14. Galas

Cuando ya estaban abajo, en la sala principal,  pusieron a los invitados en las mesas para el banquete, pues las mesas estaban enumeradas y reservadas en sus pases. A Fany y a Lennon los pusieron con el señor Padington y la señora Quincy pero a McCartney y Thalia les tocó un poco más alejados de ellos. Había manjares que nunca habían visto antes. Realmente, dejaron sin comer mucha comida porque era una barbaridad. De primer plato había sopa de marisco, solomillo con patatas, pollo y otros platos extraños indescriptibles. Había además de las mesas individuales, otra mesa larga y delgada donde había una tarta entre otros muchos manjares infinitos. Fany veía a McCartney y Thalia muy contentos, riendo y siendo felices, pero ella... estaba un poco al margen. En cuanto a los invitados, todos iban espléndidos aunque nuestros personajes también recibieron cumplidos.

Cuando todos los invitados ya estaban sentados...

—¿Qué te pasa? Te veo seria—Preguntó Lennon.

—Nada, sólo que envidio a mi hermana.

—Pues si estás incomoda conmigo, podrías haberte puesto con él.

—No, no es eso. Me refiero a que parece como si Cupido hubiera dado en el clavo con los dos. Parecen tan románticos... ¡Ay! —Suspiró.

De pronto, mientras Fany estaba mirando a McCartney y Thalia, notó como alguien le cogía la cara y la besaba.

—¿Qué haces? —Dijo Apartándose rápidamente.

—Tú querías una situación romántica, pues yo te la he dado.

—Pero no de esta forma, presuntuoso. Hemos quedado en ridículo delante de toda esta gente.

—No te preocupes, ellos piensan que ya somos pareja. De hecho, creo que así disimularíamos más.

—Eres estúpido. —Siguió comiendo callada y observando el panorama que tenía delante.

—Mira aquí viene el postre. ¡Y lo mejor es que ya queda menos para el baile! —Dijo ilusionada Thalia que estaba junto a su pareja.

—Es cierto. Ya traen la tarta pero... ¿No es un poco alta?

—Date cuenta que somos como casi 120 personas de "realeza", por eso debe ser tan alta. Necesitarán una escalera para cortar la tarta. Madre mía...

Mientras a 3 mesas a la izquierda...

—Mm... Tartaaa... me comeré 4 trozos por lo menos... —A Fany se le pasó el enfado o quizá estaba disimulando para no tener que poner la cara larga delante de la realeza.

—¡Qué glotona eres! Pues yo me comeré como 5 o 6.

—Mira quién habló. El glotón de turno —Dijo dándole un codazo a John.

—¡¡Ay!! ¡Me vas a hacer un agujero en el costado! Preparate para el baile "My Lady" porque seremos la mejor pareja que bailará esta noche —Dijo mientras levantaba sus cejas.

¿Por qué habré elegido a este pendejo? Quizás fue esa libra o quizás el destino a sorteo Pensó ella —Claro, claro lo que tu digas...

Mientras él iba a por trozos de tarta, Fany tuvo la ocasión de escabullirse hacia el baño de señoras para no tener que bailar con John. Podría hacer de las suyas y ella pues no se fiaba.

—Mira te traigo otro trozo para ti, pero n... ¿Dónde está?—Pensó.

Mientras a 3 mesas a la derecha...

—¡Qué buena está por dios....! —Dijo Thalia con la boca llena de tarta.

—Hay más cosas buenas en esta habitación.

—😶¿Por ejemplo? —Dijo tímidamente.

—Lo descubrirás a lo largo de esta larga noche que nos queda por delante. Porque yo te...

—¿Habéis visto a Fany? —Dijo John interrumpiendo la conversación intrínseca de Paul —Estaba aquí hace un momento.

—No tenemos ni idea...

—Bueno, pues la buscaré yo mismo.

