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Goldwing de Billie Eilish porque alguien me dijo que le recordó a Matchi.

La chica caminó descalza mientras seguía a su novio — quien se dirigía a la cocina — y trató de despejar sus pensamientos en vano, pues al final terminaban volviendo a ella como un ciclo infinito en el que su cabeza se abrumaba con todos los eventos ocurridos en su vida.

Kisaki estaba actuando raro; eso era lo primero que saltaba a su mente cada vez que lo veía, porque aunque estaba feliz ella sabía que no era el comportamiento usual del chico, y que era probable que estuviera tramando algo. Sin embargo, decidió que no quería pensar mucho en ello; sólo lograría hacerse ideas equivocadas sobre lo que sea que estuviera pasando como acostumbraba a hacer.

Y es que no era algo consciente; a veces la ansiedad la dominaba y ella era sorprendida por la cantidad de pensamientos negativos que la apaleaban más de lo que la han golpeado en la vida real. Siempre buscando mil excusas para justificar el mínimo comportamiento extraño de los que la rodean, porque de otro modo se dejaría llevar por sus sentimientos y lloraría pensando en las extensas posibilidades de lo que podría estar sucediendo en realidad.

No obstante, tampoco era como si le molestara que él fuera atento con ella; le gustaban las atenciones que estaba recibiendo por parte de Kisaki, y el simple hecho de tener su compañía le hacía feliz.

Al llegar a la cocina, se dedicó a mirar el perfil del chico. Estaba tan concentrado en lo que estaba haciendo que quizás ni siquiera había notado que ella lo miraba, o tal vez sí se había dado cuenta y eligió dejarla ser por un rato. Sólo se quedaron en silencio allí, siendo testigos por primera vez de lo cómodo que podía llegar a ser la paz absoluta y sin distracciones entre ellos — con el poco ruido causado por los utensilios de cocina que él estaba utilizando. — y disfrutaron de aquel sentimiento por un rato.

— Matchi, — él fue el primero en romper el silencio. — deberías irte a descansar; luego te puedo preparar sopa y te la llevaré luego. — ella negó con la cabeza, bajando la misma por la vergüenza de lo que iba a decir a continuación.

— Me gusta verte. —  Kisaki no podía saber si las mejillas rojas de la chica eran causadas por la fiebre o por lo que recién admitió.

— Eso no quita que tengas que descansar; — trató de pasar por alto el repentino sentimiento de ternura que le llegó al oírla decir aquello. — si no, jamás te pondrás mejor. — la contraria infló sus mejillas estando insatisfecha, gesto que a él siempre le pareció demasiado adorable y no pudo contener la risa al mismo tiempo tiempo que rodaba los ojos; a veces era difícil no ponerse sentimental estando con ella, porque era simplemente demasiado tierna.

En ocasiones incluso llegó a pensar que ella era muy inocente y pura como para vivir en un mundo tan cruel donde se vio obligada a ser fuerte a una edad temprana para luego protegerse a sí misma siendo agresiva con los demás, pero ella en realidad no era así y lo supo desde el momento en que la conoció.

No le tenía miedo a nada, era grosera y podía golpear a cualquiera sin pensarlo dos veces, sí, pero en el fondo su personalidad podía ser comparada con un gatito en busca de atención y cariño.

— Que aburrido eres a veces. — le habló en un tono algo molesto. — ¿Qué era lo que venías a hacer en un principio? — preguntó sin poder seguir ocultando su curiosidad.

— Iba a... — fue en ese momento cuando llegó una idea a su cabeza; algo que lo ayudaría a cuidarla sin que ella estuviera diciendo que no lo necesita cada 5 minutos. — quería quedarme a dormir aquí hoy, y ya que estás enferma y de todas formas tienes que descansar podemos aprovechar y te haré compañía mientras estoy aquí durante la noche. — ella lo miró ladeando la cabeza. Era en ocasiones como esas que se preguntaba qué clase de cosas pasaban por la cabeza del chico.

— ¿Qué es lo que tienes en mente?

— Me quedaré aquí como tenía planeado, y haremos como... una pillamada, ¿lo has hecho antes?

— No. — confesó con sinceridad; ni siquiera conocía el significado de la palabra y eso sólo logró llenarla de emoción.

— Básicamente es quedarnos despiertos toda la noche haciendo cualquier cosa que se nos ocurra, pero sólo podremos hacerlo si estás descansada, porque si no lo estás te va a entrar sueño y te dormirás temprano.

— Tú sólo quieres que me vaya a dormir.

— Es la idea; puedo cuidarte y hacer lo que tenía pensado a la vez. Además, ya le había pedido permiso a mi mamá para dormir aquí hoy.

Ella rió; le sorprendía la cantidad de confianza que la madre de Kisaki le tenía, en especial porque técnicamente no se conocían en persona. En realidad, Matchi jamás fue a la casa de su novio en todo el tiempo en el que se conocían, incluso cuando ya sabía dónde estaba su casa. Lo más cerca que estuvo de conocer a la madre del chico fue las pocas veces en que él no respondía su teléfono y ella, estando llena de preocupación, llamaba al número fijo de la casa de Kisaki, siendo la mujer quien le respondía.

— La próxima llámame para asegurarte de que no estoy enferma; pasa cuando menos te lo esperas.

— Ya lo veo, ¿te sientes muy mal? Si es así sólo te dejaré descansar.

— No, está bien; es apenas un resfriado leve. — trató de restarle importancia al asunto, pero él parecía no estar de acuerdo con ello.

— Matchi, aunque sea leve no puedes tomarte un resfriado a la ligera.

— Es un resfriado; no voy a morir.

— Pero podrías sentirte como si lo estuvieras.

— Lo que quiero decir es que tener compañía es justo lo que necesitaba ahora; detesto quedarme sola cuando estoy enferma.

— Sí, hablando de eso, ¿por qué cada vez que estás enferma Hanma no está? — ella se encogió de hombros, indicando que también desconocía la razón.

— Quizás esté causado un desastre en algún lado; ya sabes cómo es cuando está aburrido.

🔮 YA, PERO ESTOY MUY FELIZ PORQUE NOS MANDARON SALSA LIZANO DESDE COSTA RICA 😭😭💕✨

No tenía nada que ver, pero se los quería contar.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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