, y quizá tras admitirse que podía tener algo de cierto, BaekHee se sintió más en confianza para terminar lo que decía: "Por eso le pedí a BaekHyun si podía contactarse con la gente de Privé para tenerte de diseñadora."

"¿Que hiciste qué cosa?"

"Él lo tomó muy bien, me dijo que no era un favor, sino un ajuste de cuentas, quizá por sentirse aún mal después del escándalo que pasó entre ChanYeol y yo, ya sabes, sobre esa noticia estúpida..."

"BaekHee..."

"Y quizá Privé no es la gran marca, ni te va a solucionar todo eso del sueño que tenías, pero... podría ser un primer paso, ya sabes... para desarrollarte en el campo laboral que en verdad deseas. Quizá... para que comiences por algo, tengas experiencia y conexiones, luego, puedas encontrar... algo distinto que te pertenezca."

Sobre eso, ChanMi se quedó sin palabras. Con los labios nuevamente apretados en una firme línea que hasta desaparecía su boca, BaekHee aguantó. Esperaba alguna reprimenda, quizá que ChanMi le gritara diciéndole otra vez que no tenía razón de meterse entre sus cosas, que nadie le había pedido que hiciese eso y que más le valía buscar solucionarlo porque ella no estaba de acuerdo, pero en su lugar...

ChanMi se giró para apagar la estufa. Se quedó mirando esta, con su espalda frente su cara, y al reposar sus dos manos a cada lateral de este espacio, notó la tensión en su espalda un poco encorvada. ¿Estaba así de enojada? O sea, para que ni le quisiera hablar, ¿era eso?

"ChanMi, yo... perdona, no debí..."

"No, no lo digas, por favor, solo..." BaekHee frunció el ceño. Ese tono en ChanMi no se escuchaba como un grito de enojo o regaño. En realidad, se oía más un poco débil, dubitativo, y sobre el hondo respiro que dio su prometida, tuvo que ponerse manos a la obra. BaekHee se paró, hasta rodear la isla y llegar a la mujer en la que puso cuidadosamente una mano sobre su espalda.

"¿ChanMi? ¿Qué pas–?" No pudo terminar cuando ChanMi se volteó antes a hundirla entre sus brazos. Sofocada por un inmenso pecho, BaekHee apenas pudo resaltar su cabeza de eso para colocarla entre su hombro y cuello, sin encontrar cómo corresponder el gesto hasta que sintió el temblor del grande cuerpo que la abrazaba. ChanMi estaba llorando. "Gorda..."

"Gracias. Gracias por creer en mí, a pesar... a-a pesar..." a ChanMi no le fue sencillo decir esas palabras. Entre hipidos, un tono tan grave que se ahogaba en sus repentinas lágrimas, el calor de ese abrazo se volvió más grande a cada segundo, y ahí fue donde BaekHee respondió con suaves caricias en la espalda contraria. "D-De que yo nunca pude hacerlo hasta a-ahora."

"Eso no es verdad, siempre has creído en ti, solo ha habido muchas personas que lograron pisotearte antes para hacerte pensar que ya no lo valías. Tú solo necesitabas de alguien que te lo volviera a recordar, porque mi futura esposa es una campeona," respondió, y aunque ChanMi lloró más fuerte con esas palabras, al separarse un poquito y BaekHee enmarcar el rostro de la mujer entre sus manos, no hizo más que darle un beso. Suave, delicado desde sus ojos llenos de su llanto, hasta su nariz y sus mejillas para terminar en sus labios. "ChanMi, necesito que te repongas, hay algunas cosas que aún no te he mencionado sobre esta conferencia que tendrás mañana y es importantes que sepas. ¿Crees que puedas dejar de llorar un tantitito para que te diga?"

"¿Me puedes a-abrazar otro m-minuto a-antes de escuchar?" Asintió. Ella podía abrazar a ChanMi todo el tiempo que quisiera. Si había querido cortar su momento emotivo era porque esto en verdad tenía cierta importancia. Sin embargo, estaba bien, tenían tiempo. Ya que no había peligro de que ahora los huevos se les quemaran o al siguiente instante hubiese algún temor que descubrir como antes su ansiedad estaba imaginando, podría darle otros minutos.

Se quedó ahí con ChanMi escuchándola llorar, y a pesar de que BaekHee normalmente diría que no le gustaban este tipo de escenarios, de momento no se iba a quejar. No tenía razón cuando bien sabía que era necesario. ChanMi necesitaba sacarlo, todo estaría mejor cuando supiera además que de ahí las lágrimas que pudiese soltar fueran solo de gusto.

