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— ¡Vamos, Kiyomasa! ¡Pelea!

Sin embargo, apenas él quiso lanzar un golpe, Kiyomasa sacó una navaja y se la clavó en la mano a Takemichi, quien obviamente gritó por el dolor al ver su mano completamente atravesada por ese objeto.

— Que sorpresa, a juzgar por tu reacción, creí que te había matado.

— ¡Takemichi! — Hina trató de ir con él, pero fue detenida por Mirai.

— ¡Hina, no vayas! ¡Es peligroso!

— ¡Suéltame! ¡Takemichi está...!

— Hina, justo ahora no hay nada que puedas hacer; puedes salir herida ¿entiendes? No comprendo por qué te arriesgarías así por alguien.

— No es una pelea a puño limpio, — dijo Kiyomasa. — es tu ejecución. Te voy a matar, Hanagaki.

— ¡Takemichi, hagas lo que hagas, no quites la maldita navaja de tu mano! — le gritó Mirai. — ¡Esa cosa ahora está evitando que te desangres! Si la quitas, sólo será peor. — él le hizo caso.

Aún con la navaja en la mano, trató de golpear a Kiyomasa, pero sólo logró que lo derribaran.

— ¿Qué pasa, Hanagaki? No me has dado ni un golpe. Te voy a matar a golpes. — Takemichi se levantó y corrió hacia él para aferrarse a su torso; no lo soltó aún cuando le dieron un rodillazo en el abdomen.

— ¡Takemichi! — exclamó Hina.

— ¡Hanagaki, quedarás mal enfrente de tu chica! ¡Una mosca pega más fuerte que tú!

— ¿Sólo puedes agarrarte? ¿Podrías ser más patético?

Takemichi abrió la boca y mordió a Kiyomasa.

— ¡Lo mordió!

— ¡Deja de hacer el ridículo, Tontomichi!

— ¡Pareces un niño!

— ¡Suéltame, desgraciado! — le gritó Kiyomasa mientras lo golpeaba. Para cuando se dieron cuenta, él ya se había subido encima de Kiyomasa y estaba tratando de estrangularlo.

— ¡Me da igual no poder ser como Mikey! ¡Yo soy Takemichi Hanagaki!

— ¡Suéltame!

— ¡No lo sueltes, Takemicchi! — le gritó Draken.

— Tu novio está realmente loco, Hina. — mencionó Mirai.

Después de un poco más de esfuerzo, Kiyomasa quedó inconsciente y los dos cayeron al piso de espaldas.

— Pude.... vengarme.

— ¡Takemichi!

— ¡No vengas, Hina!

— Cállate y acepta la ayuda, que tu mano todavía tiene la navaja. — dijo Mirai para después ayudar a Takemichi a quitarse de debajo de Kiyomasa.

— ¿Terminaste?

— ¡Das asco, Kiyomasa!

— Puedes llevarte esto contigo al infierno.

— Hina.... sal de aquí con Emma y Mirai.

— Takemichi...

— Ya veré cómo me las arreglo. — le aseguró con una sonrisa.

— Pero...

— Estaré bien. Te juro que estaré bien, por favor. — ella asintió.

— Yo me quedo a ayudarte; a diferencia de ti, estoy en perfecto estado. — dijo Mirai mientras veía a las otras dos alejarse.

— Mirai, tú también debes irte.

— Cállate, si te dejo a aquí te vas a morir, y si mueres Hina va a llorar. Por eso voy a ayudarte, no voy a dejar que Hina siga llorando mientras se preocupa por ti.

— Mirai...

— Acepta la ayuda, que no la ofrezco muy seguido.

— Está bien.... Draken, ¿te has preguntado alguna vez cómo es el cielo? — él se rió y se levantó del suelo para ponerse junto a ellos.

— Tú te vas a ir al infierno.

— Pero si no he hecho nada malo.

— Vaya, miren quién agarró un segundo aire.

— Ya me tienen harto.

Takemichi comenzó a tambalearse.

— Podría derribarte con un dedo, Takemicchi.

— Mira quién habla.

— Se supone que la que tiene problemas con el equilibrio soy yo.

— ¡Mátenlos!

Mirai ya estaba preparada para defender a ambos heridos, pero alguien le dio un golpe en la cara a la primera persona que se acercó.

— ¿Qué haces gimoteando, héroe llorón? — eran los amigos de Takemichi.

— Akkun... chicos.

— ¡Somos los cinco de la secundaria Mizo! Nos llamó Tachibana.

— ¡Nosotros nos encargaremos!

— ¡Nunca nos acobardaremos a la hora de la verdad! ¡Volamos como mariposa...!

— ¡.....y picamos como abeja!

Empezaron a pelar entre todos los que aún seguían en buen estado hasta que pudieron escuchar a las ambulancias a lo lejos. En ese momento, las personas que acompañaban a Kiyomasa lo dejaron allí y escaparon.

— Takemicchi, tú ve con Draken en la ambulancia; también estás herido. — habló Mirai. — Yo los alcanzaré en un rato.

— Entiendo.

En la entrada del hospital, con Mirai.

— Ahora que lo pienso, es algo tarde ya. — sacó su teléfono y marcó un número. — Debería llamar a Kisaki.

— ¿Mirai? ¿Qué pasó? — le preguntó Kisaki al otro lado del teléfono. — Desde hace rato te fuiste y no me dijiste nada más.

— Lamento haberte dejado esperando, vete a tu casa ya. Ocurrieron muchas cosas que luego te contaré, pero estoy en el hospital y no creo regresar hasta dentro de unas horas.

— ¿Estás bien?

— Sí, yo estoy bien; alguien más terminó herido. Me quedaré aquí para ver qué sucede y luego me iré a mi casa; otro día me devuelves mis cosas.

— Está bien, nos vemos otro día; al final casi no pudimos hacer nada en el festival.

— Eso es lo de menos, no es como que estuviéramos haciendo algo importante.

— Para mí sí lo era, a juzgar por la manera en que te estabas divirtiendo, supongo que nunca antes habías ido a un festival en realidad.

— Bueno, me descubriste; la verdad es que odio los festivales porque mi mamá jamás me dejó ir a ninguno, y luego de que ella se fuera nunca tuve con quién ir. A decir verdad, me hizo feliz. Sentí que odiaba los festivales, pero creo que han comenzado a gustarme.

— ¿Desde cuando eres tan sincera expresando tus sentimientos?

— Olvida lo que dije, no importa. — colgó la llamada, la verdad es que se avergonzó de lo que dijo, pero había veces en que simplemente se le salía lo sentimental.

Al entrar al hospital, Mirai se encontró con los demás y Takemichi les explicó lo que había sucedido mientras iban de camino en la ambulancia.

— No puede ser...

— ¿Un paro cardíaco?

— No.... díganme que no es verdad. — Emma comenzó a llorar en los brazos de Hina, quien se estaba encargando de consolarla. — ¡Tengo miedo, Hina!

— Emma....

— Él se salvará. — afirmó Mirai. — No tienes que llorar, Emma. Te aseguro que él va a salir vivo de ésta; dalo por hecho.

Mitsuya y Peyan llegaron también al hospital, y seguido de ellos llegó Mikey a la sala de espera.

— Kenchin.... es un hombre de palabra. No nos va a abandonar; jamás faltaría a su palabra. Me prometió que conquistaríamos el país juntos. Por eso Emma, Mitsuya, Peyan, Takemicchi.... confíen en Kenchin; va a estar bien.

🔮 Ya pronto viene la parte en la que Take vuelve al futuro, y ni qué decirles.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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