Capítulo 8
Era por la mañana, había pasado una semana en donde Naruto ya se había recuperado completamenteese, y ese día era precisamente en el que la Mizukage, Tsunade y Naruto partían hacia la Aldea de la Niebla.
Todos los amigos de Naruto sabían que hoy partían y que en tres meses no volverían a ver a su rubio amigo. Por eso, decidieron hacerle una despedida en la entrada con carteles, globos y pancartas esperando la llegada de su amigo.
Mientras en el hospital, se veía a dos mujeres imponentes en dirección a la habitación del héroe de la guerra. Cuando entraron, este yacía dormido sacando un tierna sonrisa a las mujeres, pero el tiempo era primordial.
Tsunade: Naruto, Naruto...-lo llamaba en un tono bajo y maternal pero el rubio hacía caso omiso.
Naruto: Cinco minutos más-bostezó, cubriéndose la cabeza con la manta sacando una risita a la Mizukage por tal comportamiento y enojando a la Hokage.
Tsunade: ¡Naruto!-gritó, despertando de inmediato al rubio.
Naruto: ¿T-tsunade-obachan? ¿Mizukage-san?-preguntó, desconcertado por la presencia de las poderosas mujeres-¿Qué hacen aquí?
Tsunade: ¿Te acuerdas qué te dije qué cuándo te diéramos el alta emprenderíamos un viaje hacía la Aldea de la Niebla?-le recordó.
Naruto: Sí-afirmó, algo dudoso.
Mizukage: Pues hoy te dan el alta-dijo con una sonrisa-así que preparate, mientras Tsunade-san hace el papeleo-explicó amablemente, extendiéndole una maleta con ropa y útiles de viaje.
Naruto: ¡Sí!-afirmó enérgico.
Naruto fue en dirección al baño, se ducho y se puso su típico pantalón naranja y su chaqueta, pero notó que le quedaba un poco grande. Cuando terminó, ya todo el papeleo del hospital estaba concluido, tal y como dijo la líder de la otra aldea.
Los tres shinobis salieron del hospital, en dirección a la salida de la aldea. Pero el rubio noto algo diferente cuando iba en medio de la calle, la gente lo miraba con orgullo y alegría. Se sintió mejor que nunca, no lo habían tomado por un bicho raro como creía.
Sin saber cómo, un globo de agua le cayó en la cabeza sorprendiendo a todos los transeúntes, buscando con la mirada a quién se le ocurriría hacer tal acto.
Otro globo volvió ha impactar en la cabeza del rubio, pero este divisó de donde venía y quién, mejor dicho, quiénes habían tirado ese globo.
Naruto: ¿Shikamaru? ¿Kiba? ¿Lee?-aclaró dudoso, pensaba que era una broma pero esa idea se esfumó al ver las miradas de asco de sus amigos-¿Qué pasa?
Kiba: El bicho raro pregunta que qué pasa-repitió burlón, dejando sorprendido al rubio.
Lee: Lo que pasa es que eres un problema-insultó su amigo, haciendo que Naruto se sintierqamuy dolido .
Shikamaru: Sabíamos que eras problemático pero no tanto-ante ese comentario, los tres se rieron de su antiguo amigo.
Naruto estaba en shock unos de sus mayores temores se hizo realidad, sus amigos lo miraban como un bicho raro. Las lágrimas comenzaron a caer por su cara pero no se dio cuenta que todos los aldeanos presente se agruparon a su alrededor para defenderlo.
Aldeano: ¡Sois una vergüenza!-insultó uno.
Aldeana: ¡Los monstruos son ustedes!-dijo arrojándole una piedra a los jóvenes.
Aldeano: ¡Sois de lo peor!-arrojó otra piedra.
Aldeana: ¡No deberíais de existir!-dijo, haciendo el mismo acto.
Y en menos de dos minutos, los tres jóvenes se encontraban en una lluvia de piedras e insultos por parte de los aldeanos, que no tuvieron más remedio que salir huyendo para no acabar con heridas mayores. Después de que se marcharan, los aldeanos ayudaron al rubio ha ponerse mejor y alentarlo con palabras cálidas. Por parte de Naruto, todavía no se podía creer que sus amigos lo vieran de esa forma.
Cuando estaba mejor, emprendió otra vez la marcha. Por fin había llegado a la salida de la aldea pero no veía por ningún lado a Tsunade o a la Mizukage, repentinamente, todos sus amigos y senseis aparecieron con artículos de fiesta.
Naruto: Chicos ¿qué es esto?-preguntó, sorprendido.
Sakura: No te vamos a ver en tres meses y todavía lo preguntas-dijo en tono sarcástico.
Hinata: Te echaremos de menos-dijo algo triste por la despedida.
Chōji: Cuando regreses tu y yo nos vamos a ir a comer una barbacoa-habló, como si fuera una orden.
Shino: Procura no armar jaleo-advirtió el encapuchado, aunque no lo demostrara, quería que su amigo se quedara.
Ino: ¿Tsunade-sama de verdad no podemos acompañarlo?- pidió/deseó la rubia a su líder.
Tsunade: Ya lo dije bien claro- recordó cuando todos los amigos fueron a su oficina para poder ir con ellos.
Kakashi: Entrena mucho, no te vayas ha convertir en un débil-se burló de su ex-alumno, haciendo que este haga un puchero de lo más adorable.
Gai: ¡Demuestrales a los de la Niebla que en Konoha tenemos una llama inapagable!-dijo, con su típica sonrisa haciendo reír a todos los presentes.
Ten-Ten: Cuidate mucho-lo abrazó fuertemente, su rubio amigo se había convertido como el hermano que nunca tuvo.
Kurenai: Me prometí no llorar pero esto es demasiado-dijo, abrazándolo a Naruto, acto que hicieron todos los presentes-.
Naruto: Gracias a todos-dijo en un susurro, saliéndome lágrimas de alegría, la tierna escena duró unos cuantos minutos hasta que fue interrumpida por las kages.
Mizukage: Siento interrumpir esta tierna escena, pero debemos irnos-dijo un poco emocionada por la escena.
Tsunade: El tiempo es vital, además esto tres meses pasaran rápido-se quejó, intentando alentar a sus compañeros-.
Naruto: Bueno, nos vemos chicos- se despidió y los tres se pusieron en marcha cuando una pelirosa cogió a Naruto y se fue corriendo con los demás.
Sakura: ¡No te puedes ir!-gritó, avisando a los demás que la siguieran.
Tsunade: Me lo temía-dijo cansada, con el jutsu de invocación invocó a su babosa ordenándola que atrapara a su discípula.
Sakura: ¡No!-gritó cuando le arrebataron de sus manos a su amigo.
Tsunade: No vemos dentro de tres meses-dijo, alejándose con Naruto cogido por sus hombros.
Todos: ¡No!-gritaron todos desesperados, viendo como se alejaba su amigo.
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