"Ya, entonces, ¿cuáles son las cosas importantes que debo tomar en cuenta para...?" Sorbido tremendo de mocos. BaekHee le sonrió a ChanMi antes de estirarse por una servilleta. "Gracias. ¿... m-mi conferencia de mañana?"

"Voy a servirnos el café y los huevos, tú vete sentando. Eso lo necesitarás, al menos para que la cosa no te caiga de peso. BaekHyun me ha mandado un extenso texto sobre lo que debes discutir sobre esto, podríamos leerlo juntas."

Aquí iba el otro dilema de la plática. Nada con lo que llorar, pensaba BaekHee, pero sabía que no iba a ser sencillo. Tenía que poner a ChanMi en una diatriba. Algo importante y por lo cual debían ponerse serias. De menos esperaba ChanMi pudiese ver aún con eso la alegría en su noticia.

Una esperanza.

Desde lo que ChanMi había entendido, BaekHyun les había dicho que los colaboradores de Privé estaban interesados en lo que hacía. Él les había mandado los bocetos que BaekHee les compartió diciendo que no eran suyos, pero sí de alguien que conocía y que tal vez podría apoyar a la marca. No estaban al inicio muy de acuerdo porque lo que ChanMi hacía iba para más, ella tenía un estilo diferente (y aunque sí aceptaran que le faltaban algunas pulidas a ciertos trabajos que les compartieron, después de todo, estaban desde que ChanMi fue a la universidad), la marca de Privé se calificaba por ser algo simple, muy del tipo minimalista, y varios de los bocetos de ChanMi eran hasta de vestidos y ropa folclórica moderna. Desde ahí no le vieron la razón a BaekHyun para proponer esa diseñadora, pero...

Ya que él la estaba recomendando quisieron darle una oportunidad. ChanMi bien podía trabajar con Privé para algunas colaboraciones, ya no solo como modelo, sino como diseñadora de la misma ropa. Mientras se adaptara al estilo de Privé y entendiese que debía seguir los parámetros de la marca, podría estar dentro.

¿El problema? Se lo dijeron en la conferencia del siguiente día:

"No estamos diciendo que tenga un contrato exclusivo con nosotros. Como nueva diseñadora, entendemos que quizá usted podría extenderse en otras áreas y desarrollar su propia línea, pero debido a su trabajo, creo que debería hablar con su jefe actual para aclarar que no esté pasándose por alguna cláusula en su contrato. Nosotros no queremos meternos en algún problema legal con su empresa, señorita Park," el dueño de Privé se lo había puesto muy claro, y en el asentimiento que más colaboradores dieron–entre ellos, BaekHyun–, ChanMi comprendió que para alcanzar su sueño había que hacer algunos ajustes.

"Solo deberías hablar con tu jefe, ¿no? Es pan comido, no veo por qué se negaría. Muchas otras modelos ya han crecido en este tipo de negocio por su cuenta. Él lo debería entender, estoy segura de que hasta ser pionero de este tipo de cosas les da gusto," BaekHee comentó más tarde cuando luego de su trabajo fue a comer a su casa, y aunque ChanMi asintió, no supo qué decir al respecto. Había una espinita muy al fondo de su pecho que se removía con cierto disgusto en el tema. Podría ser solo su inseguridad, por decirse otra vez que no podría y jamás iba a lograr algo como tanto la sociedad la había tachado, pero si eso fuera, entonces, ChanMi lo ignoraría.

No podía tirar el esfuerzo que BaekHee ya había hecho por ella a la basura. Era su turno de devolver ese favor, hacer algo y demostrar que ella lo valía.

Tras hablar con Key sobre un par de llamadas–sobre todo cuando BaekHee no estaba en casa, a ChanMi le daba más tranquilidad, no porque BaekHee la presionase o algo, solo quería demostrar que también sabía valerse por sí misma, sin recurrir con carita de perrito abandonado a su prometida para que la escudara como caballera–, de menos pudo concretar un par de cosas. Key estaba con ella, la quería apoyar a un cien, porque si alguna vez buscó conseguirle todas esas colaboraciones con las grandes ligas, siempre fue en la intención de conocer sus mayores deseos y esperar que se cumplieran. Ahora era el momento.

Key le ajustó después su cita con el señor Lee–el CEO de la empresa, vaya cosa–, y al saber que esto iba en calidad de urgente, con los hilos que Key pudo jalar, le dieron un espacio para el viernes de la próxima semana. Temprano.

