Corrí, corrí todo lo que mis cortas piernas y pequeño cuerpo pudieron soportar. Al estar lejos de la clase B, saque mi teléfono, mis manos estaban temblorosas y mi quirk se había activado por accidente cristalizando todo lo que tocaba.

Me recosté en un árbol cercano y guardé mi teléfono, debía tranquilizarme o yo misma me iba a cristalizar y todo iba a ser peor. Me deslice en el aquel árbol hasta sentarme y abrazar mis rodillas, las lagrimas amenazaban con salir de mis ojos pero no lo iba a permitir.

Todo se había ido a la mierda, no tenía que haberte entregado esas galletas Monoma, me tenía que haber conformado con verte a lo lejos.

Pensaba en una y mil excusas para faltar a clases en lo que restaba de día, pero ninguna era lo suficiente creíble para convencer a Aizawa-sensei.

—¿[...]? —Levanté la cabeza al escuchar la voz de Momo.

Sin previo aviso las lágrimas cayeron de mi rostro, corrí hacia la pelinegra.

—Momo él lo descubrió, d-descubrió que y-yo le daba las galletas. —Las lágrimas no dejaban de bajar de mis ojos y era estresante.

Mi compañera me abrazó más fuerte.

—Ya, ya, vamos a solucionarlo. —La chica por su parte acariciaba mi cabello con dulzura.

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¡Mami Momo al rescate!

Solo quiero decirle gente bonita que esta pequeña historia ya esta llegando a su fin, tenia pensado hacer 20 capítulos solamente. 

¡Pero no se preocupen! La saga "huele a ilegal"  y "honeyworks" esta a nada de salir, y con eso Monoma tendrá dos nuevas historias.