Especial 1K: Kamitani Hayato
Había ocasiones en las que deseaba tirarlo todo por la ventana de lo frustrada que se sentía, lo peor era el mal sabor de boca que ese sentimiento le provocaba.
Hacía poco más de un mes que mantenía una relación con Kamitani y se suponía que era algo serio, ya que desde su percepción lo era, pero para él no parecía lo mismo.
Cada vez que le proponía algún plan para estar los dos juntos siempre existía un impedimento: que si el club de béisbol o el club de niñeras. Nunca podía estar con el azabache como quería, entendía esas responsabilidades, pero también quería ser egoísta.
— Kamitani-kun. —lo llamó una vez finalizó la clase, mostrándole una sonrisa afable posicionándose frente a la mesa del azabache.
— ¿Eh? —esa era la respuesta habitual cuando lo llamaba o le proponía algo.
— ¿Te apetece volver juntos a casa? —preguntó con ilusión y esperanza de que ese día estuviese libre de las actividades de los clubs.
— Lo siento, hoy no puedo. —de nuevo, otra negación. ¿Por qué siempre tenía que existir algún impedimento para pasar un rato juntos?
— Oh, de acuerdo. Otro día, quizás. —en esta ocasión, la sonrisa de la chica se notaba que era falsa y desilusionada.— Nos vemos mañana. —y procedió a salir del aula con un aura de tristeza, siendo notado por los demás chicos y Kashima que vieron la escena.
— Kamitani-kun, ¿no crees que deberías hacer algo? —preguntó el amable castaño con su ingenuidad característica.
— ¿Ah? ¿De qué hablas? —preguntó el susodicho a su vez, sin comprender del todo.
— Respecto a {T/A}-san, se nota que quiere pasar tiempo contigo. ¿Por qué no hacer algo juntos? —no era ningún misterio que sus dos amigos eran pareja y le sabía un poco mal que Kamitani no correspondiese la emoción de su novia.
— Tienes suerte, Kamitani. —comentó otro de sus amigos.— Si yo tuviese una novia como {T/A}-san, la acompañaría a casa todos los días. Haría lo que ella pidiera.
Un aura llena de maldad se dirigía hacia este personaje secundario por el simple hecho de que su último comentario iba con unas intenciones un tanto perversas. Kamitani conocía bien a sus amigos, es por esa razón que los miraba con mala cara cuando decían esas cosas de su novia, los chicos presentes, a excepción de Ryuichi, se asustaron de aquella mirada y retiraron inmediatamente sus palabras.
Una vez dejado claro que no se podían hacer esos comentarios enfrente de él y en ninguna circunstancia, Hayato comenzó a pensar en que Kashima tenía razón. {T/N} y él hacía poco que comenzaron a salir, no sabía bien lo que hacer en esas circunstancias, era cierto que debido a las actividades de los clubs no podían volver juntos a casa y en sus descansos debía de cuidar a Taka; siendo la mayoría de sus citas, salidas al parque con Taka, Kashima y Kotaro. Era cierto que eso no podía considerarse una cita de dos. Entonces, ¿qué podría hacer?
✘✘✘
El fin de semana llegó y se podía apreciar el cielo soleado y la agradable brisa de la tarde, {T/N} se encontraba en su casa. Estirada en su cama, mientras disfrutaba ese airecillo que entraba por su ventana. Soltando un suspiro que hacia notar su aburrimiento y su conflicto interno, ya no sabía qué pensar sobre su relación, Kamitani estuvo más distante en los últimos días, así que pensó que, probablemente, quisiera acabar con ella. Pensamientos de adolescente insignificantes, pero en ese momento eran muy importantes y aterradores; ni siquiera le respondió el mensaje que le mandó esa mañana para intentar tener una cita a solas. Eso no hacía más que aumentar sus miedos al respecto.
— Por favor, parezco estúpida con estos miedos. —dijo en un susurro mientras se cubría la cara con ambas manos y comenzaba a dar vueltas en su cama.
El timbre de la casa la sacó de sus pensamientos, ya que estaba sonando con demasiada insistencia. ¿Quién podría ser y por qué tanto alboroto? Con una vez era suficiente; hecha una furia, bajo las escaleras, aún en pijama y abrió la puerta con violencia solo para toparse con su novio frente a ella.
— ¿Kamitani? —preguntó con sorpresa, aunque él tenía una cara más sorprendida. Su rostro se veía adorable con esa expresión y el sonrojo en sus mejillas, aunque ya no tanto cuando el rojo le cubría toda la cara.— ¿Qué te pasa? —preguntó sin salir de su asombro.
— Tu ropa... —respondió señalándola y tapándose los ojos con la otra.
Bajo la vista para ver de lo que hablaba, ruborizándose incluso más que su pareja. El pijama daba mucho a la imaginación, formado por una camiseta de tirantes que dejaba descubierto su vientre y unos pantalones demasiado cortos; si hubiese sido otra persona, tal vez la miraría con perversión.
No pudo contener el grito que soltó al caer en la cuenta de que había recibido con esa vestimenta a Kamitani, era un momento bastante vergonzoso. Cerró la puerta con fuerza y se quedó pegada a esta sin poder calmarse.
— ¿Qué haces aquí? Creí que tenías entrenamiento con el club de béisbol. —comentó a la par que se dejaba caer en el recibidor.
— Fue más temprano. —la voz del azabache sonaba neutral, pero con un tono avergonzado.— Pensé que estarías en casa y vine a buscarte para llevarte a dar un paseo.
