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La canción que puse es “Perfect to me” de Anne Marie, a partir de ahora sólo canciones felices.
Ya van a saber qué fue de Matchi y Kisaki en el futuro.
Capítulo largo.
Los dos se pusieron detrás de los arbustos y un rato después llegó Hina.
— Takemichi, lo siento. — Hina inclinó la cabeza hacia adelante.
— ¿Por qué?
— Por actuar tan distante, quiero decir, tú eres quien más sufre.
— ¿Hm? ¿De qué están hablando? — murmuró Chifuyu detrás de los arbustos. — ¿Por qué Hina se está inclinando?
— No los puedo oír si sigues hablando. — lo regañó Matchi.
— Pero yo... he tenido problemas para dormir desde ese día; desde que Matchi y Kisaki casi mueren frente a mis ojos. — empezó a llorar. — Lo que les pasó a Emma, Matchi y Kisaki fue mi culpa ¿no?
— Espera, ella está llorando. — dijo Matchi.
— ¿Puedes oírlos?
— No, pero me lo dice mi sexto sentido.
— ¿De qué están hablando? ¿Qué haces, Takemicchi? ¿Acaso lo has olvidado? ¡El plan T2D2, debajo del tobogán! — habló en voz baja.
— Hina... — Takemichi caminó hasta el arenero para luego volver con ella.
— Idiota, no vayas ahí, esa es la última caja. — mencionó Chifuyu.
— Hina... ten. — le mostró el objeto.
— ¿Un anillo?
— Sí... es por el día blanco, lamento la tardanza.
— ¿Ah? ¿Qué demonios está ocurriendo? — preguntó Chifuyu.
— Shhh estoy tratando de escuchar, él está diciendo algo importante.
— No me digas “shhh” tú shhh.
— ¡Shhh!
— ¡Shhh!
— Yo... no tengo nada de especial, — se callaron para tratar de escuchar. — y seguramente nunca seré rico, pero quiero hacerte feliz... más que a nadie. — tomó a Hina por los hombros. — ¡Así que, Hina... por favor, cásate conmigo!
— ¡¿Quée?! — exclamaron los otros dos desde los arbustos.
— ¡Si alguna vez te sientes triste, déjame estar a tu lado para hacerte sentir mejor! ¡Así que por favor no llores!
— ¿Eh? ¿Qué? ¿Soy el único sorprendido aquí? — preguntó Chifuyu.
— No, yo estoy igual. — dijo Matchi.
— Casémonos en doce años.
— ¡¿Qué?! ¡¿Te vas a casar?! — el hermano menor de Hina preguntó con asombro.
— ¡Espera, no lo digas en voz alta! — le pidió ella.
— Cuando seamos adultos, por supuesto. — Takemichi respondió la pregunta del menor.
— Tu propuesta de matrimonio salió de la nada; hasta nosotros nos sorprendimos. Matchi se puso a llorar. — mencionó Chifuyu.
— ¡Oye, no me culpes! Me cuesta creer que Hina va a casarse; hemos sido amigas por mucho tiempo.
— Es cierto, ha pasado bastante desde que nos hicimos amigas.
— Si se van a casar, entonces Takemicchi tiene que prometerme que la tratará bien y que nunca la hará llorar. — abrazó a su amiga de forma protectora.
— ¡Jamás la haré llorar!
— Está bien, Matchi. Ya me puedes soltar. — ella le hizo caso. — No es para tanto, ¡podrías ser la madrina si quieres!
— ¡¿Yo?!
— ¡Sí! Estoy segura de que a Takemichi no le molestará. ¡Y eres mi mejor amiga! ¡Me haría muy feliz! Emma podría ser la dama de honor.
— ¡Pido preparar su pastel de bodas!
— ¡Apuesto a que quedará genial!
— ¡Ahora estoy emocionada yo también!
— Realmente se pusieron a planear todo. — mencionó Chifuyu.
— Y si tú te casas con Kisaki, también iré a su boda. — le habló Hina. — Después de todo te lo prometí, ¿verdad?
— Bueno, pero es muy pronto para pensar en mi boda; lo importante ahora es la tuya. — se sonrojó un poco ante la idea de casarse.
