Inui Hiroyuki
Nuevamente, un día más, suspiros de decepción se escuchaban de camino a la Academia Morinomiya. La joven de cabello {c/p} miraba de reojo al mayor que caminaba junto a ella y que lucía una cara de decepción y sufrimiento; unos días atrás su estado anímico era completamente lo opuesto.
Sonriente y feliz, el pelirrojo le había contado que se iba a confesar al amor de su vida.
- {T/N}-chan, hoy es el gran día y sé que será un éxito. -esas fueron sus palabras exactas.
Ese mismo día, de regreso a casa, se notaba muy decaído; su lenguaje corporal así lo indicaba como la expresión seria de su rostro. Había salido todo mal y por mucho que se esforzase, Inui jamás sería capaz de disimular su estado de ánimo, para ella, él era un libro abierto.
¿Que cómo podía conocerlo tan bien? Porque se conocían desde que tenían uso de razón, desde pequeños Hiroyuki y {T/N} habían jugado, peleado y reconciliado juntos; durante mucho tiempo habían sido uña y carne hasta que los dos llegaron a la secundaria, llegando a distanciarse un poco, ya no era lo mismo que hace tiempo.
A pesar de todo eso, el hecho de que le gustase otra chica le sentaba mal. Sentía celos de esa joven que tenía toda la atención de su... amigo.
- Tampoco hay que desanimarse, ya encontrarás a alguien. -le había dicho con toda la intención de animarlo, pero sin pensar que él se fijaría en su persona.
No era que {T/N} pensase en negativo respecto a ese tema, más bien era que no quería perder la amistad que tenía con Hiro y si se lanzaba a la piscina, cabía la posibilidad de que está estuviese vacía. Lo había visto con sus amigas, las cuales se confesaron a amigos suyos que no las correspondían y desapareciendo esa amistad que habían tenido previamente; es por eso que ella no quería acabar así, apreciaba mucho a Inui como para echar por la borda años de amistad.
- Pero yo quería a Yukari-chan, no me podré enamorar de otra. -seguía quejándose mientras caminaban con la luz del atardecer proyectando sus sombras.
- Estas cosas pasan, Hiro, a veces no se puede tener tanta suerte. -sonaba pesimista sí, pero también era la realidad y le pasaba a mucha gente.
- ¿Qué te pasa, {T/N}-chan? Se supone que deberías apoyarme, no hundirme más.
Aquellas palabras hicieron que algo estallase en ella, no tuvo tiempo de pensar en lo que estaba haciendo cuando le dio una bofetada.
Los dos se quedaron mirándose atónitos durante unos segundos antes de que ella se alejase lentamente y echase a correr hacia su casa con toda la intención de no volver a dirigirle la palabra nunca más.
───
Tras aquello no se habían vuelto a ver, el pelirrojo se sentía muy mal por las palabras que le había dicho y sabía lo mal que le sentaron sus palabras por su expresión.
Es por eso que desde entonces la iba a buscar a casa, pero su madre siempre le decía que ya había salido y en la escuela era peor, seguramente pensaba que no se daría cuenta, lo evitaba. La situación comenzaba a empeorar por momentos y le dejaba una sensación peor que cuando le salió todo mal con Yukari-sensei; mas no se rendiría, conseguiría disculparse y hacer las paces con ella.
Nada más sonar la campana que indicaba el receso, se dirigió al aula de su amiga para no darle la oportunidad de huir. Una vez llegó, no la encontró en la estancia.
- Perdona. -se dirigió a una de sus amigas, con toda la intención de encontrarla.- ¿Sabes a dónde ha ido {T/N}?
- ¿Eh, no lo sabías? -preguntó a su vez la joven con una expresión que delataba la mala imagen que acababa de dar al hacer esa pregunta.- {T/N} lleva varios días enferma, no ha venido a clase.
La sorpresa comenzó a presentarse en su rostro, pues no había tenido idea de tal hecho, al no encontrársela pensó que lo estaba evitando para no verlo. Cumpliendo sus intenciones de no dirigirle la palabra.
Agradeció a la chica por la información, aunque el pelirrojo pudo leer una expresión que indicaba algo como "Eres un mal amigo por no saberlo", ¿pero qué le iba a hacer si no conseguía hablarle?
Una vez acabadas las clases, se dirigió hacia la casa de la chica que llevaba varios días ignorándolo. Llamó varias veces a la puerta, pero nadie respondió, optando por ver si la puerta estaba abierta. Quizás estuviese perdiendo el tiempo, pero no fue así. Estaba abierta.
— Con permiso. —aunque nadie respondió.
Dejó la mochila en un lugar que no estorbase y se quitó los zapatos, la casa estaba bien iluminada y se dispuso a subir al piso superior. Llamó suavemente a la puerta del dormitorio de su amiga, pero no obtuvo respuesta y se aventuró, de nuevo, a abrir la puerta.
El lugar, al contrario que la casa, estaba completamente a oscuras y todo en orden salvo por el bulto de la cama; se acercó despacio y la zarandeó despacio, escuchando una leve protesta.
— ¿Hiro? —preguntó {T/N} algo somnolienta, abriendo los ojos un poco.— ¿Qué haces aquí?
