bab 2 | Detalles y semillas de té
Un largo bostezo se escapó de sus labios por segunda vez en el día.
—Senpai, ¿Está durmiendo bien?
—Sí, Marikawa-san... por favor, sé rápida con los papeles y podrás irte antes
—S- Senpai...
En donde cualquiera viera una típica escena de romance, Kento les recomendaría que se pusieran a trabajar.
—Mi apellido es Yoshikawa
Después de todo, el sueño le ganaba a tal punto que no sabía ni cómo se llamaba la subalterna a la cual estaba instruyendo desde hace casi un mes.
—... me disculpo, también quiero terminar antes el trabajo, así que esforcémonos... eh...
—...
No le podía estar pasando dos veces.
—Este...
Sí le podía estar pasando dos veces.
—Yoshikawa... —Con la voz quebradiza, la pequeña mujer miró al suelo abatida.
—Lo siento
Nanami se sintió un poco peor que otros días.
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El sentimiento de inutilidad no era algo que le causara estrés, jamás resintió de las veces que cometió errores que le salieron caro.
—¡Buenos días! ¡¿Qué le sirvo el día de hoy?!
Sin embargo, equivocarse con un nombre...
—¡Marikawa! ¡Estás siendo demasiado ruidosa! —Un hombre alto y con un montón de harina por la cara se asomó desde la puerta que llevaba a otro lugar de la panadería. Se veía enojado y no era difícil para Nanami saber por qué.
—¡Waaah! ¡Jefe! —La empleada que le atendía volteó hacia su superior alterada, y luego giró a ver a Kento de reojo. Inmediatamente esbozó una expresión de miedo y regresó hacia su jefe. —¡Lo siento mucho jefe Jun! ¡No volverá a pasar!
—No es conmigo con quien te tienes que disculpar, Marikawa
-Otra vez esa sensación.-
La chica lo pensó un segundo y al instante regresó su atención hacia Kento, aún más alterada que antes.
—¡L- Lo siento señor! —Y por consiguiente hizo una reverencia.
—... [Está perdiendo el tiempo...] —Pensó, sin ningún sentimiento en específico sobre ello. —No pasa nada, quisiera este de aquí —Señaló a su única razón por la que podía soportar los días de trabajo extenuante en la tabla de panes preparados.
—Aquí tiene, son quinientos yenes por favor —Y acto seguido, la cajera extiende ambas manos para recibir el pago.
Kento parpadea una vez.
—Eso fue rápido... —Señala con cierto asombro mientras rebusca su dinero. Probablemente
—Bueno... si yo fuera un trabajador de oficina ocupado, no me gustaría esperar mucho por mi almuerzo
—Ya veo —Mientras toma su almuerzo, extiendo su otra mano para darle el efectivo a la empleada, lo cual hace que sus manos entren en contacto. —Gracias, Marikawa-san...
—Jeje...
—¿Eh?
—Qué señor tan detallista~ —Y una sonrisa que se sentía como flores capturó la vista de Kento.
—... [Pero si la detallista eres tú...] —Se rascó el cuello con una sensación que no podía describir, pero no era desagradable, no obstante, tampoco le permitía mantenerse lo sereno que siempre está. —Tómatelo como una recomendación, pero a muchas personas les podría parecer que quieres deshacerte del producto por alguna falla en este, lo cual podría generar que hagan problemas buscando aprovecharse de esto y afectar a la imagen del negocio, así que ten cuidado
—...
— [Creo que hablé de más]
—Q- ¡Qué observador! ¡Usted debe ser alguien muy inteligente! —Exclamó Marikawa sacando lápiz y papel para, probablemente, anotar aquello que le había dicho Kento en su intento de consejo.
—¿Tomas notas de estas cosas? —Ni siquiera debía de interesarle, pero no pudo evitar preguntar en cuanto la vio hacerlo.
—¿Mmm? Por supuesto, aquí anoto todo lo importante sobre este trabajo, ¡Porque me gusta mucho!
—Ya veo...
—Por ejemplo, escuche esto, seguro que le interesará. —La chica Marikawa se acercó un poco para que ambos vieran el pequeño cuaderno de anotaciones.
Nanami tomó aire mientras, por alguna razón, le hizo caso y se acercó a ver.
—Las semillas que van encima del pan que usted compra tienen un efecto relajante, puesto que son de té importado
—... ¿Eh? —Nanami no le había puesto atención a eso, ni al cuaderno en sí, no sabía lo que estaba haciendo realmente. —¿Té importado? ¿De dónde?
—De Malasia
Nanami lo pensó un momento, quizá por eso el supermercado donde compraba su almuerzo anteriormente lo había descontinuado. De repente su interés creció, ojeando otras anotaciones desordenadas que habían en el cuaderno.
.- Señor apuesto pero gruñón
—...
—¿Hmm? ¿Sucede algo?
—Gracias por tu trabajo, adiós
—¡Vuelva pronto!
Y mientras caminaba de vuelta a su trabajo, pensó.
— [Así que Malasia...]
Al final de todo, el día de Nanami Kento había sido decente.
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つづく
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