Confiando tu espalda (9-4)

En el breve respiro que tuvieron tras destruir el satélite enemigo, el personal del puente comenzó a planear su siguiente movimiento. Con las fuerzas esperándolos al otro lado del corredor, tendrían que abrirse paso a la fuerza para poder escapar. La Brigada Angel había aprovechado también la pausa para repostar en el hangar antes de volver a salir para continuar la pelea.

– Almo, muestra la situación en pantalla. – solicitó Takuto.

– Sí, señor. – replicó la operadora, activando la pantalla principal.

– La vanguardia del enemigo frente a nosotros tiene tres fragatas de alta velocidad. – señaló Lester. – Detrás de nosotros, hay interceptores de alta velocidad. Probablemente buscan suplir a esos cazas ahora que nos deshicimos de ellos. Hay también una segunda nave capital, seguramente intentará cerrarnos el paso junto con esa mujer Sherry.

Takuto asintió. El enemigo nuevamente intentaba usar una táctica de pinza, y era cuestión de tiempo antes de que la nave de Sherry los interceptara por el frente. Fue muy astuta al utilizar el campo gravitatorio exterior para dar un salto y con eso ganarles de mano. Bien, si no podían dejarla atrás, tendrían que abrirse paso a disparos. De inmediato procedió a asignar las órdenes a la Brigada Angel.

– Happy Trigger, hazte cargo del enemigo frente a nosotros. Harvester, cubre al Happy Trigger y dale apoyo. Lucky Star, Kung-Fu Fighter y Trick Master, ustedes encárguense de la retaguardia. Nos tienen atrapados en una pinza, pero si nos deshacemos del enemigo aquí, estaremos libres para volver a casa. Será una pelea difícil, así que todas tengan cuidado. Confío en ustedes.

A pesar de que la computadora de navegación ya estaba de vuelta en línea, Takuto decidió seguir manteniendo el control de navegación de la nave, por si acaso al enemigo se le ocurría lanzar otro ataque electromagnético que volviera a afectar sus sensores.

– ¡Comandante, la flota enemiga avanza hacia nosotros! – informó Coco.

– Bien, ya se cansaron de esperarnos. – dijo Takuto. – ¡Brigada Angel, inicien el ataque!

...

Las manos de Forte temblaban, y no bien Takuto había terminado de pronunciar su orden ella ya había tirado de las palancas aceleradoras para ir al encuentro del enemigo. Después de haberse enfrentado al satélite y a todas aquellas naves sola, era alentador contar con Vanilla cubriéndole las espaldas ahora, aunque todavía seguían siendo solamente ellas dos contra el resto de la flota enemiga.

Las fragatas que iban al frente inmediatamente comenzaron a dispersar una oleada de proyectiles hacia ellas. Vanilla de nuevo tomó la punta para usar su escudo satelital y bloquear la mayor parte del ataque, antes de apartarse para dejarle vía libre a Forte y que disparase sus cañones. La migraña que sintió antes parecía estar empeorando, pero no podía dejarse desfallecer aquí y ahora.

– "Esto no es nada." – pensó. – "Hay demasiado en riesgo ahora para dejar que algo tan trivial me detenga."

Sacudiendo su cabeza para apartar esos pensamientos, Forte volvió a enfocarse en los enemigos que tenía al frente. Después de derribar a la primera fragata, inmediatamente enfocó su atención en la siguiente, concentrando su fuego en los lanzamisiles para que se destruyeran a sí mismos cuando intentase disparar de nuevo. La táctica funcionó, y Forte se dio cuenta que, de alguna manera, sus disparos hoy parecían más rápidos y más certeros. Sin duda se aprovecharía de eso.

– Forte-san, viene la siguiente ola de enemigos... – le comunicó Vanilla.

– Y la nave de esa mujer Sherry viene con ellos. – observó Forte, verificando la señal en el radar.

En efecto, se trataba de la misma nave que los había perseguido durante su escape en el sistema Gimson. En ese entonces, no tuvo tiempo de hacer más que inutilizarle las armas para evitar que pudiera perseguir al Elsior. Esta vez, sin embargo, Forte tenía unas ganas enormes de saldar cuentas con esa mujer, de manera permanente.

Aunque por el momento, tenía que centrarse en derribar a las naves que estaban más cerca del Elsior, para ahorrarles trabajo a Takuto y al resto. Así que de inmediato se enfocó en la nave que iba al frente de la formación, alternando entre los cañones de riel y los misiles para echar abajo sus defensas. Vanilla le apoyaba con algunos disparos de cobertura para derribar los proyectiles que lanzaban las fragatas antes de que lograran alcanzarles.

Después de derribar unas cuantas, las naves restantes comenzaron a cambiar de curso. Al principio, a Forte le pareció que estaban intentando hacer una formación de flanqueo para rodearlas tanto a ellas como al Elsior, pero pronto el radar le alertó de algo más. Concretamente, de una reacción de movimiento proveniente de la nave de Sherry.

