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La canción lo dice todo 😈
(I kissed a girl - Katy Perry)

Capítulo largo porque quería incluir todo en uno sólo en vez de hacer dos.

— Chifuyu, por el amor de Dios, decídete de una vez.

— Esto es importante Matchi, concéntrate.

La fémina suspiró con pesadez. Él apareció en su casa desde temprano para desearle un feliz cumpleaños, y le pidió acompañarlo a hacer un par de cosas que tenía pendientes y que ya no podían esperar, prometiendo también llevarla a algún lugar que a ella le gustara para pasar el rato por su cumpleaños. Ella aceptó sin pensarlo mucho, pues ese día su jefa le dio el día libre en el trabajo justificando era una empleada demasiado dedicada que se merecía un descanso en su cumpleaños; no tenía nada más que hacer considerando además que Kisaki le dijo que iba a pasar tiempo con su madre, y a ella en realidad no le apetecía quedarse en su casa encerrada en su cumpleaños.

— Chifuyu, me llevaste a comer algo y tardaste una eternidad decidiendo algo para pedir, me dijiste que me comprarías unas botas y cada una que me probé no te gustó, casi me probé cada par de zapatos de mi talla que había en la tienda, me hiciste ayudarte a escoger cosas para decorar tu habitación por algún motivo, y ahora me pides que te acompañe a comprarle ropa a Peke J y sigues sin decidirte por algo desde hace horas.

— Bueno, lamento querer que mi gato tenga estilo. — le habló queriendo parecer ofendido. Ella rodó los ojos en respuesta. — Así que, dime qué es mejor, ¿un disfraz de taco o un esmoquin?

— Depende, ¿quieres llevar a tu gato a una cena o quieres que sea la cena?

— Matchi, esto es serio.

— No puedo tomarme en serio a alguien que quiere disfrazar a su gato como un taco. Lo siento, es que estoy cansada; creo que el esmoquin es el más decente de todo lo que me mostraste.

Chifuyu miró el reloj de muñeca que Mitsuya le dio anteriormente para que no tuviera que estar viendo su teléfono. Observó la posición de las manecillas, verificando que el atardecer ya estaba llegando y, por tanto, era hora de regresar a la casa de Matchi.

— Tienes razón, creo que compraré esto; le prepararé una cena elegante a Peke J y le tomaré fotos. Él será la envidia del resto de los gatos en la ciudad. — la contraria se rió ante su afirmación.

— Supongo que sí, ¿entonces ya podemos regresar?

— Claro, te acompaño a tu casa.

— ¿Ya está todo listo? ¿Seguros de que no nos olvidamos de nada? — Kisaki preguntó mientras veía a su alrededor, inspeccionando por décima vez si todo estaba en orden.

— Todo está bien; deja de preocuparte. — le respondió Mitsuya. — Todos los invitados llegaron, Hanma no ha hecho nada malo, Baji trajo el pastel, y las decoraciones ya están puestas.

— Oigan, ¿de dónde salió éste conejo? — el antes mencionado interrumpió su pequeña conversación trayendo al pequeño animal en sus manos.

— Es el conejo de Matchi; yo se lo regalé, y desde entonces me robó toda su atención, ¿es normal sentir celos de un conejo que yo le regalé?

— No.

— En serio, ¿qué sucede contigo?

Kisaki iba a decir algo más, pero lo interrumpió el sonido de un mensaje entrante en su teléfono. Sacó de su bolsillo el objeto para revisar lo que le había llegado.

— Un mensaje de Chifuyu; dice que ya están llegando.

— Sí pero, ¿y el conejo?

— No hay tiempo; tú manténlo contigo y luego lo meteré en su jaula.

Avisaron rápidamente al resto de las personas sobre el mensaje de Chifuyu, y tuvieron que apresurarse a esconderse en algún rincón del lugar además de dejar las luces apagadas, esperando apenas unos minutos antes de que la puerta fue abierta por la chica.

