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Ok, mientras escribía éste capítulo se me activó el modo hot y casi no lo pude apagar

No esperen mucho de mí, les recuerdo que además de ser la primera vez que escribo algo así esto también es lo más fuerte que he escrito y casi me da un paro cardíaco más de una vez.

— ¿Realmente sigues tan ocupada con eso? — le preguntó Kisaki a Matchi en una de sus tantas visitas estando sentados en el sofá de la sala de estar en la casa de la fémina. — Por ese tipo de cosas es que te digo que deberías dejarlo; el otro día llegaste herida a tu casa.

— Era un rasguño en mi mejilla; estuvo mejor el día siguiente.

— Bueno, ¿vas a esperar a que te apuñalen para dejarlo?

— Hemos hablado de esto como mil veces; no puedo simplemente disolver a los Phoenix. Además, aunque no lo creas, ellos también se preocupan mucho por mí; la mayoría de las veces intentan que yo no participe en las peleas a menos que sea estrictamente necesario.

— Ya lo sé, es sólo que...

— Lo entiendo, me has dicho muchas veces que tienes miedo de que me pase algo, pero no quiero dejar de hacer las cosas que me gustan sólo porque podría hacerme daño.

— Lo que no me queda claro es el porqué te tiene tan ocupada; de no ser porque a veces te dan días libres en tu trabajo, no tendrías tiempo para nada.

— Bueno, eso es por el desequilibrio que al parecer hay en el universo desde que se disolvió la ToMan.

— ¿De verdad está bien que sigas haciendo esto?

— Lo está, y tendré mucho cuidado. — el contrario se acercó para rodear su cuerpo con sus brazos. A diferencia de lo usual, fue él quien se escondió en el hueco de su cuello.

— Promételo.

— Te lo prometo. — él levantó la cabeza hacia ella y la besó de forma lenta, tomándose su tiempo para sentirla por completo.

Eventualmente la fémina puso su mano detrás de su cabeza buscando profundizar el beso; en un instante se habían olvidado de que casi se estaban peleando y decidieron sólo dejarse llevar. Suerte que no había nadie en casa.

Sin separarse, Kisaki la hizo a ella recostarse en el sofá hasta quedar encima de ella y besarla con mayor comodidad. En un momento en el que ella suspiró él aprovechó para tratar de meter su lengua dentro de su boca, explorando su cavidad bucal con paciencia y entrelazando su lengua con la de ella.

Una de sus manos fue a dar al muslo de su novia, pasando sus dedos y acariciando con suavidad por toda el área. Ella se estremeció ante su tacto, sin duda, lo dejó seguir sintiéndose satisfecha por la sensación que le estaba brindando. Las respiraciones de ambos empezaron a agitarse poco a poco mientras seguían juntando sus labios deseosos de continuar con lo que estaban haciendo.

Se separaron del beso en busca de oxígeno dejando apenas un hilo de saliva entre ellos, pero en vez de detenerse a respirar correctamente, Kisaki empezó a repartir besos pequeños por todo el cuello de la contraria, haciéndola suspirar.

— E-Espera. — tomó a Kisaki por los hombros logrando que se detuviera, aún sintiendo su respiración en su cuello. — ¿Cómo fue que pasamos a esto en un momento?

— No lo sé, ¿realmente importa? — quiso seguir en lo que estaba segundos atrás, pero lo interrumpió de nuevo la voz de Matchi llamándolo.

— ¿Siquiera traes protección contigo? — esa pregunta lo hizo detenerse a pensar.

— Lo olvidé. — se sinceró. — Pero, ¿tú sabías que también existen pastillas para eso? Quizás sólo por esta vez-

— No, no vamos a hacerlo sin protección; muy irresponsable de tu parte sugerir eso.

— Está bien, lo siento.

— Por mucho que nos hayamos dejado llevar hace un momento, no quiero terminar siendo madre adolescente.

— ¿Te imaginas cómo sería eso?

— No quiero imaginarlo; creo que somos muy jóvenes para pensar en eso.

— Bueno, pero es una situación hipotética; no es como que vaya a pasar en realidad.

— Ajá.

— E hipotéticamente, te diría que dejarías de dormir, pero la verdad es que no lo haces; ya estarías acostumbrada a eso.

— En todo caso, creo que en esa situación sí querría dormir.

— Probablemente, y además sería todo mucho más difícil; en especial para ti porque estudias y trabajas. Bueno, también dependería de si nuestro hijo es calmado, ¿cómo crees que sería un hijo nuestro?

— No estoy segura, quizás quiera gobernar el mundo.

— No me extrañaría.

— Oye, lamento haber arruinado el momento, pero ¿puedes quitarte de encima por favor?

— Sí, perdón por eso. — se hizo a un lado para que los dos pudieran volver a acomodarse y estar sentados otra vez. — Es un poco raro que no nos interrumpan.

— Sí, casi siempre algo nos detiene de hacer esto; excepto por las veces que sí lo hemos hecho. Tal vez otro día podamos hacerlo, si no te olvidas de que éstas cosas requieren protección para evitar un desastre en el futuro.

— Creo que ya me voy a ir a mi casa, me tengo que encargar de... cosas; tú deberías irte a descansar un poco ya que no lo has hecho en días.

— Ah, pero me cuesta dormir.

— A pesar de que me encanta hacerlo, no puedo estar contigo todo el tiempo para que puedas conciliar el sueño; trata de hacer el intento ¿sí? Pero si no puedes supongo que también está bien, después de todo no puedo forzarte. Cuando llegue diciembre va a ser mucho más difícil hacerte dormir, y no falta mucho para eso; tienes que hacerlo mientras aún tienes oportunidad.

— Es increíble lo rápido que se pasó el año; siento que hace nada estábamos en febrero. Y ahora ya casi llega navidad y año nuevo, ¡también se acerca tu cumpleaños en enero! ¿Por qué hay tantas festividades tan juntas en el calendario?

— No tienes que preocuparte por esas cosas tan pronto; aún falta relativamente mucho para eso, pero parece que te gusta buscar cualquier excusa para celebrar.

— Me gusta celebrar, aunque no me gustan tanto las fiestas, ¡pero pronto podré hacer galletas navideñas! Tengo que empezar buscar regalos y decoraciones.

— Corrección, eres especialmente entusiasta cuando se trata de la navidad.

— Tú vas a tener que ayudarme con todo porque ésta vez si vamos a pasar la navidad juntos como pareja, pero en serio, y quiero que sea especial.

— No tengo ningún problema con hacerlo, a pesar de que me hubiera bastado con pasar un rato contigo.

🔮 Formas en las que me doy cuenta de que mi mamá es de barrio y mi papá no por medio de sus conversaciones:

Mi mamá: Y en navidad me enojaba mucho con Santa Claus porque no tenía nada que darnos  a nosotros, y por eso es que a nuestros hijos les enseñamos a no creer en Santa Claus; se lleva todo el mérito y ni siquiera existe. Nosotros siempre teníamos que ir a ver lo que les trajeron a nuestros primos.
Mi papá: Pero supongo que sí hacían otras cosas, como dejar una bolsita para que te dieran dulces.
Mi mamá: No, si dejábamos algo luego se lo robaban.
Mi papá: Pero eso es adentro, no afuera.
Mi mamá: Ya lo sé, nosotros dejábamos algo en la sala dos segundos y cuando nos dábamos cuenta alguien entraba por la ventana y se lo llevaba.
Mi papá: ¿?

Fuera de chiste, esto y sí pasó y me morí de la risa ese día por la cara de confusión de mi papá jsahajsja

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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