Capitulo 18.- Cuestiones
Estoy suspirando, una y otra vez, apretandome la sien con mi mano derecha, mientras me estan leyendo el informe, el legado Pereira y el Almirante Rojas estan fuera de control, han usado la fuerza de castigo, que había pensado usar para acabar con los piratas de la zona, como un ejercito invasor, aplastando no solo a los piratas, si no que tambien ah desembarcado en planetas colonizados por estos Jiralhanae y ah realizado acciones belicas en contra de esta raza
Puede que, no sea tan grave y quiza... no es muy grave, demasiado, ¿que pasaría si estos jiralhanae tienen aliados con fuerzas desconocidas que no podamos enfrentar?
Me temo que podriamos estar enfrentando problemas graves si toda la galaxia frente a nosotros nos ataca, 50 mil planetas contra miles de millones de mundos, no era un escenario bonito, abro los ojos y miro al secretario que esta frente a mi leyendo el informe
- Detente, necesito hablar con los ministros - el hombre me mira, asiente, hace una reverencia y se va a una esquina de la sala del trono
Los ministros esperan unos segundos, yo estoy pensando como no pueden hablar sin mi permiso es obvio que estan esperando mi señal de aprobacion, me pregunto de donde salio esta ley, aun así es agradable que no se pongan a gritar como cotorros nada más digo que necesito hablar con ellos, les hace parecer listos
- Pueden hablar - dicto
- Mi Emperatriz, creo que debemos dar felicitaciones al Legado y el Almirante por su excelente iniciativa de civilizar zonas barbaras en esta galaxia - dice uno de los ministros, el Ministro del Exterior, que da un paso al frente con orgullo
- ¿Considera correcto atacar sin provocacion a un pueblo extranjero? - pregunto
- El legado no es un hombre que haga las cosas sin pensar, de todas formas esos salvajes nos atacaron a traicion - declara el hombre y varios lo apoyan con asentimientos y murmullos de aprobacion
- Es cierto que nos atacaron, pero no autorize una invasion, si así fuera la flota hubiera sido compuesta de hasta 6 mil naves, no un numero inferior a 400 - indico, el ministro del exterior se caya un momento
- Mi emperatriz, permiso para hablar - veo al ministro Carballal asomarse levemente entre sus colegas, le indico en silencio que lo haga - Mi emperatriz, sus ordenes para el legado y el almirante eran pacificar la zona, en teoría estan cumpliendo sus ordenes - miro a Carballal y luego a mi medio hermano Sebastian que esta a mi lado
- En teoría tiene razon - me responde
- Oh genial - suspiro nuevamente, y me llevo la manos a la frente - ¿entonces estamos de acuerdo que el almirante y el legado siguen cumpliendo mis ordenes? - pregunto, al menos la mitad asiente
- Claro que no mi emperatriz, el legado y el almirante solamente piensan en su propio beneficio, una vez acaben de someter y saquear a los nativos, seguramente se meteran en la politica con la fama y gloria que les dara la conquista de esos mundos - dice alguien entre la multitud
- Esa gloria sera para ultramar - responde Carballal dandose al vuelta
- Claro que no, las ordenes de la emperatriz eran castigar a los piratas, y asegurar los planetas inhabitados - el hombre que sale es una persona alta y fornida, con canas en las patillas, y una mirada serie
- Ministro Aurelius, que sorpresa - dice Carballal retrocediendo
- Mi emperatriz si me permite hablar - asiento y Aurelius se gira para encarar a Carballal - Las leyes son claras, la mision era pacificar, ¿que hariamos si la civilizacion no se mantuviera siguiendo las leyes?
- Bueno, la verdad es que la conquista nos beneficiara a todos, tendremos un area de influencia mayor y...
- ¿Acaso pensaste en como reaccionaran sus vecinos? ¿No crees que nos veran como unos barbaros conquistadores que solo piensan en matar? - la otra mitad asintio ante eso
- Bueno si, pero tambien estariamos haciendole un favor, elimando piratas y bandidos de la zona, deberían estar agradecidos con nuestro esfuerzo - respondio Carballal y luego se giro hacia mi - ¿Cuales son sus deseos majestad? - abro los ojos derepente
- ¿Mis deseos? - pregunto para confirmar, ya que me estaba quedando dormida ante esta charla, miro un rato a los hombres - Ordene al legado y al almirante que se detengan, no desocuparemos los planetas y dispondremos de más fuerzas para continuar el esfuerzo belico, pero tendremos que buscar entablar relaciones diplomaticas con los nativos, no solo pensar en matarlos - declaro, todos asienten
- Es buena idea, de hecho - dice Carballal - No perdemos ningun planeta y podriamos ser vistos como gente tolerante y que da clemencia - Aurelius mira a Carballal en silencio y se aleja de el
Yo miro a mi hermano, sonrio levemente y me levanto, al hacerlo los ministros que estaba hablando entre ellos se callan, hacen una reverencia y esperan que salga, me voy caminando lentamente con la guardia inmortal siguiendome, sebastian va a mi derecha, otros cuatro guardias inmortales nos siguen en silencio
- En una semana comenzaran las elecciones para ver quienes seran senadores durante la proxima decada - comentan Sebastian, y asiento con desgana
- Seis meses de ironia politica - digo y Sebastian me mira
- ¿Que piensas sobre la politica? - me encojo de hombros
- Soy emperatriz, debo mostrar interes en esos asuntos, pero en lo personal... - me callo unos segundos en lo que pienso una buena respuesta - Supongo que hay juego sucio en algunas cosas, cosas turbias por supuesto - Sebastian asiente un poco
- Politica, un arma de doble filo, una vez entras demasiado en ella no es facil salir - Me dice y se detiene al ver que cierta persona se acerca por el pasillo embutida en su armaudra
- Dayana - Saludo a la muchacha quien es una persona agradable aunque insiste en seguir en su armadura, lo bueno es que el aire acondicionado mitiga un poco el olor que permanece cerca de ella
- Emperatriz - me saluda inclinandose levemente luego mira a Sebastian - Ricardo - Sebastian revira los ojos
- Oh que la chingada, otra vez estas tocando las pelotas - murmura sebastian y se coloca su casco
- ¿Que haras hoy Dayana? - pregunto para evitar una pelea entre estos dos
- No se, ¿quiere ir a un parque? - me pregunta
- Si ¿por que? - siento la mirada de sebastian clavandose en mi, me giro y le dedico una sonrisa tramposa
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