079
Capítulo editado porque olvidé incluir un par de diálogos importantes cuando lo publiqué.
Les dejo una canción de mi diosa Dua Lipa para ambientar el capítulo.
— ¡¿Y eso por qué fue?! — le preguntó Kisaki mientras aún estaba en el suelo, sujetándose la cara por el golpe que le habían dado.
— ¡¿Todavía lo preguntas?! — no lo dejó levantarse y se puso encima de él para seguirlo golpeando. — ¡Me mentiste! ¡Me utilizaste! ¡Sólo saliste conmigo por mis estúpidos sueños! ¡No te importó nada cómo me sentía yo al respecto! — le lanzó un puñetazo por cada cosa que dijo. — ¡¿Cómo me pudiste engañar así?! ¡Confié en ti! — gritó con la voz desgarrada.
Él trató de liberarse de su agarre, pero fue inútil considerando que seguía recibiendo golpes y ella de todas maneras era físicamente más fuerte que él; eso por no contar lo enojada que estaba.
— Espera, déjame hablar. — le pidió él.
— ¡¿Sobre qué?! ¿Sobre cómo te importó una mierda que yo sí te quería y estaba dispuesta a hacerte feliz?! — sintió un nudo en la garganta; quería llorar, pero no iba a hacerlo y menos enfrente de él. Incluso aunque quisiera, no le salían las lágrimas. — ¡Eres un idiota! ¡Te odio! ¡Ojalá te mueras! — lo siguió golpeando, esta vez con más fuerza que antes.
Sus nudillos empezaron a mancharse con la sangre de Kisaki, quien ya sabía que no podía hacer nada por detenerla y sólo le quedaba dejarla. Después de todo, en cierta parte tenía razón; fue desconsiderado y le estuvo mintiendo, por supuesto que se iba a enojar.
La pregunta era, ¿cómo lo sabía? ¿Sacó la conclusión ella misma?
— Mirai, espera un momento por favor. — Kisaki trató de convencerla. — ¿Cómo es que sabías todo eso? ¿Desde hace cuánto?
— Takemicchi me lo dijo; él sólo sacó las conclusiones porque sabía que tú no saldrías conmigo así nada más. Él junto a Chifuyu siempre tuvieron sus dudas sobre ti, ¡y lo peor es que yo te defendía!
— Pero... si tú ya sabías todo eso, ¿significa que todo este tiempo estuviste fingiendo?
— ¿Cómo se siente?
— Déjalo ya. — su hermano la tomó de los brazos para detenerla y la alejó de Kisaki, quien se sentó en el suelo con la cara adolorida de tantos golpes. Estaba bastante seguro de que tenía un ojo morado, y sentía varias partes de su cara estando inflamadas.
Mirai trató de forcejear para liberarse, pero la habían levantado completamente del suelo; sólo podía moverse y patalear como una niña pequeña.
— ¡Suéltame! — le exigió. Él suspiró y la dejó en el suelo, a una distancia considerable de Kisaki. — ¡También estoy enojada contigo! ¡Tú sabías lo que él estaba haciendo y no me dijiste nada!
— Ah, eso... yo le dije que no lo hiciera.
— Oye, no le mientas. — dijo Kisaki.
— Tú cállate. — el tono gélido y arisco en su voz lo tomó por sorpresa. — Los dos estuvieron mal; tú por mentirme y tú por dejarlo hacerlo, le hayas dicho que no lo hiciera o no. — los señaló a los dos.
— Mirai, yo-
— No, no me hables; no quiero escuchar nada más de ti. — él bajó la cabeza. — No sé cómo fue que pude pensar que estabas siendo sincero, pero realmente sólo me querías utilizar para tus estúpidos planes. Tú piensas que veo el futuro ¿no? ¿Y crees que yo no sé que tengo esa habilidad? ¿Por qué crees que no te lo había dicho? ¡Tú sólo querías sacarme información! ¡Eso fue todo lo que siempre te importó!
— Por lo menos déjame disculparme.
— No quiero tus malditas disculpas; quiero que me dejes en paz y sinceramente espero que no me vuelvas a hablar en toda tu vida. — dio la media vuelta en dirección a Chifuyu para poder ayudarlo. — Adiós, amor. — resaltó la última palabra.