— Bueno... perdón por llamarte todo el tiempo aquí, Naoto. — le habló Takemichi y le extendió su mano. — Nuestro primer apretón de manos fue en éste parque, así que para nuestro último apretón de manos... no hay mejor lugar. Gracias por creer en mí, Naoto; es porque me salvaste en el futuro que estamos reunidos aquí.
— Entonces... ¿esto significa que tanto yo como mi hermana estamos salvados?
— Sip, ¡definitivamente! Así que, toma mi mano. Chifuyu, Hina, Matchi... ¡nos vemos en el futuro!
Al regresar al futuro, todo estaba aparentemente bien; todos estaban vivos y habían hecho sus propias vidas fuera del mundo de las pandillas. Además, lo más importante para él.
Se iba a casar.
Estaba un poco triste debido a que no había podido ver a Mikey, pero fuera de eso todo estaba bien. Tampoco había podido ver a Matchi.
— Hina, ¿sabes qué pasó con Matchi? — le preguntó mientras estaban sentados en una banca.
— ¡Oh, es cierto! ¡Casi se me olvida! ¿Puedes ir a verla? Ella dijo que podríamos ir a ver el progreso del pastel para la boda.
— ¿Pero qué pasó con ella?
— Jeje no sería divertido si te lo cuento todo; lo averiguarás por tu cuenta. Sólo diré que al logró abrir su pastelería; aquí está la dirección. — le pasó un papel.
Con algo de duda, Takemichi cumplió con la petición de su prometida y fue hasta la dirección escrita en el papel, encontrándose con un pequeño establecimiento pequeño con un cartel que decía “pastelería”. Habían un par de ventanas a cada lado donde se exhibían algunos postres, los cuales lucían muy bien hechos.
Se sintió algo nervioso al estar ahí, pues la última vez que ella y Kisaki estuvieron juntos no terminó del todo bien.
— Por favor que sean una pareja normal, que sean una pareja normal, por favor. — habló en voz alta antes de entrar.
Nada más abrir la puerta se encontró a Kisaki detrás del mostrador de la tienda, apoyando su codo sobre el mismo y su cabeza en su mano. Tenía una apariencia mucho más madura y se veía distinto, casi como en la otra línea temporal donde ellos dos fueron pareja.
— Hanagaki. — él no sabía si eran sus nervios o si eso en verdad se había escuchado con desprecio. — ¿Qué haces aquí?
— Ya me iba. — se acobardó.
— Estoy jugando. — le habló al notar que en verdad se iba a ir. — Matchi me dijo que vendrías.
— Oh... me asustaste.
— Ven, ella está en la cocina. — se levantó para guiarlo.
Takemichi se sorprendió cuando una puerta que estaba detrás del mostrador se abrió y de ahí salió una niña, probablemente no pasaba de los cinco años y sostenía un peluche en forma de gato.
— ¿Una niña?
— Sadashi. — Kisaki llamó su atención. — ¿Qué sucede? Te hemos pedido que te quedes adentro mientras trabajamos.
— Quería ver a mamá. — con sólo eso Takemichi pudo unir todos los hilos de lo que sucedía.
— ¡¿Es su hija?! Espera, ¿significa tú y ella...?
— Estamos casados, por si era eso lo que te preguntabas. Y sí, ésta es nuestra hija; se llama Sadashi. — él observó bien los rasgos de la niña buscando algún parecido con sus padres. Tenía el cabello color castaño oscuro y sus ojos eran azules.
— ¿Quién es él? — preguntó la pequeña.
— Es un amigo de mamá. — le contestó Kisaki. — Vuelve adentro, ella te va a volver a regañar.
— No quiero.
— Sadashi-
— ¡No quiero! — salió corriendo en dirección a otra puerta.
— Lo siento, ella es muy inquieta y... malcriada; no le gusta obedecer. Ven por aquí. — se metieron en la misma habitación a la que huyó la niña, una gran cocina llena de un montón de utensilios de cocina e ingredientes. La pequeña estaba escondida detrás de su mamá.
— Ah, Takemicchi, por un momento pensé que no ibas a venir. — mencionó la mujer.
Ella no había cambiado tanto, sólo tenía el cabello un tanto más largo y en su color natural hecho una trenza para que no estorbe durante su trabajo, también traía el mismo arete que siempre ha tenido.