– ¿Qué rayos? – Forte enfocó los sensores visuales, y sus ojos por poco se salen al ver de lo que se trataba. – ¡Esos son misiles anticruceros de largo alcance!

Lo que significaba que las naves no estaban haciendo flanqueo, sino saliéndose de la línea de fuego para evitar ser impactadas por los proyectiles pesados. Aún sin calcular la trayectoria no había que ser un genio para deducir cuál sería su objetivo.

Sin tardanza, Forte se dirigió hacia los misiles anticruceros, lanzando los suyos propios para hacerlos detonar. Sin embargo, un campo electromagnético desvió sus misiles, haciéndolos estallar mientras los gigantes seguían avanzando hacia el Elsior. Por lo visto tenían deflectores para evitar ser derribados por proyectiles sólidos, por lo que a Forte no le quedó más opción que disparar sus lásers, casi sobrecargándolos debido a la potencia que intentaba imprimirles. Apenas logró que uno de ellos se desviara de curso e impactara con otro, pero el tercero todavía seguía avanzando.

Afortunadamente, el resto de la Brigada Angel había acudido para ayudarles, y Ranpha consiguió enganchar el misil con las Garras de Anclaje del Kung-Fu Fighter antes que entrara en el rango del Elsior. No podían haber llegado en mejor momento.

– Uff, eso estuvo cerca. – dijo la rubia. – Forte-san, Vanilla, ¿están bien?

– Sí, gracias. – dijo la pelirroja. – Parece que esa mujer Sherry finalmente ha decidido entrar a la refriega, y quiere jugar rudo.

– ¡Vienen más misiles! – dijo Milfie. – ¡Tenemos que proteger al Elsior a como dé lugar!

– ¡Formación defensiva pentagonal! ¡Que no pase ninguno! – ordenó Forte.

Inmediatamente, los cinco Emblem Frames se colocaron formando un polígono de cinco lados, buscando interceptar la siguiente oleada de misiles anticruceros. Tuvieron éxito en derribarlos, pero al hacerlo desviaron su atención del resto de la flota enemiga, que ahora intentaba rodearlos para atacar por diferentes direcciones.

– Oh no, esto es malo... Takuto, espero que tengas un plan...

...

En el puente, Takuto todavía seguía manejando el timón, manteniendo la nave lo más estable posible en su curso. Por fin se había dado cuenta de cuál era el plan de sus enemigos, y tuvo que reconocer que Sherry había sido bastante ingeniosa, al atacarlos con esos misiles desde fuera del rango efectivo de sus armas. De no ser por la rápida acción de la Brigada Angel, podría haber tenido éxito.

– ¡Más proyectiles vienen a nosotros desde la nave insignia! – avisó Coco.

– ¡Que la Brigada Angel mantenga su formación defensiva! ¡Toda la energía a los escudos deflectores, por si alguno logra escaparse!

Aunque habían logrado mantenerse, sabían que estaban peleando una batalla de resistencia donde el enemigo buscaba agotarlos para que no pudiesen escapar. Takuto supo que tenía que deshacerse de la nave de Sherry y avanzar lo más rápido para salir del corredor y poder iniciar el Chrono Drive final hacia Transbaal, pero mientras esa mujer estuviese en el medio, no sería sencillo. Al mismo tiempo, si intentaban acercarse para atacarla, el resto de las naves los rodearían de inmediato y los abrumarían con sus números.

En ese momento, la nave de batalla de Sherry se encontraba fuera del rango efectivo de las armas del Elsior, no tanto por potencia sino por precisión, ya que a esa distancia sería mucho más difícil apuntarles. Si hubiese una forma de extender el alcance de la mira de los cañones principales, quizás podrían.

– Un segundo... tal vez si... – Una idea le golpeó la cabeza. Podría ser su boleto para salir de allí. – Almo, Coco, ¿es posible conectar el sistema de comandos de alta velocidad al sistema de objetivo del Elsior?

– Sí, Comandante, ¿pero qué planea hacer? – preguntó la operadora del radar.

– ¿Podríamos usar a los Emblem Frames para aumentar el rango de la mira de objetivo? – preguntó Takuto. – Es decir, utilizarlos como una mira secundaria para fijar blancos fuera de nuestro rango efectivo.

Las dos operadoras se miraron entre sí. Al parecer a ninguna de las dos se le había ocurrido esa idea. Lester le echó una mirada como si estuviese loco, antes de sonreír y encogerse de hombros. El canal de comunicaciones con la Brigada Angel estaba abierto, así que en ese momento Forte tomó la palabra.

– Takuto, si estás pensando lo que creo, ¿estás planeando enfrentarte contra la nave de esa mujer tú mismo?

– ¿Tú qué crees? – dijo él. – Pero necesitaré que ustedes me ayuden. A esta distancia será más difícil acertarle, y la única forma de hacerlo es corrigiendo los errores de trayectoria.

– Eso déjamelo a mí. – dijo Mint. – Los sensores del Trick Master y los Fliers nos ayudarán a disminuir el margen de error en un área mucho más amplia. Sólo necesito enlazarme al sistema de comandos y haré las correcciones por ti.

