078

Me quedan pocas canciones de Conan y las estoy reservando.

De nuevo, esta canción está en la playlist, pero creo que queda bien.

Inserto foto de las botas de Mirai.

Ese mismo día, casa de Hina.

¿Ya estás bien? — Hina asintió energéticamente a la pregunta de Mirai, pues tenía la boca llena de las galletas que le habían traído. Ambas se encontraban sentadas en el suelo charlando mientras comían.

— Gracias por haber venido. — le dijo una vez había terminado.

— No es nada, no me gusta verte triste.

— ¿Qué harás mañana? Sé lo mucho que amas la navidad.

— Hmm.... digamos que tengo planes.

— ¿De casualidad tiene que ver con Kisaki? — insinuó; ella ya la conocía demasiado bien.

— Jaja, sí... pero no es por algo bueno; estaba pensando en terminar con él. — Mirai no tenía problema de hablar con ella de eso; ya de todas maneras le había contado que ella y Kisaki estaban saliendo.

— ¿Eh? ¿Por qué? Si se ve que lo quieres mucho...

— No estoy diciendo que no lo quiera, — admitió. — pero él hizo algo que no le puedo perdonar; por eso voy a terminar con él... quizás también lo golpee, no lo sé. — movió el vaso con jugo de naranja que su amiga le había ofrecido momentos atrás; estaba muy pensativa.

— Tiene que haber sido algo realmente malo para que te enojes así con él.

— Sí...

— Pero, ¿es lo que quieres? No te veo muy convencida.

— No lo malinterpretes, estoy furiosa con él y lo quiero matar, pero... supongo que después de todo es la primera relación en la que he estado; creo que.... no sé, estoy sintiendo cosas raras otra vez.

— No me acostumbro a que no sepas identificar tus sentimientos, pero... ¿quizás te duele?

— Ni idea, pero no me gusta cómo se siente. — sintió un nudo en la garganta. — De todas maneras, esto no se trata de mí; vine para animarte. — ocultó su voz quebrada en un tono dulce.

— Pero preocúpate también por ti; me siento mal viéndote mal.

— No te estreses, estaré bien mañana.

— ¿Segura? Si terminas con él, entonces yo iré a animarte. — su voz evidenciaba su determinación; no iba a aceptar un “no” como respuesta.

— Gracias, realmente lo aprecio. — le habló sinceramente. — Me alegro de tener una amiga como tú, porque no sé qué haría si no la tuviera.

— Awww Mirai, a veces puedes ser muy linda; es para eso que están las amigas.

— Sí... pero, lo siento mucho.

— ¿Por qué? No has hecho nada malo.

— Es que no soy capaz de expresarme correctamente; sólo lo hago cuando mis emociones explotan y cuando eso sucede no suele ser bueno. No puedo.... sentarme y hablar tranquilamente... no sé, ni siquiera sé cómo explicarte eso.

— Creo que es normal.

— ¿Qué parte de eso es normal?

— Siempre has dicho que tu mamá era mala contigo y que no le gustaba que fueras... tan sólo tú misma; creo que después de haber pasado por eso es normal que te cueste mostrar tus sentimientos cómodamente.

Ella tenía razón, siempre se sentía así cuando quería abrirse a las demás personas; no podía quitarse de la mente el hecho de que nadie podía ayudarla y tenía que preocuparse por ella misma sola. Ahora que las cosas habían cambiado desde que su madre se fue, se sentía atrapada en el mismo ciclo donde reprimía todo.

Pero tampoco podía hacer nada. Ni las palabras, ni el llanto le salían nunca.

— Hablemos de otra cosa, por favor.

— Está bien, tranquila. ¿Cómo hiciste estas galletas?

25 de diciembre, año 2005.

— ¡Achú! — Mirai frotó sus manos entre sí para darse calor a ella misma. — Debí abrigarme un poco más.

— Yo te dije, ahora tienes la nariz roja. — la regañó Kisaki. — No te vayas a enfermar justo ahora; pensé que no te enfermabas casi nunca.

— Y no lo hago, ¿cuándo fue la última vez que me viste enferma?

— Eso.... buen punto, pero aún así te dije que iba a hacer mucho frío hoy y tú no me hiciste caso; nada más te compraste unas botas.

— Podré perder la fe, pero nunca el estilo.

— Lo que dices no tiene sentido.

— Digo que mis botas son increíbles, y además están nuevas; no me quites la alegría por ésto.

— Bueno, tampoco te enojes por eso.

— Nadie dijo que estoy enojada.

— ¿Sí pueden resolver sus problemas de pareja en otro momento? No creo que éste sea el momento ni el lugar. — los interrumpió el más alto de los tres; aún estaban esperando a Chifuyu y Takemichi.

— Aprecia mis botas. — ella ignoró el comentario se su hermano y le insistió a Kisaki.

— Sí, son bonitas, pero no entiendo por qué te emociona tanto.

— De todas formas, es emocionante estrenar mis botas en una pelea; estoy motivada.

— Eso es bueno. — notó la mirada de Mirai en él. — ¿Pasa algo?

— Nada, es sólo que te quiero mucho. — su voz melosa lo tomó por sorpresa.

— Ahí vienen. — trató de ocultar su vergüenza por lo que había escuchado desviando la atención de Mirai en otra cosa.

Una vez estuvieron reunidos, se dirigieron a la iglesia donde ocurriría todo.

— Esa es...

— ¿Puedes apegarte al plan? — interrumpió Kisaki a Takemichi.

— Sí, yo iré a razonar con Hakkai, quien ya debería estar en la iglesia, mientras ustedes chicos emboscarán a Taiju.

— Suerte, Takemicchi. — le dijo Mirai.

— Ese bastardo realmente dio pelea. — mencionó Hanma mientras terminaba de atar a Chifuyu. — No interfieras en una pelea entre hermanos.

Ya Mirai le había contado lo que planeaban a Chifuyu, así que lo que estaba haciendo era hacerles pensar que habían ganado. Ella quería vengarse y el quería estar ahí para ver lo que sucedía. Incluso si ella se iba, Chifuyu sabía que volvería por él después de hacer lo que sea que tuviera que hacer.

Y claro, ella pensaba golpearlo e insultarlo todo lo que pudiera; quería desahogar toda su ira en él, ya que fue quien la provocó.

— Oye. — volvió a hablar el más alto a Kisaki. — Ya teníamos planeado traicionarlos desde el principio, entonces ¿por qué trabajamos con ellos?

— Porque es divertido.

— ¿Hm?

— Ellos no pueden hacer ni una jodida mierda, ¿sabes?

Esa fue la gota que derramó el vaso.

— Kisaki. — lo llamó ella.

— Dime.

— Tenía ganas de hacer esto.

— ¿De qué ha-

Fue interrumpido cuando recibió un golpe en su cara, haciéndolo caer al suelo.

🔮 Ya ando planeando mi escape de latinoamerica porque el próximo año entro a la universidad y no voy a desaprovechar la oportunidad de estudiar mi carrera en el extranjero.

Cuéntenme qué les pareció el capítulo.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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