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Nada más recuerden que no sé narrar peleas ¿ok? Quizás quede raro.
— Hola chicos; — Matchi los saludó a ambos, ignorando por completo el hecho de que los Haitani la estaban viendo. — vine a ayudar.
— ¿Mirai o Matchi? — le preguntó Angry, quien seguía sin entender bien el asunto de los dos nombres.
— Matchi, por ahora.
— ¿Qué con la niña? — preguntó el mayor de los Haitani. — Oye, ¿cuántos años tienes? ¿Doce?
— Para tu información, tengo 14. No me andes diciendo niña.
— Esa es la que Izana dijo que no matemos. — agregó el menor.
— Parece que tienes suerte, pero tampoco tanta; eso no nos impide romperte un par de huesos.
— Bueno, no me sé sus nombres así que sólo les diré Haitani trencitas y Haitani miope. ¿Les molesta? Por supuesto que les molesta, es por eso que es divertido.
— Matchi, tienes que tener cuidado; — le habló Angry. — no creo que lo que haces siempre funcione. Estos chicos no juegan.
— Pues que amargados son.
— ¿No les puedes... dar una patada como haces a veces? Podrías vencerlos con eso.
— Sí... Mirai es la que sabe dar patadas.
— ¿Ah? ¿Y no puedes hacerla salir un momento?
— No es así como funciona; ella sale cuando quiere.
— ¿De qué están hablando esos locos? — preguntó Rindou.
— Bien, bien. Te digo algo Angry; puedo intentar, después de todo es el mismo cuerpo; yo también debería tener la habilidad, y ya he dado patadas antes.
— ¿Cómo es que Mirai es la que sabe dar patadas si tú eres la agresiva?
— No lo sé, quizás sea por eso. A mí me encanta golpear personas, imagínate si supiera dar buenas patadas como Mirai. Y no soy agresiva, sólo me divierte la violencia.
— Bien, se acabó. Yo me encargaré de la niña. — volvió a hablar Rindou. Se acercó rápidamente y, como ella estaba distraía, la logró atrapar. — Mira, fue más fácil de lo que pensé; es demasiado pequeña e indefensa. — la tomó desde la parte de atrás de su camisa y la levantó del suelo. — Sólo con hacer ésto ya no me puede tocar.
— Suéltame.
— ¿Por qué debería? Te voy a romper un brazo por haberme llamado miope.
— Bien, atrévete, pero te advierto una cosa. No soy tan rápida ni fuerte, pero lo que realmente me da la ventaja siempre es un pequeño detalle que se llama “soy en extremo molesta”. La gente no me soporta, y si me pones una mano encima no lo pensaré dos veces; soy capaz de gritar, patalear y hacer un berrinche hasta que me sueltes.
— Lo que sea. — y así sucedió. Apenas el la tocó y ya había comenzado a gritar; estuvo distraído con eso unos dos segundos y ella aprovechó ese tiempo para pegarle en el estómago, logrando que soltara su agarre, y empezó a correr para alejarse de él. — Demonios. Ran, se está escapando.
— La tengo. — volvieron a atraparla. — No eres muy buena escapando, ¿verdad?
— Sí lo soy, así que suéltame o te arrancaré esas trenzas.
— Como si pudie- ¡Auch! — sintió como ella le jalaba una de sus trenzas con fuerza. — ¡Suéltame el cabello!
— Bueno, yo te advertí.
— Haz algo, Rindou. Rómpele un brazo o algo; esta chica es insoportable.
— Y eso que casi no he hablado nada, pero no hay tiempo para contarte la historia de mi vida.
— Le romperé una pierna para que no vuelva a escapar; sosténla ahí. — pero en cuanto Rindou tomó una de sus piernas, Matchi usó la otra para darle una patada en el cuello. Después de eso, usó toda la fuerza en sus brazos para liberarse del agarre de Ran y volvió a correr.