Eso fue un alivio, la cosa se podía resolver pronto, como BaekHee dijo pan comido. Sin embargo, por algún motivo, esa sensación de que algo estaba mal no la dejó en ningún momento.

ChanMi se encargó de revisar en todo ese tiempo que tuvo disponible hasta la fecha ajustada lo necesario para esa reunión. Incluso, entre algunas cajas que seguían en su dizque cuarto de visitas–que tenían completamente vacío, ya que nunca habían tenido un cuarto de visitas, era más una bodega para las cosas que no supieron dónde acomodar y se decían que algún día le buscarían–, sacó más que sus viejos bocetos de eso que también estaba desde su universidad y hasta antes de que entrase al diseño. Ahí entre tanto papeleo, encontró su contrato.

Había firmado con la línea de Leesandro desde hacía más de seis años, este era su séptimo, y si mal no estaba debía ser el último para que empezaran a planear cómo lo renovarían. Quizá si discutían al respecto, con lo que ella tenía por decirles sobre el asunto con Privé y lo que tenía ahora en puerta, el señor Lee consideraría darle la oportunidad que desde entonces le comentó podría obtener si aprendía un poco más del diseño estando bajo ellos.

Claramente se lo había dicho, ChanMi lo recordaba porque... ese tipo de experiencias no se iban nunca de su memoria, había frases y hasta escenarios que pasaban en gran cantidad en sus sueños, hasta como pesadillas.

"Podríamos hablar más adelante sobre integrarla al equipo de diseño o... algo parecido," el hombre de mediana edad lo dijo, y aunque hasta ahora ChanMi reconocía que se escuchó un poco con desdeño, como si fuese solo un adulto hablándole a un niño para consolarlo por no comprarle algo que quisiera en su sí, sí, mañana te lo compro, deja de llorar, ella no quiso darse bajas esperanzas.

Se dijo que tal vez, después de todo ese tiempo, su trabajo había dado frutos. Aunque fuese poco y quizá casi no se escuchara, ChanMi realmente había estado paseándose un par de veces en el edificio de su trabajo sobre el piso de diseño, y aunque obvio nadie le dejó confeccionar alguna prenda, sí había escuchado, aprendido y hasta opinado un par de veces con sus estilistas sobre algo que podrían mejorar para hacerla más glamurosa.

El señor Lee tenía que verlo. Ella estaba lista, que otra marca como Privé–con quienes ya habían trabajado tan bien al ponerla como su modelo– lo reconociera, debía decírselo.

"Tú puedes, lo tienes en ti misma, ChanMi hermosa," BaekHee le deseó al despedirse luego de salir juntas de la casa. Les había dado un beso rápido a sus labios, y luego de saludar a Key que vino por ella en su carro, se fue por el otro lado en dirección a la parada del autobús. En otra ocasión, quizá se habrían ofrecido a llevarla hasta el instituto o dejarla de menos un poco más cerca de esto, pero hoy habían quedado en que sería más difícil. Necesitaban ser puntuales y demostrar lo importante que esto era para ellas.

Con Key no habló mucho, posiblemente por los nervios, pero el apretón que igual recibió de Key en el camino tras ver cómo sus manos no dejaban de repasar sus piernas temblorinas, le dio lo suficiente en esto. ChanMi fue después, solita al interior del edificio. Key estaría detrás de ella, pero después de salir del ascensor y llegar al último piso en la terraza del gran CEO en esa empresa, ella estaba por su cuenta.

El señor Lee había accedido a reunirse solo con la señorita Park, y aunque entendía que algunos de sus asuntos incumbían a Key por ser su mánager directa, accedieron porque ChanMi pensó que esto sería más sencillo y ella estaba aún fiel a la idea de que sin ayuda podría hacerlo.

Tenía que tomar las cosas por su propia cuenta.

"Pase, está abierto," ChanMi entró ante aquellas palabras que vinieron del tan conocido hombre sobre el que hablaba. Al presentarse de la manera más respetuosa posible en su traje de pantalón y chaqueta grises con camisa blanca, entró a la oficina cerrando la puerta por detrás de ella. ChanMi se había quedado ahí después de eso, sin moverse de lugar, y a la expectativa de que el señor Lee le indicara su siguiente movimiento más porque él era el que ahí en esa habitación tenía la palabra final sobre su jerarquía.

