Episodio 15
-El siempre vivió solo y...su infancia igual. Por eso, y desde ese día, me preocupo muchísimo por él. ¿Te acuerdas cuando me gritó?
-Ajá.
-Sabía que lo que hizo estaba mal, pero no sabía como disculparse porque nunca lo había hecho.- Se sentó en el pasto, rendido –No sé lo que haría si él no está en mi vida.
-Hyung.- Ahora él puso su mano en su hombro. –Él va a seguir con nosotros, pase lo que pase; pero ahora, hay que ir a dormir, bueno, otra vez.
-Jaja, está bien.- Se levantaron de su lugar y se fueron a dormir.
Se levantó a las justas, y sintió algo en su pierna derecha, y miró a Seokjin encima de su pierna, al parecer se quedó dormido ahí, que raro. Miró el cielo y se levantó rápido porque quería vomitar y provocó que Seokjin se levantase rápido. Jungkook, al tratar de correr, se cayó por su pierna herida, ya no pudo más, se arrastró muy poco para llegar a un pequeño riachuelo y vomitó.
-¡KOOKIE!- se levantó rápido, al igual que los demás para estar a su lado.
Vomitaba y lloraba a la vez, ya no sabían que es lo que le sucedía. Ayer sólo tenía mucho frío, y hoy, vomitaba todo lo que había comido.
-Ya pasó. Ya pasó.- Puso una mano en su espalda y le daba golpes leves. –Es...
-¿Qué cosa es?
-Todo lo que comió ayer. Lo botó.
-¿Qué?
Terminó de vomitar y aún con lágrimas en su rostro, miró a Seokjin por la izquierda.
-Hyung.
-Dime, acá estoy. Todos estamos acá.
-¿Qué me esta pasando? Yo no era así.
-Yo...- respiraba un poco rápido –no sé lo que te... sucede.
-Desde que esa cosa me atacó, yo no era así.
Lloraba, y más.
-Yo no... era así.- Y se lanzó a los brazos del mayor para llorar –Yo no era así. Hyung.- Tomó la sudadera de Seokjin con fuerza –HYUNG- y lloró más fuerte.
-Cálmate Kookie, nosotros estamos aquí.- Levantó su rostro con delicadeza hacia él –Yo estoy aquí.
Tragó duro y se limpió las lágrimas. Luego miró a Yoongi.
-No vas a vomitar encima de mí, ¿eh?
Y todos rieron. Se formó un momento muy agradable entre todos ellos, era como si lo que había pasado fue algo que estaba contado y lo estaban soñando, pero por desgracia, esa es su realidad.
-Chicos, lamento el interrumpir, pero debemos de seguir avanzando. Hay que llegar a Busan y encontrar un refugio...
-Ya estamos en Busan.- Hablaron los dos chicos de aquella ciudad.
-¿En... en serio?
Jungkook asintió.
-Lo malo es que tenemos que caminar y ni de chiste Kookie lo va a hacer.
-Puedo... hacerlo.
-¿Estás seguro? Porque yo no te pienso cargar, además que tu eres más grande que yo. Y gracias por preguntar por mi herida en el ojo.
-Oye.- Hoseok le dio un golpe en su brazo
-¿Qué?
- Rodó los ojos –No le hagas caso a Yoongi hyung, te vamos a ayudar.
-Confía en nosotros.- Taehyung puso una mano en su hombro.
-Gracias. ¿Qué hora es?
-Ya van a ser las 4:30 de la mañana.
-Hay que movernos, pero ya.
-Cómo me hubiera gustado que esto no pasara realmente.
-Por mucha tristeza que Hoseok diga, tenemos qué.- Namjoon habló
-Ah, que flojera.
Todos alistaban sus cosas para salir caminando antes que una persona, o unas personas, los encuentren. Jimin optó por guardar las cosas de Kookie, mientras éste sin poder moverse mucho le sonreía. A veces se chocaban miradas y se sonrojaban con la vista a otro lado, pero eso creo que ya no era un secreto entre los dos, porque Seokjin y Namjoon se dieron cuenta, mientras miraban de lejos con la poquísima luz del sol que había.
-¿Estás bien?- puso una mano en su hombro derecho.
-Tengo miedo Nam.- Tomó la mano de su prometido y la puso en el pecho del contrario -¿Sientes mi corazón?
-¿Qué sucede?
-Tal vez Yoongi tiene razón. No estará conmigo por mucho tiempo.
-Pero, hay que disfrutarlo el tiempo que se quede con nosotros.
Y volteó. Y lo miró.
-Las cosas no son eternas, ¿sabes?. Mucho menos un Alguien. Ese Alguien llega a tomar su propio camino cuando ya está listo para volar, y no hay que tenerlo amarrado con una soga.
Y Seokjin miró a Jungkook mientras seguía escuchando.
-Cuando ya esté listo para partir, se sentirá feliz porque hubo alguien que le brindó sus cuidados, necesidades, protección; y te recordará como alguien muy importante en su vida. No nos va a olvidar. Mucho menos a ti.
Volvieron a mirarse.
-Hay que dejarlo ir.
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