Desde que la vida lo golpeó de la peor manera posible, había algo que Gabriel anhelaba más que nada en el mundo: volver a ver esas hermosas esmeraldas llenas de vida.

Su familia era para él lo más valioso en el mundo, por lo que cuando Emilie se fue y se rompió ese maravilloso sueño que entre ambos habían construido, el único propósito de la existencia de Gabriel pasó a ser recuperar lo perdido.

Y para eso necesitaba los Miraculous.

Solo el poder combinado de ese par de joyas mágicas y antiguas podía traer de regreso a su esposa y con ella la felicidad y unión que tanto les faltaba a él y Adrien con su ausencia.

Solo esos aretes y el anillo podían darle la esperanza de que ella volviese otra vez a traer la calidez y amor que tanta falta le hacían a ellos, a su hijo sobretodo.

Cuando Emilie regresase, ella podría darle a Adrien todo el amor y cariño que Gabriel sentía pero no sabía transmitir. Solo ella volvería a traer de vuelta el color a su gris y rota vida.

Por eso HawkMoth insistía tanto en encontrar al campeón perfecto que pudiese vencer a Ladybug y Chat Noir. Si conseguía derrotarlos, el obtener los Miraculous significaría también obtener el poder de reconstruir su familia, de recuperar a Emilie y hacer feliz a Adrien.

Nada ni nadie le impediría alcanzar ese tesoro, el invaluable brillo de felicidad reflejado en dos pares de esmeraldas, esos eran sus más preciada riqueza.