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No sé qué decirles hoy, ¿cómo están ustedes?
En la mañana ambos siguieron en la misma posición; habían dormido tan cómodos que decidieron quedarse así toda la noche. Y su momento de paz fue interrumpido cuando la puerta de la habitación fue abierta brusca y repentinamente por el hermano mayor de la chica.
— ¡No puede ser! ¡¿Qué están haciendo ustedes dos durmiendo en la misma cama?!
— ¡Shhh! Hanma, me costó mucho lograr que ella se durmiera. — lo regañó Kisaki a la vez que seguía abrazando a Matchi, quien de milagro seguía dormida.
— Sí sí, pero igual explíquenme, ¿qué estuvieron haciendo anoche que estaban tan callados?
— Sólo dormíamos.
— ¿Y piensas que me voy a creer eso?
— Es la verdad.
— A ver, Ayamachi, levántate y camina. — habló tratando de despertarla.
— No hagas eso, déjala dormir.
— ¿Por qué te pones de su lado?
— No estoy “de su lado”, sólo estoy tratando de que duerma tranquila.
— Pero levántense, ¿qué hora crees que es?
— No lo sé, ¿qué hora es?
— Como mediodía, ¿qué hicieron que los dejó tan cansados?
— No estábamos-
Se calló al sentirla a ella removerse en la cama, señal de que había despertado. Lucía enfadada por haber sido interrumpida en medio de su sueño y frotó sus ojos con pereza.
— ¿Por qué demonios están haciendo tanto ruido? — les preguntó, su voz sonando algo más suave por estar recién levantada.
— Haz el favor de levantarte ahora. — le exigió el mayor.
— No, mucho me han insistido toda la semana para que duerma, y ya cuando duermo no me dejan hacerlo a gusto.
— Es mejor hacerle caso; dormimos casi doce horas y tampoco es sano dormir más de ocho. — habló Kisaki.
— Con nada estás satisfecho.
— ¿Despertaste de mal humor?
— Sí, porque me despertaron.
— Pregunta rápida, ¿qué estaban haciendo ustedes dos anoche?
— Dormir. — respondió ella.
— A ver, levántate y camina.
— Aquí estoy cómoda, gracias.
— Que te levantes.
— No.
— ¡Levántate! — la tomó para tratar de sacarla de la cama.
— ¡Que no! — se aferró a Kisaki.
— ¡Deja de ser así!
— ¡Ayuda Kisaki, me quiere llevar!
— ¿Ayer no te querías dormir y hoy no te quieres levantar?
— No molestes y ayúdame.
— Déjala, obligarla no te va a funcionar. — le habló Kisaki al más alto.
— Bueno, pero los estoy vigilando. — afirmó antes de salir de la habitación.
— No le hagas caso a Shuji, él sólo está celoso. — mencionó ella.
— ¿De ti o de mí?
— ¿Por qué estaría celoso de ti?
— Pues tú eres su hermana pequeña y ahora tienes novio.
— Si por él fuera ya hasta te diría cuñado.
— No es cierto. — se rió.
— Es en serio, él te quiere más a ti que a mí.
— Pero eso no quita que podría sentir celos de mí por estar con su hermana, aunque sí es bastante evidente que te tiene más celos a ti.
— Bueno, entonces es un poco de ambos.
— Por cierto, — se acercó y le dejó un corto beso en los labios. — buenos días.
— Eso fue innecesario. — habló con las mejillas rojas.
— Pero te gustó.
— Ya basta con eso... mejor me voy a levantar. — se separó de él y se levantó de la cama para estirar todo su cuerpo. Él repitió su acción y se colocó de nuevo sus lentes.
— Entonces, ¿cuál es tu rutina cuando te levantas?
— Tengo que hacer el desayuno, lavar los platos, luego sacar la ropa que lavé en la noche para que se seque, después darme una ducha para entonces poder empezar a limpiar la casa.
— ¿Realmente haces esto todas las mañanas?
— No, entre semana cuando vamos a clases limpio la casa hasta después de la escuela.
— Te ayudo.
— No hace falta, tú deberías irte a tu casa.
— No me hará mal quedarme un rato más; desayunaré aquí con ustedes.
