Capítulo 11.- Los Di'Antonio
Laura se miro al espejo unos segundos, ella era hermosa, tal como su madre, y estaba agradecida de nacer blanca, significaba que era alguien superior a la media, de piel tersa, cabello rubio, que caía largo y lacio, su piel tersa y su figura hacían que fuera la envidia de las mujeres, y eso le satisfacía, saber que ellas aspiraban a ser como ella, superior, mejor y excepcional
Le habían prometido desde la cuna, riqueza, poder e influencia, su padre Augusto di Antonio, le había asegurado que llegado el momento, ella habría e ocupar su lugar como señora de la casa, se casaría con alguien importante, y sus hijos gobernaría el planeta
Su pobre y muerto padre, cuantas cosas le había prometido y no las había cumplido, viejo imbécil, habiendo dejándola sola a ella con la estúpida de su hermana, Aurora, era la menor, y la más estúpida de las dos, la odiaba con todo su ser, por entrometida y robarle la atención de su madre, pero la soportaba por una única y sencilla razón, al crecer sin sus padres, al ser tan dependientes de ellos, ella se vio afectada por la repentina perdida de sus progenitores, se refugio en su hermana, y ella la manipulo desde entonces, para Laura ella era una mera herramienta
- Mi señora, el almirante rojas la espera - anuncio un hombre que entro a la habitación con la cabeza gacha, atemorizado, y con un poco de temor en su voz
- Enseguida voy - Laura no se giro para ver al hombre salir
Se miro una ultima vez al espejo, una imagen casi perfecta de ella se reflejo en su superficie, salvo por las partes rotas del espejo, recuerdos de malos años
Se dio media vuelta, con toda la dignidad que tenía y debía mostrar, salió al pasillo y se dirigió escaleras abajo al comedor principal, el pasillo de las escaleras en su momento estuvieron llenos de cuadros, todos finamente pintados de miembros de su familia, invaluables que las llamas habían acabado por consumir durante el saqueo de hace 10 años, no es que el fuego llegara la mansión, lo que llegaron fueron soldados leales enfurecidos qué mataron a todo aquel que no llevara el uniforme militar, violaron a todas Las mujeres adultas y luego las mataron en gran parte
Gran parte de la riqueza de su familia fue invertida para luchar la rebelión, otra buena parte fue confiscada por el Imperio y lo restante fue saqueado por los soldados rasos
Las industrias familiares, su flota, su prestigio, riquezas, los aliados y amigos, todo fue destruido meticulosamente por el imperio
La población sufrió una castración masiva, hombres y mujeres perdieron la capacidad de engendrar hijos, para reducir la población de Cadmus al mínimo indispensable
A los niños se los llevaron para no regresar
Y los cabecillas sobrevivientes fueron sentenciados y ejecutados por crímenes de lesa humanidad, regicidio, traición, fraude, separatismo y una infinidad de crímenes más
Ella se salvo con su hermana por que el planeta cadmus necesitaba un liderazgo y los herederos varones legítimos estaban muertos
La sentaron la silla de gobernadora y la dejaron a su suerte, se las apaño bien
Y después de cierto tiempo empezó a trazar planes para derribar al imperio como su padre antes que ella
La idea de una república era atrayente, algo novedoso, y funcional sobre todo novedoso, libertad, igualdad y fraternidad, haría qué los ilusos bailarán sobre las palmas de sus manos sin saber que lo prometido jamás llegaría
El gobierno del pueblo era una idea estúpida y superficial, los nobles cambiaran sus trajes de galas negros con medallas a sacos negros y corbatas Rojas, solo era un cambio de políticas y trucos
La puerta del comedor se abrió y se frustró al ver que el único oficial importante presente, era el Almirante Rojas, con su uniforme negro azabache y canela, los demás oficiales compartían el color del uniforme salvo por el diseño del gorro y rangos en los hombros, eran oficiales qué se dedicaban a la burocracia, comunicaciones y tareas mundanas dentro de una flota, no era ningún capitán de un barco, vicealmirante o Preatorius, esta gente era una chusma muerta de hambre
Laura se dirigo al Almirante
- Su excelencia, veo que su comitiva esta por debajo de su nivel como un respetable héroe de guerra
- Quizá tengas razón, pero por encima de una familia de traidores son muy superiores - Laura sintió como si la golpearan
Hasta hacia unos momentos había recordado las grandezas de su casa, y como el imperio los había destruido, ahora venía este bueno para nada a restregarle el hecho que ellos eran los "traidores" su padre, su honorable padre había tratado de liberarlo al tratar de establecer una república, eran unos brutos desagradecidos por eso
- Mi padre tenia fuertes ideales afines a la libertad - comento Laura
- Uno de mis amigos creía que la Libertad era como un viento, a veces era demasiado y te derribaba, otras era lo suficientemente calmo y te acariciaba y refrescaba
- ¿Que quiere decir? - Pregunto Laura quien recibio una mirada de desaprobación del almirante
- Señorita di Antonio, no desconozco sus ideas republicanas, son un juego de niños tonto qué tratan de dirigir un país y un montón de ciegos qué les aplauden, su padre creía que la gente era ciega y al final el ciego fue el
- Mi padre era un visionario
- Pues le falto visión para ver como el Titan "Judicator" se estrellaba contra su nave insignia
Laura se detuvo, unos segundos rabiosa y encalorizada como estaba se giro y se fue tan rápido como llego, no saludo a nadie y aparto de un empujón a un criado qué se le acercó a ofrecerle una bebida
Rojas miro como la mujer se retiraba, frustrada por que probableme por que sus planes, habían fracasado de alguna manera
El no sabía cuales habían sido sus intenciones reales, sabía que lo Odiaba a el sobre todas las cosas
- Almirante, ¿Esta bien que haya dicho eso sobre su padre? -Pregunto uno de los oficiales más jóvenes del grupo
- Creeme soldado, merecía más que unas cuantas palabras
Volvió a mirar hacia la niña y se pregunto que hubiera hecho su amigo Brayan en todo esto si no se hubiera inmolado junto a su nave
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