Extra

Extra centrado en la relación de Mirai y Yuzuha pq me entraron ganas y ya.

Si de casualidad alguien se siente incómodx con leer contenido chica x chica o si simplemente no quiere entonces se pueden saltar esto.

No es tan relevante, son sólo cosas que pasaron en esa línea temporal.

Además, es la primera vez que escribo este tipo de contenido, así que, espero que haya quedado bien. Ya sé que digo eso siempre, pero es en serio 😔🖐️

Y está algo (bastante) largo.

La canción es “we fell in october” de girl in red.

Salir del closet.

Mirai

La fémina se encontraba parada al pie de las escaleras; su hermano estaba sentado en el sofá de la sala y ella por fin se había decidido a decirle que no le gustaban sólo los hombres, sino también las mujeres. Era un tema complejo, y aunque él no solía juzgarla tenía bastante miedo de lo que pudiera pensar.

Finalmente se acercó hacia donde él estaba, fumando dentro de la casa para variar, y se paró frente a él.

— Tengo que confesarte algo.

— Has confesado muchas cosas en tu vida; no creo que otra haga la diferencia.

— Shuji, esto es importante.

— Te escucho. — ella pensó por un momento en qué podría decir, especialmente porque estaba empezando a arrepentirse mientras jugaba con sus dedos.

— Bueno... mamá me enseñó que tenía que comer de todo, y me empezaron a gustar las mujeres. — se arrepintió al instante. — Lo que quiero decir es... que soy bisexual.

— Ah, está bien.

— ¿Así de fácil?

— Da igual quien te guste; yo no tengo derecho a juzgar. Menos si le dije a Kisaki que podía estar conmigo si quería estar en nuestra familia. — susurró lo último.

— ¿Qué?

— Nada, dije que te puede gustar quien tú quieras; está bien.

— ¿No te sorprende ni un poco?

— A decir verdad, no, ya me lo esperaba.

— Eso explica por qué lo aceptaste tan rápido. No le vayas a decir nada a Kisaki porque ya te conozco y siempre le estás contando todo.

— No diré nada; no me corresponde. — levantó ambas manos en señal de paz.

— Bien...

Después de eso, Mirai regresó a su habitación. Ahora que le había dicho a su hermano, faltaba que lo supieran sus amigos, quienes pensaban que todas las cosas que decía de no ser hetero eran broma; cosa que ella misma les dijo. Como si los hubiera invocado, su teléfono vibró en señal de que le habían llegado varios mensajes.

Lo que se dice en este grupo, se queda en este grupo.

Baji
Escuchen, me acabo de enterar de que el azúcar no vuelve hiperactivos a los niños.

Mi mamá me ha estado mintiendo toda mi vida.

¿Saben qué? Mejor no me digan nada, todos ustedes se burlan.

El que me responda es gay.

Mirai
Chicos, tengo algo que decirles.

Baji
NO PUEDE SER.

ERES GAY???

Mirai
No, no soy gay.

Chifuyu
Por un momento hiciste parecer que sí.

Mirai
Soy bi.

Chifuyu
¿Qué?

Espera, ¿qué significaba eso?

Mitsuya
Significa que le gustan hombres y mujeres.

Eso está bien, no te vamos a tratar diferente por eso ni nada.

Chifuyu
Eso explica muchísimas cosas.

Baji
Ya sabía, era bastante obvio.

Bueno, al menos era obvio que no eras hetero, pero tampoco quería sacar conclusiones.

Mirai
Gracias, me siento más tranquila luego de haberles contado.

Al final, las preocupaciones de Mirai no fueron para tanto; pudo dormir tranquila luego de quitarse ese peso de encima.

Yuzuha

Había pasado por muchas cosas durante su vida; la violencia de su hermano Taiju y la muerte de su madre eran evidencia de ello. Sin embargo, jamás se había enfrentado a algo parecido a lo que estaba sintiendo en ese momento, y no sabía cómo estar segura de que no estaba confundida.

Desde su primera visita a Mirai supongo que no sería la última, pues habían logrado llevarse bastante bien, y cada vez que la visitaba ella parecía alegrarse con sólo su presencia. A Yuzuha le parecía tierno aquello; ver a Mirai feliz por cosas tan simples como esa la hacían confirmar que no era una cínica o una insensible como lo parece a simple vista. Ella tan sólo era... una chica muy herida que requería de alguien que le recuerde que vale la pena seguir adelante.

