136
Siempre les digo que se me va a ir el Internet y siempre regreso jsahajsja
Trato de no hacer tantas cosas relacionadas con la trama principal, pero dos años son poco y hay varias cosas que necesito que sucedan en ese transcurso de tiempo. Éste capítulo es un claro ejemplo, sucede algo que ya había estado planeando desde hace un tiempo.
— No es que me moleste, es lindo, pero ¿cuánto tiempo más vas a seguir abrazándome sin dejarme ir? Llevas como dos horas así. — le habló Matchi a Kisaki.
— Ah, no lo sé; todo el tiempo que sea necesario. ¿Ya te dije que te quiero?
— Kisaki, ¿no te dio fiebre por la lluvia? Es raro que seas tan cariñoso; siempre lo eres, pero no a éste punto. ¿Tal vez estás enfermo?
— Enfermo de amor por ti.
— ¿Qué cosas dices? — trató de ignorar el sonrojo que apareció en su rostro y tocó con ambas manos la cara de Kisaki para ver si estaba enfermo. — Tu cara se siente caliente; no es posible que te hayas resfriado con sólo un poco de lluvia. Voy a traer un termómetro. — trató de soltarse de su agarre.
— No. — la abrazó con más fuerza. — Quédate aquí conmigo.
— Es muy probable que estés enfermo; tengo que levantarme para ir por un termómetro y asegurarme de que sí, aunque creo que por tu actitud es bastante obvio que sí estás enfermo.
— Estoy perfectamente bien; no estoy resfriado. — estornudó.
— Ajá... ten un poquito de cuidado hacia dónde estornudas; me vas a contagiar. Déjame ir para traer algunas cosas y luego regresaré.
— Jamás, quiero quedarme aquí contigo.
— Dios mío, hace dos horas estabas bien; ¿cómo fue que te dio fiebre tan rápido? Déjame ir.
— ¿Por qué me quieres dejar?
— Será como por cinco minutos y luego estaré de regreso aquí.
— Matchi... — se acercó a su cara.
— ¿Qué haces? Sea lo que sea que estés pensando, no lo vas a hacer; estás enfermo. Esto debe ser porque tú usas demasiado tu cerebro y ahora que estás enfermo no funcionas bien ni puedes controlarte a ti mismo.
— Amor, te quiero muchísimo, demasiado. — se acercó más.
— Kisaki por favor, reacciona, ya no puedo más con ésta situación. — mencionó ya con la cara totalmente roja.
— Te amo. — cortó la poca distancia que los separaba y la besó.
— ¡Espera, espera! ¡¿Por qué me dices ésto justo ahora?! — le preguntó; ahora estaba todavía más sonrojada, si es que eso era posible. — ¡Estoy entrando en pánico! ¡Ahhhh, ayuda! ¡Shuji, ¿dónde demonios estás?! ¡Ayúdame!
— ¿Qué quieres? — el mencionado entró en la habitación. — ¿Qué están haciendo?
— Ayuda, Kisaki está enfermo y no me quiere soltar, y se puso muy meloso de repente y me está poniendo muy nerviosa y necesito ayuda.
— Pues no me hubieras hecho enojar antes; ahí ves cómo lo resuelves.
— ¡No te atrevas a irte, maldito! ¡Mínimo preocúpate por Kisaki!
— Me convenciste cuando dijiste Kisaki.
— Eso fue lo último que dije.
— ¿Quieres ayuda o no?
— Ayúdame.
El día siguiente, todavía en la casa de Matchi.
— Ay no, ¿en serio hice todo eso?
— Sí, al final sí estabas enfermo; te negaste a dejarme ir incluso cuando Shuji trató de sacarme de allí. También estabas muy cariñoso y no dejabas de decirme que me querías, y también...
— ¿También...? ¿Te dije algo más?
— Me dijiste que me amas. — los dos se sonrojaron
— No puede ser... esto debe ser el karma por la vez en que tú estuviste enferma.
— Espera, ¿hablas de esa vez cuando te pregunté si había dicho algo raro y tú dijiste que no? ¡¿Me mentiste?!