– Bien, cuento contigo. – dijo Takuto. – Forte, el resto de ustedes mantengan la formación defensiva y contengan a los enemigos que nos están flanqueando. Ahora avanzaremos a toda máquina y le daremos a esa mujer su merecido.

– ¡Sí, Comandante! – dijo Forte haciendo el saludo militar.

Y no bien después de dar la orden, la nave insignia de Sherry volvió a dispararles con los misiles anticruceros. Afortunadamente, el enlace con el Trick Master ya estaba establecido, y sólo tuvo que disparar hacia el área objetivo donde iban a pasar. Mint se ocupaba de fijar los objetivos, y él sólo tenía que jalar el gatillo y disparar los cañones del Elsior.

Tras derribar los misiles, el espacio frente a ellos quedó despejado, y entonces el Trick Master volvió a fijar el objetivo, esta vez utilizando los Fliers para enfocar a la nave insignia de Sherry. Los pequeños drones comenzaron a lanzar rayos láser, pero los escudos de la nave enemiga los repelieron. Takuto activó los lanzamisiles de largo alcance del Elsior, y descargó una oleada de proyectiles en la nave enemiga. Esta contraatacó con los suyos propios, haciendo que se explotaran entre sí.

Takuto entonces tomó el control de los cañones principales, elevando la salida de energía al máximo para aumentar tanto el alcance como la fuerza de impacto. De nuevo, con ayuda del Trick Master como mira secundaria, calculó la trayectoria del ataque y disparó, de tal forma que los rayos de ambos cañones se intersectaran en el medio e hicieran un impacto combinado en la nave.

– ¡Los escudos de la nave enemiga comienzan a flaquear! – informó Coco. – ¡El impacto combinado de los cañones logró hacer mella en ellos!

– ¡Bien, hay que seguir disparando! – dijo Takuto. – ¡Continúen redirigiendo energía a los cañones principales!

Takuto repitió el disparo dos veces más. Los escudos de la nave insignia comenzaban a flaquear. Uno o dos más y enviaría a la Brigada Angel a asaltarlo con todo lo que tenían, una vez que hicieran caer sus defensas, o al menos ese era el plan, hasta que...

– ¡Comandante Mayers, un ataque por la retaguardia! – dijo Coco.

– ¡El impacto es inminente, no podremos evadir! – agregó Almo.

– ¡Sujétense! ¡Levanten los escudos posteriores y prepárense para el impacto!

A raíz de tener que redirigir la energía a los escudos posteriores, no pudieron disparar de nuevo contra la nave de Sherry. La sacudida no fue la gran cosa, pero ese cese en el fuego le permitió al enemigo reubicarse y al parecer se estaban amontonando detrás de ellos para atacar con todo. Sin perder tiempo, Takuto envió al Harvester, Lucky Star y Kung-Fu Fighter hacia la retaguardia para contener los disparos y tratar de derribar a todas las naves posibles, para poder concentrarse en la nave de Sherry, que había empezado a avanzar, probablemente para iniciar un combate nave a nave contra el Elsior.

En las condiciones actuales, no había forma de que ganaran un enfrentamiento así, menos cuando tenían a tantos enemigos en la retaguardia, y su prioridad era salir de ese corredor e iniciar el Chrono Drive.

– ¡La nave insignia está empezando a avanzar hacia nosotros! – dijo Almo. –

– ¡Sigamos disparando para bajar sus escudos! – ordenó Takuto. – ¡Forte, Mint, concentren su fuego en la nave enemiga en cuando hayamos hecho caer sus defensas! ¡Denle todo el infierno que sea posible, y no escatimen municiones!

– ¡Por supuesto, Takuto-san!

– ¡Déjalo en mis manos, Sr. Comandante!

Por ahora, tenía que seguir con el plan. Los cañones del Elsior le harían gastar escudos a la nave insignia, lo que le daría al Trick Master y al Happy Trigger la ventana para atacar. Dependía de ellas derribarla, ya que serían blancos mucho más pequeños y evasivos.

...

Con la nave insignia de Sherry concentrada en el Elsior, nuevamente recaía en Forte hacerse cargo de ella. Ahora al menos contaba con Mint para darle apoyo, y no tendría que atacarla sola como hizo con el satélite.

La desventaja, sin embargo, era que la nave de Sherry se movía a un ritmo bastante rápido para su tamaño, y en cuestión de minutos podría estar dentro de rango efectivo para causar daños severos al Elsior, así que su trabajo era impedir que eso sucediera. Por lo tanto, su prioridad sería neutralizar sus armas, igual cómo lo hizo con el satélite de ataque.

– Forte-san, mis Fliers y yo atraeremos el fuego de la nave enemiga. – dijo Mint. – Tú encárgate de hacerle todo el daño posible.

– Bien, ten cuidado y no dejes que te derriben. – le dijo Forte a su compañera.

Dejó que el Trick Master se adelantara, y en cuanto entró a su rango efectivo, el Emblem Frame azul empezó a desplegar más drones a su alrededor, buscando utilizarlos para desviar la atención de las armas menores del crucero de batalla de Sherry. Igual que el satélite, la nave enemiga le disparó micromisiles, y los Fliers sirvieron muy bien para desviarlos y despejar el área de ataque.