— Espera... ¿ese es...?
— Sí, éste es su pastel.
Takemichi quedó impresionado con el trabajo que había hecho; un pastel de cuatro pisos con cobertura totalmente blanca y decorado con algunas flores de distintos colores que rodeaban todo el pastel como si fuera una escalera en espiral. Toda la parte blanca estaba llena de puntos del mismo color que sobresalían del resto de la cobertura; eso además de algunos detalles dorados que separaban cada piso y estaban en la parte superior del pastel; como pequeñas ramas.
— ¡Es increíble!
— Pero me temo que todavía no está listo.
— ¿Qué es ésto? — iba a tocar unas flores que estaban en una bandeja y recibió un manotazo. — ¡Auch!
— ¡No toques eso! Esas son flores comestibles hechas de azúcar y son MUY frágiles. Tengo que llevarlas al congelador para que se endurezcan más y pueda colocarlas; esas las acabo de hacer.
— A ella no le gusta que toquen sus cosas del trabajo; ya sabes cómo se pone cuando está enojada. — habló Kisaki.
— No voy a dejar que nada arruine éste pastel ahora; he trabajado en él durante un mes entero.
— ¡¿No es mucho tiempo?!
— ¡No es cualquier pastel! ¡Hina es mi mejor amiga y quiero que sea perfecto para ella! ¡Le puse mi sangre, sudor y lágrimas a éste pastel! Ah... no literalmente. Pero entiendes lo que quiero decir; me he esforzado demasiado como para que algo lo arruine ahora, ¿tienes idea de lo que me ha costado?
— No ha dormido a pesar de que le pedí que lo hiciera. — dijo Kisaki.
Matchi observó a Takemichi, quien le hizo un par de señales tratando de decirle que quería hablar con ella pero no podía porque Kisaki estaba ahí. Él ya sabía lo del viaje en el tiempo, pero de todas maneras tenía demasiadas preguntas que probablemente sólo ella podría responder.
— Oye 'Saki, ¿puedes ir adentro a revisar a Yasahiro?
— Ya voy, ven Sadashi. — llamó a la niña.
— Ve. — la menor obedeció al escuchar la voz de su madre. No era estricta, pero simplemente le agradaba más, así que salió de la habitación acompañada de su padre.
— ¿Quién es Yasahiro?
— Nuestro otro hijo.
— ¡¿Otro?! ¿Y cuántos hijos tienen?
— Sólo dos, oye ¿qué crees que somos? ¿Conejos?
— Lo siento.
— Supongo que tendrás preguntas; te escucho.
— ¿Qué pasó con Izana? No lo he visto ni he oído nada de él.
— Bueno, poco después de que ToMan se disolviera y él arreglara las cosas con Mikey... decidió irse de viaje a Filipinas; dijo que quería conocer “sus raíces” para aprender más sobre él mismo o algo así. Supongo que era algo como un viaje de autodescubrimiento, pero sigue comunicándose a través de cartas y a veces viene de visita, como una vez al año. También dirige un orfanato junto a Kakucho aquí en Tokio; esa es de sus razones principales para venir, pero a pesar de todo le va bien y fue a bastantes sesiones de terapia así que está bastante estable.
— Wow, eso... de hecho es increíble. ¿Y qué pasó con Emma?
— Ahora está con Draken y tienen una bebé; creo que tiene la misma edad que Yasahiro... como un año. Es una cosa de lo más tierna; deberías verla algún día, pero el punto es que ellos ahora están felizmente casados.
— ¡Es increíble! Estoy feliz por ellos. Mikey debe de estar feliz.
— Eso creo... en realidad no lo he visto en años.
— ¿Tú tampoco?
—Hmm... no.
— ¿Y qué hay de ti? Quiero decir, ¿cómo terminaste casada con Kisaki y... con hijos? No pensé que llegarían tan lejos.
— Pues sucedió.
— Tus respuestas no cambiaron en doce años.
— Ya... sé cómo explicarlo; las cosas fueron bastante bien entre nosotros desde que volvimos a estar juntos, y cuando ambos cumplimos la mayoría de edad decidimos casarnos. Un año después nació Sadashi y hace un año nació Yasahiro; no hay mucho más que contar. Abrimos esta pastelería juntos poco antes de casarnos, cuando tenía como 18 años, y la verdad nos va bastante bien.
