168
Lo admito, Matchi no es la única que está emocionada por navidad.
— ¡'Saki, que bueno que llegaste! ¡Necesito ayuda!
— ¿Con qué?
— Ven aquí.
Lo hizo sentarse en la sala y lo dejó ahí esperando un momento; fue hasta su habitación, tomó una libreta muy grande — que parecía más un libro enorme — y luego regresó con él. Dejó caer el objeto frente a el chico, causando que golpeara la pequeña mesita enfrente de ellos.
— Todo ésto — pasó su mano por el libro. — son los planes que he hecho para navidad, y me gustaría que me ayudes a hacerlos reales.
— Bueno, no tengo nada que hacer, así que... ¿qué necesitas?
— ¡Fabuloso! Puedes ayudarme a decorar un árbol de navidad; jamás he hecho eso.
— ¿Jamás?
— No, antes no sabía que existían, ¡pero ahora puedo hacerlo! ¿Me quieres ayudar?
— ¿Cómo podría decirte que no?
— Pero espera, ¿cómo se pone ésto?
— Sólo tienes que colgar las decoraciones en el árbol de modo que no se caigan, así. — él le mostró la manera correcta de hacerlo.
— ¡Ya entiendo!
— Pero el punto realmente es que lo decores como quieras, ¿por qué tienes tantas decoraciones para el árbol?
— Porque quiero decorar el árbol de navidad más llamativo y extravagante que haya existido en la historia de los árboles de navidad. ¿Qué otra cosa sigue?
Kisaki observó a Matchi buscar más cosas en la caja donde tenía guardadas todas las decoraciones; era bastante adorable verla tan emocionada por una época del año que el resto de las personas ven como algo normal, pero ella parecía ser el espíritu navideño en persona, tanto que era lo suficientemente contagioso como para que él estuviera feliz de ayudar.
— ¿Sabes cuál es la mejor parte de decorar el árbol de navidad?
— No, ¿cuál es?
— Poner una estrella justo en la punta, y ya que es tu primera vez decorando un árbol creo que deberías ser tú quien lo haga.
— ¡Hay que ponerla ahora!
— La verdad es que normalmente se pone al final de todo.
— Awww pero ya me emocionaste. — lo miró con sus ojos tristes.
— Bien... supongo que poner la estrella primero no hará mucha diferencia.
— ¡Vamos a poner la estrella! ¿Pero cómo? No llego hasta allá arriba.
— ¿No tienes ninguna escalera en tu casa?
— Cuando no alcanzo algo sólo le pido a Shuji que me haga el favor; es casi lo mismo que tener una escalera.
— Pero él no nos puede ayudar porque no está aquí.
— Cierto... buscaré si hay alguna escalera.
— No lo creo, cuando estuve aquí decorando todo en tu cumpleaños busqué por todas partes y no encontré na-
— La encontré.
— ¿Qué? — la observó poner la escalera cerca del árbol. — ¿Dónde estaba?
— Por ahí, y ahora que tenemos una escalera, ¿qué sigue?
— Pones la estrella en la punta del árbol. — sacó el objeto de la caja y se lo pasó. — Aquí está.
— Es una linda estrella. — subió las escaleras con mucho cuidado hasta llegar a la punta del árbol, donde colocó la estrella. — ¡Listo! ¿Cómo se ve?
— Se ve bien, pero aún faltan varias cosas para que el árbol esté completo. Se siente un poco raro que la estrella esté puesta y el árbol no esté listo, pero... supongo que de alguna forma nacen las tradiciones.
— ¿Tradiciones de navidad? — le preguntó mientras volvía a bajar las escaleras.
— ¿No tienes alguna? Tú sabes, algo muy especial que acostumbres hacer cada navidad desde que empezaste a celebrarla.
— No lo creo; lo que haga en navidad hasta ahora siempre ha dependido del año.
— Pero puedes crearlas; lo que hicimos ahora cuenta. Podrías poner la estrella en el árbol antes de decorarlo cada año y eso sería una tradición.
— ¿Y qué hay de darles postres navideños a todos mis amigos?
— Eso también cuenta, pero a veces también toma tiempo; creo que las tradiciones no nacen de la nada.
— Entiendo... me emociona pensar en todas las cosas que puedo hacer en navidad, y todas las cosas que no conozco; perdón por arrastrarte tanto a ésto. El otro día incluso te desperté a media noche sólo porque era primero de diciembre.
— Está bien, oye, no me molesta que te guste la navidad; me gusta verte feliz. Deberíamos seguir poniendo las decoraciones si queremos terminar hoy.
— Y aún quedan muchas otras cosas por hacer; podemos decorar todo el apartamento.
— ¿Le dijiste a Hanma que ibas a hacer todo esto?
— Se dará cuenta cuando llegue.
Siguieron colocando todas las cosas que ella había comprado especialmente para navidad, llenando cada rincón del apartamento con luces y adornos navideños. A Matchi se le veía tan contenta con ello que Kisaki no se atrevió negarle nada, incluso cuando seguía sacando más cosas para decorar, y luego de varias horas de caminar por todos lados por fin lograron terminar; decidieron sentarse y descansar un momento para recuperar las energías.
— Gracias por haberme ayudado; todo quedó increíble.
— No es nada, aunque sí nos llevó bastante trabajo, pero valió la pena.
— Me parece que ésta puede ser la mejor navidad que he celebrado en mucho tiempo; así podré olvidar la peor.
— Ay no, es cierto... te arruiné la navidad del año pasado.
— Y se me arruinaron las botas nuevas por la pelea en la que nos metimos esa vez.
— Cosa que también fue mi culpa.
— Ah, deja de pensar en eso; el pasado pisado. Ya no importa todo lo que sucedió ese día.
Cuando él estaba por responder la puerta principal fue abierta por Hanma, quien observó toda la casa apenas entró.
— ¿Aquí explotó una... bomba de navidad o algo así?
— No, fuimos nosotros. — le respondió ella.
— ¿“Nosotros”? ¿Kisaki te ayudó?
— No tiene nada de malo que lo haya hecho; ella me pidió el favor y yo estaba de acuerdo.
— ¿Estabas de acuerdo con todo esto? Está bien, tú no lo entiendes, pero yo sabía que éste día iba a llegar; sólo no esperaba que fuera tan pronto.
— ¿De qué cosa estás hablando ahora, Hanma?
— Desde que Ayamachi era niña y adquirió esta... adicción por la navidad, nunca se enteró de dónde salían las decoraciones y se preguntaba de dónde salían. Nunca le dije; he estado evitando esto desde hace años porque sabía que el día en que ella se fuera a enterar iba a pasar esto. — señaló las decoraciones. — Y sabía que cuando esto pasara la casa iba a estar llena de estas cosas y no podría librarme jamás de ello. Ahora que sucedió no puedo quitarlas ni aunque quiera porque me haría quedar mal.
— Tu reacción es un poco exagerada. — mencionó Kisaki. — Esto es bastante normal.
🔮 Ya no sé qué contarles, cuéntenme algo ustedes.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top