Primera Parte


Japón/Kyoto 2022

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Un nuevo comienzo

Sonreía con evidente alegría y un brillo especial en sus ojos café, finalmente después de mucho esfuerzo tanto económico como social para ella había llegado, Japón siempre fue uno de los países que siempre quiso conocer. Gracias al apoyo de su madre y hermanas se armó de valor para viajar al otro continente inexplorado por sus jóvenes deseos de independencia, admitía que le fue muy difícil realizar su sueño por culpa de su ansiedad social y otros "trastornos" de desarrollo personal.

Sin embargo gracias a la intervención hecha por su madre y constante apoyo emocional, se atrevió aún con su miedo latente al convivir con otras personas agregando el hecho de ser de distintas nacionalidades y culturas.

Pero en este momento ya nada importaba porque finalmente estaba en tierras desconocidas esperando ser exploradas por ella, así que con su corazón acelerado y entusiasmo a mil decidió que su primera parada sería el Museo más famoso actualmente, Museo que era poseedor de algo llamativo y misterioso.

Un poneglyph...

—bien Valentina, estas sola en un país totalmente desconocido.— se hablaba así misma caminando por las calles de Kyoto.— que es lo peor que podría pasar?.— titubeó nerviosa buscando un mapa cercano.

A una distancia cercana divisó un mapa de la ciudad, así que con el paso algo apresurado se dirigió hasta allí y buscó con la mirada en donde se ubicaba el museo.

Lo malo era que no sabía leer al cien por ciento japonés, así que dedujo que debía ir a la izquierda y avanzar tres cuadras hasta llegar allí.

— espero no perderme.— caminaba dándose ánimos a su persona.— no quiero que mi mamá se entere de que me perdí el primer día de estar tantos kilómetros lejos de ella.— imaginaba la escena en su mente.— se volvería loca.— suspiro con diversión.

Diez minutos fueron aproximadamente para llegar a la entrada del Museo de Kyoto, estaba feliz de no haberse extraviado por el camino así que entró, también agradecía internamente que fuera gratis el acceso.

— si que es enorme este lugar.— murmura con voz baja.— aquí cabrían seis casas de dos pisos sin problemas.— comentó sorprendida.— ¡cierto!.— exclamó repentinamente asustando a los que pasaban por allí.

— lo siento mucho.— se disculpó en japonés.

De su mochila tras su espalda sacó una guía turística del museo.— donde está..¡aqui está!.— sonrió.— poneglyph, segundo piso a la derecha.— cerró su guía y fue al segundo piso.

Sus pasos rechinaban gracias a sus zapatillas negras, caminaba despacio ya que a causa de sus pasos temía caer por lo resbaloso del piso y eso sería vergonzoso.

Una vez llegando a la segunda planta divisó fácilmente lo que estaba buscando, no pudo contener la emoción así que corrió rápidamente hasta quedar frente al enorme cubo de piedra oscuro.

— es más grande de cerca.— susurra.— es impresionante.— desliza sus delicados dedos por las inscripciones talladas.— es triste saber que asesinaron a una ciudad de arqueólogos porqué sabían leerlos.

— sería gracioso que las personas de ese entonces supieran que ahora todo el mundo sabe que dicen los poneglyph además de que también sabemos leerlos.— mencionó con voz divertida.

A un lado estaba una pequeña traducción de lo que estaba escrito en aquella gran roca cuadrada, mencionaba al Dios Nika y las legendarias frutas del diablo, frutas cuales se llegó a la conclusión de los científicos que ya no existen en ninguna parte del mundo.

y ante el esperado regreso de joy boy, se escucharan los "tambores de la liberación".— leyó en voz alta.— ¿joy boy, pero acaso no fue asesinado por Im-sama?.

— eso es lo que se cree jovencita.— le respondió una voz algo mayor.

Asustada se gira para ver que una mujer de edad le sonreía con amabilidad.

— disculpe, no la había visto.— hace una reverencia.— a que se refería anteriormente señora?.— decidió preguntar.— creía que joy boy era uno de los primeros gigantes que poblaron la tierra, no era eso, verdad?.

— querida niña, solo hay preguntas que pueden ser contestadas si prestas atención a las voces silenciadas.

#a todos los visitantes se les informa que el Museo cerrará a las 14:00hrs#

lo siento mucho, podría repetir lo...— no término la oración ya que aquella señora ya no se encontraba a su lado.— ...que dijo?.

La joven Morena miro su reloj de muñeca, eran las 13:58hrs, abrió sus ojos asustada y estaba por marcharse pero el sonido de unos tambores llamaron su atención, sonido que provenía del poneglyph.

Ante cada paso que daba, más fuerte era el sonido. Sumergida en trance por la música de los tambores, alzó su mano y tocó el poneglyph.

El segundo piso fue brevemente iluminado por una luz cegadora, segundos más tarde solo se encontraba en el piso su reloj ahora roto por la caída.


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Japón/ Grand Line 1562

Se podía escuchar el agradable sonido de las olas chocar entre sí, las aves cantar y la suave brisa salada del mar. Era un ambiente tranquilo, relajado.

— ¡oe, nami!.— alzó la voz el mugiwara.— ¡nami, nami!.— insistió hasta que la mencionada lo golpeó.

— ¡dejame en paz, que demonios quieres luffy!.— grito la navegante enfadada.

— ¡luffy deja en paz a nami-san!.

— que pasa luffy?.— le preguntó zoro desinteresado.

— alguien esta cayendo del cielo.— comenta tranquilamente.

— ¡no digas estupideces, como alguien caería del cielo así de la nada!?— grito ussop enojado.

— es verdad, mira.— señalo el cielo.

Todos alzaron la mirada, efectivamente alguien caía desde el cielo y parecía estar inconciente para luego caer en seco al agua unos tantos metros más adelante del sunny.

— ¡¡por dios, que alguien la salve!!.— grita chopper entrando en total pánico, el pobre reno corría en círculos hasta caer desmayado.

— luffy alcanzalo, zoro y sanji-kun subanlo abordo.— ordenó la navegante.

— sí/claro nami-swan/ que molestia.— respondieron los tres mencionados.

Luffy estiró todo lo que pudo su brazo hasta alcanzar la misteriosa persona, luego zoro y sanji fueron abajo para ir a buscarlo.

Unos metros más cerca hasta finalmente llegar al sunny notaron con más claridad que se trataba de una mujer, media más o menos 1.59cm y su cabello era muy corto, su piel era más morena que cualquiera que conocieran además que su figura era diferente a lo que acostumbraban a ver en una mujer.

Algo más que resaltaba de ella sin duda era su ropa, nada que hayan visto con anterioridad.

— ¡que mujer más hermosa!.— exclama sanji totalmente cautivado por la misteriosa mujer inconciente.

— hay que llevarla con chopper.— dijo luffy con seriedad.

— ¡yo lo haré!.

Antes de que el cocinero la tomase, zoro se le había adelantado para tomarla entre sus fornidos brazos y llevarla a cubierta.

— maldito marimo.

Y tras el espadachín lo siguieron luffy y Sanji quien rechinaba sus dientes por los celos.

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