Forte inmediatamente avanzó y fijó como objetivo los lanzadores de misiles, tanto los grandes como pequeños. Ya que la nave de Sherry estaba enfocada en Mint y sus Fliers, Forte pudo aprovechar de acercarse para dispararle a quemarropa y hacer que los lanzadores explotaran cuando intentó disparar de nuevo. Seguidamente, enfocó su atención en las torretas láser laterales, que habían empezado a lanzarle rayos entrecruzados. Algunos lograron hacerle mella, pero afortunadamente sus escudos impidieron que recibiera daños serios.

Ahora que estaba a corta distancia, podía ponerse fuera del alcance de las armas principales y comenzar a hacer estragos sobre el casco de la nave. No obstante, la armadura de la nave enemiga resultó ser mucho más resistente de lo que imaginó, y sus misiles no hicieron más que dejar manchas externas por las explosiones.

– Tch... esto me llevará más tiempo del que pensé. – dijo Forte. En eso, sus sensores empezaron a captar algo más. – ¿Hmm? ¿Y esta reacción de energía?

– ¡Forte-san! – intervino Mint apareciendo en su pantalla. – ¡La nave enemiga está preparando un ataque con sus cañones principales! ¡Está apuntando directo al Elsior!

– ¡No lo voy a permitir! – Forte jaló sus palancas aceleradoras y voló a toda marcha para colocarse frente a la línea de fuego e interponerse en su camino.

– ¡Forte-san, ¿qué crees que estás haciendo?! – gritó Mint.

Pero Forte ignoró a su compañera, y se puso a distancia óptima para ataque. El Happy Trigger ya había acumulado suficiente poder para ejecutar el Strike Burst, y tenía suficiente munición restante como para incrementar el daño de manera masiva. Si hacía el ataque en el momento correcto, podría devolverle al enemigo el suyo propio y con eso dejarlo totalmente fuera de combate.

– ¡Forte-san, sal de ahí! ¡Está a punto de disparar!

– ¡Lo sé, es lo que espero! – gritó Forte. – ¡Ahora, STRIKE BURST!

En cuanto la nave enemiga abrió sus puertos, Forte hizo lo propio, lanzando todos los proyectiles físicos que le quedaban y canalizando toda la energía posible a los cañones láser del Happy Trigger para maximizar el daño. Ya que era un ataque concentrado, tenía que empujarlo con el suyo propio dentro de un área pequeña. Los dos ataques colisionaron de frente y empezó una lucha por dominarse uno al otro.

– Ugh... – dijo Forte, sintiendo que la migraña volvía a asaltarla. – Aún no... sólo un poco más... tú puedes...

En ese momento, deseó que lo que fuera que había generado las alas de los Emblem Frames las activara de nuevo. Sin duda le vendría bien ahora el poder adicional. Pero no se activaron. Así que tendría que hacerlo por su propia cuenta, sacar fuerza de donde no las tuviera.

– Vamos, Happy Trigger... ¡TÚ PUEDES!

Y como si ocurriera un milagro, los niveles de energía del Emblem Frame se incrementaron más allá del 100%, sólo por un instante, pero fue suficiente para ganar el duelo de poder, y llevándose el rayo de energía lanzado por el crucero de batalla de Sherry consigo. El rayo del Happy Trigger siguió de largo, hasta alcanzar la boca del cañón principal del crucero. Segundos después, empezó a haber  explosiones en la nave enemiga, como un espectáculo de fuegos artificiales.

– ¡BINGO! – celebró Forte. – ¡¿Qué te pareció eso, mujer con la cara rajada?!

Después de un ataque como ese ya no había forma de que pudiera perseguirlos. Si el rayo había atravesado toda la nave desde la proa hasta la popa, más de unos cuantos componentes vitales tendrían que haber sido dañados críticamente. En el mejor de los casos, se quedaría a la deriva hasta que alguien viniera a rescatarla, pero ellos no iban a quedarse allí esperando a que sucediera.

Tenían que salir de aquí en el acto.

...

De regreso en el puente, Takuto, Lester y las dos operadoras se habían quedado perplejos con lo que acababa de pasar. Cuando la nave enemiga había decidido finalmente dispararles con su cañón principal, ellos estaban listos para recibir el ataque, hasta que el Happy Trigger se atravesó en su camino, y usando sus propios cañones láser no solo detuvo el rayo, sino que se lo envió de vuelta.

– La nave insignia enemiga ha sufrido daños críticos... – informó Coco. – El resto de la Brigada Angel también ha logrado repeler al resto de la flota negra.

– Esa mujer... por un momento creí que intentaba suicidarse. – dijo Lester, cruzándose de brazos.

– ¿Cómo crees? – dijo Takuto. – Forte no es tan loca como para echar por la borda su vida.

