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Bueno, ¿listos para ver a Matchi conociendo a la mamá de Kisaki? Jsahajsja
— Matchi, ¿conoces al chico que está allá? — uno de sus compañeros de trabajo le preguntó mientras ella limpiaba una mesa. Dirigió su mirada hacia donde le indicaban, notando que de quien hablaba era Kisaki.
— Sí, él me está esperando.
— Con razón.
— ¿Qué?
— Te está viendo desde hace rato; no sabía si era tu amigo, un acosador, tu novio, o alguien muy tímido.
— Bueno... digamos que es un poco de todo.
— Uuuuy, ¿o sea que es tu novio?
— Que te importa.
— Voy a tomar eso como un "sí."
— ¿Sabes qué otra cosa es él? Bastante celoso, y en este momento te está mirando a ti fijamente.
— Ay ya, no seas amargada.
— Te voy a golpear con una bandeja si no te callas.
— Chicos, nos tenemos que apurar. — otra de sus compañeras interrumpió su pequeña pelea. — Falta poco para cerrar la tienda y aún quedan un par de clientes, bueno, sin contar a ese chico que está esperando a Matchi.
Un rato después de eso, Matchi por fin terminó con sus deberes del trabajo y fue al pequeño vestidor que tenía la tienda para cambiarse la ropa — obviamente del lado separado de las chicas — y luego se encontró con su jefa junto a algunos de sus compañeros de trabajo.
— Gracias por trabajar siempre tan duro. — le mencionó la mujer. — Has estado aquí desde que la tienda abrió recién al igual que todos, pero creo que le debemos mucho del éxito que tenemos a ti; fue gracias a las sugerencias que me has dado que pudimos mejorar todos juntos.
— No creo que sea para tanto; después de todo es su tienda.
— No seas tan modesta, pero te dejaré ir ahora porque él tiene está esperando. — señaló hacia donde Kisaki estaba parado. La contraria asintió antes de despedirse y caminar hacia él.
— Lamento haberte hecho esperar tanto. — pidió perdón en cuanto llegó con él.
— En parte es mi culpa por haber llegado tan temprano, pero no me importó esperar. — tomó la mano de su novia y luego su mejilla para para acercarla y le dejó un pequeño beso.
— Uhhhhhh. — se escuchó a los demás presentes en coro.
— Vamos ya. — ella trató de evitar la situación a medida que se sonrojaba.
Salieron inmediatamente después de eso, evadiendo a las demás personas dentro de la tienda para caminar tranquilamente — aún tomados de las manos — hasta la casa de Kisaki.
— Así que... ¿cómo te fue? Tú sabes, con tu trabajo y eso; es algo raro decirlo.
— ¿Por qué?
— No lo sé, pero se siente extraño; como si fuera una mujer recibiendo a su marido sólo que nosotros somos adolescentes... y tú eres la mujer.
— JAJAJA ¿qué fue eso tan raro que dijiste? Yo siento esto como algo normal, y además, me fue bastante bien; recibí muchas propinas.
— Entonces eso quiere decir que eres muy buena trabajando.
— Por supuesto que lo soy.
— Sólo una pregunta, ¿qué pasa con tu ropa? De hecho, olvídalo, esa pregunta no sonó bien. Me refiero a que no traes la ropa que usas siempre con ese estilo tan... oscuro; esta vez es un estilo muy tierno y normal, y no tiene nada de malo porque también te ves linda así, pero me preguntaba la razón del cambio.
— No es nada en especial; sólo quería probar algo nuevo.
— No me digas... ¿usas esa ropa de niña buena y educada sólo porque iré a presentarte a mi mamá?
— ¡No, no! Eso no tiene nada que ver, pero... ¿crees que le gustará?
— Es increíble, sí es esa la razón.
— Tan sólo estoy tratando de causar una buena primera impresión.
— Entiendo eso, pero no tenías que cambiar el estilo de tu ropa. Es decir, mi mamá te ama sin haberte conocido.
— ¿Y si se decepciona cuando me conozca? No quiero lucir como una delincuente frente a tu madre, ¿y qué tal si digo algo inapropiado como siempre lo hago?
— Matchi, ya te lo dije, no tienes nada de qué preocuparte; en todo caso debería ser yo el que se preocupe de que mi mamá me vaya a avergonzar.
— Está bien... pero voy a tener que hacer un gran esfuerzo para no decir nada fuera de lugar.
No hablaron mucho más el resto del camino, y temas que tocaron en realidad no tenían mucha relevancia; sólo estuvieron contándose lo que sucedió durante el día hasta que llegaron frente a la casa de Kisaki.
Los nervios de la fémina no hicieron más que creer con cada paso que se acercaban, y al estar ahí, frente a la puerta, sintió por un momento que quería dejar todo atrás y huir.
Kisaki usó sus llaves para abrir la puerta de su casa.
— Pasa. — ella hizo caso a su petición y entró justo después que él. Luego Kisaki le habló a su madre desde la entrada. — Mamá, ya regresé.... traje a mi novia conmigo.
Se oyeron pasos acelerados desde alguna otra parte de la casa acercarse a ellos, y eventualmente una mujer apareció para recibirlos.
— ¡Oh, tú debes ser ella! — le habló la mujer. — Ayamachi, ¿verdad? Mi hijo me ha contado muchísimo sobre ti desde hace años, pero no había tenido la oportunidad de hablar contigo en persona; es un gran placer conocerte.
— Es un gusto conocerla también.
— Bueno, pasa, ¿por qué no te quedas a cenar con nosotros dos?
— Oh, no quiero ser una molestia...
— Por supuesto que no lo eres; es un placer tenerte aquí.
— Por cierto, le traje algo. — sacó una caja de su bolso. — No es mucho, pero son algunos pastelillos que hice. — la mujer recibió la caja.
— ¿Tú sabes cocinar?
— Claro, es decir... sé hacer muchas cosas.
— ¡Eso es increíble! Y además los pastelillos que hiciste se ven muy bien; parece que tienes talento para éstas cosas.
— Se lo agradezco mucho.
— De hecho, — el chico interrumpió. — Matchi siempre dice que quiere abrir una pastelería.
— Entonces también eres una chica independiente que tiene metas fijas.
— Bueno, yo no creo que sea para tanto.
— Y además eres modesta. Pero dime, ¿a qué se debe la hora a la que vinieron? Es bastante tarde para una visita.
— Lo siento mucho, es que... durante el día voy a la escuela y luego tengo trabajo en una cafetería; recién vengo de ahí.
— ¿Estudias y trabajas al mismo tiempo? Que impresionante.
— Pero es sólo porque quiero ahorrar dinero para... bueno, lo de la pastelería.
— ¡¿Y también ahorras?! ¿Hay algo que no hagas?
En una situación como esa, tenía que retener su naturaleza sarcástica para no responder “fracasar” como lo hizo cuando Kisaki le hizo la misma pregunta.
— No me gusta presumir.
— Bueno, puedes quedarte a cenar y así pueden contarme más sobre la relación que han tenido durante tanto tiempo.
🔮 Cosas que quería incluir, pero no lo hice porque se me olvidó: En el capítulo 159 iba a incluir un diálogo de Matchi diciendo “¿Dónde se mete Sanzu cuando lo necesitas? Necesito que alguien me calle y me ponga cinta adhesiva en la boca.” y cuando subí el capítulo me di cuenta de que lo olvidé por completo. En fin.
Por cierto, ya es esa época del mes cuando se supone que nos quitan el internet pronto, así que ya saben.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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