— A decir verdad, estoy aliviado... tenía miedo de que las cosas entre ustedes estuvieran mal.
— No, tranquilo... todo está bastante bien.
— ¿Y qué hay de Hanma?
— Shuji es un mantenido que no dura ni una semana en ninguno de sus empleos y se la pasa más aquí que en su propia casa. Estoy bastante segura de que es por él que Sadashi es tan malcriada; él probablemente es una mala influencia y se supone que él era quien estaba cuidando a los dos niños justo ahora mientras nosotros trabajábamos.
— Pero espera, ¿Kisaki siempre trabaja contigo?
— Es difícil de creer, él pudo haber estudiado cualquier carrera y decidió quedarse conmigo y llenarse la cara de harina mientras me ayuda en una pastelería.
— Supongo que... ¿el amor lo cambió?
— Si lo quieres ver de esa forma.
— ¿En serio no sabes nada sobre Mikey?
— Fuera de lo que dijo Draken, no. Tendrías que averiguarlo por tu cuenta, pero no te lo sugiero.
— ¿De qué están hablando ustedes a mis espaldas? — les preguntó Kisaki mientras volvía a entrar en la habitación, esta vez sosteniendo un bebé. Un varón de cabello negro y ojos anaranjados; estaba semi-dormido en el hombro de su padre.
— Del pasado, supongo.
— Gracias a los dos por todo, le diré a Hina que el pastel es hermoso; ya me voy a ir.
— Espera. — Matchi lo detuvo un momento. — ¿Dónde se metió esa niña? — vio a su hija entrar en la habitación y la puso enfrente de Takemichi. — Muy bien, devuelve sus cosas.
— ¿Mis cosas? Pero no me falta nada.
— ¿Seguro? — ante la pregunta de la mujer, la pequeña mostró un par de objetos.
— Espera, ¡esas son mis llaves y mi cartera! ¿Cuándo las tomó?
— Bueno, ya sabes, los niños tienen malos hábitos.
— Malos hábitos como saltar sobre la cama o rayar las paredes, ¡no robar! ¡¿Qué clase de niña roba?!
— Sadashi, ¿es todo lo que le quitaste? — le preguntó Kisaki, y la niña sacó un objeto más de mala gana.
— ¡Mi teléfono! ¿Cómo están educando a ésta niña?
— ¿Es todo? — preguntó Matchi, a lo que la niña asintió. — Bien, ya puedes irte.
🔮 Espero que no se me haya escapado explicar nada.
Ahora, seguramente se estarán preguntando, ¿por qué la situación de Mikey no cambió si Emma y Baji están vivos y por lo tanto él no debería tener tantos problemas?
Dos razones.
Bueno, pensé en ello durante un tiempo y... llegué a la conclusión de que quizás hubiera pasado. O sea, Mikey alejó a todos sus amigos y las personas importantes para él a partir de sus “impulsos oscuros” y que quiso proteger éste futuro; lo que interpreté al leer el manga básicamente fue que los alejó para protegerlos, y el hecho de que Baji y Emma estén vivos no cambia mucho eso. Y claro, toda esa carga más quizás el sentimiento de extrañar a su hermano Shinichiro podrían ser razones suficientes para que él quiera saltar de un edificio.
La segunda razón es... quería incluir el último arco y si no dejaba la situación de Mikey igual, no hubiera tenido sentido que la guerra de las tres deidades ocurriera en primer lugar.
Ahora, evidentemente no puedo planear un arco sin saber cómo termina en el manga, así que a partir de aquí tengo dos opciones.
Dejar la historia en hiatus indefinido hasta que el manga avance y mientras tanto seguir las otras historias en mi perfil.
O subir capítulos de dos años de la relación de Matchi y Kisaki (Take luego de ésto viaja 10 años al pasado y antes eran doce, con dos años me refiero a los dos años que hay enmedio de ese lapso de tiempo) mientras el manga avanza.
En fin, es decisión suya.
Si tienen alguna duda háganmelo saber
Ah, y por si se lo preguntaban, Baji sí tiene su tienda de mascotas con Kazutora; Chifuyu se convirtió en piloto. No lo aclaré en el capítulo, pero sí pasó.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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