095

Hola, hoy no sé qué más decirles.

El día siguiente.

— Entonces, ¿sí vas a ir a terapia? — le preguntó Mirai a Izana.

— ¿Vas a preguntarme eso cada vez que nos veamos?

— No contestes una pregunta con otra.

— Está bien, supongo que iré.

— Mirai. — Izana le habló mientras ella se recostaba en el suelo dispuesta a descansar, y al escuchar que alguien la llamaba abrió los ojos. — La ropa que traes puesta... ¿es el uniforme de una pandilla?

— Ajá. — le restó importancia y volvió a cerrar los ojos, decidida a dormir un poco.

— ¿Y cuál es exactamente?

— Phoenix. — contestó con la voz adormilada.

— ¿Cuántas personas hay? Jamás había escuchado de esa...

— Hmm.... unas 550, quizás 600. — le respondió deseando que esa fuera su última pregunta para poder dormir tranquila.

— Eso es demasiado... ¿y quién es el líder?

— Soy yo. — comenzó a irritarse. — ¿Para qué preguntas todo ésto? Tengo sueño...

— No importa.

— ¡Que pacífico! ¿No crees, Takemicchi? — le habló Chifuyu, mirando desde la ventana de la habitación mientras el otro es leyendo recostado en el suelo y Mirai revisaba un par de mensajes en su teléfono.

— ¿Ah? Claro... — contestó el rubio sin despegar la vista de lo que leía.

— La vista desde aquí arriba es algo impresionante, no existe tal cosa como esto. — siguió hablando Chifuyu. — Qué crees que ocurre... ¿estás escuchándome, Takemicchi?

— Chifuyu, Mirai... tengo una idea increíble. — se levantó del suelo. — Puedo verlo... la cima del mundo de los delincuentes; ¡vamos chicos!

— ¿A dónde? — preguntó Chifuyu.

— Síguele la corriente un rato; ya sabes que se pone medio raro a veces. — opinó Mirai mientras se levantaba.

— Bueno...

......

— ¿La estación de Shibuya? — se preguntó Chifuyu al llegar al lugar. — Espera, Takemicchi. ¿A qué te refieres con la cima del mundo de los delincuentes?

— Chifuyu... ¿no te das cuenta a pesar de que tú tienes “la biblia”?

— ¿“Biblia”? — miró a Mirai con confusión, quien sólo se encogió de hombros.

— ¿Acaso tienes mal la vista? — le insistió Takemichi. — Lo que “shonan junai gumi” y “bukkomi no taku” nos han enseñado. — les mencionó mientras mantenía una expresión concentrada. — ¡Todo se lleva a cabo en Kanagawa! ¡Chifuyu, Mirai! Para ser el mejor en el mundo de los delincuentes, ¡simplemente tenemos que derrotar a los delincuentes de Yokohama!

— ¿Eres estúpido? — le preguntó Mirai; quizás demasiado en serio.

— ¡Vamos a Yokohama! — insistió.

— Nos vemos. — habló Chifuyu. — No tengo nada que hacer ahí además de ir a Chinatown a comer bollos de cerdo. — al ver que Chifuyu no estaba haciendo caso, Takemichi miró hacia Mirai.

— El pasaje es demasiado caro, no gracias.

— Ustedes... ¡bien! — indignado, Takemichi decidió irse solo.

— Tráenos recuerdos. — pidió Mirai.

— Por favor. — completo Chifuyu. — Que imbécil... — opinó al ver a su amigo alejarse. — me voy a dormir, ¿tú que harás? — empezaron a caminar.

— No sé... igual y me quedo en mi casa haciendo galletas.

— ¡Chifuyu, Mirai! — escucharon una voz detrás de ellos.

— ¿Qué? ¿Ya estás asustado? — se burló Chifuyu al pensar que su amigo se había arrepentido, pero no era él.

— Los amigos de Takemichi cuyos nombres no me molesté en recordar.

— Yamagishi, Makoto. — habló Chifuyu.

— Sí, ellos.

— ¡¿Qué carajos les pasó?! — les preguntó al verlos todos golpeados. Los otros dos explicaron rápidamente lo que había sucedido.

