093
Canción sentimental.
— ¡¿Estás bien, Takemichi?! — le preguntó Naoto. Fue él quien había entrado y disparó.
— ¿Naoto? — observó a su lado y vio a Mikey en el suelo. — ¡Mikey!
— ¡No te le acerques, Takemichi! — vio el arma que tenía Mikey en el piso y se dio cuenta de algo; el seguro estaba puesto. — ¿Nunca intentó matarlo?
— ¡Mikey! ¡Mikey! — gritó mientras lloraba cada vez más fuerte. — ¡Mikey! — volvió a gritar con toda su fuerza.
— Naoto Tachibana. — Mikey habló con la poca fuerza que le quedaba. — Gracias, Takemicchi no habría podido matarme.
— Mikey...
— Por fin... se acabó. — un par de lágrimas comenzaron a asomarse en sus ojos; sonrió débilmente. — Toda mi vida... he estado sufriendo.
— ¡Mikey, no! No lo digas... — lloró. — Aún puedo cambiarlo. Puedo cambiar el pasado, puedo empezar todo de nuevo. Haré lo que sea para cambiar el futuro; no quiero... ¡No voy a rendirme!
— Gracias, Takemicchi.
— ¿Huh?
— Me tranquilizan tus palabras; incluso si me estás diciendo mentiras... estoy feliz. Takemichi...
— Ah.... — el contrario sujetó su mano.
— Tu mano es.... tan cálida.
No dijo nada más; el brillo que por un segundo apareció en los ojos de Mikey se había apagado.
— ¿Mikey? — sollozó. — Estás mintiendo, ¿o no? Respóndeme... Mikey... — Takemichi abrazó el cuerpo en sus brazos, recordando todos los momentos que habían pasado juntos desde que se conocieron.
Año 2006, lugar especial de Mirai.
— ¿Y entonces ya te sientes mejor? — preguntó Izana a Mirai.
— Sí, creo que ahora estoy bien; no era para tanto lo que lloré. ¿Qué hay de ti?
— Hmm.... no estoy seguro...
— ¿No has pensado en que sería bueno que vayas a terapia? Es una sugerencia que de preferencia deberías hacer.
— ¿Para qué?
— Digo que te podría ayudar; vale la pena intentarlo. Quiero decir, a mí me ayudó mucho a sobrellevar el abandono de mi mamá y... eso, pero es bueno para ti.
— Lo pensaré.
— ¿Seguro? Suena como a que vas a evitar el tema.
— Es en serio. — miró hacia el suelo. — De hecho, he estado pensando en lo que me dijiste la primera vez que nos vimos.
— ¿Qué era? Ya no me acuerdo.
— ¿En serio no te acuerdas?
— Digo muchas cosas a diario; ¿qué fue lo que dije?
— Eso de que los lazos de sangre no son lo mismo que la familia.
— Ohhh... ¿qué tiene?
— Creo que tenías razón. De cierta forma, pasar tiempo aquí contigo mientras me cuentas todo lo que pasa en tu vida es como... tener una hermana pequeña.
— No soy tan pequeña, pero entiendo lo que dices.
— Sí eres bastante pequeña; como una cría de un ave. — hizo una seña con su mano, acercando dos de sus dedos uno a otro, casi tocándose, indicando lo pequeña que según él era Mirai.
La chica miró hacia el cielo, dándose cuenta de la cantidad considerable de nubes que se estaba acercando al lugar.
— Parece que va a llover... — el contrario imitó su acción de mirar hacia arriba. — será mejor que me vaya antes de que me alcance la lluvia. — se levantó.
— Yo me iré en un rato. — se despidió con la mano.
— Adiós.
En su camino de regreso, la lluvia tomó por sorpresa a Mirai, quien había pensado que lograría llegar a su casa a tiempo. La gente que pasaba a su alrededor comenzó a correr en busca de refugio, y Mirai se estaba quedando sin opciones.