Ella había tomado ese papel.

Estaba para ella cuando parecía sentirse triste, o cuando no tenía ganas de salir o comer, también cuando tenía altibajos emocionales. Y con el tiempo, se dio cuenta de muchas cosas; la mayoría de las cosas que hacía Mirai le parecían tiernas. No sólo eso, sino que ella la trataba como si fuera un gatito recién nacido que necesita protección.

Quizá era porque ya estaba acostumbrada a proteger, pero le hacía feliz ver a Mirai alegre, y no podía evitar sentirse mal cuando la veía decaída. Ella quería lo mejor para Mirai, y quería seguir a su lado apoyándola en lo que ella quisiera,  entonces ¿cómo defines ese sentimiento?

Desde que había ocurrido el enfrentamiento de la ToMan con los Black Dragons, Yuzuha había estado segura de tener un crush unilateral en Takemichi, sin embargo... ahora se lo estaba replanteando; ¿no sería amor el sentimiento que estaba floreciendo en su corazón al convivir con aquella chica?

Probablemente sí, puesto a que era un sentimiento parecido al crush que tuvo con Takemichi, sólo que esta vez era diferente... más puro.

La parte relativamente difícil estaba por venir, pues ahora tenía que decirle a Hakkai cómo se sentía. Ella estaba segura de que él lo entendería y que no la iba a juzgar, el asunto era encontrar la manera correcta de decirlo.

Escuchó la puerta abrirse, indicando que Hakkai había regresado a su casa. Yuzuha observó por el rabillo del ojo a su hermano menor, quien al ver a la chica se dio cuenta de inmediato de que algo sucedía.

— ¿Pasó algo, Yuzuha? Luces preocupada. — la mayor suspiró.

— A decir verdad, hay algo que he estado pensando desde hace un tiempo.

— ¿Y de qué se trata?

— Hakkai, creo me gusta Mirai.

— ¿Mirai...? Como, Mirai la amiga de Takemichi.

— Sí.

— ¿Y te gusta.... de agradarte? ¿O te gusta, gusta... románticamente?

— Me gusta, gusta románticamente.

— Oh... quiero decir, eso está bien; no tiene nada de malo. No soy bueno para éstas cosas... tienes mi apoyo para lo que sea.

— Ya lo sé, sólo quería que lo supieras; necesitaba quitarme ese peso de encima. Es... una sensación nueva, pero está bien.

Declaración

Un miércoles por la mañana fue cuando sucedió. Ambas chicas tenían sus sentimientos claros, pero por supuesto, Mirai era demasiado tímida como para confesarlo; en especial porque veía a Yuzuha como un amor platónico con el que nunca podría estar.

Además, las cosas con su primera relación no terminaron de la mejor manera; tenía algo de miedo de volver a sufrir lo mismo.

Yuzuha, por otro lado, se había decidido a ser sincera con sus sentimientos y hacérselos saber a Mirai. Desde hacía ya bastante tiempo que la iba a visitar para hacerle algo de compañía, y aunque Mirai siempre se negaba a salir, a Yuzuha no le molestaba en lo absoluto. Fue precisamente mientras estaban el la habitación de Mirai; Yuzuha estaba trenzando el cabello de la menor, quien estaba tratando de no desmayarse al tener a Yuzuha tan cerca.

— Mirai... — comenzó a hablar. — hay algo que quiero decirte.

— ¿De qué se trata? — Mirai se sintió nerviosa; no sabía cómo lidiar con ese tipo de situaciones.

La contraria pensó durante un momento cuáles serían las palabras adecuadas para decir lo que quería.

— Me gustas... — tomó un espejo y lo puso frente a Mirai. — exactamente como eres, como te conocí, como te hicieron tus padres, como me enamoré de ti.

La contraria no tardó en sonrojarse; de todas las cosas que podían pasarle jamás pensó que eso llegaría a suceder.

— ¿Es... en serio?

— Sí, la verdad es que mientras más te conozco, más te quiero y deseo estar contigo.

— Yuzuha.... tú también me gustas, y también quiero estar contigo. Pero si soy sincera, tengo algo de miedo... — la contraria le sonrió.

— Me gustas, como para quedarme contigo para siempre. — le confesó. — No prometo que resolveré todos tus problemas, pero te prometo que no los enfrentarás sola.

— Yuzuha...

— No tienes que aceptar, pero quería que supieras lo mucho que te quiero. Mirai, tú mereces el mundo, pero como no puedo dártelo, te daré la siguiente mejor cosa, que es mi mundo.