— ¿Un paseo? —preguntó la chica, pensando que sería como lo habitual. Kamitani, Taka, Kashima, Kotaro y ella. Nada que ver con lo que esperaba oír.
— Sí, ¿vienes o no? —ahora sonaba como el Kamitani de siempre.
— Será como siempre. —dijo con desilusión, a punto de negarse.
— Esta vez no, ven. —insistió el chico y eso que él nunca insistiría por nada.— Te llevaré a un lugar que te gusta.
Unos minutos de silencio se pasaron entre los dos antes de que ella aceptase, corrió a arreglarse rápidamente para no hacerle esperar mucho y que cambiase de opinión,
✘✘✘
Resulto que fue el mejor día de su vida, Kamitani la llevó al zoo todo el día. ¿Y lo mejor de todo? Es que estuvieron los dos solos; el azabache inexpresivo dejó a su hermanito con Kashima para que así pudiesen estar en una auténtica cita de pareja.
En esos momentos estaban volviendo a casa, más concretamente al punto de inicio. A la casa de ella.
— Fue un día bastante divertido. —la sonrisa de la chica {c/p} iba a juego con aquella afirmación.
Aunque no dijese nada ni mostrase alegría como la contraria, Kamitani estaba feliz de saber que aquella cosa tan simple la hubiese contentado.
Llegados al lugar, la chica le agradeció para proceder a abrir la puerta y entrar en casa, no había nadie en casa, cuando iba a despedirse de su novio, este la empujó al interior de la casa, dejando que la puerta se cerrase con un fuerte golpe. En ese momento reinaba la oscuridad en la casa, ambos jóvenes uno cerca del otro.
— ¿Kamita...? —preo antes de que pudiese saber qué estaba ocurriendo, el chico la besó, pillándola desprevenida.
Mas no tanto como para quedarse quieta, correspondió aquella muestra de afecto; se dejó abrazar y también ella quería estar más cerca de él.
En algún punto de la situación, él decidió levantar su blusa para acariciar la suave piel de su espalda.
— ¡Kamitani! —exclamó alarmada al sentir aquella acción, no se la esperaba y menos que tomase tales iniciativas.
— Yo también soy un hombre, ¿sabes? —la ferocidad de su mirada dejaba claras bastantes cosas, cuando quería Hayato sabía ser expresivo como el que más.
— No lo he puesto en duda. —su voz sonaba algo nerviosa por lo que podría ocurrir a partir de ese momento.
— En ese caso, hazte responsable del recibimiento que me diste antes. —una sonrisa de lado le dio a entender sus intenciones.
Algo nerviosa, pero ansiosa a la vez, le sujeto por el cuello de su camisa y lo atrajo a ella para volver a besarlo. Siendo correspondida a la vez que sentía escalofríos recorrer su espalda por las caricias de su novio, ella tampoco quería quedarse atrás. Con cierto titubeo, le levantó la camisa e introdujo la mano, sorprendiéndose de lo bien formado que estaba; no quería que se detuviese.
— Gracias por traerme, Mitsuki. —una voz en exterior junto al sonido de un motor les sorprendió.— Nos vemos mañana.
Escuchar el sonido de unas llaves aproximándose hacia la casa, les asusto, haciendo que se separasen rápidamente y se colocasen bien las ropas.
Las llaves hicieron contacto con la cerradura, abriendo la puerta y encendiendo la luz. La hermana de {T/N}, Junko {T/A}, entraba por la puerta, viendo a la pareja en el recibidor.
— B-Bienvenida, Junko. —saludo la protagonista con nerviosismo, mientras que Kamitani desviaba la mirada.
La mayor no dijo nada simplemente paseaba su vista entre la pareja, fijándose en los dos con detenimiento. Las palabras que salieron de su boca no fueron para nada un saludo.
— ¿Ibais a tener sexo en el recibidor? —la pregunta sonaba con el tono picarón que pretendía transmitir.
—¡No es nada de eso! —se apresuró a decir la menor a su hermana, para luego decirle a Kamitani que mejor sería que se fuese antes de seguir escuchando las tonterías de su hermana.
— Nos vemos mañana, {T/A} —se despidió el chico, saliendo de la casa como si nada hubiese pasado, pero sí que sucedió y no podía evitar pensar en lo que hubiese pasado si no hubiese aparecido alguien.
【Cᴏɴᴛɪɴᴜᴇ...?】
Hallo~
Hacia tiempo que no escribía un one shot, principalmente debería disculparme, pero tengan en cuenta que más vale tarde que nunca jeje.
Ya ha pasado tiempo desde que vi que las visualizaciones de esta obra y agradezco mucho que la estéis apoyando.
Por una pequeña mayoría hice de Kamitani, pero también me pedían lemon y lo que llevo escrito no alcanza tal definición. No es porque me disguste si no por vergüenza a hacer tales escenas, espero con el tiempo perderlo y animarme a escribirlo. Pronto subiré el siguiente especial de Kotaro.
También me gustaría dejar un poco de spam por aquí, estoy reescribiendo mi obra de BNHA "Irusu" y me gustaría saber opiniones (aunque dudo recibirlas dada mi suerte, pero por pedirlo nunca está de más).
Vuestros comentarios y estrellitas siempre son bien recibidos.
Uɴ sᴀʟᴜᴅᴏ﹐ Lᴀʏ.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top