Eso dijo de dientes para afuera, aunque admitiéndolo, por un momento se asustó cuando Forte se plantó frente a ellos para recibir el ataque del crucero. Pero luego recordó la promesa que se hicieron, y por eso no intentó detenerla. Él confiaba en ella, al final dicha confianza no estaba equivocada.

Por fin sintió algo de alivio. Ahora su camino hacia Transbaal estaba libre. Tenían que darse prisa y salir de allí ahora que podían.

Pero el alivio apenas duró unos segundos, ya que justo en ese instante empezaron a sonar los sensores de alarma, poniéndolos a todos sobre aviso al instante.

– ¡Reacción en el radar! – gritó Coco. – ¡La nave insignia viene volando hacia nosotros!

– ¿Qué diablos? – exclamó Lester.

La imagen en pantalla mostró a la nave insignia de la flota enemiga. Estaba claramente dañada y en sus últimas, pero por lo que podían ver, había hecho explotar sus motores para propulsarse una última vez, y ahora venía directo hacia ellos. ¿Acaso planeaba embestirlos? ¿Estaba intentando un ataque suicida?

– ¡Takuto! – exclamó Forte por el canal de comunicaciones. – ¡Tienen que salir de allí de inmediato! ¡Maldición, no puedo creer que aún pueda moverse!

– ¡Acción evasiva! – ordenó Takuto. – ¡Motores a toda potencia!

– ¡No hay tiempo! – gritó Almo. – ¡Ya viene hacia nosotros!

– ¡Cierren las barreras de emergencia en todos los bloques! – ordenó Lester. – ¡Todo mundo, prepárese para el impacto!

...

A bordo de su nave, Sherry se aferraba a los reposabrazos de su silla. Sabía que ya no sobreviviría a esta batalla, no con los daños críticos que le infligieron esas malditas mujeres de la Brigada Angel. Pero por lo menos, no iba a permitir que arruinasen los planes de su amado señor, aunque fuese lo último que hiciera en la vida.

El humo estaba llegando a la cabina, así que sabía que sólo le quedaban unos pocos segundos antes de que toda la nave se destruyera. Pero antes de eso, se aseguraría de embestir al Elsior para que cuando eso sucediera, esa maldita nave y toda su tripulación se fuesen al infierno junto con ella.

– ¡Vas a caer, Elsior! – gritó furiosa. – ¡Te llevaré a la tumba conmigo!

Hubo un par de explosiones a su alrededor que intensificaron la cortina de humo, haciéndola toser e irritándole en los ojos, pero eso no la amilanó. Mantuvo la vista al frente todo el tiempo, sin dejar de ver su objetivo final. Pudo ver que esas molestas naves, esos Emblem Frames de la Luna Blanca que tantos problemas les habían dado, ahora venían hacia ella y comenzaban a dispararle simultáneamente todas a la vez. Perono la iban a detener, no señor, de ninguna manera.

– Todavía no... por favor aguanta... sólo un poco más...

Hubo otra fuerte sacudida, y Sherry luchó por no caerse de su silla. El Elsior estaba cada vez más cerca, sólo un poco más y todo habría terminado. Aunque ahora, de cara a la muerte, en su mente había un solo arrepentimiento. Al recordar el rostro de su señor, lamentaba profundamente no haber podido cumplirle la promesa que le hizo antes de partir.

– Lord Eonia... por favor perdóneme, por no ser lo suficientemente fuerte para usted. – dijo, con lágrimas en los ojos que nada tenían que ver con el humo que la rodeaba. – Le devolveré ese poder que me prestó. Pero... ya no podré... volver a su lado...

Al menos al final, podía hacer esto. Asegurarse de que estos detestables mocosos hijos de la Luna Blanca se hundieran con ella. Incluso lejos del imperio, viajando por las estrellas de la frontera, ella pudo servirle, y fue muy feliz. Así que su último acto, sería para protegerlo.

– ¡LORD EONIAAAAAAAAAAAAAA...!

Y esas fueron sus últimas palabras, antes de que todo a su alrededor finalmente estallara.

...

En el puente del Elsior, la explosión de la nave enemiga retumbó tan fuerte que toda la nave se sacudió. Takuto no supo cómo fue que no se cayó de su silla, y tardó unos segundos en darse cuenta de que seguían vivos.

– Urgh... ay... – dijo sacudiéndose la cabeza. A su lado, Lester se estaba poniendo de pie.

– ¿Nos salvamos? – preguntó. – ¿Qué sucedió?

– La nave enemiga explotó justo antes de impactar al Elsior. – informó Almo. – No recibimos ningún daño.

– Al parecer, la Brigada Angel consiguió dañar a la nave enemiga lo suficiente antes de que nos golpeara. – agregó Coco.

– Ya veo... – Lester suspiró de alivio. – Qué suerte tuvimos...

– No, todo fue gracias a la Brigada Angel. – señaló Takuto. – Les debemos nuestras vidas.

– Cierto. – asintió Lester. – Ahora mejor vámonos de aquí, hay que llegar a la Luna Blanca antes de que sea demasiado tarde.

