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Hola, ¿cómo están? Yo aquí ando otra vez.
Pasó un rato luego del diagnóstico que les dio el doctor sobre Emma; eventualmente Hina y Draken también se enteraron de lo sucedido y ahora estaban en el hospital también. Mikey, quien aún lucía perdido en sus pensamientos, iba a retirarse un momento, pero Draken lo llamó.
— Mikey, vamos afuera por un momento.
Takemichi los siguió, pero Matchi se quedó en su lugar, sentada un una pequeña banca; estaba demasiado ansiosa como para pensar bien y si era sincera tenía bastante miedo. También se sentía bastante culpable por el resultado de la situación; ella sabía qué era lo que iba a suceder y a pesar de haberle puesto un casco a Emma las cosas no resultaron como quería.
— Hiciste todo lo que pudiste, Matchi. — se dijo a ella misma en voz alta. — Bajaste la guardia, estúpida Mirai.
La ansiedad la estaba volviendo loca, y pensó que la culpa la tenía el lado sensible de su personalidad por haber pensado que todo estaba resuelto por sólo un momento. Durante todo el tiempo estuvo alerta, menos cuando Emma le habló; se descuidó y se confió sólo porque estaba bastante cansada y decidió hacerle caso a su amiga en vez de esforzarse un poco más en ayudarla. Fue débil, si hubiera ignorado su hambre entonces Emma no se hubiera alejado y hubiera podido hacer más por ella.
Y de nuevo, esa sensación de no saber quién era; justo cuando pensaba que Matchi estaba al mando Mirai volvía a aparecer y la hacía actuar según sus sentimientos. Mientras más lo pensaba, más se sentía como si fueran dos personas diferentes dentro de ella tratando de luchar por tener el control de sus decisiones; el aire le faltaba y no podía parar de temblar al pensar en todo eso. Pronto sintió ganas de llorar, pero se aguantó las lágrimas; era Mirai la que estaba llorando y se sentía culpable, mientras Matchi estaba furiosa y quería golpear a Kisaki por lo que había hecho. Matchi recordaba con claridad la mirada que tenía el chico en ese momento y le generaba rabia pensar en que estuvo a punto de asesinar a alguien; quería hacerlo pagar.
Un lado de ella quería hacerse bolita y llorar por su amiga hasta quedarse dormida allí mismo.
El otro ansiaba venganza y estaba lleno de remordimiento por lo ocurrido.
Sacudió su cabeza tratando de aclarar su mente, pero simplemente no sabía qué hacer. Suficiente tenía con las malas noches que había pasado preocupándose por todo lo que iba a ocurrir ese día, y aún no había tenido la oportunidad de comer algo; sentía que en cualquier momento iba a desmayarse por el hambre y poco le importaba.
Ella sólo quería acabar con todo.
— ¿Mirai? — escuchó la voz de Hinata junto a ella, pero no respondió. Hina se sentó a su lado y le acarició la espalda para mostrarle apoyo, pero luego cambió su acción por un abrazo en cuanto sintió a su amiga temblar. — No te preocupes, los doctores están haciendo todo lo que pueden.
— Me siento perdida, Hina. Ya no sé cómo actuar y mi nombre no me ayuda; Mirai y Ayamachi, las dos están fracasando.
— ¿De qué hablas?
— Se supone que Mirai es el nombre falso, la personalidad inventada y no la original, pero sigue tomando el control sobre Matchi. A pesar de saber qué iba a pasar, no pude hacer nada; no puedo cambiar el futuro ni aunque lo haya visto con mis propios ojos... mis visiones no me están ayudando, sólo me están asfixiando; me siento presionada a cambiar todo y... no sé cómo... no puedo. Hina, ¿soy Mirai o soy Matchi? No tengo idea de cuál de las dos tiene el control ahora. — la contraria se detuvo un momento a pensar en todo lo que había escuchado antes de responder.
— Matchi suena lindo, y Mirai también. Pero, ¿sabes qué acabo de notar que tienen en común? Las dos se preocupan por sus amigos y harían lo que sea necesario por ellos, porque los quieren mucho. Tú eres tú, sin importar el nombre que tengas, yo sólo sé que eres la chica que conocí en la primaria y que está enamorada de Kisaki, a la que le gusta el helado de menta y hacer galletas, la que ama la navidad. Si quieres que te llame Matchi eso está bien; eres mi amiga y el nombre que tengas no cambiará eso. Estoy segura de que... Emma pensaría igual si estuviera aquí ahora.
—...Gracias.
— No te presiones, estoy segura de que haz hecho todo lo que has podido. No pienses en lo que pudiste haber hecho ni en lo que tendrás que hacer en el futuro; concéntrate en lo que vas a hacer ahora. — la contraria suspiró.
— Siento que no me merezco a una amiga como tú.
— ¿Tienes hambre? Podría acompañarte a comer algo.
— Eso-
Fue interrumpida cuando le llegó un mensaje a su teléfono.
Chifuyu
¿Dónde estás? Necesito que vengas.
Ya encontré a Takemicchi, pero a ti no te veo.
Matchi
¿Qué sucedió?
Chifuyu
Hay que ir con el resto de la ToMan.
Todos están esperando.
Matchi
¿Estás en la entrada?
Chifuyu
Sí, justamente.
Matchi
Voy para allá.
Estaré ahí en un minuto.
Chifuyu
Ok, te esperamos.
— Lo siento, Hina. Me tengo que ir. — avisó rápidamente antes de levantarse.
— ¿A dónde vas?
— Probablemente a hacer algo peligroso, pero prometo que estaré bien. Cuando todo termine iremos a comer juntas como querías. — la contraria asintió.
— Ten cuidado.
— Quédate aquí por si hay noticias del estado de Emma, por favor. Mikey está en un estado muy... inestable.
— Tranquila, no te preocupes por nada.
Frente a toda la ToMan estaban parados Chifuyu, Takemichi y Matchi, la última se detuvo a comprar algo de comida o si no de verdad iba a desmayarse. Sin embargo, por la prisa sólo pudo comprar algo de *anpan y varias cajas de pocky; aún así estaba un poco más animada comiendo.
(*El anpan es un bollo de pan dulce con relleno en su interior. Los más comunes son rellenos con pasta de frijol o judias. Por si no sabían.)
De todas formas, ahora venía la parte difícil. Mikey no se encontraba en condiciones emocionales para liderar a la ToMan y Draken probablemente tampoco lo haría, y ellos tenían que avisar sobre la situación. Quién sabe qué pasaría ahora sin Mikey para estar al mando de todo.
🔮 Tengo tarea para mañana y aún así ando actualizando, fíjense.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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