052

Takemichi usó todas sus fuerzas para abrir la puerta del auto para sacar a Hina; vaya sorpresa la que se llevó cuando vio a Mirai ahí.

Lo difícil era que ninguna de las dos quería abandonar a la otra allí, así que cuando Takemichi trataba de llevarse a Hina, ella insistía en que se llevara a Mirai en su lugar y viceversa.

— No puedo..... — musitó Hina. — ya no siento mis piernas... mejor llévate Mirai de aquí....

Takemichi se acercó para abrazarla.

— En el pasado y en el futuro... siempre, siempre.... ¡te he amado! — los dos comenzaron a llorar.

— Que alegría.... ya vete, Mirai aún se puede salvar... creo que no está tan herida como yo....

— ¡No!

— Por favor, no quiero que también mueran personas tan importantes para mí.

— No...

— Hina, no pienso salvarme yo sola.

Con la poca fuerza que le quedaba, Hina los empujó a ambos uno por uno fuera del auto, justo antes de que estallara. Al ver eso, Takemichi sólo pudo llorar, pero tampoco podía darse el lujo de hacerlo mucho tiempo; todavía podía cumplir el último deseo de Hina de salvar a Mirai.

Con cuidado la cargó sobre su espalda y empezó a caminar hacia el hospital.

— No te preocupes, Mirai... juro que voy a salvar a Hina. Aunque fracase una y otra vez; mientras no alcance un futuro donde la salve, ¡no pienso rendirme! Yo... ¡me volveré el líder de la ToMan!

— Pff, eso sí fue gracioso; me hubieras dejado allí.

— Hina quería que te salvara, pero ¿qué hacías ahí en primer lugar?

— Bueno, ya sabía que todo éste asunto iba a ocurrir; soñé con una situación parecida, pero tú estabas en el auto. La cosa es que cometí un pequeño error, ocurrieron muchas cosas... Kisaki terminó robándome la libreta donde escribía sobre mis sueños porque yo no le quería contar; me enfurecí con él y no nos volvimos a hablar. Obviamente no fue difícil deducir para qué iba a usar esa información; fue algo estúpido de mi parte.

— No creo que haya sido tu culpa; dijiste que te la robó.

— No me refiero a eso, me refiero al hecho de haberme enamorado de Kisaki; cuando me di cuenta recordé que me habías dicho que estaba arrepentida de no habérselo confesado, pero sentí mucho miedo. Y al final ni siquiera pude ayudar a Hina a sobrevivir, Kisaki se enojó conmigo y a mi no me queda mucho tiempo.

— No digas eso, estoy seguro de que por aquí cerca debe haber un hospital.

— Sería en vano, mi cabeza es muy frágil y ya he perdido mucha sangre. Supongo que al final mi mamá sí tenía razón sobre mí; jamás logré ser nadie en la vida... aún cuando realmente me esforcé en hacerlo, quería abrir una pastelería; incluso estudié para hacerlo. Está bien, supongo que me merezco todo ésto; morir no puede estar tan mal.

— No hables como si fueras a morir ya, te vas a salvar; eso era lo que quería Hina.

— Y ni siquiera eso voy a poder hacer por ella.... tengo sueño.

— ¡No vayas a cerrar los ojos!

— No creo que lo hagas, pero si te llegas a encontrar a mi hermano aquí en el futuro, dile que lo siento, y cuando vuelvas al pasado vuelve a darme un golpe; cuando te pregunté por qué responde que por idiota al no haberme dado cuenta de que estaba enamorada. Pero no me pueden culpar; no tengo mucha experiencia con los sentimientos como el amor porque mamá me decía que era una pérdida de tiempo y que nadie me iba a amar jamás, y por eso cuando estaba con Kisaki solía decirle lo contrario a lo que pensaba. Tenía tanto miedo... de no ser suficiente para él ni poder hacerlo feliz; simplemente no me atreví.

— Creo que la tú del pasado se enojará si la vuelvo a golpear.

— Tienes razón. — se rió. — Y también, si ves a Kisaki, quiero que le digas algo por mí... “te quiero” dile eso.