Takuto dio la orden para que todos los Emblem Frames regresaran al Elsior, y dejando a Lester a cargo del puente, se dirigió al hangar. Necesitaba verlas para felicitarlas y darles las gracias por haberlos salvado a todos, otra vez.

...

Minutos más tarde, ya en el hangar uno a uno los Emblem Frames fueron atracando y Takuto se quedó en la entrada esperando a que las Angels bajaran, y al verlo todas se dirigieron hacia donde él estaba sin tardanza.

– ¡La Brigada Angel está de vuelta! – dijo Milfie haciendo el saludo militar. – Uff, qué alivio que pudimos contener al enemigo. La próxima vez me esforzaré aún más.

– Eso no fue suficiente. – dijo Ranpha en tono muy serio. – ¡La próxima vez les voy a sonar las campanas con todo!

– ... Gracias por haber dado las órdenes apropiadas... – agregó Vanilla.

– Siento mucho no haber podido ayudar mucho en esta ocasión. – se disculpó Mint. – En cualquier caso, lo que importa es que todos estamos a salvo.

– Gracias a todas ustedes fue que logramos ganar. – dijo Takuto, y en eso se percató de algo. – Por cierto, ¿dónde está Forte?

– ¿Huh? – Ranpha miró encima del hombro. – ¿No debería haber vuelto antes que yo...?

En eso todos oyeron unos familiares tacones acercándose, y por fin Forte se unió al resto. Venía jadeando, pero sonreía con confianza como de costumbre.

– ... Hola, Takuto. Estoy de vuelta.

– Bienvenida, Forte, buen trabajo. – respondió él. – Me alegra que estés a salvo.

– Ah, jajaja. Eso no fue nada. Podría darme otra ronda de eso con mucho gusto. – replicó ella con su tono habitual, antes de empezar a relajarse. – Haa... pero por fin, siento que me quité un peso de los hombros. Ahora ya puedo respirar...

Y luego, sin más, se desplomó en el suelo, para confusión y sorpresa de todos.

– ¿Huh? Forte-san, ¿no te resfriarás si te quedas a dormir aquí? – preguntó Milfie.

– ¡No está dormida! – gritó Ranpha. – ¡¿No ves que se desmayó?!

– Vanilla-san, llama a la Dra. Kera rápido. – pidió Mint. – Y por favor, trae una camilla.

– Claro... – asintió Vanilla, y se fue sin tardanza.

Entretanto, Takuto se había arrodillado, tomándole el pulso a Forte y levantándole la cabeza para verificar que no se hubiera golpeado. Afortunadamente seguía respirando, pero eso no le impidió tratar de reanimarla mientras tanto.

– ¡Forte! ¡Forte, resiste, por favor!

Seguramente se había llevado al límite durante la pelea. No, definitivamente lo hizo. La pelirroja había dado todo y más de lo que podía, para mantenerlos a salvo. No supo de dónde sacó esas fuerzas, pero ahora que el peligro había pasado, el subidón de adrenalina que la llevó más allá de sus límites se habría ido, dejándola totalmente exhausta.

...

Un poco después, Takuto y el resto de la Brigada Angel se quedaron esperando afuera de la enfermería. Afortunadamente, la Dra. Kera no tardó mucho en salir para darles buenas noticias. Forte no estaba herida de gravedad, y el tratamiento de nanomáquinas de Vanilla estaba surtiendo efecto. Eso le quitó un peso de encima al comandante, al saber que se repondría totalmente.

La doctora le dijo que seguramente fue más fatiga mental que física, y que ahora ya sólo estaba dormida. Aunque le recomendó que él también debería ir a descansar, ya que Forte seguramente seguiría dormida por un buen rato, Takuto amablemente se rehusó, pues quería estar a su lado cuando despertara. Siendo la mujer comprensiva que era, la médica del Elsior le dejó quedarse, ya que supuestamente tendría otros asuntos que atender.

Takuto cogió una silla y se sirvió un poco de café, antes de sentarse junto a la cama donde descansaba Forte. Era extraño verla dormida y agotada, cuando siempre se notaba fuerte y despierta. Aunque por otro lado, tampoco era una mala imagen a la vista.

– Forte... te esforzaste de más por mí... – murmuró, sin poder evitar tomarla de la mano.

– Mmm... nhn... – Forte empezó a gruñir y los párpados le temblaron.

– ¡¿Forte?! – Por reflejo, retiró la mano para no incomodarla. – Qué bien, despertaste.

– Ah, Takuto... – dijo ella al verlo.

– Tranquila, no hagas esfuerzos, Forte. – dijo él. – Todavía necesitas descansar.

– No, estoy bien. – sonrió ella. – Gracias por preocuparte.

– Perdóname, Forte. – se disculpó Takuto. – Te obligué a ir al peligro tú sola, y luego...

– Oye, no te preocupes por eso. – le dijo ella, dándole un golpecito en el hombro. – ¿No te lo dije? Lo hice porque quería. Todos sobrevivimos y estamos a salvo, eso es todo lo que importa, ¿no?

– Lo sé... pero todavía no estoy satisfecho con eso. – dijo él. – Puse una enorme carga sobre tus hombros, y...

