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Sustitución

Había escuchado, era a ella quien buscaban los marines. Ahora que hiba a hacer, ella no sabía luchar y nisiquiera podía correr medio kilometro sin cansarse.

— ¡ya se que hacer!.

Salió de su escondite y pudo ver que aún sus nuevos compañeros luchaban, aclaró su garganta y luego grito causando que todos se detuvieran.

— ¡tina!.— grito Luffy evidentemente preocupado bajo el agarre de smoker.— ¿que haces aquí?.

— ¡valentina!.— exclaman los demás mugiwaras.

La Morena entre gritos pidiendo que se ocultara y ella ignorando aquella orden de su capitán, se puso frente a smoker y lo miro directamente a sus ojos demostrando que no estaba asustada, aunque en el fondo así era, pero no hiba a ceder.

—...yo...— titubeó antes de continuar.— ¡yo demando el derecho de sustitución!.— alzó su voz con nerviosismo.— llévame a mi.— finalizó haciendo una reverencia.

Todos guardaron silencio, los mugiwaras estaban perplejos ante la demanda de valentina.

— oe...tina.— musito Luffy aún bajo smoker.— ¿que estas haciendo?.— pregunta aterrado.

— lady, de que estas hablando?.— habló Sanji de igual forma.

— espera valentina.— grito Nami asustada.— no puedes irte con ellos.

Smoker llamó a tashigi y esta obedeció, el vicealmirante dejó ir a Luffy para acercarse más a la joven morena, esta por inercia retrocedió un poco.

— vienes por tu propia voluntad.— mencionó smoker.— demandas el derecho de sustitución.— dejó salir el humo de su boca.— y pretendes que nosotros aceptemos así sin más?.

— si.— responde firmemente.— tengo entendido que la ley de sustitución aún se mantiene vigente para cualquiera sea marine o pirata incluso civil, estoy mal?.

Tashigi negó y miro a su superior, la joven frente a el tenía razón y si quiere ser buen ejemplo para su subordinada tendría que aceptar la ley al pie de la letra.

— tienes razon.— dijo el vicealmirante.— ¡tashigi!.

— ¡si!.

— ponle las esposas.— le ordenó.

La espadachín obedeció, puso ambas esposas en las delicadas muñecas de valentina y luego tomó su brazo por si intentaba escapar, aunque no lo haría teniendo en cuenta la gran desventaja.

— ¡oe tina, que crees que haces!.— vocifero zoro con molestia y preocupación.— ¡no puedes irte así sin más!.— camino rápidamente para detenerla pero tashigi lo intercepta haciéndo retroceder enojado.

— no interfieras roronoa, si lo haces será peor para ustedes.— le advirtió la capitana.

Zoro miro a sus amigos y noto que cada uno tenía semblante de angustia, querían intervenir pero Luffy no daba ninguna orden para atacar, solo estaba con la mirada oscurecida por su sombrero de paja. Al ver eso se sintió ofuscado, luego vio a su nueva nakama quien le suplico con su mirada café que no intervenga.

— esta decidido.— dijo smoker.— hora de irnos.— hiba a tomar el brazo de valentina pero esta lo detuvo.— ¿algun problema?.

— dejenlos ir, si voy con ustedes dejenlos ir en paz.— aclaró.

— tienes mi palabra.

El barco de la Marina se acercó al lado del sunny, puso un puente para que pudieran cruzar al otro lado.

— ¡chicos!.— alzó la voz dándoles la espalda.— huyan lo más lejos que puedan.— finaliza para subir a bordo del otro barco junto a tashigi y smoker.

Se separaron del sunny, el barco estaba un poco lejos de los mugiwaras. Todos estaban enojados, más bien furiosos por lo que acaba de pasar. Luffy corrió al borde del sunny y con todas sus fuerzas grito al barco de la marina.

— ¡¡ERES UNA TONTA!!.— grito furioso.

Valentina se tensó al escuchar esas palabras de Luffy, sabía que fue una estupidez lo que hizo pero recordó las palabras de su madre; no dudes en ayudar si se presenta la oportunidad. Pensó que había hecho lo correcto a pesar de todo, pero las palabras de su capitán la lastimaron horriblemente.

— ¡¡NO CREAS QUE TE LIBRARAS DE NOSOTROS ASÍ DE FÁCIL!!.

— ...que?...— musito confundida mirando hacia el sunny.

— ¡¡AHORA ERES MI NAKAMA!!.

esas fueron las últimas palabras que alcanzó a escuchar, ahora estaban muy lejos de los mugiwaras.


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Dos días después


Pangea-jō

Los marines con los cuales viajaba no fueron rudos con ella, después de separarse de los mugiwaras viajaron hasta un punto desconocido para ella, la hicieron abordar a otra barco. Al subir abordo rápidamente noto el ambiente muy tenso, habían dos almirantes y tres guardias solamente.

Nadie dijo palabra alguna, solo la guiaron hasta una habitación para ella y le quitaron las esposas. Se mantuvo en su cuarto y días más tarde le permitieron salir, atracaron en un hermoso lugar lleno de vida y un gran castillo.

Bajo de la nave custodiada por los dos almirantes mientras que los guardias se quedaron a proteger el barco, valentina no se atrevía a decir palabra alguna por dos razones, una era porque creyó que iría a prisión y la otra era que había estudiado sobre el lugar que ahora estaba, aquí se encontraba la persona más poderosa.

Im-sama...

Una vez fuera del gran castillo, le indicaron que entrase sola y le extendieron una carta con un sello extraño en ella, dijeron que si lo mostraba en cada entrada no tendría problemas para llegar donde la estaban esperando. Con nerviosismo aceptó la carta y se encaminó donde le indicaron, en cada entrada enseñaba el sello y la dejaban entrar hasta que un Guardia la guió a un salon, le dijo que esperase un poco.

— puedes entrar.— autorizó una voz mayor desde el otro lado.

La Morena entró lentamente y frente a ella habían Exactamente cinco ancianos de traje negro, estaban sentados y la observaron silenciosamente.

— ...buenas tardes?.— saludo cortésmente haciendo una reverencia ante los mayores, se endereza y guardo silencio a su vez que jugaba nerviosa con sus manos.

— buenas tardes jovencita.— inició la charla el anciano con bigote en punta y cabello largo blanquecino.— toma asiento, esperábamos tu llegada.

Valentina obedeció y tomó asiento.

— es un placer conocerte Valentina.

La mencionada palidecio abruptamente, como es que sabían su nombre si jamás los había visto sin mencionar que estaban más que muertos en su época, su corazón comenzó a acelerarse y sus manos a sudar.

— nosotros somos el Gorōsei.— se presentó uno.

— estábamos ansiosos por conocerte.— habló otro quien portaba una espada consigo.— sin duda es un placer tener a un viajero del tiempo con nosotros.

<< ay no...luffy>> pensó asustada, ya se estaba haciendo una idea de que es lo que estaba haciendo en el castillo con ellos.

— dinos joven.

— como fue que llegaste hasta aquí?.

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