— Eso fue muy lindo... — admitió. — Yuzuha, siento que puedo conquistar el mundo con una sola mano mientras tú tengas la otra. — sintió como ella tomaba su mano.

— No puedo explicarte todo lo que siento por ti; es imposible con palabras, pero sí puedo demostrarte con mis acciones, lo mucho que te amo.

Sus rostros comenzaron a acercarse poco a poco; Mirai sintió que el corazón se le iba a salir de lo rápido que le estaba latiendo. Al ver que Yuzuha cerraba sus ojos, ella imitó su acción a la par que seguían acercándose, y pronto sintió sus labios juntarse con los de ella en un tierno beso.

Pesadilla.

Siendo el año 2016, más o menos a las dos de la madrugada, Mirai y Yuzuha estaban dormidas en la pequeña y única habitación de su departamento. Sin embargo, las cosas para Mirai se tornaron feas de un momento a otro; comenzó a inquietarse y moverse mucho en la cama, y sin siquiera darse cuenta, su respiración se agitó. Estaba teniendo una pesadilla, o al menos eso deseaba ella que fuera, porque sabía muy bien que se trataba de una visión.

Vio la muerte de todos sus amigos; Kazutora, Mitsuya, Draken, incluso Baji... pero lo que más la perturbó fue el hecho de que habían sido asesinados por la misma persona; Mikey. El estar viendo todo eso la alteraba, al igual que la mayoría de sus visiones, pero esta vez era distinto; se sentía aún peor que lo normal. Pronto empezó a sentirse asfixiada y abrumada de tanta información dolorosa que llegaba a su mente, y pequeñas lágrimas comenzaron a asomarse en sus ojos, deslizándose por sus pestañas. Era como si ella misma estuviera en todos esos lugares, presenciando todas esas muertes sin poder hacer nada para evitarlas; como si fuera invisible y sus gritos estuvieran siendo silenciados por el aire.

La escena cambió en otro momento, y el oxígeno comenzó a faltarle cada vez más. Se sintió como si estuviera hundida en el fondo del océano, pero no podía hacer nada; no podía nadar ni moverse hacia ningún lado y eso la estaba alterando aún más. Quería gritar por ayuda, pero si lo intentaba la garganta le ardía, y mientras más tiempo pasaba... peor se ponía todo. No sabía qué pasaba, pero sabía quién había causado todo eso, porque todas las escenas tenían algo en común; Mikey lo provocó todo.

Mirai se despertó de golpe, sentándose en la cama con la respiración agitada y el corazón acelerado. Se dispuso a limpiar las lágrimas que había soltado mientras aún estaba soñando.

Yuzuha también despertó al sentir el movimiento repentino de Mirai en la cama. Aún con los ojos algo adormilados, vio a su pareja temblando levemente mientras pasaba una mano por su cabello; Mirai estaba sudando frío y parecía haber llorado. La preocupación fue inevitable e inmediata, y no tardó en sentarse y ponerse junto a ella.

— ¿Estás bien? ¿Qué sucedió? — preguntó mientras ponía una mano sobre la de ella en señal de apoyo.

Mirai la miró, su rostro apenas iluminado por la tenue luz de la luna que entraba por la ventana le parecía hermoso, y en cualquier otra oportunidad se lo hubiera dicho; sin embargo... el recuerdo de la muerte de Hakkai llegó a su memoria; ¿cómo podría atreverse a contarle algo así? No podía, Yuzuha sufriría mucho de escuchar que su hermano iba a morir; de sólo imaginar el dolor que sentiría su querida Yuzuha con respecto a la muerte de Hakkai se sintió horrible consigo misma, y deseó jamás haber nacido con el poder de ver el futuro.

Con su mano libre, acarició la mejilla de su pareja y junto sus frentes; cerró los ojos por un momento para darse el tiempo de relajarse antes de hablar y suspiró con pesadez.

— No es nada, fue un mal sueño.

Yuzuha no estaba del todo convencida, ya sabiendo que Mirai solía guardarse algunas cosas sólo para evitar preocuparla, pero decidió dejarlo pasar. Abrazó a la menor mientras acariciaba su cabeza, para luego dejar un pequeño beso allí en un intento de darle calma.