Sintió como poco a poco su ropa y su cabello comenzaban a empaparse, pues no traía sombrilla, y tratar de cubrirse con sus brazos le estaba siendo inútil. Fue entonces cuando escuchó una voz a la distancia.
— ¡Mirai! — miró hacia atrás, encontrándose con Chifuyu, y vio que él sí tenía sombrilla. — ¿Qué haces parada en la lluvia? — le preguntó una vez estuvo frente a ella, moviendo su paraguas para taparla a ella también.
— Estaba regresando a mi casa, pero aquí no hay muchos lugares para refugiarse. Además... olvidé traer mi sombrilla.
— ¿Quieres que te acompañe? Vas a resfriarte.
— Gracias, me sería de ayuda.
Comenzaron a caminar en dirección a la casa de Mirai, y en eso, vieron a lo lejos a Takemichi golpeando unas llantas.
— ¡¿Qué carajo está haciendo ese chico?! — preguntó Chifuyu.
— Tal vez finalmente se volvió loco.
— Vayamos a ver. — ella asintió y ambos se acercaron a Takemichi.
— ¡No perderé! — lo escucharon gritar.
— ¿Qué estás haciendo? — le preguntó Chifuyu.
— ¡¿Chifuyu?! ¡¿Mirai?! ¿Qué están haciendo aquí? ¿Por qué Mirai está mojada?
— Lo dice el que está pegándole a una llanta.
— Estaba acompañando a Mirai a su casa porque ella no tiene sombrilla, pero vimos a un raro peleando con una llanta.
— Yo...
— Es completamente raro hablarle a una llanta bajo esta lluvia. — mencionó Mirai.
— ¡Cierra la boca!
— Cuidado con el tono con el que me hablas, Hanagaki.
— No le pegues.
— ¡Estoy ocupado! ¡No estoy jugando!
— ¿Huh? ¿De qué estás hablando? — preguntó Chifuyu.
— ¡Estoy entrenando! — le pegó a la llanta. — ¡Tengo que ser más fuerte que todos! — no pudo esquivar la llanta y lo terminó golpeando. — ¡Sin importar qué! ¡El futuro nunca cambiará si no me hago más fuerte!
— ¿Eres... el Takemichi del futuro? — preguntó Mirai.
— Y ya no sé qué más hacer; intenté de todo, Hanma. — le habló Kisaki. — Traté de llamarla y le mandé mensajes, pero no me contesta. Intenté buscarla en... otro lugar al que suele ir, pero nunca me la encuentro; y ya sabes cómo terminó cuando intenté ir a su casa.
— Fue divertido.
— ¡Tú me echaste, pensé que estabas de mi lado!
— Pues no te quiere ver, ¿qué quieres que haga? Y ella sigue enojada conmigo por no haberle dicho lo que planeabas desde un principio; de alguna manera tengo que lograr que me perdone.
— Pero eso no fue todo, ¿no recuerdas qué pasó cuando traté de hablar a Mirai sin entrar a su casa? — el más alto se rió al recordar lo sucedido.
— Te lanzó un balde de agua helada desde la ventana de su habitación. — siguió riéndose.
— Muy gracioso, y tú no hiciste nada para defenderme.
— No había nada que pudiera hacer. Además, es comprensible que ella hiciera eso; ¿por qué no sólo te olvidas del asunto y la dejas vivir su vida?
— No, y no quería llegar hasta este extremo, pero no me queda otra opción.
— ¿Qué vas a hacer?
— Tendré que llamar su atención.
🔮 No sé cuánto vaya a tardar haciendo el extra, así que tal vez no salga justo en el capítulo 100
Es que no sé cuántos escenarios voy a incluir en total, entonces... estoy en eso.
También, ya me corté el cabello; ahora tengo la parte de atrás rapada y los lados un poquito largos, pero no mucho jsahajsja me sentí diosa empoderada por unas horas hasta que mi hermano me dijo que me parecía a Gwen Stacy que ni sé quién es alv.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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