— ¿Por qué demonios están las luces apagadas? — se preguntó a sí misma antes de usar el interruptor para encender la luz. Los demás, quienes estaban escondidos, no tardaron en saltar y gritar “sorpresa”. Ella se sobresaltó un poco, pero no fue nada más que eso; puso una mano sobre su pecho luego de haberse llevado ese susto tan repentino para comprobar los latidos de su corazón. — Muy bien, ¿qué está pasando?

— Te hicimos una fiesta sorpresa. — Mitsuya le habló mientras caminaba hacia ella junto a Baji.

— Tengo a tu conejo. — el antes mencionado le entregó al pequeño animal, y ella de inmediato lo comenzó a acariciar para tratar de calmarse un poco. — Feliz cumpleaños.

— Por favor, no vayas a decir que estás enojada. — Mitsuya volvió a dirigirse a ella.

— No lo estoy, sólo estoy muy sorprendida; creo que casi me da un infarto. Es decir, en el fondo estoy feliz, pero sí que me sorprendieron.

— Hola. — Chifuyu tocó su hombro para llamar su atención. — Aquí la persona con la que te enojaste por querer comprarle un esmoquin a su gato.

— Lo siento Chifuyu, ¿cómo se les ocurrió todo esto?

— Baji, ¿quieres decirnos? — le preguntó Mitsuya, ya sabiendo lo mucho que le costaba admitir que Kisaki había ayudado mucho.

—... Fue idea de Kisaki.

— No puede ser, ¿me mintió para bien? ¿Eso es posible?

— ¿Por qué te iba a mentir para mal? — el nombrado también se acercó y se incluyó en la conversación.

— No lo sé... ¿las mentiras no son siempre malas?

— Supongo, pero en éste caso no lo son. Feliz cumpleaños, otra vez. — ella se acercó para abrazarlo con fuerza, también teniendo cuidado de no aplastar al conejo.

— Sí, pero cambiando de tema... — Mitsuya hizo un ademán con la mano para poder llamar a Yuzuha. — invité a alguien a quien estoy seguro que estarás feliz de ver.

— ¡Yuzuha! — se alegró casi al instante y soltó a Kisaki, dejando al pequeño lepórido en sus brazos.

Sin embargo esa alegría se convirtió pronto en ansiedad al recordar que Kisaki y Yuzuha no se llevaban exactamente bien; sin contar que de todas formas ella siempre se ponía nerviosa cerca de Yuzuha. Y como si eso no fuera suficiente, también estaba el asunto de que ellas estuvieron juntas en otra línea temporal. A veces se preguntaba cómo hubiesen sido las cosas de haber ocurrido eso; ¿cómo hubiera sido su vida si a pesar de todo no hubiera perdonado a Kisaki?

— Hola Matchi, feliz cumpleaños. — el pobre corazón de la mencionada ya había tenido suficiente con una sorpresa, y ahora otra vez sentía que se le iba a salir en cuanto vio sonreír a Yuzuha.

— Gracias, igualmente. Ay no, espera, eso no era lo que iba a decir- mejor me callo.

— Está bien, tranquila; hoy también es mi cumpleaños.

— ¡¿Es en serio?! Ahora me siento mal porque no lo sabía, ¿por qué nadie me lo dijo?

— No te preocupes por eso, además, hay muchas cosas que a mí tampoco me dijeron; no sabía que él iba a estar aquí. — habló refiriéndose a Kisaki, quien las veía detenidamente y cuya expresión era una mezcla de preocupación y molestia.

— ¿Desde cuándo ustedes son amigas? — sin saber cómo abordar el tema, esa fue la primera pregunta que se le ocurrió a él.

— Desde la vez en que terminamos nuestra relación en navidad; Yuzuha me ayudó mucho entonces.

— Entiendo... — una palabra que dijo a pesar de no entenderlo realmente.