El hombre, en cambio, no hizo mucho por un buen minuto. Parado frente su ventanal que daba a esa terraza ya mencionada, solo con su chaleco puesto de ese traje beige de tres piezas, ni siquiera la estaba mirando. Muy entretenido viendo el cielo nublado que había en esa mañana de febrero sobre lo que sus lentes de culo de botella le permitirían. Al menos un buen espacio los dividía por la misma razón, con él en el extremo opuesto donde ella estaba, ChanMi bien podía notar la distribución de la increíble oficina como hace mucho ya no había estado.

En verdad, desde que tuvo su primera entrevista hecha por el mismo hombre–posiblemente en su curiosidad por conocer a esa prospecto de modelo que ella no esperaba ser, pero él ya tenía totalmente contemplada–, no había pisado por segunda vez la alfombra gris ni puesto cara ante aquel techo alto de paredes de madera clara. Pero no era mucho la diferencia de cómo la recordaba, seguía ese gran escritorio de caoba que dividía el espacio donde el director estaba y ella, aún ahora mucho más atrás de las dos sillas que le seguían, junto al sofá verde que se disponían ante una mesilla y una televisión de plasma al otro lateral.

Algo que sí había cambiado era el acomodo de unas cosas. Que ChanMi recordara, el director no tenía todas estas revistas que ahora se desplegaban junto al sofá y la televisión en ambos lados, como si fuese alguna vitrina de trofeos en donde demostraba los logros que su marca había hecho a lo largo de esos años–y si ChanMi tenía algo que resaltar era cómo había unas cuantas portadas donde ella se protagonizaba, sobre colaboraciones como la de Prada o los posters de Victoria (cielos, ¿en serio su jefe tenía uno de ella? Eso era... incómodo, por no decir malo). Pero ahora todo eso estaba, y por supuesto, los artefactos tecnológicos. La televisión era distinta a la que hacía seis años podría, la computadora en el escritorio pasó de ser una gorda a una muy bonita MacBook que hasta se veía hoy nueva.

El señor Lee no tenía fotos de familia o personajes en su vida, solo imágenes que de modelos, figuras auténticamente conocidas en su gama, y hasta de él mismo había (seguro en una época dorada, porque ese joven lleno de un cabello largo, reluciente, de piel lisa y delgada figura no se asemejaba mucho al poco más robusto, medio calvo y arrugado frente ella). Era mucho que discutir si buscaba en algo profundizar, sin embargo, ChanMi no estaba para eso.

Alegrada de que el hombre se voltease solo poco antes de que ella se ajustara un mechón de su moño que se había zafado. Pareció tener su atención. Solo sobre una delgada sonrisa de labios agrietados, la recibió en la mejor de las esperanzas que ese buen recibimiento le podría dar, previo a apuntarle una de sus sillas.

"Señorita Park, cuánto tiempo sin habernos visto. Es un gusto poder tenerla nuevamente en mi presencia, ¿gusta tomar asiento?"

"Señor Lee," se reverenció, y sobre un asentimiento, ajustó su bolsa con los papeles necesarios, antes de ir sobre zancadas hasta el lugar. No estaba para darse mucho tiempo. "Por supuesto, con gusto, y mucho más como dice, luego de tanto tiempo sin habernos visto. Espero eso no sea una ofensa para usted, ha sido tan difícil poder encontrarnos en estos días desde hace tanto, ¿no es verdad?"

"Por supuesto, un hombre como yo, tú sabes, puede estar un poco ocupado por la vida, ¿no?" Se rio, más por amabilidad, y cuando el director tomó su propio asiento en esa gran silla de rueditas que él tenía, ella lo imitó, recta, de piernas juntas y manos en las rodillas sobre su bolsa. "Pero bien me puedo imaginar qué te ha traído en este día a mi oficina."

"Oh, ¿lo hace? Quiero decir, ¿de verdad?"

"Claro, si tu mánager bien me ha especificado lo urgente que era esta reunión, ¿cierto?" Apretó los labios. No sabía el juicio que el señor Lee le ponía a su idea si daba cierto tono burlón al calificativo que le habían dado, pero lo había a dejar en la tentativa. Solo hasta que hablaran, a ver si algo alcanzaban a coincidir en medio. Por ahora, solo era sonrisas. Como los pingüinos de Madagascar. "Dejémonos de las formalidades, pequeñas charlas de un inicio y cortemos al grano. Entonces, ¿cómo vas a querer que renovemos tu contrato?"

