Capítulo 10.- Invitación
El Almirante Rojas se frotó la nuca con algo de cansancio, era algo atípico de el perder los estribos, y menos típico de el, era emborracharse, pero la noticia que su novia, su amiga de hacia años, había preferido a un burócrata tibio sobre el, le había caído mal
Una relación de 12 años, prácticamente desde niños, y nunca haber sospechado nada de ella, era una ironía pensar cuantas veces ella le había prometido su fidelidad eterna y vivir felizmente casados
Pero mejor eso que tener que vivir la vergüenza de una infidelidad en el matrimonio, el día, o noche qué los descubrió fue de vista para darle la noticia que había sido escogido para liderar las naves de la fuerza expedicionaria, llego a su apartamento y lo encontró cerrado, aunque el sabía que estaba ahí, como no Anuncio su llegada asumió qué la mujer estaba ocupada y uso la llave de emergencia qué tenia solo para encontrarla en pleno acto con el bastardo
Una larga y estúpida discusión sobre como "el" había sido el infiel, había faltado a su relación y había estado interesado solamente en su trabajo
Después de eso lo mando a la mierda, y el para no deshonrarse más de lo que estaba, y no matar al tipo dio media vuelta y se fue del lugar
Vago sin rumbo por las calles hasta llegar al Bar donde un grupo de soldados y su colérico Teniente lo encontró en estado etílico y lo arrastró de nuevo al centro de operaciones militares de la capital, donde fue reprendio, y el Teniente fue castigado por insubordinacion ante un oficial de rango superior, aunque luego el intervino para evitar que lo fusilaran por amotinamiento, y había solicitado qué Banderas fuera parte de su escolta junto a todo su escuadrón
Había sido una semana difícil pero no iba a acabar solamente ahí, parecía que, el destino lo Odiaba por que ahora mismo estaba sobre la órbita del planeta Cadmus
La última vez que había estado aquí, era vicealmirante y el había aplastado los últimos focos de resistencia sobre el planeta rebelde, a diferencia de su predecesor, el había ejecutado al gobernador y rebelde Augusto di Antonio, patriarca de la casa junto a su mujer e hijos varones, aunque había dejado vivir a las hijas del hombre, había considerado qué eso era peligroso pero obedeció y las mujeres, Laura y su hermana Aurora seguían gobernando el planeta
Esperaba que lo odiaran lo suficiente como para tratar de matarlo en órbita, después de matar a sus padres había dado vía libre a sus tropas de saquear el planeta, violar a las mujeres y matar a los hombres y niños, destruir la economía e infraestructura y cortar de raíz cualquier posibilidad de rebelión a futuro
- Almirante - Una voz femenina le hablo a sus espaldas
- ¿Que pasa Valencia? - pregunto el almirante girandose y encontrando a la inteligencia artificial de la nave a sus espaldas
Esta IA, era creada a partir de los restos genéticos de un cerebro humano, para que tuviera sentimientos humanos desde un principio, no por computadora, hace unos 2 mil años las IAs programadas se habían rebelado, eso marco su final y las IAs "orgánicas" tomaron su lugar
Valencia, usaba un vestido largo blanco de gala, que exponía una de sus piernas, como si tratara de seducir a alguien, cabello largo y suelto, en una de sus manos llevaba lo que parecía ser una tableta de datos, el único color qué había sobre ella era el morado y miraba fijamente al Almirante con una sonrisa
- La matriarca Laura di Antonio lo invita a usted y a su alto mando a una velada esta noche, algo corto y entre amigos - hablo Valencia
- ¿Algo corto entre amigos? - Rojas sonrio para si mismo y volvió la vista hacia el planeta bajo sus pies, sonaba a un asesinato - ¿Debo ir solo? - pregunto
- La señora ah dicho que es preferible, pero si desea ir acompañado puede llevar a oficiales de confianza, será bien recibido - Rojas asintió
- ¿En cuantos días estarás la flota reunidas aquí?
- las últimas naves llegarán mañana por la mañana a las 400 horas de la madrugadas hora estándar de eridanus - explicó la IA
Rojas suspiro y luego dio media vuelta para caminar hacia la salida, la IA lo miro en silencio durante toda la caminate, en cuanto salio del puente se dirigió a uno de los monorriel instalados dentro de la nave, que de punta a punta media unos 30 kilómetros de largo, era la nave insignia de la fuerza expedicionaria, la "Inquebrantable" una nave del tipo titan de la clase venerabilis
Buques diseñados para la guerra, resistentes a ataques y con sistemas de armas en todo su casco, tanto así que algunos aseguraban qué la nave estaba erizada de misiles, torretas, cañones, ametralladoras y bahías de torpedos en cada rincon, con la capacidad de medio millón de tripulantes, tenía fabricas a bordo, hangares, refinadoras de combustible, granjas hidroponicas, hospitales, cines y tiendas, era una ciudad fortaleza flotante
El monorriel se detuvo finalmente en la zona de oficiales, y Rojas bajo de este, era un viaje corto en el monorriel pero de varios minutos a pie, la zona de oficiales estaba construida para ser elegante, y parecer una pequeña área residencial, cada oficial tenia el lujo de una habitación pequeña, que solo debía compartir con otro individuo, en vez de tener que estar encerrado en los barracones de las tropas regulares y ver y soportar a otros 23 sujetos al mismo tiempo cada noche
Rojas en cambio, tenía una habitación privada para el solo, con una pared y ventana blindada qué daba hacia el espacio, y su propio escudo de energía personal para evitar daños a la habitación del capitán, y aunque cumplía una función más mundana, también funcionaba como puente de mando para el almirante en caso de que no pudiera llegar al puente principal, tenía una amplia vista del frente y de las paredes se desplegaban varias pantallas qué detallaban y simplificada la información del momento
Valencia volvió a aparecer, esta vez "comiendo" una paleta, y apoyada en un de las paredes, exponiendo su pierna, apretando sus pecho con su brazo derecho y mirando al Almirante con una actitud inquisitiva, esperando su respuesta
- Valencia, dame mis mejores ropas -
La Ia chasqueo sus dedos y de la pared salio un armario con varios uniformes de gala, una pequeña caja se asomo dejando ver varias medallas, algunas docenas de pares de zapatos reglamentarias bien lustrados, como último toque algunos gorros de oficial, todo de un negro azabache, luego estaba con un pantalón y chaqueta color canela, la cual se usaba debajo de la gabardina
- Informa a mis escoltas qué se preparen para una cena de gala, ordena a dos docenas de oficiales de poca importancia que me acompañen y ordenale al Vicealmirante Martínez qué si no transmito nada antes de las 1200 horas estándar bombardee el planeta
- Informando a todos los implicados en su cena señor, ¿Algo más que desea?
- Responda la invitación de la forma más amable posible, con un leve y sutil insulto, quiero que esa mujer se entere que la traición no se perdona ni en mil años
- Entendido señor - Valencia asintió y desapareció del cuarto
Rojas se acercó a La ventanilla, desde esa posición se podían observar a todos los barcos qué se estaban concentrado en ese punto para partir rumbo a la galaxia desconocida, naves de 2 a 25 kilómetros de largo, potencia de fuego abrumador, cantidad y calidad, el Imperio Latino ya había dominado su galaxia natal, quizá esta galaxia no fuera tan distinta
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