084
Me estoy quedando sin canciones...
— ¡Déjame ir, Inui! — Taiju se soltó del agarre del rubio para prácticamente arrastrarse hasta la entrada de la iglesia. — ¿Eh? ¡¿Qué pasó aquí?!
— ¿Oh? ¿Ya están listas las cosas por allá? — Draken era quien estaba afuera; había derrotado a los que estaban afuera. — ¿Le podrías avisar a Mikey? Yo estoy listo aquí afuera.
— Takemicchi. — habló Chifuyu dentro de la iglesia. — Aún puedes moverte, ¿cierto?
— Uh... sí.
— Sólo tenemos que aguantar un poco más. — siguió él. — ¡Tenemos a 100 de los Black Dragons afuera! Y 5 de nosotros...
— ¡Creo que la segunda división tiene que hacer algo de ruido, Hakkai! — dijo Mitsuya.
— ¡Sí!
— ¿Cómo estás tú, Mirai? — le preguntó Takemichi.
— He estado peor; todavía tengo fuerzas.
— ¿Hm? — Draken entró a la iglesia y los vio a todos nerviosos. — ¿Por qué están todos tan tensos?
— ¡¿Draken?! — exclamó Mitsuya.
— ¡Mikey! — le habló Draken. — He pisoteado a todos los tipos de afuera. Taiju Shiba fue derrotado ante ti, todos sus hombres han sido derrotados; su espíritu de lucha ha desaparecido.
— ¡Yup!
— ¿Qué? — preguntó Takemichi. — ¡¿Qué?! — todos empezaron a seguir a Mikey hasta afuera.
— Los Black Dragons están muertos. — afirmó Mikey. — ¡ToMan gana!
— ¡Wow! — exclamó Chifuyu al ver a los Black Dragons en el suelo.
— ¿Él hizo todo esto sólo? — se preguntó Yuzuha.
— Al final nuestros dos principales hombres fueron los verdaderos monstruos. — dijo Mitsuya.
— ¡Maldición, se ma ha puesto la piel de gallina! — exclamó Chifuyu.
— ¡A mí también! — Mirai y él chocaron los cinco.
— ¿A ti no, Takemicchi? — Chifuyu y Mirai vieron al mencionado con la mirada perdida, y luego ponerse a llorar. — ¿Takemicchi?
— Misión cumplida...
— Lo has hecho bien. — después de que Chifuyu lo felicitó, Takemichi se desmayó. — ¡¿Takemicchi?! — Mitsuya logró atraparlo en su espalda antes de que cayera.
— Gracias, Takemicchi. — dijo él. — Mikey, Draken... vencimos a los Black Dragons gracias a ustedes dos, pero el mup de esta pelea... es Takemicchi.
— ¿Lograste distraerte de lo que pasó? — le preguntó Chifuyu a Mirai.
— Algo así.... no quiero pensar en eso; se me arruinaron las botas nuevas.
— Siempre puedes comprar otras. — le dijo Mitsuya.
— Hmm.... — miró al suelo por un rato y luego dirigió su mirada a Mikey. — oye, Mikey. — el mencionado la miró para hacerle saber que estaba escuchándola. — ¡La patada que lanzaste antes fue genial! ¿Cómo lo haces?
— No es tan difícil si practicas.
— Me tienes que enseñar algún día.
— Tus patadas de todas maneras son casi como las mías. — se rió. — Casi.
— No hacía falta resaltar eso último.
— Jajaja es broma, cuando quieras te enseño.
Más tarde, estaba Mikey conduciendo su motocicleta mientras llevaba a Takemichi, quien estaba dormido. Mirai estaba conduciendo su propia moto, porque sí, Mirai sabe conducir; la cosa es que no suele hacerlo tan seguido.
— ¿Eh? — Takemichi se despertó. —¿Me quedé dormido?
— ¿Despertaste, Takemicchi? — le preguntó Mikey.
