Capítulo 10

Tras cuatro días de largo viaje, y largo se refiere a las continuas broncas que tuvieron que soportar Naruto y la Mizukage por parte de Tsunade de las infantiles reacciones y comportamiento del rubio. Por fin habían llegado a la Aldea Oculta de la Niebla, era bastante tranquila y acogedora con frondosa vegetación en un perpetuo ambiente húmedo.

Cuando entraron a la villa, toda la población se encontraba reunida en la entrada recibiendo con jubilo y alegría por la llegada del nuevo doncel. Las líderes no se sorprendieron nada por tal recibimiento de la aldea que honra desde tiempos inmemoriales a los donceles, sin embargo, el rubio shinobi de Konoha estaba exaltado y ensimismado. No se esperaba una bienvenida de ese calibre y menos de un lugar en el que nunca ha estado.

Entre gritos de alegría y festejos, llegaron a la Torre de la Mizukage para informar al Consejo de la Niebla, cuando entraron, Naruto esperó afuera mientras la rubia y la castaña entraban a la sala del Consejo. Tardaron tres horas en decidir, no por la llegada de Naruto y su estadía en la aldea y los futuros acuerdos con Konoha. Sino que el Consejo estaba tan distraído en querer ver a Naruto que durante la reunión solo emitieron onomatopeyas o "sí" o "no" que ni sabían la preguntan que debían responder.

Al final, la Mizukage decidió dejar al cuidado de Naruto a Rō Fujin; una anciana muy sabia y experta en manuscrito antiguos, que ayudaría a Naruto a sobrellevar "el cambio" y algunas traducciones y costumbres de los donceles. La mujer vivía en un templo en medio de una isla dentro de un lago cercano a la villa, era la sacerdotisa del templo y una de las kunoichos más fuerte de su tiempo. En resumen, era una extraordinaria mujer que había decido alejarse para que cualquier ninja que quisiera conocimientos la buscara para ponerlo aprueba.

Decidieron que mañana irían a dejar a Naruto con la anciana, mientras las líderes tratan asuntos de política y acuerdos que beneficien a ambas aldeas como punto en común, Naruto. Se retiraron a un hotel para descansar bien del largo viaje.

Naruto:-pensando-"Mañana empieza mi nueva vida, espero que no cambie mucho".

Había sido un día largo, no solo por el hecho de que toda una aldea lo ha estado venerandolo y elogiándolo, sino de los nervios de como será todo después, que desde luego, solo el tiempo decidirá como serán las cosa. También sentía el presentimiento de que en este tiempo tendrá sentimientos enfrentados, sentimentalmente.

A la mañana siguiente, Tsunade había levantado ha Naruto con sus típicos gritos. Fue al baño a tomarse una ducha y prepararse para ir al templo, salió del baño ya listo, se dirigió a la cocina para desayunar, al llegar, se encontró con la Mizukage y Tsunade desayunando unos onigiris acompañado con un té verde. Se le hacía raro todavía compartir estos momentos "familiares" con líderes, pero le agradaba la idea. Después de compartir un agradable desayuno, la Mizukage guió a Naruto hacía el lago, Tsunade se había quedado hablando con el Consejo.

Mizukage: ¿Estas nervioso?-preguntó, se notaba a Naruto un poco distraído y callado, raro en él.

Naruto: ¿Tanto se me nota?-dijo nervioso, haciendo reír a los dos.

Mizukage: Tranquilo Naruto, Rō Fujin es una gran persona y maestra, sino lo sabré yo bien-dijo riéndose y acordándose cuando tenía la edad del rubio.

Naruto: ¿Fue su maestra?-preguntó emocionado, tendría como maestra a una que entrenó y enseñó a un Kage.

Mizukage: Así es-afirmó sonriendo-y recuerda que lo que te está pasando, solo es físico-dijo en tono maternal, sabía de las inseguridades del doncel.

Naruto: Ya lo sé, pero has visto como se lo ha tomado el mundo Shinobi-dijo nervioso, no se creía a la altura.

Mizukage: Recuerda que no es un cargo, es como de verdad has sido-dijo, desconcertando al rubio-Naruto siempre has sido un doncel, no es que un día por harte de magia seas un doncel, desde que naciste siempre ha formado parte de ti, lo único es que no lo sabias y ahora todo se te viene encima-hizo una pausa, había logrado tranquilizar al rubio-entiendo que estés asustado por algo que incluso los más sabios no sepan tratar, pero recuerda que esto es solo lo que es, un cambio, puede que sea bueno o malo, pero si dudas de ti mismo desde el principio, esto saldrá mal-dijo lo último como un consejo, Naruto tenía de todo para enfrentar esto, que en realidad es algo extraordinario, pero no tiene que tener inseguridades a algo que no es nada malo.

Llegaron al lago, era una vista hermosa. El lago esta situado entre colinas, recubiertas por cerezos que estaban en flor, reflejándose en las cristalinas aguas, en el medio había una pequeña isla con una pequeña colina, que en su cima se podía apreciar el templo.

Naruto: Es hermoso-pensó en alto.

Mizukage: Cada vez que vengo siempre me impresiona el paisaje-decía mientras caminaba a una pequeña embarcación-¡vamos!-ordenó amablemente a Naruto, que se había quedado admirando el paisaje.