Mirai la abrazó de vuelta como si fuera la última vez que fuera a verla, escondiendo su cabeza en el pequeño hueco de su cuello; su aroma siempre lograba darle paz. Decidieron quedarse así durante algunos segundos; en silencio total con sólo la leve respiración de Mirai que aún estaba regulándose como único sonido.

— Está bien, tan sólo fue un sueño. — eso era lo que Mirai en serio deseaba que fuera; sólo un sueño.

— Gracias, Yuzu'... — se aferró a las palabras que había escuchado de ella; se negaba a pensar que lo que había visto era verdad.

Después de todo, ella pensaba que Mikey sería incapaz de hacerle tal daño a sus amigos; se hizo la idea de que era imposible que esa visión fuera real y se obligó a creerla por su propio bien.

— ¿Vamos a dormir otra vez? Tengo sueño, pero si quieres hacer algo y calmarte primero está bien para mí.

— Creo que sólo iré por algo para beber antes.

— Yo lo traigo; te prepararé un té para que te ayude a dormir. — la soltó lentamente, y sin darle oportunidad de negarse se levantó de la cama. — Regresaré pronto. — aviso.

Ella sabía lo sensible que se ponía Mirai cuando tenía malos sueños, y casi nunca la dejaba sola en momentos como esos; las únicas excepciones eran cuando ella le pedía cosas para sentirse más calmada. A veces le parecía como si estuviera tratando con alguien que tenía constantes ataques de ansiedad, pero haría lo que fuera necesario para ayudarla.

Y mientras la veía alejarse, Mirai decidió olvidar lo que había soñado.

Reacción.

Al haber formalizado su relación, ya era tiempo de que sus amigos cercanos supieran que estaban saliendo. No podían ocultarlo por siempre, además, no tenía nada de malo; lo único que se los impidió fue los nervios de Mirai con respecto al tema.

Yuzuha estaba aparentemente tranquila, pues aunque no los conocía bien a todos sabía que no las iban a juzgar.

Precisamente fue después de una de las reuniones de la ToMan, a la que Yuzuha fue con la excusa de acompañar a su hermano, y Mirai llamó a sus amigos para contarles la noticia; algunos no pudieron quedarse, por lo cual sólo estaban Chifuyu, Mitsuya, Takemichi, Mikey, Hakkai y Baji, quien se coló a la reunión porque estaba aburrido. Yuzuha estaba a su lado, y los demás miraron extrañados la cercanía entre ambas, suponiendo que era normal y que seguramente se habían vuelto amigas cercanas.

Mirai respiró profundo antes de hablar.

— Hay algo que Yuzuha y yo tenemos que decirles. — nada más empezar ya se estaba poniendo roja de la vergüenza.

Al notar los nervios de Mirai, los demás ya habían empezado a hacerse mil ideas en sus cabezas.

— ¿De qué se trata? — Mitsuya se atrevió a preguntar.

Mirai abrió la boca para responder, pero las palabras no le salieron.

— Lo que Mirai quiere decir es... — habló Yuzuha en su lugar, y justo después tomó la mano de la chica. — que nosotras estamos saliendo.

Fueron probablemente los 15 segundos más largos de sus vidas; nadie dijo nada durante todo ese tiempo y Mirai comenzaba a alterarse. Mitsuya fue el primero en hablar.

— Eso... fue repentino, pero me alegro por ustedes.

— ¿O sea que ya se han besado? — les preguntó Mikey. — ¿Cómo se siente besar a otra chica?

— Mikey, por dios, no preguntes eso. — lo regañó Mitsuya.

— ¡Es increíble! — exclamó Baji. — ¿Se van a casar? Si la respuesta es sí pido ir a la boda.

— Baji, el matrimonio igualitario es ilegal. — le informó Mitsuya.

— ¡Vivan las novias! — gritó Chifuyu.

— ¡Vivan! — lo siguieron los demás.

— ¿Taiju no lo sabe...? — le preguntó Hakkai a su hermana.

— Evidentemente no, y preferiría que se mantenga así.

— Ustedes realmente hacen una buena pareja. — mencionó Mitsuya.

Todos lo tomaron bastante bien, y ahora tenían un peso menos encima.

Viaje.

Año 2014. Con la intención de celebrar que ya habían cumplido cuatro años como pareja, Mirai y Yuzuha decidieron hacer un viaje; ahorraron durante meses y finalmente pudieron pagar boletos de avión para Venecia en Italia. Decir que Mirai estaba emocionada era poco, pues era el primer viaje que hacía en su vida, y claro que a Yuzuha le hacía el doble de feliz verla a ella tan entusiasmada.