— ¿¡Cómo que qué hago aquí!? Me enteré de que estabas enferma y vine a ver cómo estabas. —respondió alzando la voz, aunque no lo admitiría en alto, se había preocupado bastante.
— Lo siento... —se disculpó mientras se tapaba un poco más.
El pelirrojo se quedó en silencio mientras la observaba, sentándose en el suelo junto a la cama. se notaba lo mal que estaba por su voz nasal y la manera en la que se había quejado cuando alzó la voz.
— Tenía toda la intención de disculparme contigo por lo que dije la otra vez, pero creo que eso tendrá que esperar. —comentó mientras colocaba ambos brazos en la cama, inclinándose un poco.
— Lo siento... —volvió a disculparse, molestándole el hecho de que fuese lo único que decía.— No debí haberte dicho esas cosas.
— Olvídalo y descansa. Cuando te recuperes podremos hablarlo.
Y tras esas palabras, se formó un silencio en la habitación, era lo que ella necesitaría. Además de que seguramente lo último que necesitaba ella era alguien que la molestase. Estaba dispuesto a levantarse cuando notó un cálido tacto en la mano, al bajar la vista vio que ella le había agarrado de la mano.
— ¿¡Pero qué haces!? —preguntó alarmado y soltándose de aquel agarre, su rostro adquirió un tono muy rojo y sus pulsaciones aceleraban de tal manera que se le iba a salir del pecho.
— No te vayas. —le pidió con voz somnolienta y le miraba con ojos suplicantes.— Hasta que mis padres vengan, por favor.
Hiroyuki se quedó un momento pensativo mientras sopesaba la idea, si era hasta que sus padres llegasen, no habría mucho problema. Volvió a sentarse en el suelo y colocar la mano sobre el colchón, notando aquel tacto de nuevo.
Sabiendo lo que necesitaba, se mantuvo en silencio mientras le hacía compañía. Mas su mente se mantuvo en un constante bucle de dudas, las que le habían rondado durante los días anteriores, de cuando ella le había golpeado y le evitó; se preguntaba el motivo de su enfado, aunque claro, sus palabras habían sido muy fuertes. Sobretodo cuando su intención era la de animarlo.
— {T/N}, ¿qué fue lo que te molestó para que me evitarás? —preguntó al silencio, no esperaba una respuesta, menos cuando estaba dormida.
— Tu bocaza. —se sorprendió al escuchar la respuesta, sin poder contener las ganas de saber más.
— ¿Y cuál es el motivo? —siguió preguntando con curiosidad, acariciando inconscientemente el dorso de su mano con el pulgar.
— El hecho de que te afecté el rechazo de Sawatari-sensei... y...
— ¿Y...? —la instó a continuar, queriendo llegar al fondo del asunto.
— Y que me gustes y no pueda decírtelo.
Se quedó en silencio y su rostro comenzó a adquirir un tono rojizo intenso mientras se cubría parte del rostro con la mano que tenía libre, su pulso se aceleraba. ¿A qué venía eso de repente?
━ ━ ━
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que ya se hizo tarde. Aún seguía en shock por la declaración que había recibido por parte de su amiga, exacto... era su amiga, seguro que se refería a un sentido amistoso.
"Eso es... Solo se refería a que le gustó como amigo" se dijo a sí mismo mientras apretaba el puño, sin embargo no hacía más que recordar aquellas palabras una y otra vez, provocando nuevos sonrojos.
Se libró con suavidad de la mano que le agarraba y salió del cuarto sin hacer ruido para no perturbar el descanso de la chica de cabello {c/p}, bajando las escaleras notando que ya se había hecho de noche.
— ¿Oh? ¡Hiro-kun! —lo saludo la Sra {T/A} con un tono maternal y una sonrisa cuando lo vio nada más entrar en casa.— ¿Has venido a ver a {T/N}?
— Eh, sí. Ahora mismo estaba dormida. —respondió a la par que cogía sus cosas y se disponía a ponerse los zapatos.
— Gracias por hacerle compañía, estoy segura de que se ha alegrado. Estos últimos días ha estado algo deprimida, espero que ya hayáis hecho las paces.
— S-Sí, hemos hecho las paces. —respondió mientras su mente regresaba a la confesión.— B-Bueno... yo ya me voy. Nos vemos.
Salió de la casa a toda prisa, dejando a la madre de su amiga sorprendida por su actitud y preguntándose qué habría pasado.
Mientras que Inui caminaba a paso rápido, cuánto más se decía que debía olvidarse de aquel momento, su mente insistía más en mantenerlo presente. ¿Cómo iba a comportarse a partir de ahora?
— Maldición....
【Cᴏɴᴛɪɴᴜᴇ...?】
Hallo~
Hacía mucho tiempo que no publicaba nada por falta de inspiración, pero como siempre sucede, siempre se encuentra solución viendo o leyendo otro tipo de cosas.
En esta ocasión se trata del senpai, Inui Hiroyuki, ha descubierto algo importante sobre su amiga de la infancia. Ahora lo más importante es saber si será capaz de fingir que no ha pasado nada o se comportará como el libro abierto que es. Yo creo que será lo segundo.
Espero que lo disfrutéis y os guste.
Como siempre, vuestros comentarios y estrellitas son bien recibidos.
Uɴ sᴀʟᴜᴅᴏ﹐ Lᴀʏ.
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