Naruto se subió al bote, con ayuda del elemento agua que dominaba la Mizukage emprendieron el rumbo a la isla. El lago era grande, en media hora por fin habían desembarcado en el islote, a diferencia del paisaje que le rodeaba, esta estaba cubierta por un hermoso césped de un verde intenso que se extendía por todo el espacio, excepto por un camino de piedra que conducía hacia el templo. Llegaron al templo, era un espacio tranquilo y sereno, ideal para la meditación. Pero esa tranquilidad se vio interrumpida por una alta mujer, de avanzada edad, gritando.

: ¡Yokubō, Hyō!-gritó enfadada, la Mizukage y Naruto se estremecieron, daba más miedo que Tsunade.

Yokubō: ¡No!-se oyó el grito de suplica de un varón.

Hyō: ¡No lo volveremos hacer!-otro grito de otro varón, pero esta vez de terror. Definitivamente Rō Fujin daba miedo.

: ¡Callad!-después de ese grito, se oyeron chillidos y golpes. Cuando finalizó el terrible acto, la mujer salio al exterior llevándose una grata sorpresa-¡Mei!- gritó de felicidad abrazando a la Mizukage.


Mizukage: ¡Te he dicho que no me llames así!-regañó a la anciana, ganándose un golpe en la cabeza.


: ¡Soy tu maestra y te digo como quiero!-regañó a la líder, sacando un puchero a la castaña.

Mizukage: Sí sensei-dijo resignada.

: ¡Tan difícil no era!-dijo feliz, echaba de menos a su única estudiante, pero se percató de la presencia de Naruto-¿y este niño?

Mizukage: Este es Naruto Uzumaki-presentó al rubio-es la razón por la que estoy aquí-dijo seria.

: ¡Por fin tienes un hijo!-dijo felizmente, sacando un fuerte sonrojo a la Mizukage y una gran risa a Naruto. 

Mizukage: ¡Él no es mi hijo!-dijo avergonzada.

: ¿Entonces a qué vinieron?-preguntó curiosa.


Mizukage: Te lo explicaremos en un lugar más adecuado-pidió, para estar más comodos.

: Vamos a mi despacho-indicó para que ambos entraran.

Naruto se quedó sorprendido, el lugar parecía un palacio; poseía un amplio pasillo que se ilumina con  luz natural que entran por la puerta de la terraza. La primera planta se dividía en cuatro habitaciones y una escalera que subía a la planta superior, con otras cuatro. Llegaron a lo que era una biblioteca enorme y una mesa algo desganada por los años.

R

ō: ¿Y bien?-preguntó a modo de pedir una explicación.

Mizukage: Estamos aquí porque quedas a cargo de Naruto durante los próximos tres meses-explicó de forma serena.

: ¿Por qué tendría que hacer tal misión?-preguntó enojada, no es que no quería pero no la habían informado de nada.

Mizukage: Eres una de las personas más sabias del mundo Shinobi, ya que has tenido muchas experiencias y conocimientos...-fue interrumpida por una malhumorada anciana.

: ¡Pero eso qué tiene que ver para cuidar a este niño!-no era una mujer que se andará con rodeos.

Mizukage: Eres la responsable de cuidar y enseñar al único doncel que existe-dijo como si nada, haciendo que la mujer abriera la boca, si pudiera, hasta el suelo.


: ¿E-es encerio?-preguntó, todavía incrédula.


Mizukage: Yo tampoco me lo creí al principio-dijo, enseñándole los exámenes que le realizaron a Naruto-pero no hay nada en su contra, además es el contenedor del Kyūbi y este se lo ha confirmado- explicó, haciendo que la mujer se sorprenda más.

Fujin: ¡Esto es increíble!-dijo emocionada, abrazando al rubio que se había mantenido al margen de la conversación.

Mizukage: Entonces ¿te harás cargo?-preguntó.

: ¡Por supuesto!-respondió segura.

Mizukage: Bueno, yo me tengo que retirar por asuntos políticos, Naruto cuidate y has caso de esta vieja loca-dijo, ganándose otro golpe-Rō-sensei no te pases con él y si ocurre algo fuera de lo normal envíame un pergamino inmediatamente-dijo, ganándose una respuesta afirmativa-Naruto no veremos dentro de poco-y despareció en una nube de humo, dejando un silencio incomodo.

: Bueno Naruto-llamó al trigueño-no me he presentado como es debido, soy Rō Fujin, sabía y maestra de la Aldea de la Niebla-se presentó.

Naruto: Encantado Rō-san-respondió-yo soy Naruto Uzumaki, shinobi de Konoha, contenedor del Kyūbi y futuro Hokage-dijo seguro de si mismo, a la anciana le empezaba a caer bien.

: Dejame mostrarte tu habitación, seguro que querrás descansar-ofreció amablemente, guiando al rubio al su habitación que estaba en la segunda planta. Era igual de grande que la biblioteca, pero esta poseía un pequeño baño, parecía una habitación de hotel-descansa cuanto desees, más tarde te llamaré para enseñarte el templo y para empezar-salió de la habitación.

Indiscutiblemente, esta experiencia sería renovadora y llena de curiosidades para Naruto.

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