Una vez en la sala de espera del aeropuerto, la emoción de Mirai se transformó en nervios; era la primera vez que viajaba en avión.

— Estará bien, Mirai. Los aviones son muy seguros en éstos tiempos. — la trató de animar ella.

— Sí, pero... ¿no es un espacio muy pequeño? Y las únicas ventanas que hay tienen que estar cerradas; ¿por qué siquiera tienen ventanas?

— Ya sé que son muchas horas de viaje.

— 14 horas con 40 minutos en total...

— Pero estaré ahí contigo, y hay que hacer varias escalas ¿recuerdas? Podrás tomar aire entonces.

— Es sólo que estoy algo nerviosa. — era algo evidente, pues estaba moviendo su pie rápidamente y seguía jugando sus manos. Pocas veces había estado tan asustada en su vida.

— Bien, está bien. — tomó su mano. — Sólo respira, todo va a estar bien. — la contraria siguió el consejo de su pareja y se relajó poco a poco.

Un rato después, la hora de abordar el avión llegó.

Fue difícil para Mirai, pero al final valió la pena todo el miedo que pasó al ver la hermosa ciudad en la que se encontraba. Incluso siendo de noche, Venecia era preciosa, y ambas se dirigieron rápidamente al hotel donde se iban a hospedar durante una semana. La habitación era amplia y espaciosa, por suerte con ventanas, y además la decoración estilo art deco le daba el ambiente perfecto.

Una vez adentro, se prepararon y se fueron a dormir. Ella en realidad no eran tan empalagosas, pero de vez en cuando, por supuesto, les gustaba dormir abrazadas. Esa posición a Mirai le hacía sentir segura y protegida; como si no necesitara nada más en la vida que los momentos como esos que le hacían sentir viva, feliz.

Aunque claro, habían un par de cosas que se lo impedían. Al menos estaría con Yuzuha todo el tiempo que ella pudiera; lo menos que quería era perder esos momentos donde podía sentir su calidez y escuchar su respiración tranquila mientras dormía. Era una sensación tan incomparable que quería conservarla para siempre. Desde que estaban juntas, a Mirai no le costaba dormir; sentía tanta paz que cada noche era como si su alma se estuviera renovando, porque volvía a sentirse esa pequeña niña inocente que fue hace mucho tiempo.

Para Yuzuha no era tan diferente; le gustaba cuando las dos dormían juntas mientras disfrutaban de su compañía, no sólo porque a ella le causaba alegría, sino también porque simplemente le gustaba darle cariño a su novia. Ella sabía que eso era algo que Mirai no recibió durante mucho tiempo, así que cada vez que tenía la oportunidad le recordaba lo importante y especial que era ella en su vida y lo mucho que la amaba. Momentos así, donde Mirai dormía tranquilamente y sin ninguna preocupación le encantaban a ella, puesto que a Mirai le costaba dormir. Entonces, observar como estaba descansando profundamente le encantaba.

No había estrés, ni miedo, ni emociones negativas en lo absoluto; sólo eran ellas dos compartiendo un momento que atesorarían para siempre.

Al día siguiente empezaron a explorar la cuidad. Resumiendo su visita, estuvieron por todos lados; más que nada probando comida a petición de Mirai, y vaya que los postres italianos eran buenos.

— No sabía que el tiramisú era de origen italiano. — mencionó Yuzuha. — Lo has preparado muchas veces, pero probarlo aquí es realmente distinto.

— ¡Lo sé! Supongo que nadie sabe hacerlo mejor que los nativos, ¿ya probaste el gelato y los cannolis? Son deliciosos.

— ¿Me das un poco? — ella asintió, y Yuzuha tomó un poco de lo que su novia estaba comiendo. — Sí tenías razón, está increíble. Ten, prueba la panna cotta.

Además de eso, obviamente no podían perderse de visitar los lugares turísticos del lugar.

— Éste es un bonito lugar, me pregunto por qué se llamará “puente de los suspiros”. — dijo Yuzuha.

— Creo que era porque se podían escuchar los suspiros de los prisioneros que pasaban por el puente al escuchar su condena, porque era la última vez que en que veían la libertad, pero era una leyenda. Aunque también hay un montón de leyendas románticas, a pesar de que no tienen nada que ver con su origen.

— ¿Averiguaste todo eso?

— Tuve curiosidad. — se sonrojó un poco.

— ¿Y qué tipo de leyendas románticas habían?