"¿Mi contrato?" Repitió, sorprendida por esa respuesta. Pues, a pesar de que sí estuviese interesada en tocar un poco de ese tema, no estaba esperando que por ahí comenzaran. "Hum, señor, yo en realidad..."

"Podríamos discutir una renovación quizá por dos o tres años más. Fungirías tu misma actividad, las cláusulas permanecerán, y a menos de que tengas una apelación sobre cambios, los podemos discutir luego, ya que estemos con los abogados. ¿Qué piensas? ¿Te parece buena idea?"

"E-Eh, señor, ¡claro! Supongo que esa es una buena idea, pero yo la verdad pensaba más..." el nerviosismo comenzó ahí a consumirla. La sonrisa grande y poderosa que tenía el hombre ante ella la empequeñecía. Era esa misma sensación que hacía seis años en ese lugar, desde una perspectiva donde ella no tenía voz ni voto sobre las decisiones que iban a construir por completo su vida, mismas que en este día podrían repetirse y definirla. Entonces, bien podría ceder ahora, darse ese lugar pequeño de una pobre niña a la que le decían que no era buena en lo que hacía y que mejor se conformara con lo ofrecido, pero en realidad... ChanMi bien sabía que ella ya no era esa niña, e incluso en esa época ella no tenía una voz pequeña, solo no la suficiente fuerza para hacerse oír como en este día. "En que me gustaría discutir con usted el cambio de mi contrato. Quiero poner nuevos términos donde no solo se me considere una modelo, sino lo que había venido en un principio a hacer sobre su marca: ser una diseñadora. No asistente, ni tampoco temporal. Una diseñadora de tiempo completo, si es posible incluso con un propio equipo, rama, estudio y material. Creo que he estudiado suficiente desde otro punto todo nuestro mundo de la moda para creerme tan capacitada como usted hace seis años me habría dicho que no estaba, y si en eso necesita pruebas, voy a comentarle entonces que he hablado con otra respetada marca de ropa en la cual me han querido contratar como una colaboradora de diseño. Por lo mismo, pediría que usted me diera la oportunidad de trabajar bajo su marca, a la vez que me extienda la posibilidad de hacer lo mismo en la suya."

Eso lo fue todo. ChanMi estaba orgullosa de haberse expresado de este modo, y hasta al mostrar una sonrisa se lo dijo. ¿Por qué el señor Lee se había reído como reacción que soltaba en cambio? Solo él lo entendería, con su ceño que poco a poco se le fue agravando, ChanMi no le dijo que entendiera. Pidió una explicación, aunque fuese sin palabras.

"Oh, señorita Park, espere un minuto, ¿usted en serio me ha pedido estas cosas? ¿Con qué razón?"

"Señor, yo..."

"No necesito que me digas. Cualquier marca o persona junto a la que hablaras para meterte estas ideas, debo decir que es una tontería. En verdad, no debiste escucharlos siquiera. Ellos no te conocen como yo, y luego de saber el trabajo que haces, querida, definitivamente no vería razón para que ellos ni nadie te contratase como una diseñadora."

"¡Señor!" Reclamó con más enojo de lo que esperaba, pero el señor Lee ni se alteró. Con un ademán de muñeca despectivo, sacudió la cabeza, aun en su sonrisa.

"Olvídate de ello, solo no tienes materia de diseñadora. Podemos seguir discutiendo tu contrato como modelo, de ahí en más, solo espera apelar por un par de cambios en actividades que el modelaje implica y posiblemente el tiempo sobre el que trabajarás. Veme cuando bien lo hayas pensado, y hasta entonces, podremos firmar en conjunto. ¿Te parece mi idea?"

"No, señor, y perdone que lo diga, pero su idea me parece tan mala. No estoy de acuerdo, porque he considerado que he ganado algo de experiencia, y si ahora pudiera revisar lo que he hecho, quizá usted reconsideraría..." fue ahí a sacar sus papeles de la bolsa, pero sin que Lee los viera, solo empujados para que ni tocasen su mesa, ChanMi se encontró más que molesta sobre el repudio que el hombre ante ella le hacía. "Señor."

"Mi decisión es final, señorita Park. Desde hace mucho tiempo le dije mi única verdad, y eso se lo digo aún ahora. Sin importar lo que usted haya creído mejorar o crecer en este ámbito, sigo pensando de la misma forma: no pienso que esté capacitada para entrar en este mundo de la moda como una diseñadora. En cambio, usted tiene una gran carrera como una modelo, ¿acaso no lo nota? Lo mucho que ha logrado escalar, con todos sus logros que nos hemos hecho, y lo bien que ahí se desarrolla. Ha nacido para esto, véalo usted misma."

