Capítulo 13

Bradly en multimedia.

¿En serio creíste que lo besaría?

Para nada, en cuanto mi cara se acerca a la de él, una sonrisa maliciosa se forma en mis labios. Permanezco inmóvil, escrutando su bonito, pero intolerable rostro. Mi mente trabaja más rápido de lo que creí posible, cada pensamiento pasa tan rápido, dejando a mitad del anterior. Es como si cada pensamiento se reemplazara por otro con mayor intensidad. No logro concentrarme en tenerlo así de cerca, y tan dispuesto a dejarse besar por mí. Aunque solo sea para cumplir una estúpida fantasía. Si yo fuera otra chica, tal vez podría...no, mejor no. Paul, abre los ojos, entendiendo que algo ocurre. De repente mis labios forman una línea recta borrando cualquier reflejo de sonrisa.

—Si vuelves a manipularme esto será poco. —Su cara de confusión me da una muy buena señal, entonces, aprovechando la poca cercanía que nos queda, levanto una de mis rodillas, y golpeo su lugar anatómico favorito.

Me alejo consiente de que pronto lo veré arrastrándose por el piso. Su reacción pasa de inmediato, suelta un grito bastante dramático y cae de rodillas al suelo.

—Sabes Paul, —me detengo frente a él— no me gusta que un estúpido intente pasarse de listo conmigo. —Digo como si yo no fuera la causante de su dolor—. Por lo general no suelo ser tan violenta, pero cuando la situación lo requiere simplemente pasa. Y sabes, creo que mereces esto y más. Te has equivocado de persona, si creíste que yo sería una estúpida que se deja manipular, creo que esto te lo he aclarado.

—Voy...voy a vo-vomitar —dice con dificultad agarrando ese lugar con ambas manos. Su rostro esta rojo como el de un tomate, las venas de su cuello marcadas por la fuerza que ejerce. Su cara hace una mueca bastante clara de dolor. Un sentimiento de culpa me atraviesa, pero tan pronto como vino, así mismo lo alejo de mí.

Doy media vuelta saliendo de ese lugar y mezclándome entre la masa de estudiantes que camina de un lado a otro esperando por el inicio de clases. Camino hasta la sala de clases y me siento en una de las mesas que quedan bastante apartada del pizarrón y el escritorio. No tengo ánimos de que la maestra me pregunte sobre algún género literario y yo no sepa qué rayos responder. La gente comienza a entrar en cuanto el timbre suena por todo el edificio. Veo las mismas caras de siempre, Gabriel entra por la puerta y se detiene de golpe al verme en su lugar de siempre, le he robado el asiento. Frunce el ceño y se sienta al otro lado del aula. Mucho mejor para mí, mientras más lejos mejor.

Para mi mayor sorpresa, Dano se sienta con una chica de cabello castaño corto, Lucy. La chica se ve bastante interesada con lo que el chico de cabello riso tiene que decir. Creo que ella me agrada. La semana anterior le pedí prestado el borrador y cuando se lo devolví, me dijo que estaba feliz de que hubiera una nueva alumna, ella y su amiga Lorin estaban cansadas de ser el centro de atención puesto que tuvieron una pelea en una fiesta, y aunque no eran nuevas, la gente siempre hablaba de ellas. Supongo que así era en todos los lugares, no era para nada nuevo que la gente no tuviera vida propia como para meterse en sus propios asunto, siempre estaba la vida de alguien mas de la que tenían que hablar. Lo típico.

La clase comenzó al poco tiempo, fue una clase bastante normal. Brad no estaba circulando en mi radar. Es decir, estaba sentado al otro extremo de la sala, en el lado opuesto de donde estaba mi hermano. Tengo la ligera sospecha de que algo muy feo pasó entre ellos, y estoy curiosa al respecto. En cuanto al chico de cabello castaño oscuro, no lo vi entrar a clases, supongo que no podía caminar, o estaba demasiado enojado conmigo. No se que pensar.