— Bueno... se dice que si dos amantes se besan al atardecer en una góndola cuando pasan por debajo del puente y al son de las campanas del Campanile di San Marco, serán bendecidos con el amor eterno.

— Hmm... — sonrió. — sabes que, de hecho, el atardecer es ahora ¿no? Y justamente estamos pasando en una góndola. — Mirai ya sabía lo que ella le estaba queriendo decir, y se volvió a sonrojar al pensar en aquello.

— Acabamos de decir que esa leyenda no es muy acertada considerando el origen histórico del puente.

— No es importante, igual podemos hacerlo.

Al final, Mirai se dejó llevar, y ambas se besaron bajo aquel puente justo cuando las campanas del campanario cercano empezaron a sonar a la luz anaranjada del atardecer.

Kisaki

Muchas cosas habían pasado en la vida de Mirai, cosas que la hacían feliz y la hacían olvidar lo mal que lo pasó cuando estuvo con Kisaki; se dio cuenta de que ya ni siquiera lo extrañaba y pensó en que había tomado la mejor decisión, pues incluso él había dejado de buscarle.

Pero que hubiera dejado de buscarla no quería decir que había dejado de quererla; él tan sólo se rindió y se cansó de rogarle.

No obstante, pronto se volvieron a ver.

Se encontraron casualmente en un parque luego de haber pasado mucho tiempo, al menos tres años sin verse; se miraron a los ojos durante algunos segundos, sin saber qué hacer o decir, hasta que Kisaki se dignó a hablar primero.

— Mirai... — ella lo miró. — ¿cómo estás?

— Bien. — otro silencio incómodo. ¿Qué más había que decir?

— Escucha, yo-

— Si te vas a disculpar por lo que hiciste, ahórratelo.

— Bueno, es que... ha pasado mucho tiempo; pensé que quizás podríamos dejar todo lo que pasó atrás y ser amigos otra vez.

— No, Kisaki. La verdad no quiero ser amiga tuya; me hiciste demasiado daño.

— ¿Al menos podemos hablar?

— ¿Y qué hay que decir? Creo que ya dijimos lo suficiente cuando terminamos.

— “Dijimos” suena a multitud porque en realidad tú sólo me golpeaste sin dejarme decir nada.

— Si vas a decirme algo, que sea algo coherente; tú y yo sabemos bien que entonces no había nada que pudieras decir en tu defensa y ahora tampoco. Tampoco me interesan tus disculpas; yo sólo- no hay nada que arreglar ¿okay? Y no puedes esperar que seamos amigos luego de lo que pasó.

— Lo entiendo, sólo quería hablar contigo y... saber que has hecho con tu vida y eso.

— Tengo novia.

Esas dos palabras se repitieron en su cabeza un par de veces, tratando de procesar la información que acababa de escuchar; ¿quizás había oído mal? No, definitivamente había oído bien, pero tenía tantas preguntas que no se lo creía. Más bien, muy en el fondo se negaba a creerlo.

— ¿Tú... tienes novia? ¿Quién?

— Es Yuzuha, la misma chica que trataste de usar para que asesinara a su hermano; es curioso pensar que nos conocimos gracias a ti y tus planes.

— Entonces...

— Ella y yo llevamos saliendo un tiempo, y sinceramente soy bastante feliz con ella; mucho más feliz de lo que era contigo.

— Yo...

— Por favor, no me hables más; no podemos ser amigos después de lo que pasó. Simplemente no puedo.

— Bien, está bien, lo comprendo. — aunque en realidad no lo entendía.

— Lo siento. — fue todo lo que salió de su boca antes de irse, dejándolo allí, solo y sintiéndose tonto por haber pensado en que sí lo iban a perdonar, que podría recuperar a su amiga.

Pero eso ahora era imposible.

🔮 AAAAAA POR FIN, LUEGO DE TANTO TIEMPO ESTÁ LISTO.


H

e de decir, me ha costado mucho escribir contenido chica x chica, es la primera que lo hago y no estoy muy familiarizada con ese tema, en especial por las partes en las que ambas dudaban de su sexualidad. A decir verdad, la vez en que he estado más cerca de dudar de mi sexualidad fue cuando descubrí que era la asexualidad y me sentí identificada, y eso que todavía no estoy segura; me re desviaba del tema xd

El punto, espero que haya quedado bien y que les haya gustado, puedo estar en paz conmigo misma luego de subir esto.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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