La luna brillaba en un día de luna llena en Londres y en el palacio real había jardines infinitos y verdes, los cuales, resplandecían a través del reflejo de luz de ese pequeño satélite que nos mantiene con luces de esperanzas. Mientras, Fany se encontraba en los alrededores de palacio, de forma solitaria, escuchando las fuentes, las caídas de sus aguas, algunos grillos cantando, el viento resonando en algún árbol cercano, paseando y pensando en como su hermana disfrutaba de su pareja y como ella estaba siendo feliz a través de ella, pero no podía decir lo mismo de ella misma. Mientras ella anduvo sola por los jardines, vio a dos chicas que conocía detrás de las rejas reales exteriores que limitaban con el palacio y una calle perpendicular. Habló con ellas durante algún tiempo pero no demasiado para que no fuera descubierta por algún guardia.

John era su pareja pero sólo por que el señor Padington lo puso como requisito para asistir. Luego el sorteo salió al azar. Fany pues estaba lejos de Thalia o Paul y encima John es como un niño pequeño... ¿Dónde se había metido? Por una parte quería irse pero por otra parte quería quedarse. Aunque estaba sola en los jardines, sabía que aún podía contar con la naturaleza, consigo misma y con las estrellas que estaban sobre su cabeza. Siempre podía sacar un aspecto positivo de todo aquello y ¿Por qué no? y ¿Qué sería la vida sin filosofía?...

—¡Hey! ¡Te encontré! —Dijo John interrumpiendo todos los pensamientos y sentimientos.

—¡Ahh! Que casualidad... —Dijo con sarcasmo.

—¿Damos un paseo? Quiero hablar contigo.

—Bueno, si crees conveniente...

—Te veo rara. Desde que te conocí siempre fuiste muy seca conmigo, como si no estuvieras interesada por mi o no te gustara y eso es raro porque casi todas las fans querrían estar conmigo y por supu...

—¡BASTA! ¿Es que no entiendes que no me gustas? Además, te crees guapo, eres presumido, niño mimado, presuntuoso, no tienes educación y te sobrevaloras cuando deberías controlar tus temperamentos y eso es lo que no me gusta de ti. Lo siento, no puedo seguir con esta mentira. Cuando crezcas, háblame, por el contrario, olvídame. —Se fue corriendo enojada y casi llorando.

Ella no podía creer que llegara a este punto. Era un desgraciado y no iba a permitir abrir su corazón para que le hicieran daño de nuevo. Odiaba a los hombres inmaduros. Se fue dentro de palacio pero se perdió. Estaba nerviosa. Entró por una puerta superior donde se veía desde las alturas el gran comedor y la pista de baile. Ella pensaba en comer un poco de tarta y calmar los nervios hasta que por un descuido...

—Mm... ¡Qué buena está la tarta! —Dijo Thalia que aún seguía comiendo tarta desde abajo—Mira allí arriba está Fany. ¡Anda baja, te estás perdiendo lo mejor! —Gritó—¡Venga! ¿Eh? ¡Ten cuidado!

¡¡¡Pum, cataplaff-pleff!!!!! (Salpicones por doquier)

La música cesó de pronto y los invitados se amontonaron alrededor de Fany curiosos por saber qué había sucedido. Algunos reían y otros miraban con superioridad y reproche...

—¿Estás bien? Anda levántate antes de que recuerden este suceso para el resto de nuestra vida.

—¡Muy graciosa! ¡Pues haber quien quita estas manchas de tarta del vestido! No me quiero imaginar como tendré el resto del cuerpo y cabello —Dijo Fany sonrojada y mirando hacia su vestido lleno de chocolate.

Como podríais imaginar, Fany terminó tropezando con los tacones y se llevó por delante la barandilla que tenía frente suya sobrepasándola y cayendo así por ésta justamente encima de la tarta real desde el segundo piso. Por suerte o por desgracia, la tarta hizo de amortiguadora del golpe pero no pudo ser amortiguadora de las risas. Ese día le tocaba a ella, también, ser la vergüenza de palacio.

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