— ¡¿Mikey?! — miró a su alrededor, encontrándose sólo con Mirai. — ¡¿Eh?! ¡¿Y los demás?!
— Los demás se fueron. — le explicó Mirai.
— Estamos aquí. — se detuvieron frente a un edificio.
— Esto es... — Takemichi miró con atención al bajarse de la moto de Mikey, y entonces se encontró con alguien. — ¿Qué? ¿Hina? ¿Qué está pasando aquí, chicos? — miró a la chica frente a él sin saber qué decir. — Bueno... eh...
— ¿Te metiste en otra pelea? — fue lo primero que ella le dijo, y él no pudo evitar ponerse a llorar.
— ¡Hinaaa! ¡Perdón! — sollozó. — Soy un delincuente, así que entiendo lo que quiere decir tu padre. — se puso de rodillas en el suelo, frío por la nieve. —No puedo dejar que te hagan daño por mi culpa; no después de que prometí salvarte.
— ¿Salvarme...?
— ¡Hinaaaa! ¡Juro que voy a protegerte! Incluso... si mueres.
Mirai llevó su mano hacia su cara, frustrada al darse cuenta de lo fácil que Takemichi soltaba todo.
— ¿Qué.... estás diciendo? Takemichi... — Hina lucía confundida.
— Incluso si te atropella un camión, o si pierdes la sanabilidad en las piernas; no importa cuantos intentos me cueste... ¡te salvaré! ¿Podemos volver a estar juntos?
— Llévame al santuario. — pidió ella.
— ¿Eh?
— En año nuevo.
— Entonces... eso quiere decir...
— ¡Es un trato! — le sonrió.
— ¡Hinaaaa!
— ¡Oh, vamos, no llores!
— ¡Pero no puedo!
— ¡Oh, cielos!
— ¡Estoy tan feliz, Hinaaa! — dijo Emma, quien también estaba ahí, mientras comenzaba a llorar.
— ¿Por qué estás llorando? — le preguntó Mikey.
— Sólo espero que Takemichi no le diga a Hina que lo golpeé; se va a enojar conmigo. — mencionó Mirai; una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a su amiga con Takemichi. — Ellos realmente se merecen ser felices.
— Ya regresé. — avisó Mirai al llegar a su casa. Acomodó sus zapatos en la entrada mientras su hermano la veía.
— ¿Qué tanto te golpearon por meterte a defenderlos? — le preguntó él al ver la cara toda golpeada de Mirai.
— Qué te importa.
El mayor trató de ignorar ese comentario para hablarle de otra cosa.
— Oye, Kisaki me dijo que te dijera algo. — ella lo ignoró. — Él dice que lo siente.
— Dile que lo siga sintiendo. — se dirigió a las escaleras para subir hasta su habitación. Una vez ahí, se dejó caer en la cama, y sin siquiera cambiarse se acomodó allí, hecha bolita mientras abrazaba su almohada.
Y empezó a llorar.
Por mucho que se hubiera enojado con Kisaki, la realidad era que le dolía más que cualquier otra cosa. Estaba furiosa, pero le dolió golpearlo y terminar con él, porque a pesar de todo ella lo quería; jamás dejó de hacerlo, pero tampoco podía estar con él en una relación que ella sabía que no era sana ni iba a terminar bien. Así que, para no preocupar a sus amigos con sus propios problemas, fue hasta entonces que se dispuso llorar; cuando estaba sola y nadie podía verla así.
Los ojos y la cara comenzaron a arderle mientras sollozaba de la manera más silenciosa que podía, pues no se tomó el tiempo para curarse las heridas o quitarse el maquillaje de la cara; se sintió miserable.
Restregó su cara en la almohada, tratando de calmar el picor que le daban los restos de maquillaje en sus ojos, y siguió llorando hasta que se quedó dormida.
🔮 Me duele escribir a Mirai triste, mi bebé no se merece todo ésto.
En fin, ¿sólo yo siento que estoy avanzando demasiado rápido y me salto demasiadas cosas?
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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