— ¡Ellos aparecieron de la nada! — dijo Yamagishi.

— ¿Un grupo de personas con gabardinas rojas? — cuestionó Chifuyu.

— Algo me dice que tenemos que buscar a Takemicchi. — opinó Mirai, a lo que Chifuyu asintió.

Empezaron a correr de vuelta por donde vinieron, y efectivamente, un grupo de personas con gabardinas rojas estaban rodeando a Takemichi junto a su otro amigo, Akkun, quien también estaba todo golpeado.

Chifuyu se apresuró y le dio una patada al que estaba tratando de acercarse a Takemichi.

— ¡Corran, Takemichi, Akkun! — gritó Mirai.

— ¡Akkun, sube! — el mencionado hizo caso y subió a la espalda de Takemichi, para que luego él saliera corriendo.

— ¡Te vemos luego! — avisó Chifuyu.

— ¡Lo siento, chicos! — se apresuró a decir Takemichi. — ¡¿Qué mierda?! — se preguntó él. — ¡Akkun, ¿qué mierda pasó?! ¡¿Quién mierda son esos tipos?!

Chifuyu recibió un puñetazo en la cara, haciéndolo caer al suelo.

— ¡Vamos a matar a todo el Tokyo Gang! — habló uno de los tipos.

— Mirai, tienes que irte. — le dijo Chifuyu. — Están cazando miembros de ToMan, y tú no eres uno; vas a salir lastimada sin razón.

— No soy un miembro, pero sí estoy aliada con ustedes. — aclaró. — También dije que le ayudaría a ToMan cuando estuviera en peligro, y este es ese momento.

— Mirai.

— La buena suerte es... que los inadaptados de los Phoenix están en todas partes. — Chifuyu vio como los miembros de los Phoenix comenzaban a llegar de la nada. — Lo siento, ya sabía que esto iba a pasar, pero necesitaba que estuviéramos aquí.

— ¿Pero en qué momento...?

— ¿Por qué crees que estaba enviando tantos mensajes?

— La próxima avísame aunque sea. — sonrió mientras se ponía de pie. — Gracias, Mirai. — dijo al llegar junto a ella.

— Somos más, definitivamente podremos con esto sin problemas. — habló la chica.

En otro lugar, con Takemichi.

Takemichi había logrado sacar a Akkun de la estación, más no habían logrado escapar; estuvo huyendo mientras el resto de sus amigos le explicaban quiénes eran ellos y qué estaban haciendo. Se sorprendió al escuchar que se hacían llamar “Tenjiku” y que habían 300 personas cazando miembros de ToMan.

Al escuchar eso inmediatamente recordó a Chifuyu, quien se había quedado atrás enfrentando a aquellos tipo, y les dijo a sus amigos que se fueran mientras él hacía otra cosa. Al final, ellos terminaron por seguirlo para pelear a su lado contra los miembros de Tenjiku, pero no lograron mucho; ahora todos estaban bastante heridos y no podían hacer nada más en contra de la gran cantidad de personas que estaban frente a ellos y que en cualquier momento se lanzarían a golpearlos.

Takemichi se sintió aún más confundido ante la situación, pues en todos los viajes en el tiempo jamás escuchó sobre Tenjiku.

— Tú no entiendes qué está pasando, ¿no es así?

— ¿Huh? — Takemichi vio a la persona que le estaba hablando y que se puso frente a él. — ¡Kisaki!

— Hola... “héroe”. — el contrario se confundió; sonó exactamente igual al Kisaki que conoció en el futuro. — ¿Deberíamos empezar el “incidente de Kanto”?

🔮 Iba a tomarme una foto para mostrárselas y justo me sale un granito; denme tiempo a que desaparezca 😭🖐️

Por cierto, mañana nos cortan el internet; no me sorprendería que no pueda actualizar.

Les digo porque eso siempre hace milagros.

Y creo que tengo un problema con hacer nuevas historias cuando tengo más pendientes; la historia que les dije que iba a hacer de Izana ya está prácticamente lista (casi) y quizás la suba hoy mientras aún tengo Internet ya que no pude controlar mis impulsos.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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