Prólogo
Namjoon tenía dinero y gente que se encargaba de cuidarle, niño rico de nacimiento y con suficiente fortuna como para no tener que trabajar en cinco vidas.
¿Malos modales? Sí, ¿Qué niño rico no los tiene? Solo tiene que chasquear los dedos y obtendrá lo que pide.
¿Badboy? Sí
¿Playboy? Obviamente
¿Con aires de ganster? Naturalmente
No sigue reglas, no tiene sentimientos y realmente no le importa tenerlos, no espera el amor sino un buen culo para follar cada noche, no se preocupa por nadie más que por sí mismo y por supuesto que no quiere casarse.
Farsa, su familia es una farsa, siempre lo ha sabido pero no planea alejarse de ella, no cuando tiene una cuantiosa herencia en sus manos, solo tiene que fingir un poco más.
Como Taehyung, su hermano menor que finge ser el hijo perfecto,sus padres ignoran que cada noche el menor escapa por la ventan para encontrarse con algún chulo que conoció por Internet.
A veces quisiera ser como Yoon Gi, quién hizo su propia fortuna y se largó para seguir sus propios sueños, pero el no la tendrá tan fácil como su hermano mayor, sus padres no le dejarían marcharse con tanta facilidad.
Se sentía maldito, maldito y atrapado en El Dorado, pero incluso las polillas logran escapar ¿Verdad?
— Anunciaremos tu compromiso la semana que viene— anuncia su padre con serenidad— Te convendría que se conocieran antes, Namjoon
Y el chico reaccionó, no podía seguir con esa falsa vida, dejó los cubiertos y avento la copa con rudeza, por un momento solo se escuchó el ruido de los vidrios al colisionar con el suelo.
— No voy a dejar que elijas con quién debo o no casarme— dijo con falsa calma mientras examinaba el nuevo licor que había tomado— Esa es mi decisión
— ¿Acaso tienes a alguien en mente?
No lo pensó mucho a decir verdad, solo quería fastidiar a sus padres, hacerles saber que no tenían el control en su vida, sonrió cínicamente mientras Tae le enviaba una mirada de súplica para que no dijera una tontera.
— Tengo a mi puta justo en mente—
Su madre soltó un gritito escandalizado, mientras que su padre tiraba todos sus cubiertos al suelo asqueado, Tae intentó decir algo pero no logró articular palabra.
Namjoon sonrió y tomó sus llaves que había dejado sobre la mesa, tenía una puta nueva que conseguir.
Manejó con la música al máximo volumen, no le importaba, nadie en su sano juicio detendría al hijo del dueño del país, no tenía que preocuparse por las multas, dio unas tres últimas vueltas al lugar y se detuvo frente a un pub llamado "Pink House".
Perfecto lugar para encontrar una puta eficiente.
No tardó mucho en encontrar a su siguiente víctima, ni siquiera necesitó entrar en el pub, solo levantó la vista y lo vio, como iluminado en la esquina con extravagantes ropas y el cabello teñido de rosa.
Alto, pero no lo suficiente como para alcanzarle, de piel blanca y mirada de autosuficiencia, recostado sobre el poste con una sonrisa traviesa en el rostro; volvió a subirse al auto y se estaciono justo donde el chico, bajo la ventanilla y se quedó observandole un largo rato.
— ¿Cuánto?—
El chico pestañea confundido, casi asustado, busca a alguien con la mirada ¿Acaso es la primera vez que hace estas cosas? Namjoon no puede dejar de pensar en lo bonito que se vería ese chico en su habitación.
— Sube...— el pelirrosa retrocede asustado— O te haré subir, putita
Namjoon tiene que bajarse del auto y forzarle a entrar mientras que el pelirrosa grita un nombre a la oscuridad, nadie se opone a ese secuestro, todos ahí saben que chicos como el pelirrosa no valen la pena, ni siquiera se molestan en llamar a la policía.
— Kim Namjoon— dice en cuánto logra amarrarlo al asiento de su auto— Tu nuevo cliente
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