— Díselo por tu cuenta. — ella no respondió más. — ¿Mirai? De pronto... tu cuerpo está frío.

Ambas murieron ese día, y desgraciadamente Takemichi no tuvo tiempo para asistir a ambos funerales, por lo cual sólo pudo ir al de Hina. Después de eso, y antes de volver a viajar al pasado, él fue a visitar la tumba de la chica y se encontró con alguien; la misma persona que se había encontrado en el baño antes de que Hina muriera.

No supo cómo reaccionar.

— ¿Qué haces tú aquí? — se atrevió a preguntarle.

— ¿Está mal que venga a visitar a mi hermana?

— ¿Eh? ¿Hermana? ¡¿Eran hermanos?! ¡No se parecen en nada!

— Cállate, ¿qué pensabas que éramos?

— No sé... pero aún así, ¿no fue en parte tu culpa que Mirai-

— Me voy ya. — dejó unas flores ahí y se empezó a alejar.

— Mirai me dijo... — el contrario se detuvo. — ella quería que te dijera por ella “lo siento”.

— ¿Y de qué se disculpaba la tonta? — Takemichi se sorprendió ante su actitud. — Ni siquiera fue su culpa; que egoísta de su parte... si alguien debería llevarse la culpa, probablemente sería yo. — se empezó a ir de allí.

Al acercarse, Takemichi se dio cuenta de que habían muchas más ahí; de todos los tipos y colores, y se sintió un poco mal porque todo lo que él pudo conseguir fueron margaritas. Como si fuera poco sólo le alcanzó para tres, así que se apresuró a dejarlas ahí junto a las demás.

Fue en el momento en el que estaba frente a su tumba que pudo confirmar que el apellido de Mirai era Hanma, y se preguntó por qué no se lo había dicho.

Entonces escuchó a alguien más acercarse. No dijo nada, sólo se alejó un poco mientras él se acercaba y dejaba más flores ahí; unas que no conocía.

— ¿Qué... qué tipo de flores son esas?

— Son prímulas, eran las favoritas de Mirai; aunque no fue fácil conseguirlas.... pude haberlas comprado, pero en vez de eso fui hasta su lugar especial para traerlas; a ella también le encantaba ir allí.

— ¿Su lugar especial?

— Me llevó ahí una vez... recuerdo que poco después de que nos conocimos, Mirai me dijo que le molestaba que las tumbas fueran tan grises y tristes; me pidió que cuando muriera le trajera muchas flores para que no se viera fea.... — antes de que Takemichi se diera cuenta, esa persona ya estaba llorando.

— ¿De qué hablas?

— Probablemente no quería que nadie se pusiera a llorar cuando viniera a visitarla, porque eso es muy típico de ella. Siempre diciendo cosas como que no quería ver a la gente llorar cuando en realidad era ella quien quería hacerlo; era amable a su modo y si lo pienso la mayor parte del tiempo siempre actuó como una niña pequeña que nunca ha salido de casa.

— Bueno, en eso tienes razón.... — recordó lo que ella había dicho antes de morir. — Mirai nunca fue buena expresando sus sentimientos, pero es porque no tuvo una madre muy buena.

— Yo no quería que sucediera ésto; cometí muchos errores y por mi culpa Mirai terminó así. Debí haber imaginado que ella quería salvar a Tachibana; quizás hubiera cambiado todo si le hubiera dicho que me gustaba también y no me hubiera enojado con ella. Aún cuando sabía que yo le gustaba... ¿por qué no se lo dije cuando pude?

— ¿Eres... Kisaki?

— Lo soy.

— Bueno, antes de que muriera... Mirai también me pidió que te dijera algo... “te quiero” eso quería decirte ella. Esas fueron... sus últimas palabras.

— Aunque ya lo sabía, pensar que eso fue lo último que dijo.... — se tapó la cara con una mano. — Mejor me voy. — se detuvo un momento a rezar antes de irse y luego se empezó a alejar de ahí.

🔮 Acá lo dejo porque sino avanzo mucho.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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