"Claro, ¿cómo exactamente quiere que lo haga? ¿Admirándome en ropa interior sobre una portada de revista Playboy que cualquier depravado podría colgar en su casa?" ChanMi no consideraba de esa forma su trabajo en otro tiempo. Jamás pensaría que lo que hizo o lo que hicieron sus mismas compañeras modelos conocidas en su carrera alrededor de todo ese lado de la industria en la que la habían puesto tuvieran un lugar solo clasificado de esa forma. No era una ofensa, en realidad, reconocía el trabajo que había detrás. Pero si el señor Lee quería ponerle eso en su contra como si en realidad no creyese que ella notaría cómo la estaba relegando a una simple actividad reduciéndola a ser nada más que una cara y cuerpo bonito, entonces, definitivamente ella no lo iba a tolerar. No le importaba ya esa sorpresa e indignación del viejo, era tiempo de que ella hablase por su yo de hace seis años tan tímida y desahuciada por la espantosa sociedad que la redujo a eso. "Si en serio piensa que esa es su decisión final, entonces déjeme decirle ahora la mía, señor: no pienso renovar contrato con su empresa. Le quise dar una oportunidad, como quizá usted pensó en darme a mí una hace tiempo, pero ahora es momento de que busque dónde sí consideren mi talento."

"Señorita Park," Lee se paró con eso al mismo tiempo que ahora ella lo hacía, y al recoger muy bien sus cosas puestas en la bolsa, ni le dio otra mirada. Fue en camino a la puerta, con la decisión fija. "No se atreva a salir de esta oficina, si lo hace, jamás espere encontrar otro lugar aquí en Leesandro."

"Qué bueno que lo diga," respondió, todavía sin voltearse, y al quedar solo frente a la puerta con la mano en la perilla, ChanMi se dio la oportunidad de mirarlo sobre el hombro cuando decidió decir eso que le sacó la mayor de sus sonrisas. Esto iba por su yo recién graduada con los sueños rotos sentada en esa silla. "Porque no pensaría quedarme en un lugar donde las decisiones de su director sean... ¿cómo dijo? Ah, sí, basura."

Salió después de eso, como toda una jefa. Posiblemente había tomado un gran giro de eventos diferente a lo que en primer lugar pensaba ver tras haber llegado. Sin embargo, no se pudo sentir más confiada de lo que lo hizo al abandonar el edificio de Leesandro. Cerraba un torturante ciclo luego de aquello.

No iba a atormentar más a su yo joven adulta que había sido pisoteada por toda la humanidad. BaekHee le había dado el primer empujón para darse cuenta de ello. Ahora era su turno de tomar la mano de esa ChanMi que lloró en las noches por los tantos rechazos y pensar que en verdad su trabajo podía ser solo basura. Se había dado un reconfortante abrazo.

Y aunque fue difícil explicarle a Key o a BaekHee más tarde lo que había pasado, porque hubo un poco de lágrimas de por medio–que obvio no pudo evitar–, lo hizo. El shock estaba, pero el apoyo se mostró mucho más, y segura de que el medio desempleo no le pegaría tanto...

Decidió que era hora de pararse para dar el siguiente paso.

"¿Cuándo podría tener mi próxima conferencia con Privé? Creo que tengo para ellos muy buenas noticias."

Este solo era el inicio de una nueva etapa en su vida.
























Y solo es el inicio de lo que vamos a tratar para conseguir este sueño. Así que agradezco que aparecieran para leerlo~

🎀 ¿Qué les ha parecido? Este capi ha quedado más largo de lo que yo misma imaginaba (y hasta se necesitó dividir en dos por eso, pero no se preocupen, la siguiente parte saldrá pronto 😌).

🎀 ¿Acaso no sintieron tantas emociones en esto de la historia? Después de todo hubo un sube y baja con ChanMi en lo que ha vivido, pero al fin logrará lo que tanto quería (cómo crecen tan rápido 🤧).

🎀 ¿Algo que decirle a esta chica o quizá a las personas que tuvo a su lado? ¿Qué más podrá venir de ellas/os en lo que falta? 👀

¡Muchas gracias por leer una vez más! Por sus votos y comentarios, les aprecio mucho. Nos veremos en lo que siga, ¡hasta entonces! 💙

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