– Tonto. – lo interrumpió la pelirroja. – Gracias a que estás aquí es que puedo arriesgarme más.

Takuto la miró confuso. Ella pareció notarlo, así que continuó hablando:

– Sin importar qué, si tú estás aquí, puedo hacer lo que sea. Pensé en ello, y así pude pelear con confianza. Y tal como lo esperaba, nos guiaste a la victoria en esta batalla. No sentí ninguna carga. Pude pelear junto a ti, y me alegro de haber podido serte de utilidad...

– ... Gracias, Forte. – dijo él. En ese momento no tenía más palabras que decirle, incluso aunque sentía que debería tenerlas. Después de todo lo que había hecho, se las merecía.

– Aunque, luego colapsé al final, y terminé mostrándote mi lado malo, jajaja. – Forte se llevó la mano detrás de la nuca mientras se reía.

– Para nada, hoy estuviste asombrosa. – aseguró él.

– Jeje, gracias. – dijo Forte. – Pero no fue nada. No es tan malo arriesgar tu vida. Pero el que dos personas puedan relajarse y hablar, es lo más feliz del mundo...

– Sí, yo también lo creo. – asintió Takuto. – Me gustaría poder quedarme haciéndolo siempre.

– Takuto...

Los dos se quedaron mirándose fijamente a los ojos. De nuevo, Takuto se quedó perdido en esos profundos ojos azules de Forte, que le devolvían una mirada llena de amor. En ese momento había tantas cosas que quería decirle, y no sabía por dónde empezar.

– ¿Hmm? – Forte de repente se giró hacia la puerta, y habló en voz baja. – Creo que nos están espiando.

– ¿Espiando? – preguntó Takuto, confundido. Forte le hizo un gesto para que bajara la voz y escuchara con atención. Efectivamente, empezaron a oír voces del otro lado.

...

Afuera de la enfermería, las otras miembros de la Brigada Angel estaban escuchando atentamente. Milfie y Ranpha incluso tenían las orejas pegadas a la puerta, y presionaron más cuando de repente dejaron de hablar.

– ... Oh, ¿qué pasó? – preguntó Milfie. – De repente se quedaron callados.

– ¡Shh! ¡Guarda silencio, no me dejas oír! – protestó Ranpha.

– ... ¿No está Takuto-san visitando a Forte-san? – inquirió Vanilla.

– No, ahora por favor baja la voz. – dijo Mint antes de guiñar el ojo. – Seguramente deben estar hablando como amantes ahora mismo.

– Jejeje, sabía que algo estaba pasando entre esos dos. – se rio la Dra. Kera, que también estaba allí viendo en ese momento.

– Hey, ustedes. – apareció de repente Lester. – ¿Qué hacen todas frente a la puerta?

– ¡Shhh! ¡No hagas ruido! – se quejó Ranpha.

– Así está bien por ahora. – dijo Mint, también molesta por la intromisión.

– ¿Huh...? ¿Takuto está dentro de la enfermería? – preguntó el subcomandante. – Se supone que debo reportarme con él ahora mismo...

– ¡Espera un poco por favor! – pidió Milfie. – ¡Ahora no es un buen momento!

– No es buena idea interrumpir a dos jóvenes enamorados, Lester-kun. – concluyó la Dra. Kera.

– Así parece... – Vanilla estaba de acuerdo.

– ¿Hmm? ¿Qué hacen todos aquí? – preguntó el Príncipe Shiva, que acababa de llegar.

– Oh, Príncipe Shiva. – dijo Lester. – Nada, sólo que al parecer Takuto y Forte están allí dentro ahora, disfrutando de tiempo de calidad.

– Mayers... ya veo.

Todos miraron confusos al príncipe, que parecía algo afligido por alguna razón cuando le dijeron eso. ¿Habría pasado algo?

...

Adentro de la enfermería, Takuto y Forte no pudieron evitar reírse por lo bajo. Debió habérselo esperado, considerando que cuando llegó al Elsior Forte y las demás se pusieron a escuchar a escondidas detrás de la puerta de su oficina.

– En serio, ¿nos estaban escuchando todo este rato? – preguntó Takuto.

– No se puede evitar. – Forte se encogió de hombros. – Ni modo, creo que esta no es una situación donde podamos hablar tranquilos.

– Cielos... – suspiró Takuto con resignación. – Bueno, tendremos que continuar después, ¿no?

– Ah, espera un segundo. – Forte lo detuvo cuando estaba por levantarse de la silla. – Antes de eso, ¿podrías cerrar los ojos por un momento?

– ¿Huh? ¿Y eso para qué?

– No hagas preguntas estúpidas. Vamos, date prisa. – insistió ella.

Sin ver razones para no hacerle caso, Takuto cerró los ojos. Antes de preguntarle qué quería, sintió que la mano de ella lo agarraba de la mejilla, y luego, algo suave presionando sus labios. Fue muy breve, pero incluso antes de abrir los ojos y ver el rostro sonriente de Forte frente a él, supo lo que acababa de hacer.

