Las clases de la mañana terminaron dando así paso a la hora del almuerzo, apoyé mis manos en la mesa mientras pensaba en lo de ayer, de verdad había sido un idiota, debías estar riéndote de mi Monoma-kun.

Miré los dos paquetes de galletas al frente de mi, dudaba si entregártelo o no, me encogí mas en mi asiento mientras miraba al piso, no, no de ninguna manera podría entregarte algo hoy.

—¿No vas a entregar las galletas hoy? —Me enderece de golpe al escuchar la voz de Tokoyami.

—¿C-como...tú...? —No podía articular bien las palabras, sentía que el aire se estaba yendo de mis pulmones.

—No eres muy discreta, sales de ahí con un paquete de galleta en la mano y regresas sin él. —El muchacho se sentó frente a mí mientras me veía fijamente. —Aunque un no sé a quién se los entregas.

Bajé la cabeza.

—Ya no importa, ya no le entregaré más galletas. —Tomé un paquete y lo guardé iba hace lo mismo con él otro cuando Dark Shadow lo tomó alejándolo de mi.

—No creo que a la persona que le entregas las galletas le gustaría oír eso. —Debido al empuje de aquella sombra salí del salón siendo seguía muy de cerca por Tokoyami.

Entramos en tu salón de clase, tiré aquel las galletas para después tomar la mano del chico y salir corriendo, nunca había estado tan nerviosa.