— ¿Quieres que te prepare el desayuno?
— No hace falta que lo hagas tú, si no quieres puedo hacerlo yo.
— No, lo haré yo.
— ¿Puedo usar su baño para darme una ducha?
— Claro, pero ¿trajiste ropa contigo?
— No le hubiera pedido permiso a mi mamá para quedarme si no lo hubiera hecho.
Ambos salieron de la habitación a hacer sus cosas, y mientras Kisaki se estaba duchando, ella estaba cocinando con algo de mal humor por haber sido despertada, pero no le prestó tanta atención porque a fin de cuentas pudo descansar lo que no había descansado en mucho tiempo. Después de más o menos 15 minutos, Kisaki entró a la cocina, que también servía de comedor, donde ella estaba cocinando y su hermano estaba comiendo.
— ¿Qué estás preparando? — le preguntó.
— Bueno, ya que estoy enojada con Shuji por haberme despertado, le di a él un plato con cereal.
— Muy cruel de su parte, debo añadir. — dijo Hanma.
— Y a ti, Kisaki, ya que amanecí de buen humor contigo, te preparé panqueques. — habló en tono alegre.
— Eso es demasiado favoritismo. — se quejó el mayor.
— Calla Shuji, te lo mereces.
— ¿Y que hay de ti? — le preguntó Kisaki.
— Yo... me salto el desayuno.
— Ni lo sueñes; tú también vas a desayunar.
— Déjalo así, estaré bien.
— Nada de eso, si tú no desayunas no lo haré yo tampoco; te ayudaré a prepararte algo.
— No tienes que hacer eso, me comeré un plato de cereal o algo.
— Oye, tú me diste esto a mí, ahora te jodes. — reclamó Hanma.
— Por favor, no sé tanto sobre cocina, pero todo se tiene que aprender en ésta vida. — insistió él. — ¿Qué pasa si un día te enfermas y no puedes prepararte comida por tu cuenta? Necesitarás a alguien que te ayude; además quiero devolverte el favor de haberme cocinado el desayuno.
— Como dije, no hace falta.
— Lo voy a hacer y ya, ¿qué cosas les quedan para cocinar?
— No mucho, creo que un par de huevos, pan cuadrado y la crema de avellanas que tenía guardada ahí.
— Con eso está resuelto; puedo hacerte tostadas francesas.
— Pero-
— No te estoy preguntando; no voy a dejar que te saltes el desayuno como si no fuera nada.
— ¿Y qué hay del tuyo?
— Lo comeré mientras cocino; aunque no lo creas es posible.
— Cuando se te mete algo a la cabeza realmente no hay forma de sacarlo de ahí.
— Por eso somos una buena pareja; tú no te preocupas por tu salud y yo estoy aquí para obligarte a cuidar de ti misma.
— No estoy segura de que eso funcione así, pero lo dejaré pasar.
🔮 Sobre lo que les conté ayer, total que lo hablé con mi mamá y voy a animarme a escribir un libro como tal, aunque me llevará bastante tiempo.
Mucho texto adelante.
Aprovecho para contarles otra cosa sobre ésta historia. Una de las razones principales por las que puse tantas trabas durante toda la trama fue porque me encanta el drama y también por la visión que tengo del amor. Siento que no es tan sencillo como decir “me gustas” y que la otra persona te corresponda, aunque se conozcan desde hace años; el amor requiere compromiso y sacrificio, por lo cual se tiene que dar y recibir por igual. El problema no sólo está cuando una persona recibe y nunca da, lo que quise retratar en la primera vez que Matchi y Kisaki fueron pareja fue que ella hacía todo sin esperar nada a cambio, daba sin recibir, y eso también estaba mal. Ninguna relación es perfecta, creo que es lo que he querido retratar en ésta historia, y para que dos personas se empiecen a amar realmente hace falta que entiendan lo que significa amar de verdad, con todo y sus consecuencias, en las buenas y en las malas ¿entienden? Porque cuando una de las partes sólo ama por amar resulta en desastre; no entienden que el estar en una relación no es sólo decir “te amo” y pasar tiempo juntos tomados de las manos mientras tiene citas.
Quería contarles eso para que vieran el mensaje que les trato de dar.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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