— ¡Se está volviendo a escapar! — gritó Rindou.
— ¡Atrápala!
— ¡No se queda quieta! ¡Atrápala tú!
— ¡Cada vez que lo hacemos se escapa! ¡Es demasiado escurridiza!
— Ni siquiera está peleando realmente; sólo se está burlando de nosotros.
— Jamás había tenido que pelear con alguien tan molesto en toda mi vida. — básicamente estaban tratando de atrapar a Matchi, quien seguía corriendo de un lado a otro sólo para molestarlos.
— Que divertido. — regresó a donde estaban Angry y Hakkai. — ¿Viste, Angry? Sí lo puedo manejar.
— Sí... no pensé que pudiera hacer eso.
— Aún así, no sé si los pueda vencer así nada más. Son mucho más rápidos que yo, pero vaya que es gracioso verlos enojados porque no me pueden alcanzar.
— ¿Y qué haremos?
— Tú tienes un brazo y una pierna rota, Hakkai también está herido y yo estoy ilesa; creo que es bastante obvio lo que va a suceder ahora. Seguiré molestando un rato más a éstos chicos y veré si los puedo vencer, pero no aseguro nada. — sacó algo de su bolsillo. — Oye, Haitani miope. Éstos son tuyos ¿verdad? — mostró lo que tenía en sus manos, unos lentes; más bien los de Rindou.
— ¿Pero qué- ¿cuándo me los quitó? — preguntó luego de revisar y darse cuenta de que no los tenía.
— Sería una pena que alguien... los rompiera.
— Ignórala. — le dijo su hermano mayor. — Para ella esto es un juego; todo lo que está intentando es provocarnos, y si le haces caso sólo le das lo que quiere.
— ¿Y se supone que la deje romper mis lentes?
— Ella no se atreverá; lo dice para molestarte.
— ¿Cómo que no me voy a atrever? — usó sus manos para romper el marco de los lentes, y luego los lanzó al suelo para pisarlos y terminar de destruir el lente como tal.
— Ella tiene... mucha suerte de que no pueda matarla. Pero igual la voy a hacer pagar.
Al ver que él se acercaba para volver a atraparla, Matchi volvió a correr de él y de su hermano. Sin embargo, al final, lograron tomarla e inmovilizarla lo suficiente para que no pudiera moverse.
— Bueno, ¿te sentirás mejor luego romper sus articulaciones? — le preguntó Ran.
— Sí, que grite y sienta dolor por burlarse de nosotros. — tomó su brazo izquierdo.
Bueno, en momentos como esos a ella definitivamente le serviría ser Mirai. Rindou dobló su brazo hasta que se escuchó un crujido, indicando que estaba roto, pero ella no gritó; aguantó las ganas de gritar que sentía sólo para no darles el gusto de oírla retorcerse de dolor. Y claro, era algo que sabía hacer gracias a su madre, como siempre; no estaba muy orgullosa de ello.
— ¿Hm? No gritó.
— Estoy seguro de que eso debió ser suficiente.
— Mala suerte para ti; cuando mi mamá golpeaba no podía llorar ni gritar o me devolvían el golpe más fuerte. Esto no es nada.
— Ya estoy harto de ti; te romperé todas las extremidades.
Mientras tanto Angry, quien seguía observando todo desde la distancia, no pudo evitar sentirse mal por su amiga al ver que la estaban hiriendo.
— ¡Detente! — gritó. — ¡Eso no es justo! — y de pronto, comenzó a llorar, llamando la atención de los hermanos. — Deténganse tontos.
— Wow... ¿en serio?
— Raro...
— No puede ser, ¿cómo se atreven a hacer llorar a Angry? Si él es el ser más puro y amable que existe. — habló Matchi.
🔮 Bueno, ayer me dio la ligera impresión de que querían a Koko como protagonista de la próxima historia, así que aquí se hace lo que el público pide. Ya estoy trabajando en ello.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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