Por un lado, lo admito, estuvo mal. Yo no tengo el derecho de hacerle eso a alguien, pero por el otro lado... vamos, él se lo buscó. ¿Que pretendía al manipularme de esa manera tan estúpida y tan cliché? ¿Quería que me asustara y accediera a cumplir sus caprichos? Estaba equivocado si creía eso de mi.

Las clases pasaron con normalidad, no hubo discusiones en el salón ni problemas. Para mi suerte, todo estaba mas que tranquilo, Samanta no se metía conmigo, Brad estaba muy entretenido mirando su móvil, Dano ahora estaba con un chico que no le prestaba atención, mi hermano Gabriel, estaba junto a una chica con el pelo trenzado y Paul seguía sin aparecer.

¿Estará furioso?

¿Y eso a ti que te importa Gabriela?

Curiosidad.

Simple curiosidad.

(...)

Podía escuchar las conversaciones mezclándose por todo el pasillo, las personas caminaban de un lado a otro, todos conversando sobre lo que harían el fin de semana. Todavía era martes, así que yo no me molestaba en planificar nada. Trataba de aparentar vivir el día a día.

Me encontraba frente a mi casillero, guardando mis libros, sacando lo que necesitaría llevarme a casa y colocando mi patineta dentro de la mochila cuando esa voz que tanto me irrita interrumpe mi estado de serenidad. Bueno, solo hay dos personas en la escuela que pueden irritarme demasiado y uno de ellos no me ha hablado. Así que el que queda es...

—Hola princesita, ¿me extrañaste?

—Claro que no, —gruño cerrando el casillero de golpe. Por supuesto, algunas personas voltearon a vernos, pero lo dejo pasar, no iba a hacer un escandalo solo porque un par de personas estuvieran mas interesados en los que estuviera pasado conmigo y con el irritable que con ellos mismos—. Déjame tranquila Bradly.

—Tan de buen humor como siempre—suelta esa típica sonrisita de: Te vas a enamorar no sigas haciéndote la dura.

Me he dado cuenta de que prácticamente, me irrita solo de verlo. Supongo que es porque su personalidad es muy repetida. Es como el típico de las películas donde la chica se enamora del popular y esas cosas.

—No me ignores— dice siguiéndome.

Camino empujando y sacando a la gente mi camino, siento su cuerpo detrás de mí. Bajamos las escaleras de la entrada. Sigo caminando y en un segundo lo tengo a mi lado, parloteando sobre una banda musical, las fiestas en casa de un amigo y otros temas que no me importan. Me detengo para sacar mi mochila y buscar mi patineta.

—Oh, no me había fijado que tu método de transporte es una patineta, ¿tu hermano no te lleva en su camioneta? —pregunta interesado, cambiando de tema.

—Vete, —murmuro con los dientes apretados y comenzando a caminar a través de la fuente que hay frente a la escuela para llegar a la acera.

—Me pregunto, la razón por la cual no tienes amigos, —se detiene, observándome con una sonrisa maliciosa. —Ya lo sé, quizás porque tienes un humor de ogros, pero no te preocupes, yo puedo ser tu amigo. —Extiende ambos brazos en mi dirección como invitándome a que le dé un abrazo, retrocedo—. Aquí me tienes.

—No me interesa, —coloco la patineta en el suelo—. Aléjate de mi o juro que voy a golpearte.

—Así me gustas.

Vaya, que directo.

—¿Por qué no puedes dejarme tranquila? —me altero y comienzo a mover mis manos exasperada. Lo veo soltar otra risita estúpida.

No se cómo lo hace, pero todo él me desespera. Es como estar hablando como un pequeño niño que no logra entender lo que significa el déjame tranquila es como si no estuviéramos hablando el mismo idioma.

—Me voy, pero...—se señala, —no será la última vez que veras este lindo rostro.

Voltea sobre sus pies y se aleja hasta el estacionamiento de la escuela. Paso una mano por mi rostro con frustración.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top