Mientras todo eso ocurría, tanto Mitsuya como Baji y Chifuyu se dedicaron a observar en vez de tratar de evitar un desastre, sólo por la curiosidad por cómo iba a terminar eso.

— ¿Hace cuánto que ustedes ya se llevan bien otra vez? — fue el turno de la fémina de preguntar. — La última vez que vi a Matchi estaba bastante mal por su ruptura.

— Oh, de hecho... — la contraria trató de buscar las palabras adecuadas para expresar lo que quería; no pensó que decir “estamos juntos otra vez” fuera la mejor opción considerando... bueno, toda la situación.

— Estamos juntos otra vez.

Kisaki, por otro lado, jamás tuvo problemas para decir las cosas directamente. Y con la intención de echarle más leña al fuego, se tomó el tiempo para sostener la mano de su novia y fulminar con la mirada a Yuzuha durante un momento.

— Eso es inesperado; pensé que Matchi no querría verte nunca más en su vida.

— Así era, pero ya puedes ver que arreglamos nuestras diferencias; Matchi y yo estamos contentos de estar juntos de nuevo.

Sí, tanto que Kisaki le había dicho a Hanma que no causara ningún escándalo y terminó haciéndolo él.

Hasta Nahoya, quien fue invitado y estaba viendo todo el drama, aprovechó el momento para robarse algo de la comida que había allí; así de fuerte estaba el asunto como para que nadie se haya dado cuenta.

Mitsuya, por otra parte, estaba lejos de sentirse arrepentido de haber invitado a Yuzuha. Lo que estaba por suceder valía oro.

— De todas formas, — Matchi trató de romper la tensión que se había creado de pronto entre ellos. — me alegro que hayas podido venir Yuzuha; eres muy linda- quiero decir, el gesto, fue un gesto muy lindo. Dejemos esto atrás, ¿está bien? Está bien; quiero convivir con Yuzuha un rato.

Mentiría si dijera que el pequeño alboroto causado por ellos no le molestó aunque fuera un poco, pero no quería enojarse sabiendo el esfuerzo que le pusieron sus amigos a la fiesta, así que en cambio decidió dejar a Kisaki solo para que pudiera calmarse y, bueno, no tampoco era mentira que quería pasar tiempo con Yuzuha; hacía mucho tiempo que no se veían.

— ¿Qué te sucede Kisaki? Pensé que ibas a dejar ese conejo en su jaula. — mencionó Baji.

— Iba a hacerlo, pero supongo que le tuve algo de compasión; ella nos dejó a los dos solos.

— Te lo mereces.

— Ya lo sé... sólo me puse un poco celoso al pensar en que ellas eran tan cercanas. Además, tú viste cómo es ella cuando está con Yuzuha; pareciera que le gusta más que yo.

— Si estás esperando que te dé un consejo, entonces creo que estaré aquí un buen rato porque no sé qué decirte. ¿Y si le dices lo que te preocupa y te disculpas por lo que hiciste?

— No es tan sencillo; las cosas están yendo bien entre nosotros y no quiero ponerme celoso cada vez que habla con alguien que no soy yo, pero es como si estuviera en mi sangre. Incluso ahora, me pregunto sobre qué estarán hablando donde apenas las puedo ver.

La realidad era que ellas no estaban hablando de nada de mucha importancia. Sus conversaciones se basaban en contarse cosas mientras Matchi se ponía nerviosa y Yuzuha le decía que no se preocupara, pero en ese momento, Yuzuha era la que estaba preocupada por ella.

— ¿Segura que está todo bien? — le preguntó. — Tu novio nos está viendo raro desde hace un rato.

— Ah... él probablemente sólo está celoso, pero supongo que no puedo culparlo; la manera en que actúo frente a ti no debe ayudar. — la contraria no tardó en sacar conclusiones en su cabeza, tratando de encontrar una explicación razonable a su comportamiento.