— ¡No sabía cómo decirte lo que me dijiste!
— ¿Y que te dije?
— Bueno... fue entonces cuando te me declaraste.
— ¡¿Lo supiste desde entonces?! Es increíble, te guardaste esa información para usarla a tu favor; fue por eso que tú de pronto me dijiste yo te gustaba luego de lo que pasó con Valhalla.
— Lo siento, tú sabes cómo pensaba yo entonces; hice muchas cosas que estaban mal.
— ¿Pero es cierto?
— ¿Qué cosa?
— Cuando dijiste que me amas, ¿era en serio o fue sólo porque tenías fiebre?
— No, eso... yo... era cierto, pero no sé si pueda repetirlo estando totalmente consciente.
— Hmm...
— ¿Estás enojada?
— No, en serio, está bien. ¿No deberías volver a tu casa ya?
— Cierto, mi mamá debe estar esperando a que regrese; nos vemos otro día. — le besó la mejilla antes de irse.
Junio, año 2006.
Matchi estaba paseando por ahí, de camino a su casa después de haber hecho las compras, hasta que sintió que alguien tocó su hombro.
— Oye, eres tú ¿verdad? — le preguntó aquella persona, al parecer una chica. — He oído hablar de ti; la gente te llama la impertérrita Matchi. Eres tú, ¿no es así? — repitió entusiasmada.
— Eh... perdón, ¿quién eres?
— Senju Kawaragi. Pero eres tú ¿verdad? Tú eres Matchi; oí que lidera a los Phoenix y que son la pandilla más grande que hay actualmente.
— Oh, sí, soy yo. La verdad no sé si los Phoenix somos la pandilla más grande... pero como mínimo sí sé que somos bastantes, y también, sí, yo los lidero.
— También escuché que estaban aliados con la ToMan, y que tenías un trato con el invencible Mikey.
— Sí, también es cierto; me pregunto cómo sabes todo eso.
— O sea que tú lo conoces, ¿qué tipo de relación tenían? ¿Eran amigos, algo más que amigos o sólo aliados? Tengo muchísimas preguntas para ti.
— Mikey y yo sólo éramos amigos; solía ayudarlo a él y a la ToMan cuando tenían problemas ya que nosotros éramos más. Casi siempre estaba sólo yo o una fracción pequeña de los Phoenix, y que yo lideraba a esa pequeña fracción que venía conmigo.
— Eres la líder de una pandilla tan grande y genial siendo una chica; realmente tenía ganas de conocerte.
— ¿En serio?
— ¡Sí! Me has inspirado mucho; eres como una heroína de cierta forma para mí. — Matchi se sonrojó de la vergüenza. Bueno, no estaba tan acostumbrada a ese tipo de cumplidos.
— No sabía... que pensabas así de mí.
Y pensar que yo iba a disolver a los Phoenix cuando hay gente como ella que piensa esas cosas de nosotros. — pensó ella.
— Creo que eres increíble, ¿es verdad que no le tienes miedo a nada?
— Bueno, aquí entre nosotras, hay una cosa a la que le tengo miedo. Soy claustrofóbica, pero lo he estado superando poco a poco desde hace un tiempo; además de eso no le tengo miedo a nada. Ah, ahora que lo pienso... — la observó bien. — tu cara me recuerda a alguien; ¿segura que no nos conocíamos de antes?
— Estoy segura, es la primera vez que me encuentro contigo.
— Quizás no sea nada...
— Aún tengo muchísimas cosas que preguntarte.
— Ah, sobre eso... en realidad ya tenía que regresar a mi casa... pero si quieres te puedo dar mi número de teléfono para sigamos hablando.
— ¡Eso sería perfecto!
🔮 Buenas, ¿cómo están? Ya por fin salió Senju /alegría
Como dije arriba, hay varias cosas que tienen que pasar durante éste transcurso de tiempo, así que... es algo difícil hacer relleno (que es lo que esto es realmente) siendo que hay cosas relacionadas con la trama que debo incluir sí o sí, pero trato de no avanzar demasiado rápido o siempre tendré que dejar la historia en hiatus.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top