Eso último logró herirlo, lo que tenía miedo de que sucediera si ella se enteraba terminó ocurriendo; ella ya ni siquiera quería ser su amiga.
— Mirai...
— Llamé a Mitsuya. — mencionó mientras se agachaba a desatar a Chifuyu. — Ya que no van a ayudar, váyanse.
— Pero, Mirai-
— Vete.
— Vámonos. — le dijo el más alto a Kisaki. — No la vas a hacer cambiar de opinión si no quiere escucharte. — lo ayudó a levantarse; Kisaki le dio una última mirada de reojo a ella mientras seguía ayudando a Chifuyu y luego empezaron a irse.
— Gracias, Mirai. — le habló Chifuyu. Miró por un momento a Mirai, la tristeza nublaba sus facciones por completo. — ¿Estás bien?
— No importa, estaré bien.
— ¿Segura? Lo golpeaste bastante.
— Eso no es lo importante ahora; Mitsuya debería estar por llegar.
— Cierto, Takemicchi debe estar en problemas si Taiju entró a la iglesia; hay que ayudarlo en cuanto Mitsuya llegue.
— Que bueno, porque ya estoy aquí. — ambos se voltearon hacia donde habían escuchado la voz de Mitsuya. — Díganme qué sucedió.
— Es una historia muy larga que incluye otra historia. — le respondió Chifuyu, suponiendo que Mirai no quería hablar del asunto. — Lo importante es que Taiju está dentro y Takemicchi debería estar en problemas.
— Entonces, vamos. — vio la mirada apagada de Mirai. — ¿Tú estás bien, Mirai?
— No del todo, pero ya se me pasará.
— Yo... protegeré a Hakkai. — dijo Yuzuha mientras sostenía una navaja en su mano; apenas podía mantenerse en pie. — Yo... yo lo... protegeré.
— Esto no es algo para proteger a otros. — la interrumpió Mitsuya tomando el objeto que ella tenía en su mano.
— ¡¿Mitsuya?! — exclamó Takemichi.
— Déjalo, Yuzuha. — le sonrió. — Estás cortando mi mano.
— Mitsuya... ¿por qué estás aquí? — habló Yuzuha. Él sólo la abrazó.
— Takemicchi. — le dijo Mitsuya. — Cuida a Yuzuha por mí.
— Um... ¡entendido!
— Bien, entonces. — una vez Yuzuha estuvo con Takemichi, Mitsuya se volteó hacia donde estaba Taiju. — Ahora somos tú y yo, hijo de puta.
— ¿Ah? ¿Hablas en serio? — le preguntó Taiju. — ¿Qué pasó con la tregua? ¿No me digas que eres de la escoria que rompe sus propias promesas? — se burló.
— Cállate, te voy a decir algo más obvio e importante que eso. Nunca golpees a tu hermana menor; no importa qué tan mal se comporte, perdónala con una sonrisa. — abrió su camisa bruscamente. — ¡Eso es de que se trata ser un hermano mayor, hijo de perra!
Mitsuya se lanzó a pelear contra Taiju bajo las miradas de todos los que quedaban ahí.
— A la mierda, — dijo Takemichi. — Mitsuya... ¡se está equiparando con ese monstruo golpe a golpe!
— ¿Qué estás mirando, Takemicchi? — Chifuyu apareció detrás de él junto a Mirai.
— ¡Chifuyu, Mirai! ¡¿Están bien?!
— Sí, fue todo como Mirai lo dijo. Kisaki y Hanma se pusieron en mi contra y me ataron, y luego Mirai tuvo su venganza contra Kisaki y me liberó. Ojalá hubieras estado ahí para ver cómo lo estaba golpeando; le dejó la cara hecha mierda. — se rió de su comentario.
— Entonces, ustedes dos...
— Sí, ya terminé con Kisaki; le dije que no me volviera a hablar.
Takemichi se alivió; si ellos ya no estaban juntos significaba que Mirai no moriría en el futuro.
🔮 No sé si es porque estaba sensible, pero casi lloro escribiendo la parte de Mirai pegándole a Kisaki y diciéndole que lo odia, más porque no le salían las lágrimas a la pobre.
Momento para recordarles que vayan a seguirme a mi instagram.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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