– ¡¿Huh...?! Acabas de...

– Jejeje, es un signo de amor. – dijo ella guiñando el ojo. – Aunque, si tenemos oportunidad, con gusto puedo hacer algo mejor la próxima vez, jejeje.

¿Algo mejor? Takuto no pudo evitar tragar algo de saliva ante las implicaciones de eso, aunque estaba a partes iguales nervioso y emocionado de que fuera así. Sin duda Forte sabía cómo hacer que el corazón se le acelerase.

– Vamos, si no te das prisa, ¿qué crees que dirán las chicas? – le dijo Forte, sacándolo de su pequeño trance.

– Ah, es cierto. – Takuto finalmente se pudo poner de pie cuando Forte lo soltó. – De nuevo, buen trabajo hoy, Forte. Y gracias.

– No fue nada. Nos veremos luego, Takuto.

Takuto se fue hacia la puerta de la enfermería, e involuntariamente se llevó los dedos a los labios. Era la primera vez que lo besaba una mujer. Bueno, quizás no, si tomaba en cuenta el incidente con Ranpha en el almacén, pero eso fue un accidente. Esta era la primera vez que una mujer lo besaba con intenciones románticas. Y decir que se sintió increíble sería quedarse corto.

De pronto, se sentía como si pudiera enfrentarse a Eonia, su flota y la Luna Negra él solo.

...

En la nave de Eonia, el legítimo emperador de Transbaal no estaba nada contento con las noticias que recibió. No sólo el Elsior había logrado escapar de la trampa que le tendieron, sino que Sherry, como le informaron los Hellhounds, había hecho un ataque suicida para destruirlo.

– Sherry... ¿por qué hiciste eso? – se preguntaba. – ¿Por qué arrojaste tu vida por la borda? Tú... y sólo tú... siempre creí que estarías a mi lado...

Se sentía furioso, y dolido. Sherry había sido su más leal servidora desde antes de su exilio, y por supuesto, él no era ignorante de que ella albergaba sentimientos más profundos por él. Nunca actuó en ellos, por supuesto, por verlos como algo inapropiado, pero al ser él la máxima autoridad de Transbaal, fácilmente podía silenciar a cualquiera que se atreviera a ver su relación como algo malo.

– Hey, Oniisama. ¿Por qué te ves tan triste?

La voz de Noa lo sacó de su trance. Se veía tan sonriente como siempre, a pesar de lo que había sucedido. Por lo visto, al ser una niña no lo entendía, aunque por más dolido que estuviera, no vio apropiado desquitarse con ella.

– Sherry estuvo conmigo desde que fui exiliado a las fronteras. – le dijo. – Ambos compartimos nuestras alegrías y tristezas. Estoy triste por su muerte.

– Hrmm... cuando dices muerte, ¿quieres decir que dejó de funcionar? – preguntó Noa. – ¿Es así como se siente?

– ... ¿Qué dijiste? – preguntó Eonia, perplejo por la analogía que acababa de usar. Más todavía porque no dejaba de sonreír.

– Ah, ya sé. ¿Qué tal si uso los datos de Sherry para crear una máquina igual a ella?

– ¡Basta! – dijo Eonia enfadado. – No importa si lo hicieras, no sería ella. Sherry... ya no volverá...

Esa era la realidad. Sherry se había ido, y ya no volvería. Ahora tenía un motivo adicional para derrotar a esos entrometidos en el Elsior y la Brigada Angel. Pagarían caro por ello. Noa, por su parte, simplemente lo miró confusa.

– Qué raro eres, Oniisama. Los humanos siempre se están reemplazando entre sí. No entiendo. Sherry y los hombres que destruiste el otro día, ¿no son iguales? Son sólo partes necesarias para manejar una máquina.

Eonia se quedó tan perplejo por la respuesta de Noa que no pudo pronunciar ni una palabra. De alguna manera, esas palabras habían golpeado un nervio en él. ¿Cómo se atrevía a comparar a Sherry con todos esos inútiles insignificantes?

– Bueno, no importa. Noa destruirá a los Emblem Frames y al Elsior. ¿Eso te hará feliz de nuevo, Oniisama? Y después a la Luna Blanca. Será divertido.

– Noa... – fue todo lo que Eonia pudo decir al recuperar su voz.

– Jejejeje... jejejeje...

Noa se marchó del puente, y Eonia volvió a quedarse a solas. Aunque estaba un poco perturbado por las cosas que le dijo, ahora mismo tenía otras cosas en las que pensar, y no podía dejarse llevar por sus sentimientos. El hecho era que su plan había fallado, y el Elsior sin duda llegaría a Transbaal antes que él. Y no podía evitar sacudirse de encima un mal presentimiento, después de todos los problemas que le habían causado hasta ahora.

Sólo ellos se interponían en su camino hacia el exterminio de toda la oposición a su legítimo mandato. Los aplastaría, y no dejaría a ninguno de ellos. Ese sería su regalo para la memoria de Sherry, para asegurarse que su muerte no hubiera sido en vano.

Esta historia continuará...


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