— ¿Yo te gusto? — muy en el fondo esperaba que dijera que sí, y sólo el sonrojo repentino en ella le dio esperanzas.

— Bueno, antes sí, ahora... no estoy segura de qué pensar; es algo complicado.

— ¿Y hay algo que estés olvidando decirme? Pareciera que no es todo lo que tiene preocupada.

— Es que... — pensó en qué sería lo correcto, y en especial en las consecuencias que podría traer contarle sobre el futuro, pero... no tendría nada de malo contarle ¿o sí? — yo veo el futuro, es decir, a través de mis sueños. Bueno, resulta que en otra línea temporal, tú y yo como que... estábamos juntas... éramos pareja y vivíamos en un apartamento. Eso me tiene pensando, y a pesar de que sé que nada de eso pasará si estoy con Kisaki... no puedo evitar pensar en ello cuando estoy contigo porque me pregunto qué hubiera pasado. ¿Me crees?

— Te creo. — le contestó de inmediato. — Si eso es lo que te preocupa, entonces tengo una buena solución para que todo se resuelva.

— ¿En serio?

— Sí, sólo llámalo a él aquí.

Los tres se reunieron en un lugar, y de nuevo, otras personas estaban observando lo que iba a suceder a continuación, intrigados por lo que sea que estuviera planeando Yuzuha.

— ¿Qué es lo que tienes en mente? — Kisaki se atrevió a preguntar.

— Con ésto Matchi dejará de pensar en ese futuro donde estuvimos juntas, y todos estaremos a mano. Sólo una cosa, no te lo tomes como algo personal.

Antes de que pudiera preguntar algo más, Yuzuha rápidamente tomó el rostro de Matchi con sus manos y la besó. Un beso donde pudieron experimentar lo nunca harían otra vez, lo que pudo haber sido pero jamás sería; el primer y último beso entre ellas donde pudieron sentir un ligero y dulce sabor a cereza, y que no se volvería a repetir, por lo cual decidieron hacer su único beso el más especial de todos. Ese beso en el que se transmitieron todos los sentimientos que ni siquiera habían descubierto hasta ese momento, y que ahora pudieron dejar salir mientras sus labios se movían en sincronía; poco les importaba quienes les estuvieran viendo porque pudieron experimentar una sensación especial, sólo suya, algo que no podrían sentir con nadie más y que nunca en sus vidas olvidarían. Ambas guardarían el recuerdo de ese instante como un tesoro en el que iban a vivir sus sentimientos; tan dulces e inocentes como el mismo beso.

Tan pronto como se separaron, el rostro de Matchi se tornó color carmesí, especialmente después de ver que las mejillas de Yuzuha también estaban teñidas de ese color.

Tantas emociones no fueron buenas para su corazón, y terminó por desmayarse ahí mismo por la cantidad de sensaciones y sorpresas en un sólo día, siendo atrapada por sus amigos, quienes estaban igual o más sorprendidos que ella.

— ¿Y eso por qué fue? — le volvió a preguntar Kisaki.

— Tú trataste de hacer que asesinara a alguien, yo besé a tu novia; ahora estamos a mano.

🔮 Bueno, cambiando el tema del capítulo de hoy, altas ganas me dieron de hacer una historia de Sanzu (ya había dicho que lo iba a hacer y nunca lo hice xdn't) así que quizás la saque en estos días.

La diferencia es que... siempre quise hacer una historia y una prota bien tóxicas, por eso voy a cumplir mi pequeño capricho de hacer una historia con una OC que esté mal de la cabecita. Así es, me cansé de lo soft, ahora me estoy revelando y estoy empezando a explorar terrenos a los que pensé que jamás llegaría.

Excepto el lemon, últimamente tengo mucha curiosidad sobre cómo sería escribir lemon y se me nota mucho cuando escribo de vez en cuando, pero creo que no estoy lista para dar ese paso.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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